miércoles, 29 de julio de 2020

El Álamo, paradigma del hundimiento de la Atención Primaria. The Alamo, paradigm of the collapse of Primary Health Care. 阿拉莫,基層醫療崩潰的典範







En el Álamo, en 1836 tuvo lugar una batalla entre los ejércitos mexicano y tejano después de un asedio de 13 días en el que el primero terminó tomando el fuerte y masacrando a la gran mayoría de sus 300 defensores. 

El municipio del mismo nombre en el sur de Madrid tiene una población censada de 9.470 habitantes y un consultorio local que depende del centro de salud de Navacalnero. Su personal está compuesto por dos administradores y un pediatra por turno, 4 enfermeras y tres médicos de familia por la mañana y 2 enfermeras y dos médicos de familia por la tarde.
Desde hace cuatro meses y medio no hay servicio en turno de tarde por estar de baja las dos médicas de familia. El resto del personal de tarde pasó a la mañana. En ese periodo las tres médicas de familia restantes asumieron las dos consultas no suplidas con las complicaciones propias de las residencias de ancianos de la zona y gran número de enfermos por Covid19 que en este municipio tuvo gran incidencia. Las plazas de administrativos y enfermeras han permanecido cubiertas y suplidas. Como refuerzo de verano cuentan con una médico recién licenciada (R0) que no puede prescribir ni pasar consulta.
En las últimas semanas por vacaciones y otros motivos dos médicas han tenido que asumir las otras cuatro consultas no suplidas y en varias semanas una médica las cinco consultas restantes.
No puedo decirles qué pasará mañana pero sí poner de manifiesto que hay tres problemas principales:

1. Uno de seguridad del paciente. Si dos emergencias vitales coinciden, puede haber muertes.


2. Otra de incertidumbre legal. Cualquier problema, error o conflicto con los usuarios no recaerá sobre los administrativos, enfermeras o directivos. Probablemente caerá sobre los hombros del médico a cargo.


3. Y el último de la dignidad. No es ético suponer que cualquier profesional de la salud pueda ser sobrecargado de esta manera, ni es digno de que lo asuma. Por mucho que protesten o lo nieguen mientras sigan asumiendo y aceptando que nada cambiará, si acaso, el año que viene las cosas irán un poco peor.

Lo más doloroso de esta situación es que no pase nada. 

El ayuntamiento no hace nada, los gestores sanitarios de zona tampoco, la Consejería de Sanidad menos, las organizaciones profesionales quizá renieguen algo tomando café y así podríamos seguir. No pasa nada. 
Bueno algo sí pasa. Los médicos seguirán quemándose lentamente haciendo lo que puedan (hasta que se den cuenta de que deben de empezar a negarse) y los ciudadanos recibiendo una atención sanitaria bajo mínimos sin que tampoco se planteen cómo pueden implicarse en la solución. 
No es el único centro que está así, la lista de ayer de centros de salud de la Comunidad de Madrid con horario reducido a la mitad o
En Atención Primaria hemos visto de todo, de hecho somos quienes más cerca estamos de la población y mejor conocemos su pulso, lo que estamos viendo este año jamás había pasado. Si los políticos quieren dejarnos sin sanidad lo están haciendo bien, al final terminaremos diciendo aquella frase de la película de John Wayne, “recordad el Álamo".











The Alamo, paradigm of the collapse of Primary Health Care


In the Alamo, a battle took place in 1836 between the Mexican and Texan armies after a 13-day siege in which the former ended up taking the fort and massacring the vast majority of its 300 defenders. 

The municipality of the same name in the south of Madrid has a census population of 9,470 inhabitants and a local office that depends on the Navacalnero. Its staff consists of two administrators and a paediatrician per shift, 4 nurses and three family doctors in the morning and 2 nurses and two family doctors in the afternoon.

For the last four and a half months there has been no service in the afternoon shift due to the fact that the two family doctors are out. The rest of the afternoon staff moved to the morning. During this period, the three family doctors took over the two unsupplied consultations with the complications typical of the area's old people's homes and the large number of sick people in Covid,19 which had a great impact on this municipality. The places for administrative staff and nurses have all been covered and filled. As a summer reinforcement, they have a recently graduated doctor (R0) who cannot prescribe or give consultations.

In the last few weeks, due to holidays and other reasons, two doctors have had to take over the other four unsupplied consultations and in several weeks one doctor has had to take over the remaining five consultations. Today there were no family doctors left and it has been the two paediatricians (family doctors) who have maintained the service.

I cannot tell you what will happen tomorrow but I can point out that there are three main problems:

1. One of patient safety. If two vital emergencies coincide, there may be deaths.

2. Another of legal uncertainty. Any problem, error or conflict with users will not fall on the back of administrators, nurses or managers. It will probably fall on the shoulders of the doctor in charge.

