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domingo, 23 de marzo de 2025

Comunicación y valores en salud. Communication and Values in Healthcare. 健康中的沟通与价值观

Estos son mis valores, pero si no le gustan tengo otros…
 



Este año el congreso del grupo Comunicación y Salud de Semfyc ha sido especial. De alguna forma siempre lo son, es uno de los superpoderes de este congreso de formato alternativo y sin publicidad industrial, auspiciado por uno de los grupos más creativos y abiertos a lo humano del mundo de la medicina. Llevo años acudiendo y participando, habitualmente con un taller original que junto a la Dra Isabel Núñez preparamos con mimo y ofrecemos en exclusiva sin que haya réplicas posteriores. Esta forma de trabajar espolea a su vez nuestra creatividad y nos abre a temas y posibilidades nuevas cada año.

 

En esta ocasión no preparamos taller. No pudimos. Francesc Borrell me abrió la posibilidad de participar en una mesa sobre valores junto a, nada más y nada menos, Marc Antoni Broggi, presidente de la fundación Letamendi, y Victoria Camps, probablemente la filósofa española contemporánea más importante.

Ante la exigencia de esta invitación no tuve más remedio que replegar velas y centrarme en exclusiva al comprender al instante la importancia del asunto. Meter una mesa de valores en un congreso médico es parecido a colocar la traca final de las Fallas en el Senado. Porque dentro de la complejidad que afrontamos a diario en los centros de salud casi todos sabemos de la crisis institucional, profesional y social que padecemos pero pocos imaginamos el calado de la crisis de valores que fluye por debajo y pocos ven. Superpónganlo si quieren a a cualquier ámbito social. ¿Y esto por qué? Apuntó tres razones de la muchas que hay:

1.        Ceguera axiológica. Nos cuesta ver y nombrar los valores. Ya nos resulta difícil con las emociones. Los valores son todavía más etéreos.

2.        Burbujas éticas y morales. La sociedad tiende a colocarnos dentro de burbujas que compartimos con personas parecidas. En el mundo virtual somos etiquetados según gustos, creencias, valores y actitudes. Posteriormente nos agrupan para recibir información y mensajes que refuercen nuestra condición y nos opongan a grupos de rivales.

3.        Crisis narrativa. La mezcla de verdad y mentira, los mensajes reforzadores de identidad que recibimos, la polarización del discurso que impide el diálogo y la confrontación tranquila, la aceleración social que dificulta la reflexión, la pérdida de palabras y la simplificación del discurso y el pensamiento… hacen que el mundo de los valores sea cada vez más ajeno.

Por todo esto no queda más remedio que tomarnos el tema en serio y repasar nuestro valores personales y la jerarquía de los mismos. Para ello no hay mejor pregunta que autoformularse que: ¿qué es lo más importante para mi? Y tratar de desvelar aquello que valoro más y en consecuencia tiene capacidad de orientarme en la vida. Si no somos capaces de responder otros lo harán por nosotros. Así ha sido siempre. Tras responderla pueden desdoblar la pregunta y aplicarla también al ámbito estrictamente profesional. Verán que interesante.

 La fundación Letamendi que impulsó la iniciativa es una rara avis del mundo de la salud por sus propuestas de gran calidad que animan las humanidades y favorecen que los que nos dedicamos a la salud recordemos que en nuestra labor hay más aspectos de interés además de la ciencia. Tanto su revista como el blog de propuestas están en abierto, accesibles de forma gratuita por quien desee beber de sus inmensas fuentes. Llevo años recomendándola y lo seguiré haciendo.

 

Tras las dos horas de la mesa, a la que acudieron unas 90 personas, siguió una jornada trepidante con múltiples talleres y una presentación nocturna del congreso con doblete del propio Francesc Borrell que nos regaló una conferencia delicatesen sobre arte con colofón musical de copla catalana de sorpresa. Al día siguiente otra buena traca de talleres que culminó con la tradicional cena de clausura. No comentaré mucho más del congreso que es la segunda propuesta de Semfyc a nivel nacional, con más de 400 inscritos. Un esfuerzo con la misión de transmitir una llama de luz y de sentido de profesional a profesional. Bien por Josep María Bosch y el equipo organizador.

 

 Podrán echar un vistazo a las propuestas en la web del congreso y si desean mi presentación la tendrán en mi blog y en breve en formato de artículo. Les animo a que indaguen en el tema.





Communication and Values in Healthcare

This year, the congress of the Communication and Health group of Semfyc has been special. In some way, they always are—it’s one of the superpowers of this alternative-format congress, free from industrial advertising, and supported by one of the most creative and human-focused groups in the world of medicine. I’ve been attending and participating for years, usually with an original workshop that Dr Isabel Núñez and I carefully prepare and offer exclusively, without any subsequent repeats. This way of working, in turn, spurs our creativity and opens us up to new topics and possibilities each year.

This time, we didn’t prepare a workshop. We couldn’t. Francesc Borrell offered me the chance to take part in a panel discussion on values alongside none other than Marc Antoni Broggi, president of the Letamendi Foundation, and Victoria Camps, arguably the most significant contemporary Spanish philosopher. Faced with the weight of this invitation, I had no choice but to batten down the hatches and focus entirely on it, immediately grasping the importance of the matter. Introducing a discussion on values into a medical congress is akin to setting off the grand finale of the Fallas fireworks in the Senate. Because amid the daily complexity we face in health centres, almost all of us are aware of the institutional, professional, and social crises we endure, yet few imagine the depth of the crisis of values flowing beneath, unnoticed by most. Overlay this onto any social sphere if you like. And why is this? I pointed out three of the many reasons:
1. *Axiological blindness.* We struggle to see and name values. Emotions are already hard enough; values are even more ethereal.
2. *Ethical and axiological bubbles.* Society tends to place us in bubbles alongside like-minded people. In the virtual world, we’re labelled according to tastes, beliefs, values, and attitudes, then grouped to receive information and messages that reinforce our condition and pit us against rival groups.
3. *Narrative crisis.* The blend of truth and lies, the identity-reinforcing messages we receive, the polarisation of discourse that prevents dialogue and calm confrontation, the social acceleration that hinders reflection, the loss of words, and the simplification of discourse and thought—all make the world of values increasingly alien.

For all these reasons, we have no choice but to take the topic seriously and review our personal values and their hierarchy. There’s no better question to ask ourselves than: *What matters most to me?* And then try to uncover what I value most, which, in turn, has the power to guide me in life. If we can’t answer this, others will do it for us. That’s how it’s always been. After answering, you can extend the question and apply it to the strictly professional sphere too. You’ll see how interesting it gets.

