sábado, 26 de junio de 2021

No es serio este cementerio. This cemetery is not serious. 这个公墓并不严肃。





Desde que recibí mi esquela esta semana estoy dándole vueltas al asunto de la salvación. Algo que no puedo evitar dado mi carácter reflexivo, la generosa educación que me proveyeron mis padres y mis raíces filosóficas y cristianas.


Estar muerto no es tan descansado como imaginaba, la consulta sigue de lo más animada y las malas noticias del cementerio se suceden, menos presupuesto, promesas de avalanchas de médicos jubilados y el verano que ya está aquí dejándonos en cuadro dado que los muertos seguimos teniendo la costumbre de veranear.


Tampoco es tan descorazonador. Cuando se llega a este estado uno comprende que hay pocas cosas importantes, o tal vez solo una: estar sano y salvo. De la salud no hablaré hoy pero sí de lo que puede significar estar a salvo. Y consultados mis teólogos de cabecera me dicen que las instituciones no pueden salvarse, como toda organización viva nacen, crecen y mueren. En el proceso suelen llevarse por delante a todo aquel que se interpone en su camino siguiendo la falacia de que conviene que muera uno para el bien del resto, algo completamente falso y deshumanizado.


Miro a mi alrededor y veo a compañeras y compañeros tratando de salvarse. Unos se inmolan por sus ideales, otros abandonan el barco, algunos se refugian en el pasotismo o el cinismo, otros gritan y lloran. Muchos siguen adelante como pueden, soportando el peso de un trono de Semana Santa con la imagen de algún crucificado sobre sus hombros en carne viva. Yo como estoy completamente muerto me tomo la libertad de elevarme por el aire buscando un poco de frescor y claridad de mente. Termino comprendiendo que eso de la salvación no se puede conseguir del todo de manera individual por muchos paraísos virtuales que unas y otros quieran inventarse. Nadie salvará a la institución y nadie se salvará solo. ¿Pero entonces qué camino nos queda?


Llegados a este punto solo cabe apelar al milagro, entendido no como una transgresión de las leyes naturales sino como una toma de conciencia de un curso de acción que sea a la vez correcto y humano. Y la única manera de resucitar a un muerto es con fe y confianza, algo que como sabemos es difícil cuando el cadáver ha empezado a apestar. “Lázaro, sal fuera” fueron las palabras que recordaron al muerto que la vida no está en la soledad de la fosa sino en la presencia de los vivos. Tal vez tengamos que imitarlo y salir un poco de este cementerio en el que nos han metido políticos, gestores, ciudadanía e incluso nosotros mismos. Salir a la sociedad, a nuestros pueblos y barrios. Contar lo que pasa y organizarnos con la comunidad. Replantearnos los equipos por completo asumiendo una autonomía que no nos deberían haber quitado y reformular por entero los roles profesionales y la asistencia sanitaria teniendo en cuenta los medios y limitaciones. Habrá que aprender a dejar de hacer muchas cosas y a decir no a lo superfluo e innecesario, por incómodo que nos resulte poner límites tanto a los que vengan a nosotros como a nuestros gestores. Habrá que secarse las lágrimas y asumir que nos queda camino por andar, porque mientras haya vida hay esperanza, y esta es precisamente el ingrediente sagrado que nos sacará de la fosa. 







This cemetery is not serious.



Ever since I received my obituary this week I have been pondering the question of salvation. Something I can't help given my reflective nature, the generous upbringing my parents provided and my philosophical and Christian roots.


Being dead is not as restful as I had imagined, the clínicas practice is still as lively as ever and the bad news from the cemetery comes one after the other, less budget, promises of an avalanche of retired doctors and the summer that is already here leaving the staff in half given that we dead people are still in the habit of summering.


It is not so disheartening either. When you get to this stage you realise that there are few things that are important, or perhaps only one: to be safe and sound. I won't talk about health today, but I will talk about what it means to be safe. And my favourite theologians tell me that institutions cannot be saved, like all living organisations they are born, grow and die. In the process they tend to take down anyone who stands in their way, following the fallacy that it is good for one to die for the good of the rest, something completely false and dehumanised.