3. And the last one of dignity. It is not ethical to assume that any health professional can be overburdened in this way, nor is it worthy of them to assume it. No matter how much they protest or deny it as long as they continue to assume and accept nothing will change, if anything, next year things will get a little worse.

The most painful thing about this situation is that nothing happens. 

The city council does nothing, the health managers of the area do not do anything, the Department of Health less, the professional organizations may deny something over coffee and so we could continue. Nothing is happening. 

Well, something is. The doctors will continue to burn slowly doing what they can and the citizens will receive minimal health care. 

It is not the only centre that is like this, yesterday's list of health centres in the Community of Madrid with timetables reduced by half or totally closed amounted to 20. It is predicted that it will continue to rise without the Regional Ministry contemplating any measure other than to waste time with controversies about the use or not of masks or the establishment of Covid cards that are from the beginning an entelechy. 

In Primary Care we have seen everything, in fact we are the ones who are closest to the population and know their pulse best, what we are seeing this year had never happened before. If the politicians want to leave us without healthcare they are doing it right, in the end we will end up saying that phrase from John Wayne's film, "remember the Alamo".







自動翻譯,對錯誤感到抱歉。

在阿拉莫,在長達13天的包圍之後,墨西哥和德克薩斯州的軍隊在1836年進行了一場戰鬥,前者最終佔領了這座堡壘,並屠殺了其300名守衛者中的絕大多數。

馬德里南部的同名城市有9470名居民進行人口普查,而當地辦事處則取決於納瓦卡內羅。它的工作人員每班由兩名管理人員和一名兒科醫生組成,早上有4名護士和3位家庭醫生,下午有2位護士和2位家庭醫生。

在過去的四個半月裡,由於兩名家庭醫生不在,下午的工作時間沒有服務。下午的其餘人員則轉移到早晨。在此期間,三位家庭醫生接管了兩個未提供的諮詢服務,以解決該地區老人院的典型並發症以及科維迪市的大量病人19,這對該市產生了巨大影響。行政人員和護士的地方都已被覆蓋和填補。作為夏季的補強,他們有一名剛畢業的醫生(R0),無法開處方或進行諮詢。

在過去的幾周中,由於假期和其他原因,兩名醫生不得不接管了其他四次未提供的諮詢,而在數週內,一名醫生不得不接管了其餘五次諮詢。今天,已經沒有家庭醫生了,只有兩名兒科醫生(家庭醫生)來維持這項服務。

我不能告訴你明天會發生什麼,但我可以指出,存在三個主要問題:

1.患者安全之一。如果兩個重大緊急情況同時發生,則可能會導致死亡。

2.另一個法律不確定性。與用戶的任何問題,錯誤或衝突都不會落在管理員,護士或經理的背上。它可能落在主管醫生的肩膀上。

3.最後的尊嚴。假設任何衛生專業人員都可以通過這種方式負擔過多,這在道德上是不道德的,也不值得他們承擔。只要他們繼續承擔和接受任何事情,無論他們抗議還是否認多少,明年都不會改變,如果有的話,情況將會變得更糟。

這種情況最痛苦的是什麼也沒發生。

市議會什麼都不做,該地區的衛生經理什麼都不做,衛生署更少,專業組織可能會拒絕喝咖啡,因此我們可以繼續。沒事

好吧,是的。醫生將繼續盡其所能地緩慢燃燒,而公民將獲得的醫療保健很少。

它不是唯一一個像這樣的中心,馬德里社區昨天的衛生中心清單已將時間表減少了一半或完全關閉,總數達到20個。據預測,如果不考慮地區部的其他措施,它將繼續增加。而不是浪費時間來討論是否使用口罩或從一開始就採用加密技術的Covid卡。

在基層醫療中,我們看到了一切,實際上,我們是最接近人口並最了解其脈搏的人,我們今年所見所聞從未如此。如果政客們想讓我們沒有醫療保健,他們做對了,最後,我們最終會說約翰·韋恩電影中的那句話“記住阿拉莫”。


https://es.wikipedia.org/wiki/El_Álamo_(Comunidad_de_Madrid)


https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_El_Álamo

domingo, 26 de julio de 2020

Carta abierta a los gestores sanitarios. Open letter to health managers. 給衛生經理的公開信




Hace unos días un amigo directivo me hizo una pregunta inusual, ¿qué libro de poesía recomendarías a un gestor sanitario? Me puse a pensar y dediqué una tarde a seleccionar cinco propuestas que compusieran un mensaje en sí mismas. De alguna forma sigo sintiendo que nuestro tiempo necesita con urgencia narrativas poéticas que le ayuden a encontrar el sentido que parece haber perdido. 

De aquello me quedó el deseo de escribir esta carta a los que obstentan alguna responsabilidad de gestión en los sistemas sanitarios, un mundo lleno de paradojas. La primera es que en su mayor parte está formado por enfermeras y médicos que cambiaron la asistencia por el despacho para comenzar un viaje que los alejaría cada vez más de profesionales y pacientes para llevarles al desolado páramos de los objetivos, los indicadores y la gestión de la limitación y la escasez, todo ello bajo el rumor de fondo de la queja permanente de los subalternos.