The Letamendi Foundation, which spearheaded the initiative, is a rare gem in the healthcare world due to its high-quality proposals that enliven the humanities and remind those of us in healthcare that our work involves more than just science. Both its journal and its blog of ideas are freely accessible, open to anyone who wishes to drink from their vast wells of wisdom. I’ve been recommending it for years and will continue to do so.

After the two-hour panel, attended by nearly 90 people, the day continued with an exhilarating lineup of workshops and a night-time congress presentation featuring a double act from Francesc Borrell himself, who treated us to a delicate lecture on art, capped off with a surprise musical finale of Catalan *copla*. I won’t say much more about the congress, which is Semfyc’s second national event, with over 400 attendees. It’s an effort with a mission to pass a flame of light and meaning from professional to professional. Well done to Josep María Bosch and the organising team.

You can take a look at the proposals on the congress website, and if you’d like my presentation, it’ll be on my blog and soon available as an article. I encourage you to delve into the topic.





健康中的沟通与价值观

今年,Semfyc沟通与健康小组的会议格外特别。某种程度上,这些会议总是如此,这是这个非传统形式、不含工业广告的会议的超能力之一,它由医学界最具创造力和关注人性的小组之一主办。我多年来一直参加并参与其中,通常与伊莎贝尔·努涅斯医生一起精心准备并独家提供一个原创研讨会,之后不会有任何重复。这种工作方式反过来激发了我们的创造力,每年为我们打开新的主题和可能性。

这一次,我们没有准备研讨会。我们做不到。弗朗塞斯克·博雷尔为我提供了与莱塔门迪基金会主席马克·安东尼·布罗吉,以及可能是当代西班牙最重要的哲学家维多利亚·坎普斯一起参与关于价值观的圆桌讨论的机会。面对这个邀请的高要求,我别无选择,只能收起风帆,全神贯注于此,立即意识到这件事的重要性。在医学会议中引入价值观讨论,就像在参议院放响法雅节的最后烟花。因为在卫生中心每天面对的复杂性中,我们几乎都知道我们所遭受的制度、专业和社会危机,但很少有人能想象到在其下流动的、鲜为人见的价值观危机的深度。如果你愿意,可以将其叠加到任何社会领域。这是为什么?我指出了众多原因中的三个:
1. **价值盲症**。我们很难看到和命名价值观。情绪已经够难的了,价值观更加虚无缥缈。
2. **伦理与价值泡沫**。社会倾向于将我们置于与相似人群共享的泡沫中。在虚拟世界中,我们根据喜好、信仰、价值观和态度被贴上标签,随后被分组,以接收强化我们状态并将我们与对立群体对立起来的信息和消息。
3. **叙事危机**。真假混杂,我们接收到的强化身份的信息,阻碍对话和冷静对峙的言论两极化,妨碍反思的社会加速,词汇的丧失以及话语和思想的简化……所有这些都使价值观的世界变得越来越陌生。

基于所有这些原因,我们别无选择,只能认真对待这个话题,重新审视我们的个人价值观及其层级。为此,没有比自问更好的问题了:“对我来说最重要的是什么?”然后尝试揭示我最珍视的东西,进而有能力在生活中指引我。如果我们无法回答这个问题,别人会替我们回答。一直都是如此。回答之后,你可以将这个问题延伸并应用到严格的职业领域。你会发现这多么有趣。

推动这一举措的莱塔门迪基金会是健康领域中的一颗稀有明珠,因其高质量的提议而活跃于人文领域,提醒我们这些从事健康工作的人,我们的工作不仅仅是科学。其杂志和提案博客均免费开放,任何希望从其丰富的知识源泉中汲取的人都可以访问。我多年来一直在推荐它,今后也将继续如此。

在近90人参加的两个小时圆桌会议之后,当天继续进行了一系列激动人心的研讨会,以及夜间的会议展示,弗朗塞斯克·博雷尔亲自上阵,为我们献上了一场关于艺术的精致讲座,并以惊喜的加泰罗尼亚民谣音乐作为结束。我不会多说这个会议,这是Semfyc的第二个全国性活动,吸引了超过400名与会者。这是一项旨在将光明和意义的火炬从专业人士传递给专业人士的努力。向约瑟普·玛丽亚·博什和组织团队致敬。

你可以在会议网站上查看这些提案,如果你想要我的演讲内容,它将在我的博客上发布,并很快以文章形式提供。我鼓励你深入研究这个话题。

jueves, 20 de marzo de 2025

Compartiendo valores en el Equipo de Atención Primaria. Sharing Values in the Primary Care Team. 初级医疗团队共享价值观




La presentación Compartiendo valores en el Equipo de Atención Primaria (EAP)” analiza la influencia de los valores en la práctica profesional y la convivencia en equipos de salud. Forma parte de la mesa de humanismo médico del XXXIV Congreso Comunicación y Salud de Semfyc y aborda la tensión entre el apostolado (defensa idealista de valores) y la complicidad (adaptación pragmática al entorno), así como entre sacrificio y supervivencia en la labor médica.

Se cuestiona qué significa ser un buen médico y cómo los sesgos cognitivos (efecto Dunning-Kruger, sesgo de autoservicio y de confirmación), la presión social, la falta de autocrítica y la desconexión entre valores y acciones pueden distorsionar la percepción del propio desempeño. La cultura del éxito y la dificultad de recibir críticas honestas refuerzan una autoimagen idealizada, limitando el aprendizaje y la mejora profesional.

La discusión sobre valores en el equipo sanitario es compleja debido a su subjetividad, el temor al conflicto y la posible hipocresía percibida. Se proponen estrategias como el enfoque dialógico, la autocrítica y el humor para facilitar estos debates sin caer en discursos moralistas. Se resalta la importancia de valores como equidad, transparencia, humanización y trabajo en equipo para una atención primaria efectiva.

También se analiza el impacto de la bioética y el principialismo en la toma de decisiones éticas, resaltando la importancia de la visión bioética en el trato con personas enfermas, sus familias y su comunidad. Finalmente, se plantea si pacientes y comunidad deben compartir nuestros valores, destacando la necesidad de sensibilidad cultural, participación y adaptación a su realidad.

El cierre reflexiona sobre la relación entre valores y sacrificio, explorando dilemas éticos y situaciones reales donde la coherencia con los principios profesionales exige renuncias y compromisos personales.







Sharing Values in the Primary Care Team

The presentation Sharing Values in the Primary Care Team analyses the influence of values on professional practice and teamwork in healthcare settings. It is part of the Medical Humanism panel at the Communication and Health Congress organised by Semfyc and explores the tension between apostolate (the idealistic defence of values) and complicity (the pragmatic adaptation to circumstances), as well as between sacrifice and survival in medical practice.