I look around me and see comrades trying to save themselves. Some immolate themselves for their ideals, others abandon ship, some take refuge in passivity or cynicism, others scream and cry. Many carry on as best they can, bearing the weight of a Holy Week throne with the image of some crucified person on their shoulders in the flesh. I, being completely dead, take the liberty of soaring through the air in search of a bit of freshness and clarity of mind. I end up realising that salvation cannot be achieved entirely on an individual basis, no matter how many virtual paradises one or the other may want to invent. No one will save the institution and no one will save themselves alone, but then what is the way forward?


At this point we can only appeal to the miracle, understood not as a transgression of natural laws but as a realisation of a course of action that is both right and humane. And the only way to raise the dead is with faith and trust, which as we know is difficult when the corpse has begun to stink. "Lazarus, come out" were the words that reminded the dead man that life is not in the solitude of the grave but in the presence of the living. Perhaps we need to imitate him and get out of this cemetery in which politicians, managers, citizens (and even ourselves) have put us. To go out into society, into our towns and neighbourhoods. Tell what is happening and organise ourselves with the community. To completely rethink our teams, assuming an autonomy that should not have been taken away from us, and to completely reformulate our professional roles and healthcare, taking into account our means and limitations. We will have to learn to stop doing many things and to say no to the superfluous and unnecessary, however uncomfortable it may be to set limits both for those who come to us and for our managers. We will have to dry our tears and accept that we still have a long way to go, because as long as there is life there is hope, and this is precisely the sacred ingredient that will pull us out of the pit. 








这个公墓并不严肃。


机器翻译,如有错误,请见谅。


自从本周收到我的讣告后,我就一直在思考救赎的问题。鉴于我的反思天性,我父母提供的慷慨教养,以及我的哲学和基督教根基,有些事情我不能不说。


做死人并不像我想象的那样安逸,实践还是一如既往的热闹,来自墓地的坏消息接踵而至,预算减少,退休医生雪崩的承诺,鉴于我们这些死人还有过夏的习惯,已经到来的夏天把我们留在了画面中。


它也不是那么令人沮丧。当你达到这种状态时,你会意识到没有什么事情是重要的,或许只有一件:健康和安全。我今天不谈健康,但我要谈一谈安全的含义。当我咨询我所选择的神学家时,他们告诉我,机构不能被拯救,就像所有的生物组织一样,他们出生,他们成长,他们死亡。在这个过程中,他们倾向于打倒任何阻挡他们的人,遵循这样的谬论:一个人为了其他人的利益而死是好的,这是完全错误和非人性的东西。


我环顾四周,我看到同志们都在努力自救。有些人为了自己的理想而自焚,有些人弃船而去,有些人在被动或愤世嫉俗中避难,有些人则尖叫和哭泣。许多人尽其所能地进行着,在肉体上肩负着某个被钉死的人的形象,承受着圣周宝座的重量。我,已经完全死了,冒昧地在空中翱翔,寻找一点新鲜感和清醒的头脑。我最终明白,救赎不可能以完全个人的方式实现,无论一个人或另一个人想发明多少个虚拟天堂。没有人会拯救这个机构,也没有人会单独拯救自己,但那样的话,未来的路该怎么走?


在这一点上,我们只能求助于奇迹,它不是被理解为对自然法则的违背,而是被理解为对一种既正确又人道的行动方案的认识。而复活一个死人的唯一方法是用信心和信任,正如我们所知,当尸体开始发臭时,这是很困难的事情。"拉撒路,出来 "这句话提醒了这个死人,生命不在坟墓的孤寂中,而在活人的面前。也许我们必须模仿他,从政治家和经理人把我们放在的这个墓地里走出来一点。走向社会,走进我们的城镇和邻里。告诉大家正在发生的事情,并与社区一起组织自己。重新思考团队,完全承担起不应该被夺走的自主权,重新制定整个职业角色和保健,同时考虑到手段和限制。我们必须学会停止做许多事情,并对多余和不必要的事情说不,无论为那些来找我们的人和我们的管理者设定限制是多么的不舒服。我们将不得不擦干眼泪,假设我们还有很长的路要走,因为只要有生命就有希望,而这恰恰是将我们拉出坑的神圣成分。










miércoles, 23 de junio de 2021

¿Zombis o resucitados? Zombies or resurrected? 僵尸还是复活的?