A priori es hermosa la responsabilidad que obstentan: salvaguardar el sistema para que siga prestando cuidados y servicios sanitarios de calidad a la población. La dificultad de esta alta misión es ímproba en una coyuntura que obliga a hacer más con menos y que termina sobrecargando a los asistenciales, en ocasiones más de lo prudente. Todo ello en una estructura rígida que no les permitirá cambios ni innovaciones, tan solo ser correas de transmisión de directrices y normas que provienen de despachos todavía más lejanos. No debe ser nada fácil tener que responder en toda ocasión “lo consultaremos”. 

El área de gestión que conozco mejor es la de Atención Primaria de Madrid donde he sido testigo de los antiguos consejos de gestión de las antiguas áreas de salud con su gerente y sus directores de enfermería y medicina donde era posible el turno de preguntas y el diálogo. De ese modelo pasamos al área única con un gerente único para todo Madrid y reuniones de más de 300 responsables de equipos donde ya no se podía intervenir fuera de los discursos oficiales. Y finalmente la nada, dado que comprobaron que esas grandes reuniones no eran operativas. Ahora todo se hace por videoconferencia en un sin fin de webinars de gestión que consumen un número generoso de horas.

Una de las tareas más difíciles que tienen es la gestión de personal. Algo para lo que hay que tener estómago por permitir la precarización de compañeros con contratos de días, para no pagar fines de semana, o concatenación de contratos breves para no hacer interinos y ahorrarse la antigüedad. El nivel roza lo miserable hablando como estamos de un servicio público esencial desempeñado con profesionales con un alto nivel de formación. Por otro lado al estar las plantillas insuficientemente dimensionadas se requiere suplir las ausencias del personal con suplentes al uso que cada vez son más difíciles de conseguir dado que muchos emigran a otros lugares con mejores condiciones. Esto condiciona una sobrecarga crónica de ciertos equipos que por sus características (pequeño tamaño, medio rural, dificultad de la población o lejanía) no tienen muchos incentivos para el profesional. 

Ver sufrir y agonizar a los compañeros no debe ser fácil. Hay situaciones realmente duras o desesperadas que se consienten con el mantra “no hay suplentes” o “es lo que hay”, para las que debe ser necesario tener estómago. Permitir desde gerencia que dos médicas asuman cuatro consultas durante meses o que tres médicas asuman cinco y luego en verano una lo cubra todo roza el milagro de los panes y los peces. Y son situaciones que cada vez son más habituales y generalizadas, lo que implica un mayor nivel de complejidad para el gestor que debe centrarse en su hoja Excel pese a los gritos de socorro que les puedan lanzar y que probablemente no sean capaces de responder. 

Al final se rompe la línea de diálogo al chocar dos narrativas que pasan a planos diferentes. Una busca seguir la norma y mantener las apariencias, otra se rinde a la evidencia del naufragio y aúlla de desesperación. Es cierto que hay centros bien gestionados sin grandes problemas que mantienen luz verde, pero cada vez son más los que están en ámbar y muchos más los que están en rojo. Las plantillas se revuelven ante el aumento de carga asistencial y agendas de trabajo que llevan tiempo habiendo devorado investigación, docencia, actividades comunitarias y parte de la consulta a domicilio. 

Se termina erigiendo muros invisibles por los que unos se mantienen en sus despachos y otros en sus consultas sin que se intercambien ideas o propuestas de valor o comunicación. Todo es una lluvia de correos electrónicos y protocolos que al final muchos dejan de leer, ¿para qué si al final todo da igual?

Los profesionales entran en modo supervivencia y volvemos al antiguo cupo donde se atendía de pie la cola de pacientes y se derivaba al siguiente nivel toda cuestión. Quemar la Atención Primaria tiene sus consecuencias, una de ellas es que todo el sistema terminará en llamas, empezando por la urgencia hospitalaria y terminando en todo lo demás. Ser testigo y responsable de este hundimiento no debe ser nada fácil, por eso asumo que los compañeros de gestión tampoco lo deben estar pasando bien sabiendo como saben que si todo se hunden ellos también lo hacen. Alguno dirá que no es lo mismo un hundimiento en la sala de máquinas que en las cubiertas buenas, y efectivamente hay diferencias, pero puedo imaginar que a quien le quede un poco de dignidad y de vergüenza no lo pasará bien. 

Tal vez la intención última que alberguen estas letras sea mi deseo de recuperar el diálogo. Algo que quizá parezca a muchos imposible. Para esto creo fundamental tanto que el alto directivo se atreva a visitar el pequeño centro de salud en llamas donde el servicio se cubre al borde de lo imposible, como que el profesional del último rincón pueda visitar el despacho del Consejero de Sanidad para intercambiar con él cómo late el pulso de esta sociedad enferma.