It questions what it means to be a good doctor and how cognitive biases (such as the Dunning-Kruger effect, self-serving bias, and confirmation bias), social pressure, lack of self-criticism, and the disconnection between values and actions can distort the perception of one’s own performance. The culture of success and the difficulty in receiving honest feedback reinforce an idealised self-image, limiting learning and professional growth.

Discussing values within healthcare teams is complex due to subjectivity, fear of conflict, and potential perceived hypocrisy. Strategies such as a dialogical approach, self-criticism, and humour are proposed to facilitate these discussions without resorting to moralistic discourse. The importance of values such as equity, transparency, humanisation, and teamwork is highlighted as fundamental to effective primary care.

The impact of bioethics and principlism on ethical decision-making is also examined, emphasising the significance of a bioethical perspective in interactions with patients, their families, and the wider community. Finally, the question arises of whether patients and communities should share the same values as healthcare professionals, underlining the need for cultural sensitivity, participation, and adaptation to their realities.

The presentation concludes with a reflection on the relationship between values and sacrifice, exploring ethical dilemmas and real-life situations where consistency with professional principles demands personal sacrifices and commitments.





初级医疗团队共享价值观

初级医疗团队共享价值观》演讲分析了价值观对专业实践和医疗团队协作的影响。它是Semfyc 健康与沟通大会医学人文小组的一部分,探讨了理想主义价值观的捍卫(使徒式)与现实适应(妥协)之间的张力,以及医疗工作中的牺牲与生存之间的矛盾。

本演讲提出了**“好医生”的定义问题,并探讨了认知偏见(如邓宁-克鲁格效应、自利性偏见和确认偏见**)、社会压力、缺乏自我批评以及价值观与行动之间的脱节,如何扭曲医生对自身表现的认知。成功文化以及难以获得诚实反馈,进一步强化了理想化的自我形象,限制了学习和职业成长。

在医疗团队中讨论价值观具有挑战性,因为它涉及主观性、对冲突的恐惧以及可能被认为的虚伪。演讲提出了对话式方法、自我批评和幽默等策略,以帮助展开这些讨论,而不流于道德说教。此外,公平、透明、人性化和团队合作等价值观的重要性被强调,作为提高初级医疗服务质量的关键。

演讲还分析了生物伦理学和原则主义对伦理决策的影响,强调了生物伦理视角在医患关系、家庭支持及社区互动中的重要性。最后,它提出了一个关键问题:患者和社区是否应当与医疗专业人员共享相同的价值观? 其中,强调了文化敏感性、参与度和适应能力的重要性,以确保医疗实践与患者的现实需求相匹配。

演讲的结尾反思了价值观与牺牲之间的关系,探讨了伦理困境以及现实情况,强调在专业原则保持一致的情况下,医生可能需要做出个人牺牲和承诺


lunes, 3 de enero de 2022

La banalización del mal

 


Madonna con Niño (c. 1480) de Carlo Crivelli.




"Nos acostumbramos a la violencia, y esto no es bueno para nuestra sociedad. Una población insensible es una población peligrosa". 

Isaac Asimov




La construcción de sociedades del bienestar sigue una cuidada estrategia que lentamente, y con la máxima suavidad, convierte al ciudadano en consumidor. Esta transformación es la obra maestra del sistema de libre mercado y de sus dioses, Beneficio, Desarrollo y Prosperidad. Cambian pues las religiones, filosofías y dinámicas sociales quedando la ciudadanía abandonada a su suerte sin referentes útiles que la ayuden a orientarse en un entorno de complejidad creciente que se transforma cada vez más deprisa. Corremos sin parar avanzando a trompicones hacia ninguna parte en medio de un griterío ensordecedor donde cada cual opina y nadie guía. 


Todo parece valer y los valores se funden como cera en un relativismo moral en el que cabe todo. Mezclamos creencias a la carta en nuestras religiones privadas con las que tratamos de construirnos un modelo que nos explique el mundo y nos defienda de la desgracia. Pero solo conseguimos construir castillos de arena que las olas devoran fácilmente. Hoy es común terminar arrasado por la catástrofe vital o por el deterioro físico y mental de los que se quedaron viendo la televisión y se olvidaron de andar y de pensar. 


Por otro lado las instituciones sociales y los servicios públicos tradicionalmente sólidos también parecen disolverse en este mundo líquido que todo lo engulle. Basta con limitarles el presupuesto durante años para que terminen convirtiéndose en organizaciones zombi, ni muertas ni vivas, incapaces de desarrollar una labor de calidad. ¿Quién ayudará al enfermo, al agobiado, al moribundo, si los pobres sanitarios, que sufren de sobrecarga crónica y son obligados a trabajar en una cadena de montaje, terminan deviniendo en profesionales zombi?


El mal se ha banalizado y pasa a formar parte de nuestras vidas como un aditamento más que colocamos en una esquina para que no moleste mucho pero desde la que termina enredando más de lo que pensamos. Si dejamos entrar moscas en casa terminaremos sufriendo su pesada presencia. Ahora las moscas son edulcoradas y parecen molestar menos, o al menos nos damos menos cuenta desde que vamos por la vida con pantallas delante, gafas de realidad virtual, auriculares y demás complementos.


El hundimiento de las religiones tradicionales ha alejado de nosotros a los guardianes de la ortodoxia especializados en señalar las moscas, que en la pintura renacentista significaban al maligno. Sufrimos plagas de estos insectos sin que nada ni nadie parezca poder hacer algo al respecto. De hecho en las redes sociales muchos se acompañan de gordos y hermosos ejemplares con los que comparten exabruptos, maledicencias y todo tipo de mentiras. Hoy el que grita más es candidato a triunfador y muchos lo consiguen subidos en enormes y grasientos insectos alados. 


Con los grandes males no solemos tener problema, los vemos desde lejos y tratamos de aportarnos. Lo más difícil desde el principio de los tiempos ha tenido que ver con los males pequeños, esos que dejamos acercarse y que no tiene un aspecto peligroso. Por eso el símbolo de la mosca es tan acertado. Hoy seguimos enfrentando el mismo reto y como nos señaló Hanna Harent y el experimento de Milgram, la mayoría somos subsidiarios de convertirnos en poderosos agentes del mal si se dan las circunstancias adecuadas. 


