domingo, 3 de marzo de 2013

¿Es posible escribir una novela en horario laboral?




Las sociedad española se caracteriza por su dificultad para reconocer el talento del otro. Siempre se ha dicho que la envidia era nuestro pecado capital. Lo cierto es que en los tiempos que corren no nos podemos permitir diilapidar las capacidades y la creatividad de los trabajadores. Si lo hacemos estos se defenderán jugando al buscaminas del ordenador, tomando largos cafés... o escribiendo una novela.

Este fue el caso de mi amigo Nicolás Fabelo. Al final nos podemos alegrar de que canalizara la creatividad que su jefe no fue capaz de hacer en una novela divertida que toma el pulso al momento presente. El último dodo es un libro fresco, ameno, bien escrito que seguramente le arranque una sonrisa. Lo recomiendo sin dudar, no lo encontrarán en el top 10, pero les puedo decir que es literatura.

En el universo sanitario al que pertenezco pasa lo mismo. El talento rara vez se reconoce, la innovación se condena, la creatividad está penalizada. No parece muy inteligente pero es así. Tal vez esta reflexión debería entrar en los despachos, ahora obnubilados con tanta tijera y tanta privatización. Si una empresa no cuida y desarrolla sus partes más valiosas (en este caso los cerebros de los que realizan el servicio) estos no darán todo lo que pueden y se aburrirán, quemarán o estropearán, en cualquier caso bajarán su rendimiento. Creo que es fácil de entender..

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