Por último una palabra de ánimo para aquellos que siguen creyendo en la posibilidad de una gestión que beneficie de verdad a profesionales y pacientes. Sois necesarios, mucho más de lo que los asistenciales imaginamos. Pero hace falta valor, algo que no abunda en estos tiempos.

Un abrazo de un médico de pueblo que una vez dirigió dos centros de salud y tuvo que dimitir por no ser capaz de estar a la altura de la misión.






Open letter to health managers


A few days ago, a managerial friend asked me an unusual question. What book of poetry would you recommend to a health manager? I thought about it and spent an afternoon selecting five proposals that composed a message in themselves. Somehow I still feel that our time urgently needs poetic narratives to help it find the meaning it seems to have lost. 

From that I got the desire to write this letter to those who are hindered by some management responsibility in health systems, a full of paradoxes world. The first is that it is mostly made up of nurses and doctors who changed care for the office to begin a journey that would take them further and further away from professionals and patients to the desolate wastelands of objectives, indicators and management of limitation and scarcity, all under the background of the permanent complaint of the subordinates.

At first they hold a beautiful responsibility: to safeguard the system so that it continues to provide quality health care and services to the population. The difficulty of this high mission is imperative in a situation that forces to do more with less and ends up overloading health professionals, sometimes more than what is prudent. All this in a rigid structure that will not allow them to change or innovate, just be transmission belts of guidelines and norms that come from even more distant offices. It must not be easy to have to answer "we shall consult it" on every occasion. 

The management area that I know best is that of Primary Health Care in Madrid where I have witnessed the old management boards of the old health areas with their own manager and their directors of nursing and medicine where it was possible to make a question and to dialogue. From that model we moved to the single area with a single manager for all Madrid with meetings of more than 300 team leaders where it was no longer possible to intervene outside of the official speeches. And finally nothing, since they found that those big meetings were not operational. Now everything is done by videoconference in an endless number of management webinars that consume a generous number of hours.

One of the most difficult tasks they have is personnel management. Something for which you have to have the stomach to allow the precarization of colleagues with day contracts, to not pay weekends, or concatenation of short contracts to not make interim and save seniority. The level is close to miserable when we talk about an essential public service carried out by professionals with a high level of training. On the other hand, since the staff is insufficiently dimensioned, it is necessary to replace the absences of the personnel with substitutes that are increasingly difficult to obtain since many emigrate to other places with better conditions. This causes a chronic overload of certain equipment that due to its characteristics (small size, rural environment, difficulty of the population or remoteness) does not have many incentives for the professional. 

Seeing colleagues suffer and agonize should not be easy. There are really hard or desperate situations that agree with the mantra "there are no substitutes" or "that's all there is", for which it must be necessary to have a stomach. From management, allow two doctors to assume four consultations during months or three doctors to assume five and then in the summer one to cover everything verging on the miracle of the loaves and fishes. And these are situations that are increasingly common and widespread, which implies a higher level of complexity for the manager who must focus on his Excel sheet despite the cries for help that may be launched and probably will not be able to respond. 

In the end, the line of dialogue is broken when two narratives collide and move to different levels. One seeks to follow the norm and keep up appearances, the other surrenders to the evidence of the shipwreck and howls in despair. It is true that there are well-managed centres without major problems that keep the green light, but more and more are in amber and many more are in red. The staff is revolted by the increasing burden of care and work schedules that have long devoured research, teaching, community activities and part of home care. 

It ends up building invisible walls through which some people stay in their offices and others in their consultations without exchanging ideas or proposals of value or communication. Everything is a shower of e-mails and protocols that in the end many stop reading.

Professionals enter survival mode and return to the old quota where the queue of patients was attended standing up and all matters were referred to the next level. Burning down Primary Care has its consequences, one of which is that the whole system will end up in flames, starting with the hospital emergency and ending with everything else. Witnessing and being responsible for this meltdown must not be easy, so I assume that fellow managers must not be having a good time either, knowing as they do that if everything goes down they do too. Some may say that a sinking in the engine room is not the same as a sinking on the good decks, and indeed there are differences, but I can imagine that whoever has a little dignity and shame left will not have a good time. 

Perhaps the ultimate intention behind these letters is my desire to restore dialogue. Something that may seem impossible to many. For this I think it is fundamental both that the senior executive dares to visit the small health centre in flames where the service is covered on the verge of the impossible, and that the professional in the last corner can visit the office of the Health Minister to exchange with him how the pulse of this sick society beats.

Finally, a word of encouragement for those who continue to believe in the possibility of management that truly benefits professionals and patients. You are necessary, much more than we health care professionals imagine. But courage is needed, something that does not abound in these times.

A hug from a village doctor who once ran two health centres and had to resign because he was not up to the task.




