lunes, 26 de febrero de 2018

Pediatras, infancia y laberintos






Parece que cada vez hay menos pediatras que quieran trabajar en Atención Primaria. Mucho trabajo y mucho lío. Si pueden prefieren trabajar en el hospital en turno de mañana con agendas más tranquilas y sin avalanchas de pacientes sin cita.

Por otra parte el panorama de la atención infantil tras décadas de llenar consultas con revisiones de niños sanos es desolador. Las historias clínicas infantiles no envidian casi nada a las de muchos ancianos venerables, decenas de episodios, centenas de consultas... El sobrediagnóstico y el sobretratamiento infantil está a la orden del día con un uso de antibióticos, medicaciones y pruebas diagnósticas innecesarias elevado.

La población se ha acostumbrado a acudir con los niños al centro de salud ante el mínimo síntoma convirtiéndose en normal la visita por cualquier causa. Los jóvenes y adultos que han mamado esto de pequeños asumen que acudir al sistema sanitario por la menor molestia es lo correcto y así vamos saturando de sanos unos servicios sanitarios ya de por sí bastante desvencijados.

¿De quién es la responsabilidad de este desastre? Pues un poco de todos. De los gestores que miraron para otra parte, de los pediatras que lo consintieron y ahora se arrepienten, de los médicos de familia que se dejaron meter un gol cuando les quitaron los niños y otro ahora cuando se los vuelven a poner, de las enfermeras que no quisieron asumir por completo el control de niños sanos y de la sociedad que se acostumbró a la barra libre sanitaria sin ser consciente del precio y de los riesgos.

Mal arreglo tiene lo que no se hizo bien en un principio. El primer paso es darnos cuenta de que todo lo que favorezca el sobre uso sanitario es peligroso. El segundo replantear una estrategia de Atención Primaria infantil que redefina el papel y los roles de todos los profesionales de la salud implicados. Habrá que ver qué hace la enfermera, qué el médico de familia y qué el pediatra. Habrá que incentivar el aumento de servicios de enfermería y medicina de familia. Habrá que garantizar la asistencia redefiniendo plantillas y reforzando suplencias.

Y sobre todo habrá que educar para que la población sepa cuándo debe acudir a los servicios sanitarios y cuándo no. Volver a enseñar a las familias a cuidar procesos menores como las infecciones respiratorias leves, los procesos digestivos banales y todo aquello susceptible de ser manejado en casa sin complicaciones.

No puedo decir si hay alguien pensando en una estrategia nacional o comarcal al respecto, supongo que sí dado el alto número de despachos dedicados que hay. Lo que sin duda necesitaremos es implementar cambios y que estos se fundamenten en evidencia científica, rigor profesional y consenso.

Mientras tanto asistiremos a una vía de agua más que anega las bodegas de este gran Titanic sanitario que nos tiene a muchos a maltraer achicando agua a mansalva.





Referencias:


http://borinot-mseguid.blogspot.com.es/2009/07/eficiencia-y-pediatria-en-atencion.html

https://elpais.com/elpais/2018/01/23/mamas_papas/1516698648_153918.html

https://www.elconfidencial.com/espana/2018-02-12/pediatras-alertan-centros-salud-mir_1519330/

viernes, 23 de febrero de 2018

Digitalización y narrativa en medicina





"Se deberían tratar los fabricantes de HCE como proveedores de material sanitario, de manera que puedan ser multados cuando se demuestre que sus productos, hagan que los médicos se alejen del trabajo clínico" Danielle Ofri




El proceso de digitalización social de los últimos tiempos también incluye la medicina. La creación de historias clínicas digitales y sistemas de información sanitarios está modificando el ejercicio de las ciencias de la salud y sus profesiones asociadas. Los trabajadores sociales, enfermeras, médicos y demás personal clínico se relacionan ahora con sus pacientes en presencia del ordenador en el que deben codificar y registrar el encuentro clínico. Dado que los tiempos de consulta no se han modificado es común que el profesional dedique más tiempo a las cuestiones digitales que a atender al enfermo, al que en muchos casos apenas mira. Este hecho está deteriorando la relacción clínica y el modo en que se realiza la asistencia.

La digitalización está estropeando la comunicación entre pacientes y profesionales de la salud. La narrativa de la persona en tiempo de enfermar se convierte en una serie de códigos y cientos de clics en protocolos, informes y demás registros informáticos. La historia clínica electrónica tiene mucho de electrónica y poco de historia. Cada vez hay menos texto libre, cada vez se escribe menos lo que el paciente dice sustituyéndose su discurso por una serie de clics en casillas inverosímiles que al profesional se le imponen de forma obligatoria.

A esto se suma la complejidad administrativa de las Comunidades Autónomas, cada una con su historia clínica y sistemas de información. Nos encontramos con enormes diferencias que en algunos casos rozan la temeridad y amenazan la seguridad del paciente. Muchos profesionales sienten que los sistemas digitales que usan dificultan en gran forma su actividad asistencial. Otros han conseguido adaptarse pese al sobreesfuerzo de usar elementos que dificultan la comunicación con sus pacientes y el ejercicio de sus obligaciones.