En los últimos meses la narrativa de la Atención Primaria ha virado hacia la parte oscura del arco cromático. Es cierto que nunca habíamos estado tan mal, pero también lo es que estamos atravesando la primera megapandemia que nos ha tocado vivir a esta generación. Esta semana me ha llegado la campaña de un sindicato certificando la muerte de la Atención Primaria. No es la primera vez que se certifica pero sí lo es de la aparición de esquelas funerarias como la que ilustra este artículo. He de reconocer que en algún momento de debilidad he compartido ese diagnóstico pese a que si nos ponemos técnicos no es una tarea sencilla. La muerte de una organización tan grande y compleja implicaría la afectación de un número mayor de centros de salud y de profesionales. Lo que sí parece evidente es que en los dos últimos años han aumentado los centros en llamas, aquejado de una sobrecarga crónica por ausencias de personal no suplidas y repartidas al resto de compañeros durante meses. 

Podríamos decir que un equipo de Atención Primaria puede funcionar como un semáforo en condiciones de normalidad (verde), sobrecarga ligera (amarillo) y sobrecarga grave (rojo). El problema es el aumento de los que están en rojo. Nos haría falta un observatorio de Atención Primaria a nivel de cada Comunidad y a nivel nacional. Sin datos no hay paraíso ni forma de gestionar ni plantear mejoras. Las gerencias de AP son las que tienen esta responsabilidad independientemente de que profesionales, sociedades científicas, colegios profesionales o sindicatos pudieran unirse para hacer el suyo. 

Si aceptáramos que la Atención Primaria está muerta lo siguiente sería asumir que sus profesionales hemos devenido en zombis, ni profesionalmente vivos ni muertos, es decir trabajando a medio gas. Se acabó la cartera de servicios y el contrato programa tal y como conocíamos por ser incompatible con una agenda que asume pacientes de otros profesionales o que excede un número de visitas muy alto de forma continua. 

¿Tiene futuro una organización en la que sus profesionales se sienten zombis o trabajando en un barco que se hunde, o directamente en un cadáver? parece ser que no. Estas narrativas si bien son elocuentes, también son causticas y tóxicas al producir desesperanza, agobio y ansiedad. 

Si asumimos que la organización ha muerto quizá tengamos que darnos un golpe de pecho, llorarlo y seguir caminando. El necesario duelo no nos lo quita nadie. Pero hay que seguir. Por eso puede sernos útil considerar la opción a una narrativa de resurrección, que si bien no se vislumbra en el horizonte de la organización (porque es de noche) tal vez podamos ir tanteando a nivel individual y en pequeños grupos por pura supervivencia. Si parece ser cierto que "mientras hay vida hay esperanza" será bueno buscar algo de luz entre tanta tiniebla. Y luces hay. Basta mirar a la medicina de familia rural o a los centros de salud que pese a la tormenta siguen trabajando ofertando una asistencia clínica, familiar y comunitaria dignas. Es fundamental darnos permiso para aceptar que la luz de los que puedan aportar ilumine a los que por sus circunstancias naveguen a oscuras. 

¿Hacen falta cambios? ¿hacen falta mejoras? sabemos que sí y también que probablemente tarden. Por eso no podemos hundirnos ni seguir tragando tanta agua. La queja es lo que tiene, uno abre la boca y no puede evitar que las olas la llenen de agua salada. Nos toca elegir, o seguimos bailando el baile loco de los zombis basado en queja y exabruptos o nos pasamos al de los que optan por una nueva narrativa, signifique eso lo que cada cual considere. 






Ilustración de la dra. Mónica Lalanda



Zombies or resurrected?


In recent months the Primary Health Care narrative has veered towards the dark side of the chromatic arc. It is true that we have never been so bad, but it is also true that this is the first megapandemic that this generation has had to live through. This week I received a campaign from a trade union certifying the death of Primary Care. It is not the first time that it has been certified, but it is the first time that funeral notices such as the one that illustrates this article have appeared. I must admit that in some moments of weakness I have shared this diagnosis despite the fact that if we get technical it is not a simple task. The death of such a large and complex organization would imply the involvement of a larger number of health centers and professionals. What does seem evident is that in the last two years there has been an increase in the number of centers on fire, suffering from a chronic overload due to staff absences that have not been made up for and have been distributed to the rest of the colleagues for months. 