給衛生經理的公開信

自動翻譯,對錯誤感到抱歉。

幾天前,一個管理朋友問我一個不尋常的問題。您會推薦給健康經理什麼詩集?我考慮了一下,花了一個下午選擇了五個提案,這些提案本身就是一個信息。我仍然以某種方式仍然覺得我們的時代迫切需要詩意的敘事,以幫助它找到似乎已經失去的意義。

因此,我渴望將這封信寫給那些飽受悖論困擾的衛生系統中某些管理責任所困擾的人。首先是它主要由護士和醫生組成,他們改變了對辦公室的護理,從而開始了他們的旅程,使他們越來越遠離專業人員和患者,來到荒涼的目標,指標以及對局限性和稀缺性的管理,所有這些都是在下屬永久投訴的背景下進行的。

最初,他們肩負著美麗的責任:保護該系統,使其繼續為民眾提供優質的醫療保健和服務。在這樣的情況下,這一艱鉅的任務變得勢在必行:在這種情況下,人們不得不花更少的錢做更多的事情,最終導致醫療專業人員超載,有時甚至超出了審慎的負擔。所有這些都處於僵化的結構中,不允許他們進行更改或創新,而僅僅是來自更遙遠辦公室的準則和規範的傳送帶。每次都必須回答“我們將徵詢它”並非易事。

我最了解的管理領域是馬德里的初級衛生保健,在那裡我親眼目睹了舊衛生區的舊管理委員會,他們自己的經理以及他們的護理和醫學主管,他們可以提出問題並進行對話。從這種模式中,我們搬到了一個地區,整個馬德里只有一名經理,與300多名團隊負責人開會,在正式演講之外再也無法進行干預。最後什麼也沒有,因為他們發現那些大型會議無法進行。現在,一切工作都是通過電視會議來完成的,而無數次的管理網絡研討會將花費大量的時間。

他們最困難的任務之一是人員管理。您必須忍受某些事情,以便允許將帶日間合同的同事進行預先確定,不支付週末工資,或將短期合同串聯在一起以不做臨時工作並節省資歷。當我們談論受過專業培訓的專業人員提供的基本公共服務時,這個水平幾乎是慘不忍睹的。另一方面,由於人員規模不足,有必要用越來越難以獲得的替代人來代替人員的缺席,因為許多人以更好的條件移民到其他地方。這會導致某些設備的長期超載,由於其特性(體積小,鄉村環境,人口困難或偏僻),對專業人員沒有太多激勵作用。

看到同事遭受痛苦和折磨並不容易。確實有非常艱苦或絕望的情況與“沒有替代品”或“沒有其他替代品”的口頭相吻合,為此必須要有飽腹感。從管理上來說,允許兩位醫生在幾個月內進行四次諮詢,或讓三位醫生進行五次諮詢,然後在夏季進行一次,以涵蓋麵包和魚的奇蹟。這些情況變得越來越普遍和普遍,這意味著對於經理,儘管可能會尋求幫助並且可能無法回應,但他們仍必須專注於自己的Excel工作表,這意味著較高的複雜性。

最後,當兩個敘述發生衝突並轉移到不同的層次時,對話的界限就破裂了。一個尋求遵循規範並保持露面,另一個則屈服於沉船和and叫的證據。的確,存在管理完善的中心而沒有重大問題可以保持開綠燈,但是越來越多的琥珀色變成了紅色,還有更多的變成了紅色。長期以來吞噬研究,教學,社區活動和部分家庭護理的照料和工作日程越來越重,工作人員對此感到反感。

它最終蓋起了無形的牆,有些人通過它們停留在辦公室,而另一些人則通過它們進行磋商,而沒有交換價值或溝通的想法或建議。一切都充滿了電子郵件和協議,最終許多人停止閱讀。

專業人士進入生存模式,回到原來的配額,在那裡排隊等候患者站著,所有事務都移交給下一級。燒毀初級保健有其後果,其中之一就是整個系統將最終火起來,從醫院緊急情況開始,直到一切都結束。見證並負責這種崩潰絕非易事,因此我認為,同級管理人員也不能過得很開心,因為他們知道如果一切都會失敗,他們也會這樣做。有人可能會說,在機艙內沉沒與在好的甲板上沉沒是不一樣的,確實存在差異,但是我可以想像,只有一點點尊嚴和羞辱的人不會有美好的時光。

這些信件背後的最終意圖也許是我希望恢復對話。許多人似乎無法做到的事情。為此,我認為,高級管理人員敢於在無法解決的險境中大火奔波的小型衛生中心,以及位於最後一個角落的專業人員都可以訪問衛生部長辦公室,這是至關重要的與他交流這個病態社會的脈搏如何跳動。

最後,對於那些仍然相信真正使專業人員和患者受益的管理方法的人來說,這是一個鼓勵。您是必需的,遠遠超出了我們醫療保健專業人員的想像。但是需要勇氣,這在當今時代並不存在。

一位鄉村醫生的一個擁抱,他曾經經營過兩個醫療中心,因為他沒有完成任務而不得不辭職。



jueves, 23 de julio de 2020

La despedida del espíritu de la medicina. Farewell to the spirit of medicine. 告別醫學精神







Querida amiga, querido amigo,

No quería marchar sin antes dejarte esta carta personal de despedida porque, como sabes, todo en la vida suele tener un fin. Por una parte siento alegría por lo mucho conseguido pero por otra tristeza al contemplar el derrotero por el que va caminando la medicina. 