Hoy el mal es que nuestro equipo de fútbol pierda o que ganen las elecciones los del partido que nos disgusta. Nadie habla del mal moral, de valores o de redención. La filosofía y la teología tradicionales quedaron circunscritas a ámbitos académicos especializados que no llegan ya a la plaza del pueblo. Allí imperan las imágenes de deportistas, actores y famosos que se pavonean mostrando sus fantásticas vidas. Y sin conversación posible no crecerá la semilla de la reflexión o el discernimiento. Seguirán vendiéndonos la moto, cada vez de forma más personalizada.







sábado, 4 de septiembre de 2021

El miedo a la muerte por un diagnóstico tardío. The fear of death due to a late diagnosis. 害怕因晚期诊断而死亡。




El fallecimiento de la periodista Olatz Vazquez ha generado un gran impacto en redes sociales donde compartía con imágenes y texto su enfermedad. Durante meses documentó sus vivencias con un cáncer gástrico diagnosticado en un estado muy avanzado. La aparición de los primeros síntomas durante la pandemia con la sanidad colapsada impidió haber actuado antes. Para los cientos de miles de seguidores que han acompañado su proceso sin duda no ha sido fácil ser testigos del deterioro físico de una persona joven que era transmitido en directo y acompañado con fotografías de enorme calidad y crudeza.


Olatz tomó la decisión de salir del armario de los enfermos graves y contarlo, según sus propias palabras no lo hizo por valor sino por necesidad personal. Sin duda ha convertido sus últimos días en una pedagogía de la vida y de la muerte. Todos vamos a morir, los jóvenes también, parece decirnos. Una muerte que nuestra sociedad esconde por miedo, fealdad o ser antieconómica. La escondemos de los niños pero también del resto, se aísla a los pacientes terminales, se los separa, de alguna manera se los invisibiliza. Esta reacción dificulta el proceso de integrar la enfermedad, la decrepitud y la muerte como consubstanciales a la vida y dar el paso de asumirlas como propias cuando llegan. Porque llegar llegan a todos antes o después. El hecho de no asumirlas está haciendo de la salud un bien de consumo y de la sanidad una industria más, en perjuicio de todos. 


La presión asistencial que soportan los profesionales sanitarios no deja de subir y en consecuencia la sobreactuación de los mismos tampoco. Estamos generando espirales de sobrediagnóstico y sobretratamiento que generan más dolor, sufrimiento y muerte que la que soportaban nuestros padres o abuelos. Estamos olvidando que el malestar y los pequeños problemas de salud son algo cotidiano que no precisa intervención especializada. Y que para los problemas de salud graves más nos vale tener un buen médico y enfermera de cabecera cerca que nos conozcan y sean capaces de ayudarnos en la navegación hospitalaria y en el regreso a casa posterior.


La posibilidad de morir por un diagnóstico tardío nos aterra. Nuestra expectativa es que la moderna medicina nos salve de prácticamente cualquier cuestión que podamos sufrir. Llegar tarde a un diagnóstico y no poder hacer nada es un fracaso de la técnica, no debería suceder. Por eso preferimos pagar seguros privados, someternos a todas las pruebas diagnósticas posibles y a todo tratamiento que nos ofrezcan obviando que el exceso en medicina es ya la tercera causa de muerte en Estados Unidos. La yatrogenia es mucho más mortal que los diagnósticos tardíos. Pero nadie documenta en redes sociales su muerte por una complicación de una prueba, un tratamiento o una cirugía, habitualmente no da tiempo.


Por eso cada vez hay más ciudadanos que pagan un seguro de salud privado con la esperanza de que si enferman estarán más protegidos, serán atendidos antes y tendrán acceso a más pruebas y tratamientos. Olvidamos  considerar la sanidad un servicio público esencial prioritario que nos defienda a todos por igual. Vemos cómo se deteriora y en lugar de buscar soluciones aplicamos el sálvese quién pueda y permitimos su derrumbe pese a que seamos  los principales damnificados quizá no hoy pero con seguridad mañana.


Ni siquiera una pandemia como la que actualmente sufrimos ha hecho que se refuerce la sanidad. Los centros de salud siguen bloqueados, las urgencias llenas, los hospitales rebosando. No hay más recursos pero tampoco voluntad social para usarlos menos. Se acude a ellos por cualquier cuestión menor ocasionando que su bloqueo sea pernicioso para los que de verdad están graves o mortal para el que sufre procesos avanzados. 


El testimonio de Olatz nos recuerda la fragilidad de la vida. La importancia de ser cuidados y atendidos cuando estamos enfermos. Para ello necesitaremos quien nos cuide. Y probablemente una sanidad que nos apoye. Tomar conciencia para hacer un uso adecuado de los servicios sanitarios es tan importante como financiarlos adecuadamente y permitir que sus profesionales trabajen sin excesivas sobrecargas para que puedan ofrecer calidad técnica y humana.







The fear of death due to a late diagnosis.

The death of journalist Olatz Vazquez has generated a great impact on social networks where she shared her illness with images and text. For months she documented her experiences with gastric cancer diagnosed at a very advanced stage. The appearance of the first symptoms during the pandemic when the health system collapsed prevented earlier action. For the hundreds of thousands of followers who have accompanied her process, it has certainly not been easy to witness the physical deterioration of a young person, which was transmitted live and accompanied by photographs of enormous quality and crudeness.

Olatz took the decision to come out of the wardrobe of the seriously ill and to tell about it, according to her own words, not out of courage but out of personal necessity. She has undoubtedly turned her last days into a pedagogy of life and death. We are all going to die, young people too, he seems to be telling us. A death that our society hides out of fear, ugliness or because it is uneconomical. We hide it from children but also from the rest, we isolate terminal patients, we separate them, we make them somehow invisible. This reaction hinders the process of integrating illness, decrepitude and death as consubstantial to life and taking the step of assuming them as one's own when they arrive. Because they come to everyone sooner or later. Failure to accept them is turning health into a consumer good and healthcare into just another industry, to the detriment of all. 

The pressure on healthcare professionals is constantly increasing, and as a result, so is their over-responsiveness. We are generating spirals of over-diagnosis and over-treatment that generate more pain, suffering and death than our parents or grandparents endured. We are forgetting that discomfort and minor health problems are everyday occurrences that do not require specialised intervention. And that for serious health problems it is better to have a good family doctor and nurse close by who know us and are able to help us through the hospital journey and the subsequent return home.

The possibility of dying from a late diagnosis terrifies us. Our expectation is that modern medicine will save us from virtually any issue we may suffer. To be late for a diagnosis and not be able to do anything is a failure of technique, it should not happen. That is why we prefer to pay for private insurance, undergo every possible diagnostic test and treatment offered, ignoring the fact that medical overkill is already the third leading cause of death in the United States. Iatrogenesis is far more deadly than late diagnosis. But no one documents their death from a complication of a test, treatment or surgery on social media - there is usually not enough time.