Llama la atención la falta de investigación sobre este tema y el poco interés que suscita a gestores sanitarios y responsables políticos pese a la enorme trascendencia que tiene.

A tenor de los hechos va siendo hora de tratar la historia clínica electrónica como material sanitario dado que potencialmente puede producir bien pero también daño al paciente. Se debería cambiar la legislación para conseguir proteger al ciudadano y no dificultar el trabajo de los sobrecargados profesionales de la salud.




Bibliografía:



http://gestionclinicavarela.blogspot.com.es/2018/01/abducidos-por-la-pantalla.html

https://mobile.nytimes.com/2017/11/14/well/live/the-patients-vs-paperwork-problem-for-doctors.html?utm_content=buffer63329&utm_medium=social&utm_source=twitter.com&utm_campaign=buffer

https://www.nytimes.com/2018/01/26/books/review/slow-medicine-victoria-sweet-memoir.html

https://jamanetwork.com/journals/jama/article-abstract/1696085?redirect=true&redirect=true


lunes, 19 de febrero de 2018

El hilo de la vida







Nos volvemos invidentes de tanto mirar las vidas ajenas, ciegos ante nosotros mismos. El horror personal nos aterra y hace huir convirtiéndonos en esclavos de aquello que creemos facilita una salida. No la hay, nadie puede escapar de sí. Por mucho que corramos no nos zafaremos de la sombra y si decidimos cerrar los ojos para no verla o apagar toda luz nos condenamos a una noche sin formas. He conocido a muchos habitantes de esa oscuridad densa, yo mismo he pasado largas temporadas en la misma. Por eso sé que quema y convierte en ceniza los coloreados latidos con los que aleteamos a pocos palmos de la muerte. Ese curso de acción no merece la pena pues la vida es muy breve como bien saben los que alguna vez han vislumbrado su delicada levedad.

miércoles, 14 de febrero de 2018

Sobre gente tóxica, monguers emocionales y zombis cognitivos






Todos sabemos lo que es la gente tóxica, la hay a patadas. Basta encender la televisión, coger el coche o salir a un recado. No digamos nada de si observamos los ambientes laborales o familiares, ¿quién no tiene un cuñado monguer o un jefe venenoso?

Curiosamente no hay un claro remedio para este problema que amenaza de forma manifiesta el futuro de la humanidad. El personal no deja de hablar del cambio climático pero pongan a un puñado de estas criaturas a dirigir países y verán como sube de verdad la temperatura. 

Afortunadamente contamos con sabios reputados y líderes de opinión alternativos que nos ayudan a entender la dimensión del problema. Pero estamos lejos de hacer una toma de conciencia global del mismo absortos como estamos de la última teleserie de moda o del trending topic de turno.

El drama del asunto estriba en el hecho de que cada cual es susceptible de ser tóxico para otros. Por muchas virtudes que tengamos es incuestionable que somos incompatibles, intragables y enteramente odiables para alguien. La verdadera sabiduría sería no elegir un perfil de este tipo como pareja, amigo íntimo o compañero de fatigas y si nos toca en suerte en la familia o el trabajo encomendarnos a la cofradía de la santa paciencia y no desesperar.

Porque otra cosa no habrá pero de desesperación vamos servidos. Y en esto los perfiles humanos tóxicos tienen mucho peso por la cantidad y calidad de sufrimiento que producen.

Si elaboramos una tipología de gente tóxica propongo tres tipos principales que paso a describir: los malvados, los monger emocionales y los zombis cognitivos.

Los malvados son los protagonistas del mundo de la ficción y como tales tienen legión de seguidores. Toda novela o película que se precie tiene algún malo malísimo o malvada terrible. Y como la realidad supera siempre la ficción a poco que miremos alrededor encontraremos alguno a un tiro de piedra. Dentro de los malvados hay gran diversidad desde la psicopatía a la estulticia, desde la ambición a cualquiera de los pecados capitales llevados al extremo. Hay malos por defecto y por dedicación. Malos generalistas o especializados. Algunos lo son de forma genética otros ambiental, también los hay que ejercen desde jóvenes y otros que mejoran a medida que avanzan en edad.

Los monger emocionales serían la siguiente categoría y también son legión. Se definen como aquellas personas de la esfera personal que pese a conocernos bien son incapaces de anticipar nuestros deseos y pese a repetirles continuamente lo que necesitamos no consiguen entenderlo y satisfacernos a conveniencia. El término pertenece al psicólogo Victor Amat que, entre otras cosas, se dedica a remendar los efectos perniciosos que los mongers causan en sus clientes.


Por último consideraremos los zombis cognitivos que avanzan en manadas obcecado cada cual con un asunto personal que no consiguen despegar de sus cabezas ni discursos. Se los puede ver en cualquier tipo de ambiente persiguiendo a sus víctimas a las que tratan de enredar con su problema zombi que no está ni muerto ni vivo sino bloqueado irremisiblemente en todas las horas de su jornada. Allá por donde van dejan un rastro de olor desagradable que termina alejando a los que les rodean. Probablemente también sueñen con su pesadilla existencial, lo que convierte su condena en inhumana y por añadidura el castigo que han de soportar los que por obligación o fatalidad deban escuchar el lastimero discurso monocorde del zombi penitente.