Desde el comienzo de los tiempos, los primeros sanadores desarrollaron con esfuerzo y sagacidad diversas aproximaciones que ayudaban a los seres humanos a caminar por la senda de la salud. Fue necesario viajar lejos, contemplar y probar, se precisó de gran paciencia y, pese a todo, los resultados nunca fueron excesivamente brillantes. Hasta que llegó la revolución científico-técnica. Hoy disponemos de la medicina más potente de la historia gracias a todos los avances que atesora y a sistemas que amplían enormemente su poder y lo trasladan a incontables territorios y personas. 

Tanto esplendor tiene su lado oscuro. La salud se ha convertido en un bien de consumo y como tal todos la desean. Las expectativas de salud son cada día mayores, lo que disminuye en proporción la tolerancia al malestar. Esto llega por un lado hasta el punto de que algunos crean nuevas enfermedades para poder vender las correspondientes pruebas y tratamientos y por otro a que ante cualquier pequeña incomodidad lo normal sea acudir a una consulta. Esta mercantilización ha transformado los grandes Sistemas Sanitarios en supermercados industriales de servicios de salud y a los profesionales en operarios de los mismos. 

La parte humana de la medicina, su espíritu, va dejando de tener cabida en este orden de cosas dado que para ejercerla hace falta algo de lo que cada vez hay menos: tiempo para hablar. La dimensión de humanidad del profesional de la salud es algo artesanal basado en la confianza, que se construye lentamente según avanza su conocimiento de los pacientes que trata. Hoy los Sistemas Sanitarios se basan en la eficiencia y la productividad como primer valor para alcanzar un beneficio lucrativo en los privados y de sostenibilidad en los públicos. La atención a la salud es un producto caro que hay que amortizar y para conseguirlo no hay más remedio que presionar al profesional que es la parte más flexible y vulnerable del sistema. Tocará ver más pacientes al día, hacerlo más rápido y trabajar más deprisa. 

La sobrecarga sanitaria es un hecho globalizado que ha ido progresivamente en aumento, aliviado en parte por los avances tecnológicos. Pero llega un punto en que al profesional no le es viable seguir siendo humano y entra en modo supervivencia. Es en ese momento cuando el Espíritu de la Medicina tiene que marchar. Queda el aspecto técnico, quedan la ciencia y la tecnología, queda el sistema, pero algo sutil y delicado se va por la ventana, algo que expulsan el maltrato institucional, el abuso, la prisa, el agobio y la desmoralización del personal. 

Un sistema que pierde su alma es un sistema desalmado. Esto bien lo saben los incontables profesionales quemados, agobiados o superados por la presión mantenida del sistema y sus gestores por un lado y las expectativas y necesidades de los pacientes por el otro. Algo que los que aun no se quemaron temen sobremanera al ver a tantos compañeros en llamas. No es posible humanizar un trabajo que maltrata a sus trabajadores porque nadie es capaz de dar lo que no tiene. Por eso, como Espíritu de la Medicina, he de marchar. Lo hago sin acritud sabiendo que dejo atrás mucha buena gente. Lo hago como lo hace el aroma de la rosa que el verano secó, o del fresco rocío que el rigor del sol termina evaporando. 

Si te encuentras con algún profesional que aún no se quemó del todo cuídalo. No hacen falta aplausos, ni nada parecido. Tan solo darse cuenta de que nuestros problemas personales, sociales o existenciales no tienen solución médica y por lo tanto no es posible delegar en los sanitarios todo el malestar inherente a la vida.Y a la hora de votar revisa si al político de turno le importan algo tus profesionales sanitarios. 

Espero que nos podamos encontrar cuando algún día me necesites en tu tiempo de enfermar, tu ancianidad o en la proximidad de tu muerte. No será fácil, prometo hacer todo lo posible por estar pero necesitaré tu ayuda, acuérdate. 

Con cariño.


El Espíritu de la Medicina. 






Farewell to the spirit of medicine


Dear friend,


I didn't want to leave without giving you this personal farewell letter because, as you know, everything in life usually has an end. On the one hand I feel joy for what has been achieved, but on the other hand I feel sadness when I contemplate the path that medicine is taking.