That is why more and more citizens are paying for private health insurance in the hope that if they fall ill they will be better protected, treated earlier and have access to more tests and treatments. We forget to consider healthcare as a priority essential public service that defends us all equally. We see it deteriorating and instead of looking for solutions we apply the every man for himself approach and allow it to collapse even though we are the main victims, perhaps not today but certainly tomorrow.

Not even a pandemic like the one we are currently experiencing has led to a strengthening of the health system. Health centres are still blocked, emergency rooms are full, hospitals are overflowing. There are no more resources, but neither is there the social will to use them less. People go to them for any minor matter, causing their blockage to be pernicious for those who are really serious or deadly for those suffering from advanced processes. 

Olatz's testimony reminds us of the fragility of life. The importance of being looked after and cared for when we are ill. For this we need someone to take care of us. And probably a health system that supports us. Being aware of the importance of making proper use of health services is as important as financing them adequately and allowing their professionals to work without excessive overload so that they can offer technical and human quality.






害怕因晚期诊断而死亡。


自动翻译,请原谅错误。

记者奥拉茨-巴斯克斯的死亡在社交网络上产生了巨大的影响,她在那里用图片和文字分享了她的病情。几个月来,她记录了她被诊断为胃癌晚期的经历。在大流行期间,当卫生系统崩溃时,第一批症状的出现妨碍了更早的行动。对于伴随着她的过程的数十万追随者来说,见证一个年轻人的身体恶化当然不容易,这种恶化是现场传送的,并伴有质量极高的照片,而且很粗俗。

奥拉茨决定从重病患者的衣柜里出来,并讲述了这件事,根据她自己的说法,不是出于勇气,而是出于个人需要。她无疑将自己最后的日子变成了生与死的教育学。我们都会死,年轻人也一样,他似乎在告诉我们。我们的社会出于恐惧、丑陋或因为不经济而隐藏了一种死亡。我们向孩子们隐瞒,但也向其他人隐瞒,我们将临终病人隔离,我们将他们分开,我们使他们在某种程度上不可见。这种反应阻碍了将疾病、衰弱和死亡作为生命的组成部分,并在它们到来时采取将其视为自己的步骤的过程。因为他们迟早会来到每个人身边。不接受这些,就是把健康变成了一种消费品,把医疗卫生变成了另一个行业,对所有人都不利。

医护人员的压力不断增加,因此,他们的过度反应也是如此。我们正在产生螺旋式的过度诊断和过度治疗,产生比我们的父母或祖父母所承受的更多的痛苦、折磨和死亡。我们正在忘记,不适和小的健康问题是日常发生的事情,不需要专门的干预。对于严重的健康问题,最好有一个好的家庭医生和护士在身边,他们了解我们,能够帮助我们度过医院之旅和随后的回家。

晚期诊断导致死亡的可能性使我们感到恐惧。我们的期望是,现代医学将把我们从几乎任何可能遭受的问题中拯救出来。迟到的诊断和不能做任何事情是技术的失败,不应该发生。这就是为什么我们宁愿支付私人保险,接受每一个可能的诊断测试和提供的治疗,无视医疗过度已经是美国第三大死亡原因的事实。诱发因素远比晚期诊断更致命。但是没有人在社交媒体上记录他们因测试、治疗或手术的并发症而死亡的情况--通常没有足够的时间。

这就是为什么越来越多的公民支付私人健康保险,希望如果他们生病,他们将得到更好的保护,更早的治疗,并有机会获得更多的测试和治疗。我们忘记了将医疗保健视为优先的基本公共服务,平等地捍卫我们所有人。我们看到它在恶化,而不是寻找解决方案,我们采用人人为我的方法,让它崩溃,尽管我们是主要受害者,也许不是今天,但肯定是明天。

甚至像我们目前正在经历的那种大流行病也没有导致卫生系统的加强。保健中心仍然被封锁,急诊室满员,医院人满为患。没有更多的资源,但也没有减少使用资源的社会意愿。人们为任何小事去找他们,导致他们的堵塞对那些真正严重的人来说是有害的,对那些患有高级过程的人来说是致命的。

奥拉兹的证词提醒我们生命的脆弱。当我们生病时,被照顾和关心的重要性。为此,我们将需要有人来照顾我们。可能还有一个支持我们的卫生系统。意识到适当利用卫生服务的重要性,与为其提供充足的资金并允许其专业人员在不过度超负荷的情况下工作同样重要,以便他们能够提供技术和人力质量。





martes, 22 de diciembre de 2020

Una felicitación de Navidad distinta. A different merry Christmas. 另一張聖誕賀卡。


Portal de Belén, Bansky.



De alguna forma la sociedad está en estado de shock. Naomi Klein ya analizó hace años como se usaba esta técnica de manipulación social. Pocos la escucharon. Hoy vivimos otra descarga de shock vinculada a un modo de vida desproporcionado que está entrando en franco conflicto con la naturaleza. Los antiguos griegos ya sabían de ello y lo llamaron hybris, algo que solía tener funestas consecuencias. 


Pese a ello, y pese a estar rodeado de una funesta peste que se ríe de sabios y de necios, de ricos y de pobres, me pongo a escribir en este día antes de que amanezca sabiendo que el invierno recién inaugurado será complejo. No nos queda otro remedio que desempolvar los valores y tratar de quedarnos con lo esencial, lo más importante. Pocos imaginaban que aquellas asignaturas de la infancia de ética y religión servían precisamente para esto. Hoy las van retirando de los programas sustituidas por tecnología y economía, los nuevos faros de la civilización. Pobre humanidad, a la que han sustraído sus viejos mapas y su oxidada brújula y le han puesto en la mano un brillante teléfono móvil diseñado para colocar el máximo de información personal en servidores extranjeros propiedad de oscuras compañías. 


Y aunque cueste, digo, tendremos que escribir y que contar. Permitirnos un momento de contemplación y reflexión y darnos quizá la oportunidad de compartirlo. Por eso me permito felicitarles la Navidad este año. Y lo hago desde la profunda consciencia de saber lo que significa la palabra, una celebración de la encarnación del Verbo, algo que siendo un misterio abruma y sorprende a quien se acerca con curiosidad a un portal donde se nos muestra que la Vida se abre camino con tenacidad y belleza. 