Y así estamos, conformando una humanidad herida cuyos miembros son a la vez víctimas y opresores, tóxicos y curativos. Como no se vislumbra una solución fácil, pese a que los falsos profetas tecnológicos no dejen de aventurar un paraíso virtual lleno de inteligencias artificiales y oropeles sin fin, un servidor se atreve a compartir una propuesta. Si cada persona aprendiera a relacionarse humanamente consigo misma tratándose con un mínimo de atención, compasión y delicadeza tal vez la ignorancia y la toxicidad humana se fundieran un poco para devenir en creatividad, cuidado y armonía. Sé que me arriesgo mucho al significarme y que más de una ceja se enarcará en disgusto pero ahí lo dejo. Y si tienen mejores ideas no duden en ponerlas en práctica, a ver si alguien termina encontrando el grial.





Este artículo se publico por primera vez en el Huffpost


viernes, 9 de febrero de 2018

¿Se puede mejorar el sistema sanitario con ideas?



La respuesta rápida es: no.

Llevamos décadas de estudio, reflexión y discursos. Miles de artículos, libros, tesis y propuestas. Hordas de expertos, gestores y políticos de turno sucediéndose en jornadas, congresos y eventos públicos. Asomándose a los medios de comunicación, ofreciendo sus presentaciones y propuestas de cambio a quien las quiera oír. Incontables ideas que se han ido diluyendo como lágrimas en la lluvia.

Hace unos días mi amigo Fernando Casado me pedía una reflexión con ideas para mejorar la atención primaria tema del que hemos hablado en incontables ocasiones. Tardé en responderle. Mi posición actual al respecto es que quizá hemos sobrevalorado las ideas. La realidad nos demuestra que por muy buenas ocurrencias que aportemos al sistema este se resiste con firmeza a cambiar su ADN. Podemos dar una mano de pintura o sanear algunas cuestiones menores pero con ideas seremos capaces de poco más.

Tal vez tengamos que poner la mirada en otras cuestiones menos populares como nuestras emociones, actitudes y valores. Sazonar con menos queja y más ilusión, disminuyendo el escaqueo y aumentando el servicio, atreviéndonos a cumplir el horario o a asumir plenamente nuestras responsabilidades.

Se trataría de liderar la propia mejora como profesionales de la salud lo que implica tomarnos en serio todo lo que esté dentro de nuestro ámbito de decisión y competencia. Aportar resolubilidad, sencillez, calidad. Mejorar nuestra comunicación con otros profesionales dentro y fuera del sistema. También con pacientes, comunidades y gestores.

También es necesario aprender a decir no. Fundamental para que podamos defender el sí y no se disuelvan más las prioridades de la asistencia sanitaria.

Y recordar que, como miembros de un sistema complejo, no estamos solos. Hay mucha gente aportando excelencia que espera ser reconocida. Si conseguimos hacerlo seguro que regalaremos motivación a los demás mientras aprendemos valiosas pistas.

viernes, 2 de febrero de 2018

Relato: la mirada de Esser





Seine ausbildung an der Kunstakademie in Düsseldorf ermöglichte es ihm, seine große kreativität zu kanalisieren. Schon in jungen jahren wollte er schönheit vermitteln und die kraft spüren, die die menschen dazu inspiriert, dieses geheimnis, das emotionen und erschütterungen in unserem internen forum hervorruft, weiterzugeben. Die akademie war für ihn eine chance und ein privileg. Es ist notwendig, dass andere uns bestimmte türen öffnen, damit wir es wagen, andere zu öffnen. Elger traf seine entscheidung: wenn die welt krank ist von unsinn, korruption und hässlichkeit, würde er sich bemühen, eine andere Sichtweise einzubringen, die helfen würde, sich daran zu erinnern, dass das leben und die natur heikle prunkstücke sind.




His training at the Kunstakademie in Düsseldorf provided him with a means of channelling his great creativity. From a young age he wanted to communicate beauty, feeling the old power that inspires human beings to transmit this mystery that produces emotion and tremors in our internal forum. The academy was an opportunity and a privilege for him. It is necessary that someone open certain doors for us so that we dare to open others. Elger made his decision: if the world is sick with nonsense, corruption and ugliness, he would work to bring another point of view that would help to remember that life and nature are delicate displays of splendor.





Su formación en la Kunstakademie de Düsseldorf le proporcionó un medio para canalizar su gran creatividad. Desde joven quiso comunicar belleza, sintiendo esa fuerza que inspira a los seres humanos a trasmitir ese misterio que produce emoción y temblores en nuestro foro interno. La academia constituyó para él una oportunidad y un privilegio. Es necesario que los demás nos abran ciertas puertas para que nosotros nos atrevamos a abrir otras. Elger tomó su decisión: si el mundo está enfermo de sinsentido, corrupción y fealdad, él trabajaría para aportar otro punto de vista que ayudara a recordar que la vida y la naturaleza son delicadas muestras de esplendor.