Since the beginning of time, the first healers developed with effort and sagacity various approaches that helped human beings to walk the path of health. It was necessary to travel far, to contemplate and to try, great patience was required and, in spite of everything, the results were never excessively brilliant. Until the scientific-technical revolution came. Today we have the most powerful medicine in history, thanks to all the advances it has made and systems that greatly increase its power and transfer it to countless territories and people.

Such splendour has its dark side. Health has become a consumer good and as such everyone wants it. The expectations of health are greater every day, which diminishes in proportion the tolerance to the discomfort. This has reached the point where some people create new illnesses in order to sell the corresponding tests and treatments, and where any small discomfort is usually treated in a consultation. This commercialisation has transformed the large National Health Systems into industrial supermarkets of health services and the professionals into operators of the same.

The human part of medicine, its spirit, is no longer able to fit into this order of things, since to practice it, something is needed that is increasingly lacking: time to talk. The human dimension of the health professional is something handmade based on trust, which is slowly built up as his or her knowledge of the patients he or she treats advances. Today, health systems are based on efficiency and productivity as the first value to achieve a profitable gain in the private sector and sustainability in the public sector. Health care is an expensive product that has to be paid for, and to achieve this there is no choice but to put pressure on the professional who is the most flexible and vulnerable part of the system. He or she will have to see more patients a day, do it faster and work longer.

Healthcare overload is a globalised fact that has been progressively increasing, partly relieved by technological advances. But there comes a point when it is no longer viable for the professional to remain human and he or she enters survival mode. It is at this point that the Spirit of Medicine has to go. There is still the technical aspect, there is still science and technology, there is still the system, but something subtle and delicate goes out of the window, something that is expelled by institutional mistreatment, abuse, haste, oppression and demoralization of the staff.

A system that loses its soul is a soulless system. This is well known by the countless professionals who are burned, overwhelmed or overcome by the sustained pressure of the health system and its managers on the one hand and the expectations and needs of the patients on the other. This is something that those who have not yet been burned fear greatly when they see so many colleagues on fire. It is not possible to humanize a job that mistreats its workers because no one is capable of giving what they do not have. That is why, as the Spirit of Medicine, I must leave. I do this without acrimony, knowing that I am leaving behind many good people. I do it as does the aroma of the rose that the summer dried up, or the fresh dew that the rigor of the sun ends up evaporating.

If you come across a professional who hasn't been completely burned, take care of him. No need for applause, or anything like that. Just realize that our personal, social or existential problems have no medical solution and therefore it is not possible to delegate to the health care professionals all the discomfort inherent in life.

I hope that we can meet when you need me one day in your time of illness, your old age or in the proximity of your death. It will not be easy, I promise to do my best to be there but I will need your help, remember.

With love.


The Spirit of Medicine.






告別醫學精神

自動翻譯,對錯誤感到抱歉。

親愛的朋友,


我不想在不給您這份個人告別信的情況下離開,因為正如您所知,生活中的每件事通常都將結束。一方面,我為所取得的成就感到高興,但另一方面,當我考慮藥物正在走的道路時,我感到悲傷。

自從開始以來,第一批治療者就用各種努力和智慧來發展,這些方法幫助人類走上了健康之路。有必要走得更遠,進行思考和嘗試,需要極大的耐心,儘管如此,結果永遠不會過分輝煌。直到科學技術革命來臨。今天,我們擁有歷史上最強大的藥物,這要歸功於它取得的所有進步以及大大增強其功能並將其轉移到無數領土和人民的系統。

這樣的輝煌有其黑暗的一面。健康已經成為一種消費品,因此每個人都想要它。每天對健康的期望越來越高,這相應地降低了對不適的耐受性。這已經達到了這樣的地步:有些人會生出新病以出售相應的測試和治療方法,並且通常會在諮詢中治療任何小不適。這種商業化已將大型的國家衛生系統轉變為健康服務的工業超級市場,而專業人員則轉變為該系統的運營商。

醫學的人為部分,即其精神,不再能夠適應這種事物的順序,因為要實踐它,需要越來越少的東西:說話的時間。衛生專業人員的人文維度是建立在信任基礎上的東西,隨著他或她對所治療患者的了解的提高,這種能力逐漸建立起來。今天,衛生系統以效率和生產力為基礎,這是在私營部門和公共部門實現盈利的第一價值。醫療保健是一種昂貴的產品,必須付費,要實現這一目標,別無選擇,只能給專業人員施加壓力,因為專業人員是系統中最靈活,最脆弱的部分。他或她將不得不每天看更多的病人,做得更快,工作時間更長。

醫療保健超負荷是一個全球化的事實,已經在逐漸增加,但隨著技術的進步而得到部分緩解。但是有一點說明,專業人員不再具有生存能力,而他或她進入生存模式。正是在這一點上,必須要有醫學精神。仍然存在技術方面,仍然存在科學技術,仍然存在系統,但是一些微妙而微妙的事情消失了,這是由於機構的虐待,虐待,匆忙,壓迫和士氣低落而驅散的。