La epidemia nos ha acercado un poco más la muerte, yo deseo que haga lo mismo con la vida. El que recuerda su fragilidad y su finitud tal vez se haga consciente de lo importante que es valorar y experimentar en plenitud su tiempo de existencia. Lo habitual es haberlo olvidado sumergidos como estamos en una viscosa piscina social de distracción y frenesí. Estas semanas están muriendo por covid unas 400 personas al día en nuestro país, que serán varios miles en el resto del mundo. Volverá a ir a más en breve tiempo. Por eso sí que tiene su importancia salvar la Navidad, pero no únicamente para consumir o divertirnos sino para plantearnos si nos atreveremos a encarnar en nosotros esa parte divina que algunos sí descubrieron allanando para nosotros el camino. 


Antes de meternos a politizar la eutanasia o el bien morir tal vez sea inteligente hacerlo con el buen vivir, y quizá desempolvar esas asignaturas de las que hablábamos antes. Elijan bien los filósofos y sabios que quieran que les acompañen en su viaje, les aseguro que les harán más bien que esos cantantes, famosos o futbolistas que tanto les gustan y que tampoco les aportan. Cada día nos jugamos un poco de vida, en estos tiempos quizá más, merece la pena tratar de vivirla enterándonos de lo que hacemos. 








A different merry Christmas.



Somehow society is in a state of shock. Naomi Klein already analysed years ago how this technique of social manipulation was used. Few listened to her. Today we are experiencing another shock linked to a disproportionate way of life that is coming into open conflict with nature. The ancient Greeks already knew about it and called it hybris, something that used to have dire consequences. 


In spite of this, and despite being surrounded by a dismal plague that laughs at the wise and the foolish, the rich and the poor, I begin to write on this day before dawn knowing that the newly inaugurated winter will be complex. We have no choice but to dust off the values and try to keep the essential, the most important. Few imagined that those childhood subjects of ethics and religion would serve precisely this purpose. Today they are being removed from the programmes, replaced by technology and economics, the new beacons of civilisation. Poor humanity, from whom they have taken their old maps and rusty compass and put in their hands a shiny mobile phone designed to place as much personal information as possible on foreign servers owned by obscure companies. 


And though it costs, I say, we will have to write and we will have to tell. Allow us a moment of contemplation and reflection and perhaps give us the opportunity to share it. That is why I would like to congratulate you on Christmas this year. And I do so from the deep awareness of knowing what the word means, a celebration of the incarnation of the Word, something that being a mystery overwhelms and surprises those who approach it with curiosity to a portal where we are shown that Life makes its way with tenacity and beauty. 


The epidemic has brought us a little closer to death; I wish it would do the same for life. Those who remember its fragility and finiteness may become aware of how important it is to value and experience their time of existence to the full. The usual thing is to have forgotten it, immersed as we are in a viscous social pool of distraction and frenzy. These weeks some 400 people a day are dying from covid in our country, which will be several thousand in the rest of the world. It will go back to more in a short time. That's why it's important to save Christmas, but not only to consume or have fun, but also to ask ourselves if we will dare to incarnate in us that divine part that some have discovered, paving the way for us. 


Before we get into the politics of euthanasia or dying well, it might be wise to do so with the good life, and perhaps dust off those subjects we were talking about earlier. Choose well the philosophers and wise men who want to accompany you on your journey, I assure you that they will do you more good than those singers, celebrities or footballers who you like so much and who do not bring you anything. Every day we risk a little bit of life, in these times perhaps more, it is worth trying to live it by finding out what we do. 








另一張聖誕賀卡。



自動翻譯,對錯誤感到抱歉。


社會不知何故處於震驚狀態。內奧米·克萊因(Naomi Klein)早在幾年前就已經分析瞭如何使用這種社會操縱技術。很少有人聽她的話。今天,我們正經歷著另一種衝擊,這種衝擊與一種不成比例的生活方式有關,這種生活方式正與自然發生公開衝突。古希臘人已經知道了這一點,並將其稱為雜草叢生,這曾經造成可怕的後果。


儘管如此,儘管我周圍充滿了災難性的瘟疫,嘲笑聰明人和愚蠢的人,富人和窮人,但我還是在黎明前的這一天開始寫信,知道新近開幕的冬天將是複雜的。我們別無選擇,只能抹去價值觀,並努力保持最重要,最重要的價值觀。很少有人想到那些道德和宗教的童年主題恰好可以達到這個目的。今天,它們已從計劃中刪除,由技術和經濟學取代,成為文明的新燈塔。可憐的人類,他們從中拿走了舊的地圖和生鏽的指南針,並把一盞閃亮的手機放在手中,該手機旨在將盡可能多的個人信息放置在晦澀的公司擁有的外國服務器上。


我說,儘管要花錢,但我們將不得不寫書,也必須告訴別人。請讓我們稍加思考和思考,也許給我們分享的機會。這就是為什麼我要祝賀你今年聖誕節。我這樣做是出於對單詞的理解的深刻認識,對單詞的化身的慶祝,一種神秘的感覺,使那些以好奇心接近它的人不知所措,使我們驚訝地發現生命正在實現堅韌而美麗。


流行病使我們更加接近死亡。我希望它能為生活做同樣的事情。那些記得它的脆弱性和有限性的人可能會意識到,重視和充分利用自己的生存時間是多麼重要。通常的事情是忘記它,沉浸在我們陷入註意力分散和狂熱的粘性社會池中的時候。這幾週,每天有約400人死於我國的covid病,在世界其他地方,這將是數千人。它將在短時間內返回更多。這就是為什麼保存聖誕節很重要,不僅要消費或玩樂,而且要問自己是否要敢於化身一些人發現的神聖部分,為我們鋪平道路。


在我們進入安樂死政治或走向安樂死之前,明智的做法是過上美好的生活,也許可以塵埃落定那些我們先前談論的主題。精心挑選想要在您的旅途中陪伴您的哲學家和智者,我向您保證,與您非常喜歡但不帶給您任何東西的歌手,名人或足球運動員相比,他們會做的更好。每天,我們冒著生命危險,有時甚至更多,這是值得嘗試找出自己所做的事情來生活的地方。







martes, 24 de noviembre de 2020

Vulnerabilidad: el cuidado como horizonte político. Vulnerability: care as a political horizon. 脆弱性:作為政治視野的關懷

 



Una de las cosas que está dejando claro la pandemia es que somos vulnerables. En este momento tenemos un montón de gente enferma por Covid en los hospitales, todas las semanas mueren varias centenas y todavía tenemos para largo. 

Sin embargo hay poca reflexión sobre los cuidados, o por lo menos la que hay no se visibiliza lo suficiente. Si el sistema sanitario no da más de sí ¿quién va a cuidar? ¿cómo vamos a cuidar? ¿es posible adaptarse a un nuevo paradigma de cuidados?