We could say that a primary care team can function as a traffic light with normal conditions (green), light overload (yellow) and severe overload (red). The problem is the increase of those in red. We would need a Primary Care observatory at the level of each Community and at the national level. Without data there is no paradise and no way to manage or propose improvements. The PC managers are the ones who have this responsibility, regardless of whether professionals, scientific societies, professional associations or unions could join forces to do theirs. 


If we were to accept that Primary Care is dead, the next step would be to assume that its professionals have become zombies, neither professionally alive nor dead, that is, working at half speed. The portfolio of services and the program contract as we knew them are over because they are incompatible with an agenda that takes on patients from other professionals or that exceeds a very high number of visits on a continuous basis. 


Does an organization in which its professionals feel like zombies or working on a sinking ship, or directly on a corpse, have a future? It seems not. While these narratives are eloquent, they are also caustic and toxic, producing hopelessness, overwhelm and anxiety. 


If we assume that the organization has died, we may have to beat our chest, mourn it and keep walking. No one can take away the necessary mourning. But we must go on. That is why it may be useful for us to consider the option of a resurrection narrative, which although it is not on the horizon of the organization (because it is night), perhaps we can begin to feel it out at an individual level and in small groups for pure survival. If it seems to be true that "while there is life there is hope" it will be good to look for some light among so much darkness. And there is light. It is enough to look at rural family medicine or local health centers that despite the storm continue to work offering decent clinical, family and community care. 


Do we need changes? Do we need improvements? We know that we do and we also know that it will probably take time. That is why we cannot sink or continue to swallow so much water. Complaining is what happens when you open your mouth and you can't stop the waves from filling it with salt water. We have to choose, either we continue dancing the crazy dance of the zombies based on complaints and outbursts or we switch to the dance of those who opt for a new narrative, whatever that means. 





Ilustración de la dra. Mónica Lalanda




僵尸还是复活的?


机器翻译,如有错误,敬请原谅。


最近几个月,初级保健的叙述已经偏向于色度弧的黑暗面。我们从未如此糟糕过,这是事实,但这也是我们这一代人经历的第一次大流行病。本周我收到了一个工会的运动,证明初级保健的死亡。这不是第一次认证,但却是第一次出现像本文所说明的葬礼通知。我必须承认,在一些软弱的时刻,我分享了这一诊断,尽管如果我们从技术上讲,这并不是一个简单的任务。这样一个庞大而复杂的组织的死亡,将意味着有更多的卫生中心和专业人员参与。似乎很明显的是,在过去两年中,火烧眉毛的中心数量有所增加,由于工作人员缺勤,长期超负荷工作,几个月来一直被分给其他同事。

我们可以说,一个初级保健团队可以在正常(绿色)、轻度超载(黄色)和严重超载(红色)的条件下发挥交通灯的作用。问题是穿红衣服的人增多。我们需要在每个社区和国家层面上建立一个初级保健观察站。没有数据就没有天堂,也没有办法进行管理或提出改进。AP的管理者是那些有这个责任的人,无论专业人士、科学协会、专业协会或工会可以加入来做他们的工作。


如果我们接受初级保健已经死亡的说法,接下来就会认为其专业人员已经成为僵尸,既没有专业的生命力,也没有死亡,也就是以半速工作。我们所知道的服务组合和方案合同已经结束,因为它们与从其他专业人员那里接收病人或连续超过非常多的访问量的议程不相容。


一个其专业人员感觉像僵尸或在一艘沉船上工作,或直接在一具尸体上工作的组织有前途吗? 似乎没有。虽然这些叙述是雄辩的,但它们也是苛责和有毒的,产生无望、不知所措和焦虑。


如果我们假设该组织已经死亡,我们可能不得不拍拍胸脯,为它哀悼,继续行走。没有人可以夺走必要的哀悼。但我们必须继续下去。这就是为什么我们考虑复活叙事的选择可能是有用的,虽然它不在组织的地平线上(因为它是夜晚),也许我们可以为了生存而开始在个人层面和小团体中感受它。如果 "只要有生命就有希望 "这句话看起来是真的,那么在这么多的黑暗中寻找一些光亮就好了。而且有光。只要看看农村的家庭医学或保健中心,尽管有暴风雨,它们仍然继续工作,提供体面的临床、家庭和社区护理。


