Foto Diario Montañés
Ser un buen profesional implica apoyarse en una base ética sólida y sencilla. Tratar de hacer tu función lo mejor posible, tratar de dar el mejor servicio posible, tratar de buscar el bien común antes que el propio.
Evidentemente cada cual tendrá su propia ética y manera de hacer las cosas y será más o menos indulgente a la hora de tolerar irregularidades en su vida como engañar a hacienda, aceptar sobres o escatimar tiempo del trabajo.
Es verdad que en nuestro medio no abundan los buenos ejemplos. Que la cultura del sálvese quien pueda, la chapuza y los mínimos campa por todos sitios. Pero me atrevo a adelantar que ese no es el camino. Lo barato sale caro y lo chapucero nos traerá problemas tarde o temprano. En mi medio sanitario, pero valdría en cualquier otro, hay rácanos, escaqueados y chapuceros. También profesionales como la copa de un pino. Ahí soy afortunado, tengo muchos buenos referentes. Gente que se entrega a su labor, sea limpiadora o administrativo, enfermero o médica. Compañeros que no reciben sobres ni maletines de ninguna clase, profesionales que se esfuerzan por hacer su labor contra viento y marea.
Me gustaría que surgiera una nueva marea que se enfrente a tanta desazón, a tanta corrupción. Que todos nos uniéramos a ella por convicción, porque es mejor para nosotros mismos y secundariamente para la sociedad. Esta sería la verdadera MAREA que nuestro tiempo necesita. No se trata tan solo de salir a la calle y protestar (#mareablanca), se trata de atrevernos a hacer nuestra labor lo mejor posible y de esta forma poner en evidencia al que no la hace, sea jardinero o presidente del gobierno, teleoperador o consejero de sanidad.
La mejor forma de hacer política es la excelencia, pocas cosas la pueden superar, pocas razones la pueden vencer. Y si es una excelencia al servicio de los demás, podemos llegar a ser imparables.
1 comentario:
Sencillamente luminoso y transparente.
!Ojala palabras y reflexiones como las que haces aqui, lleguen a los jovenes o futuros médicos!
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