José Laguna es teólogo, músico y pedagogo, además de un amigo. Me llena de orgullo leer su última colaboración en los cuadernos de Cristianismo y justicia, un foro intelectual de primer orden. En el texto analiza la vulnerabilidad humana y la incapacidad para sostenerla de una sociedad basada en el éxito, el crecimiento y la autosuficiencia. Vemos en televisión lo que pasa con los ancianos en las residencias, con los inmigrantes hacinados o hundidos, con las colas de tantos excluidos... nos llegan noticias de amigos y familiares enfermos, en paro, con problemas económicos o personales... ¿quién cuida?

Les invito a ver el vídeo y leer el cuaderno. Creo que puede aportar mucho tanto en el mundo sociosanitario como en el resto de la sociedad. 







Vulnerability: care as a political horizon


One of the things the pandemic is making clear is that we are vulnerable. Right now we have a lot of people sick from Covid in hospitals, several hundred dying every week and we still have a long way to go. 

Yet there is little reflection on care, or at least not enough visibility. If the health system does not give more of itself, who is going to care? how are we going to care? is it possible to adapt to a new paradigm of care?

José Laguna is a theologian, musician and teacher, as well as a friend. I am proud to read his latest contribution to the notebooks of Christianity and Justice, a leading intellectual forum. In the text he analyses human vulnerability and the inability to sustain it of a society based on success, growth and self-sufficiency. We see on television what happens to the elderly in nursing homes, to immigrants who are overcrowded or who have collapsed, to the queues of so many who are excluded... news comes to us of friends and relatives who are sick, unemployed, with economic or personal problems... who is taking care of them?


I invite you to watch the video and read the booklet. I believe that it can contribute a lot both in the socio-health world and in the rest of society. 




脆弱性:作為政治視野的關懷


自動翻譯,對錯誤感到抱歉。


大流行清楚表明的一件事是我們很脆弱。現在,我們醫院裡有很多人從科維德生病,每周有數百人死亡,而且還有很長的路要走。


然而,對護理的思考很少,或者至少沒有足夠的可見度。如果衛生系統沒有自己付出更多,那麼誰來照顧?我們要如何護理?是否有可能適應新的護理模式?


JoséLaguna是神學家,音樂家和老師,也是朋友。我很自豪地閱讀他對領先的知識論壇“基督教與正義”筆記本所做的最新貢獻。在本文中,他分析了人類的脆弱性以及在成功,成長和自給自足的基礎上無法維持社會的脆弱性。我們在電視上看到家庭老人,擁擠或崩潰的移民,成千上萬被排斥在外的人排隊發生的事情……生病,失業,經濟困難的親友的消息傳給我們或個人問題...誰來照顧他們?


我邀請您觀看視頻並閱讀手冊。我相信,它可以在社會衛生界和整個社會中做出很大貢獻。

domingo, 23 de febrero de 2020

Medicina, valores y comunicación. Medicine, values and communication. 醫學,價值觀和溝通


Ilustración de Paula Alvear, en el poemario del autor Arconte Enfurecido http://bit.ly/ArconteEnfurecido (Presentación en la biblioteca municipal de Galapagar el jueves 27 de febrero, 19h)




Medicina, valores y comunicación

641 palabras, 2:10 minutos de lectura


La medicina moderna ha conseguido un desarrollo espectacular en el último siglo en paralelo al resto de la sociedad. Espoleada por la ciencia y la tecnología ha conseguido superar ambiciosos objetivos y brilla orgullosa en base a sus logros. Lamentablemente hay una sombra alargada que contiene lastres y amenazas. Las inequidades en salud, el sobrediagnóstico y el sobretratamiento, la yatrogenia, la progresiva dependencia del ciudadano de los sistemas sanitarios son realidades cada vez más presentes.

Por otro lado los sistemas sanitarios privados y los enormes conglomerados de industrias farmacéuticas y tecnológicas basados en lucro buscan intereses que cada vez se alejan más el bien común. Frente a ellos los sistemas sanitarios públicos van lentamente hundiéndose lastrados por la infrafinanciación, los recortes y la sobrecarga crónica de sus profesionales. Todos coinciden en la complejidad de gestionar alternativas pero nadie se atreve a implementarlas. Mientras tanto los sistemas sanitarios públicos van fundiéndose como la mantequilla viendo como se externalizan servicios, se precariza a sus profesionales o se reconvierten y cierran unidades (Salud Pública y demás).

La situación es de bloqueo dado que no hay político que quiera arriesgarse a dar pasos que no tendrán rédito en votos, no hay gestor que se atreva con modelos novedosos, no hay profesional que tenga posibilidad de cambiar el sistema y no hay usuario que no quiera más por menos. 

Por estas razones tal vez haya que mirar el problema desde una nueva perspectiva.

El paradigma actual de las ciencias médicas tiene base científica. Sin embargo asistimos por un lado a una corrupción de la ciencia manipulada por intereses mercantiles y por otro a una búsqueda de mayor eficiencia que se deja de lado factores tan importantes como los humanistas. 

Es cierto que el progreso implica aumentar el beneficio económico y el bienestar, pero si nos atrevemos a meter en la ecuación el progreso ético tendremos que conseguir aumentar la compasión. 

Toca revisar los valores. Y de entre ellos elegir lo más valioso para que nos sirva de brújula y dejemos de vagar perdidos y atontados dentro de mercados que nos aturden con sus mensajes y nos impiden clarificar lo que verdaderamente tiene relevancia para nosotros. La axiología tiene un componente personal y otro social, el primero es íntimo, el segundo público. Hoy los valores sociales están condicionados por los intereses del mercado que domina tanto las esferas económico políticas como las sociales. 

Se beneficia el individualismo y la competencia, “más es mejor”, el consumir todo lo que uno se pueda permitir, el “yo primero, luego los demás”, la bajada de precios aunque se perjudique a los trabajadores productores. El ganador se lo lleva todo y el pez grande se come al chico. Es el mundo que hemos construido con un puñado de conglomerados industriales que cada vez tiene más poder. 

Los servicios sanitarios terminarán abducidos por esos conglomerados que cada vez serán capaces de ofrecerlos a menor coste gracias al uso intensivo de tecnología y a la precarización de los profesionales sanitarios. 

Lo único que puede revertir esta tendencia es la toma de conciencia social del valor de las cosas. ¿Qué valor tiene la salud en mi vida? ¿Cómo me gustaría que me trataran cuando enferme? ¿Quiero relacionarme con máquinas, teleoperadores o profesionales sanitarios estresados o por profesionales que puedan dedicarme el tiempo de atención de calidad que necesito?