我们是否需要改变? 我们是否需要改进? 我们知道我们需要,我们也知道这可能需要时间。这就是为什么我们不能下沉或继续吞下这么多水。抱怨是当你张开嘴,却无法阻止海浪将盐水灌进嘴里时发生的事情。这取决于我们的选择,要么我们继续在抱怨和爆发的基础上跳僵尸的疯狂舞蹈,要么我们转向选择新生活的人的舞蹈,不管这对我们每个人意味着什么。



viernes, 18 de junio de 2021

La búsqueda de una nueva narrativa sanitaria. The search for a new health narrative. 寻找一种新的健康叙事。

 




En el mundo sanitario se nos quebró la narrativa. Han sido muchos años abusando de palabras, documentos, reuniones y powerpoint. Es cierto que políticos, profesionales y ciudadanos hicimos valer nuestros derechos, gritamos y defendimos nuestra propia verdad en un diálogo de besugos en los que faltó muchísima escucha. También que no quisimos aceptar un naufragio evidente pese a las evidencias.

Tantos golpes recibió la sanidad que la misión, visión y los valores de la organización se rompieron, llevándose por delante a muchos sanitarios que acabaron quemados y otros muchos pacientes que murieron por covid o patologías no suficientemente atendidas. 

Pese a todo el reto está pendiente: convertir una sanidad sólida, de vieja escuela y gran inercia, en una líquida, flexible y adaptada a los tiempos que corren. 

El problema es que el mercado quiere a los pacientes como meros consumidores de recursos sanitarios y a los sanitarios como industriosos proveedores,  lo que convierte a los sistemas sanitarios en cadenas de montaje donde al final unos y otros somos simples peones movidos cada vez más velozmente. Sin embargo el sistema público no puede aguantar una demanda de servicios que tiende al infinito con unos recursos cada vez más menguados. Recursos humanos que se deshumanizan por la sobrecarga creciente fundiéndose lentamente como un bloque de hielo que alguien sacó del frigorífico. 

En esas estábamos cuando la pandemia hizo saltar por los aires los goznes sanitarios al someter a una presión imposible unos recursos ya bastante dañados. 

Y ahora ¿cómo reconstruimos la narrativa sanitaria? 


La desesperanza y las heridas causadas en los profesionales no facilitarán que estos lideren el proceso. Los políticos seguirán a los suyo con vistas al corto plazo de las siguientes elecciones. Y con la ciudadanía será difícil contar, mareada como está con tanto frente abierto y engañada por desaprensivos que anuncian zanahorias cuando lo que de verdad ofrecen son los palos de la desfinanciación. Unas pocas manifestaciones de protesta no moverán el agua del molino.

Serán necesarias muchas voces, mucha escucha y mucha entereza. Precisaremos de silencio para poder reflexionar y aportar creatividad e ideas. 

Por mi parte, como médico de familia (descalzo), me gustaría aportar que el sistema debería focalizarse en lo más importante que a mi juicio es la relación sanitario-paciente. Algo delicado y sutil pero con la suficiente fuerza como para servir de punto de apoyo de cualquier palanca estructural y tecnológica que gusten usar. 

Y a la hora de aportar valor tener claro que el paciente no puede ser convertido en mero consumidor pasivo de recursos. La salud no es un producto, por mucho que al mercado le interese. También pediría que los profesionales no fuéramos meros productores de servicios sanitarios, lo que nos convierte en piezas de cadenas de montaje infinitas que deshumanizan tanto al clínico como a los que pasan por sus manos. Es fundamental que ayudemos a aportar sentido a la narrativa del paciente, para que este pueda integrar su tiempo de enfermar, su catástrofe vital y sus emociones en su autobiografía sin tener que delegarla en productos y servicios sanitarios que no tendrán jamás la potestad de hacerlo en su lugar. 

Este rescate de la dimensión narrativa de la salud y la enfermedad del paciente por un lado y del rol facilitador del sanitario por otro puede ser la semilla desde la que pueda generarse una nueva narrativa institucional que en este momento está en ruinas.

No es todo una cuestión de recursos. Estos son importantes, no lo voy a negar, pero no nos podemos quedar solo ahí. Hay que mirar más lejos y recordar que las palabras y las narrativas tienen mucho poder. Si fueron capaces de levantar pirámides en medio del desierto o de llevar al hombre a la luna lo serán también ahora si decidimos usarlas para renovar nuestras zozobrantes instituciones. 






The search for a new health narrative. 


In the National Health system, the narrative has broken down. We have spent many years abusing words, documents, meetings and powerpoints. It is true that politicians, professionals and citizens asserted our rights, we shouted and defended our own truth in a separe dialogue in which there was a great lack of listening. It is also true that we did not want to accept an obvious shipwreck despite the evidence.

So many blows were dealt to healthcare that the mission, vision and values of the organisation were shattered, taking with them many health workers who ended up burned and many other patients who died from covid or pathologies that were not sufficiently attended to. 

Despite all this, the challenge remains: to convert a solid, old-school, inertial healthcare system into one that is liquid, flexible and adapted to the times. 

The problem is that the market wants patients to be mere consumers of healthcare resources and healthcare providers to be industrious suppliers, which turns healthcare systems into assembly lines where in the end we are all just pawns moved at ever increasing speed. However, the public system cannot withstand a demand for services that tends to infinity with ever-diminishing resources. Human resources that are dehumanised by the growing overload, slowly melting like a block of ice that someone took out of the fridge. 

That's where we were when the pandemic blew the health hinges off the hinges by putting impossible pressure on already stretched resources. 

And now how do we reconstruct the health narrative? 

The despair and the wounds inflicted on professionals will not make it easy for them to lead the process. Politicians will continue to do their own thing with a view to the short term of the next elections. And it will be difficult to count on the public, dizzy as they are with so many open fronts and deceived by unscrupulous politicians who announce candy when what they are really offering are the sticks of defunding. A few protest demonstrations will not move the windmill.

It will take many voices, a lot of listening and a lot of fortitude. We will need silence in order to be able to reflect and contribute creativity and ideas. 

For my part, as a family doctor (barefoot), I would like to say that the system should focus on the most important thing, which in my opinion is the patient-healthcare relationship. Something delicate and subtle but with enough strength to serve as a fulcrum for any structural and technological lever that they want to use. 

And when it comes to adding value, it must be clear that the patient cannot be turned into a mere passive consumer of resources. Health is not a product, however much the market may be interested in it. I would also ask that we professionals should not be mere producers of health services, which turns us into parts of endless assembly lines that dehumanise both the clinician and those who pass through their hands. It is essential that we help to give meaning to the patient's narrative, so that they can integrate their time of illness, their life catastrophe and their emotions into their autobiography without having to delegate it to health products and services that will never have the power to do so in their place. 

This rescue of the narrative dimension of the patient's health and illness on the one hand, and of the facilitating role of the health worker on the other, may be the seed from which a new institutional narrative can be generated, which is currently in ruins.

It is not all a question of resources. These are important, I will not deny it, but we cannot stop there. We have to look further afield and remember that words and narratives have a lot of power. If they were able to build pyramids in the middle of the desert or put man on the moon, they will be able to do so now if we decide to use them to renew our crumbling institutions. 





寻找一种新的健康叙事。


机器翻译,抱歉有错误。


在医疗保健领域,我们的叙述已经崩溃了。滥用文字、文件、会议和Powerpoint已经很多年了。诚然,政治家、专业人士和公民主张我们的权利,我们在缺乏大量倾听的对话中喊出并捍卫自己的真理。还有,尽管有证据,我们也不想接受一个明显的沉船事件。


卫生部门受到如此多的打击,以至于该组织的使命、愿景和价值观被打破,带走了许多最终被烧死的卫生工作者和许多其他死于ovid或病症而没有得到充分照顾的病人。


尽管所有的挑战都悬而未决:将坚实的健康、老式的和巨大的惯性转换为流动的、灵活的和适应时代的。


问题是,市场希望病人仅仅是健康资源的消费者,而健康则是勤劳的供应商,这使得卫生系统处于流水线上,最终我们只是被越搬越快的小卒。然而,在资源日益减少的情况下,公共系统无法承受趋于无限大的服务需求。越来越多的超载使人力资源失去人性,像一块被人从冰箱里取出的冰块一样慢慢融化。


这就是当大流行病通过给已经受损的资源施加不可能的压力而炸毁健康铰链时我们的处境。


而现在,我们该如何重构健康叙事?