Pero ¿qué sociedad será capaz de enfrentar estos retos sin cultura, reflexión y diálogo?. Por eso más que quedarnos en la mera queja, por muy justificada que pueda estar, es cada vez más perentorio favorecer dinámicas que propicien la información correcta, la visión crítica y la toma de conciencia.



La ética, la comunicación y la narrativa pueden servir de ayuda. Conseguir reconvertir la complejidad del debate sanitario en un lenguaje comprensible para la sociedad en general será lo que determine si el barco aguanta o termina hundiéndose. 

Este artículo se publico originalmente en el blog Gestión Clínica Varela





Medicine, values and communication


Modern medicine has achieved a spectacular development in the last century in parallel with the rest of society. Spurred on by science and technology it has managed to overcome ambitious goals and shines proudly on the basis of its achievements. Unfortunately, there is a long shadow that contains burdens and threats. Inequalities in health, overdiagnosis and overtreatment, iatrogeny, the progressive dependence of citizens on health systems are increasingly present realities.

On the other hand, private health systems and the enormous conglomerates of pharmaceutical and technological industries based on profit seek interests that are increasingly distant from the common good. In the face of these interests, public health systems are slowly collapsing due to under-funding, cutbacks and the chronic overloading of their professionals. Everyone agrees on the complexity of managing alternatives but no one dares to implement them. Meanwhile, the public health systems are melting like butter as services are outsourced, professionals working conditions get worse or units are reconverted and closed (Public Health and others).

The situation is one of deadlock, since there is no politician who wants to risk taking steps that will not yield a profit in votes, there is no manager who dares with new models, there is no professional who has the possibility to change the entire system and there is no user who does not want more for less. 

For these reasons, it may be necessary to look at the problem from a new perspective.

The current paradigm of the medical sciences has a scientific basis. However, on the one hand we are witnessing a corruption of science manipulated by commercial interests and on the other hand a search for greater efficiency that leaves aside factors as important as the humanists. 

It is true that progress implies increasing economic benefit and well-being, but if we dare to bring ethical progress into the equation we will have to manage to increase compassion. 

It is time to review values. And from among them we must choose what is most valuable so that it serves as a compass and we stop wandering, lost and dazed, within markets that boggle us with their messages and prevent us from clarifying what is truly relevant to us. Axiology has both a personal and a social component, the former being intimate, the latter public. Today, social values are conditioned by the interests of the market, which dominates both the economic and political spheres. 

Individualism and competition benefit, "more is better", consuming everything one can afford, "me first, then the others", lowering prices even if it is to the detriment of producing workers. The winner takes all and the big fish eats the small one. This is the world we have built with a handful of industrial conglomerates that are increasingly powerful. 

Health services will end up being abducted by these conglomerates, which will be able to offer them at a lower cost thanks to the intensive use of technology and the precarisation of health professionals. 

The only thing that can reverse this trend is the social awareness of the value of things. What is the value of health in my life? How would I like to be treated when I am ill? Do I want to be associated with machines, teleoperators or stressed health professionals or by professionals who can dedicate the time of quality care that I need?

But what society will be able to face these challenges without culture, reflection and dialogue? That is why more than just complaining, no matter how justified it may be, it is more and more urgent to favour dynamics that promote correct information, critical vision and awareness.

Ethics, communication and narrative can help. Turning the complexity of the health debate into a language understandable by society in general will determine whether the ship holds out or ends up sinking. 




醫學,價值觀和溝通

(自動翻譯,對不起,錯誤)

在上個世紀,現代醫學與社會的其他部分同步發展。在科學和技術的刺激下,它成功地克服了雄心勃勃的目標,並在成就的基礎上自豪地閃耀。不幸的是,有一個長長的陰影,其中包含了負擔和威脅。衛生方面的不平等,過度診斷和過度治療,醫源性疾病,公民對衛生系統的逐步依賴日益成為現實。

另一方面,私人衛生系統以及以利潤為基礎的龐大的製藥和技術產業集團尋求的利益與共同利益的距離越來越遠。面對這些利益,由於資金不足,削減和專業人員長期超負荷,公共衛生系統正在緩慢崩潰。每個人都同意管理替代方案的複雜性,但沒有人敢實施。同時,隨著服務外包,專業人員工作條件惡化或單位被轉換和關閉,公共衛生系統像黃油一樣融化(公共衛生等)。

這種情況是僵局之一,因為沒有政治家願意冒險採取不會在選票中獲利的步驟,沒有經理敢於採用新模式,沒有專業人員可以改變整個系統並且沒有用戶願意花更少的錢得到更多。

由於這些原因,可能有必要從新的角度看問題。

當前的醫學範式具有科學依據。但是,一方面,我們目睹了由商業利益操縱的科學的腐敗,另一方面,我們正在尋求更高的效率,而忽略了與人文主義者同樣重要的因素。

的確,進步意味著增加經濟利益和福祉,但是,如果我們敢於將道德進步納入方程式,我們將不得不設法增加同情心。

現在是時候審查價值了。從中我們必須選擇最有價值的東西,以便它充當指南針,並且我們在讓我們迷惑他們的信息並阻止我們弄清與我們真正相關的市場中,不再徘徊,迷路和茫然。價值論具有個人和社會兩個方面,前者是親密的,後者是公眾的。如今,社會價值以市場利益為條件,而市場利益在經濟和政治領域均占主導地位。

個人主義和競爭的好處是,“越多越好”,消耗一個人可以負擔的一切,“首先是我,然後是其他人”,從而降低了價格,即使這損害了生產工人。獲勝者將全部吃掉,大魚將小魚吃掉。這是我們與少數幾家日漸強大的工業集團共同建立的世界。

這些企業集團最終將綁架健康服務,這歸功於技術的廣泛使用和健康專業人員的專業化,它們能夠以較低的成本為他們提供服務。

唯一可以逆轉這一趨勢的是社會對事物價值的認識。健康對我的生命有什麼價值?我生病後想如何治療?我想與機器,遠程操作員或壓力大的醫療專業人員聯繫在一起,還是由可以花費我所需的優質護理時間的專業人員聯繫在一起?

但是,沒有文化,反思和對話,什麼樣的社會將能夠面對這些挑戰?這就是為什麼不僅僅抱怨,無論它有多合理,都越來越迫切希望採用能促進正確信息,批判性視覺和認識的動態。

倫理,溝通和敘事可以提供幫助。將健康辯論的複雜性變成一種社會通常可以理解的語言,將決定這艘船是伸出還是最終沉沒。