绝望和对专业人士造成的创伤不会使他们更容易领导这一进程。政治家们将继续做他们自己的事情,着眼于下一次选举的短期。而且很难指望公民权,因为它被这么多公开的幌子弄得晕头转向,并被那些宣布胡萝卜的无良人士欺骗,而他们真正提供的是解约的大棒。几次抗议示威并不能将水从工厂移走。


这将需要许多声音,大量的倾听和大量的毅力。我们将需要沉默,以便能够反思并贡献出创造力和想法。


就我而言,作为一名家庭医生(赤脚),我想做出贡献,该系统应该关注最重要的事情,在我看来,这就是健康与病人的关系。一些精致而微妙的东西,但有足够的力量作为他们想要使用的任何结构和技术杠杆的支点。


而当涉及到增加价值时,必须明确的是,不能把病人变成一个单纯的被动的资源消费者。健康不是一种产品,无论市场对它多么感兴趣。我还想问,专业人员不应仅仅是健康服务的生产者,这将我们变成无尽的流水线的一部分,使临床医生和那些经过他们手的人都失去了人性。至关重要的是,我们要帮助赋予病人的叙述以意义,使他们能够将他们的患病时间、生活灾难和情感融入他们的自传中,而不必将其委托给那些永远没有权力代替他们的健康产品和服务。


这种对病人的健康和疾病的叙事层面的拯救,以及对卫生工作者的促进作用的拯救,可能是一颗种子,从中可以产生一种新的机构叙事,而目前这种叙事正处于废墟之中。


这不全是一个资源问题。这些都很重要,我不否认,但我们不能止步于此。我们必须看得更远,并记住文字和叙述有很大的力量。如果他们能够在沙漠中建造金字塔或将人类带入月球,如果我们决定利用他们来更新我们摇摇欲坠的机构,他们现在也能做到。



jueves, 17 de junio de 2021

La tempestad de ruido y desesperanza. The storm of noise and despair. 喧嚣和绝望的风暴。

 


Tormenta en el Mar de Galilea por Rembrandt, 1632.


Releía estos días aquel episodio evangélico de una barca que navega por la noche en la tormenta. Como llevo muchos meses viviendo una situación parecida de oscuridad, miedo y desesperanza no he podido evitar verme en esa escena como un marinero más angustiado y dando gritos. La verdad es que hay bastante barullo en la barca, sentimos que nos hundimos y que estamos al límite, tenemos pavor de esas olas y truenos que nos zarandean a su antojo sin que lleguemos a ver ni faro, ni tierra, ni puerto seguro. Las redes sociales no ayudan por la cantidad de barcas que en estos momentos están en situaciones similares. Los medios de comunicación tampoco con su incansable lista de tormentas y huracanes. 


Esta mañana hablaba con un amigo que regresaba del camino de Santiago. Me hablaba de la importancia de volver a contactar con uno mismo y lo que ayudan la naturaleza, la conversación profunda y el silencio. En ese instante algo dentro se abrió. Efectivamente necesitamos como sociedad una cura de silencio que nos permita reencontrarnos con esa fuente de paz, vida y alegría que cada cual lleva dentro. Algo en principio gratuito y accesible como nos enseñan a diario nuestros animales de compañía o los más pequeños de la casa. La belleza de los verbos ser y estar, en contraposición al hacer permanente, el parloteo continuo, o la angustia existencial. 


En los centros de salud vivimos tiempos recios. Como médico descalzo reconozco que nuestro aguante y capacidad son muy limitados. Pero hoy respiro algo más tranquilo, una pequeña esperanza se ha despertado en algún sitio y la aguas y el viento parecen más apaciguados. 





The storm of noise and despair.


These days I was rereading that Gospel episode of a boat sailing through the night in a storm. As I have been living for many months in a similar situation of darkness, fear and despair, I couldn't help but see myself in that scene as another sailor, anguished and shouting. The truth is that there is quite a lot of commotion in the boat, we feel that we are sinking and that we are on the edge, we are terrified of those waves and thunder that toss us around at will without us being able to see any lighthouse, land or safe harbour. The social networks do not help because of the number of boats that are in similar situations at the moment. Neither do the media with their tireless list of storms and hurricanes. 

This morning I was talking to a friend who was returning from the Camino de Santiago. He was talking to me about the importance of getting back in touch with oneself and how nature, deep conversation and silence help. At that moment something inside me opened up. Indeed, as a society we need a cure of silence that allows us to reconnect with that source of peace, life and joy that each one of us carries within. Something in principle free and accessible, as our pets or the little ones in the house teach us every day. The beauty of the verbs "to be" and "to be", as opposed to the permanent doing, the continuous chatter, or the anguish of existence. 

We live in hard times in primary health centres. As a barefoot doctor I recognise that our stamina and capacity are very limited. But today I breathe a little easier, a little hope has awakened somewhere and the waters and the wind seem calmer. 






喧嚣和绝望的风暴。


自动翻译,抱歉有错误。


这些天,我重读了《福音书》中关于一艘船在暴风雨中夜间航行的情节。由于我已经在类似的黑暗、恐惧和绝望的情况下生活了许多个月,我不禁在那个场景中看到自己又是一个水手,痛苦地喊叫着。事实是,船上有相当多的骚动,我们觉得我们正在下沉,我们已经到了极限,我们对那些随意折腾我们的海浪和雷声感到恐惧,而我们却看不到任何灯塔、陆地或安全港湾。社会网络没有帮助,因为目前处于类似情况的船只很多。媒体也不例外,他们不知疲倦地列出风暴和飓风的清单。


今天早上,我和一位从卡米诺-德-圣地亚哥回来的朋友聊天。他跟我谈了重新与自己接触的重要性,以及自然、深入交谈和沉默如何帮助。在那一刻,我内心的东西打开了。的确,作为一个社会,我们需要一种沉默的疗法,使我们能够重新与我们每个人内心深处的和平、生命和快乐的源泉联系起来。正如我们的宠物或家里的小家伙们每天教给我们的那样,有些东西原则上是自由的、可获得的。动词to be和to be的美,相对于永久的做,持续的唠叨,或生存的苦恼。


我们生活在卫生中心的困难时期。作为一名赤脚医生,我认识到我们的体力和能力都非常有限。但今天我的呼吸稍微平静了一些,某处唤醒了一点希望,水和风似乎也平静了。




jueves, 10 de junio de 2021

Después de la hipoxemia vendrá la anoxia.

 (Después de la falta de aire vendrá la ausencia completa del mismo)





Los centros de salud de Madrid estamos acostumbrados a trabajar en condiciones de bajo presupuesto. Ya saben, sin suplentes, cubriéndonos las ausencias y las espaldas los unos a los otros, sacando el trabajo adelante pese a la sobrecarga y la dificultad. Estamos acostumbrados a no recibir refuerzos ni mejoras estructurales y a asumir de tarde en tarde alguna baratija en forma de arreglo de chapa y pintura que ni de lejos toca la estructura. 


Durante la epidemia lo hemos visto claro. Nadie va a apostar por nosotros. 


* Ni los políticos que tienen claro el plan para destruir el actual modelo.


* Ni los gestores sanitarios, meras correas de transmisión sin capacidad de apoyo a los profesionales (y sin ninguna gana de salir del despacho y volver al ámbito asistencial).


* Ni la población que, si bien aplaude cuando le viene en gana o asiente ante la sobrecarga de los sanitarios, sigue mirando hacia otro lado cuando los médicos abandonan o revientan porque no pueden más. 


* Ni los propios profesionales incapaces de unirse y hacer frente común separados como están por una compleja red de intereses contrapuestos.




El abandono institucional de la Atención Primaria de Madrid busca desde hace años un modelo de gestión mixta donde entre el capital privado tal y como se hizo con los hospitales del grupo Capio.

La estrategia cada vez está más clara por mucho que la mayoría se resista a asumirlo. 

Porque pese a todos los esfuerzos y buena voluntad de los profesionales se puede trabajar con poco aire pero no sin él. Ya en muchos centros de salud la situación es totalmente insostenible (hace unos meses denuncié la situación del centro de salud de el Álamo, en estos momentos son muchos los que sufren algo parecido). La avalancha de centros de salud zombies incapaces de mantener una asistencia razonable por falta de personal irá a más. ¿Pueden adivinar quién llamará a la puerta y meterá la patita de cordero por debajo  diciendo que viene a ayudar?