失去靈魂的系統就是沒有靈魂的系統。一方面,無數的專業人員因衛生系統及其管理人員的持續壓力,另一方面又由於患者的期望和需求而被燒傷,不知所措或克服,這是眾所周知的。那些還沒有被燒死的人看到如此多的同事著火時就非常擔心。由於沒有人能夠提供他們所沒有的東西,因此不可能人性化一種會誤傷其工人的工作。因此,作為醫學精神,我必須離開。我知道自己會留下很多好人,所以毫不費力地這樣做。我做的就像夏天干the的玫瑰的香氣,或者是嚴酷的陽光最終蒸發掉的新鮮露水一樣。

如果您遇到沒有被完全燒掉的專業人員,請照顧他。無需掌聲或類似的掌聲。僅僅意識到我們的個人,社會或生存問題沒有醫療解決方案,因此不可能將所有生活中固有的不適感委託給醫療保健專業人員。

希望您有病,年老或臨終時有一天需要我們時,我們可以見面。並非易事,我保證盡我所能,但請記住,我需要您的幫助。

帶著愛。


醫學精神。

martes, 21 de julio de 2020

No saber. Not knowing. 不知道。





Es desconcertante llegar a la conclusión de que no lo sabemos. Tenemos más números que nunca, nadamos en océanos de datos, contamos con poderosos ordenadores y algoritmos... pero sigue siendo imposible mirar la cara del futuro. Eso nos produce incertidumbre y desazón evitando que muchos puedan dormir bien y otros tantos caminen por la vida sumidos en agobio. 

Todo esto no es nuevo, lo incierto es inherente al hecho de vivir por más que nos intenten convencer de que comprando productos o servicios seremos por fin dueños de tan ingrato personaje. 

Frente al futuro no cabe más que bajar la cabeza y reconocer nuestra impotencia. Solo nos queda centrarnos en lo que tengamos entre manos en el momento presente y desde ahí caminar. Dónde lleguemos se verá, nos debería bastar con ir marcando una dirección, un estilo y una forma de viajar a cada paso dado. 

Me llegan noticias del cuidado funeral de estado que tuvo lugar en el patio de armas del palacio real de Madrid. Acto en memoria de los que murieron de Covid19. Y me doy cuenta de que los seres humanos seguimos intentando hacer pactos y trampas de futuro. Por mucho que exorcicemos algo no nos libraremos de ello, y es de esperar un nuevo montón de fallecimientos en los próximos meses aunque a nadie nos guste reconocerlo. El futuro sigue siendo ingobernable.

Una cosa es tener la sensación de saber y otra muy distinta saber algo. Hoy estamos vestidos con las sofisticadas ropas de la tecnología que nos ayudan a sentirnos seguros dentro de un mundo en el que seguimos estando casi desnudos en cuanto a comprensión. Cualquiera que contemple en profundidad el estado de cosas llegará a la conclusión de nuestra profunda ignorancia. Seguimos sin saber. 

Es cierto que las narrativas nos ayudan, a ellas nos amarramos cuando notamos que el oleaje de la vida zarandea la embarcación que nos transporta. Pero si no están asentadas en un reconocimiento del misterio que nos rodea y de la fragilidad que nos aporta nuestra gran ignorancia y levedad, seguiremos sumidos en el engaño del discurso oficial que nos otorga una carta de regia soberanía cuando seguimos siendo monos desnudos que caminan bajo el sol. 

Cubrámonos con la delgada tela de la consciencia y vistamos la cabeza con el sombrero de paja del reconocimiento de nuestra finitud. Solo así evitaremos abrasarnos por el miedo y por la incertidumbre. Y dejaremos de seguir a tanto interesado que nos quiere llevar por la senda del acantilado, esa tan de moda que enriquece a unos pocos.





Not knowing.


It's disconcerting to conclude that we don't know. We have more numbers than ever, we swim in oceans of data, we have powerful computers and algorithms... but it's still impossible to look at the face of the future. This makes us uncertain and uneasy, preventing many from sleeping well and oblying many others to walk through life in a state of stress.

All this is not new, the uncertainty is inherent to the fact of living no matter how much they try to convince us that by buying products or services we will finally be owners of such an ungrateful character.

Faced with the future, we can only bow our heads and acknowledge our helplessness. All that remains is to focus on what we have in our hands at the present moment and walk from there. Where we arrive will be seen, it should be enough for us to mark out a direction, a style and a way to travel at each step taken.

I have received news of the state funeral that took place in the courtyard of the royal palace in Madrid. An act in memory of those who died of Covid19. And I realize that we human beings are still trying to make pacts and traps for the future. No matter how much we exorcise something we will not get rid of it, and we can expect a new pile of deaths in the coming months even if no one likes to acknowledge it. The future remains unmanageable.

It's one thing to have a sense of knowing, it's quite another to know something. Today we are dressed in the sophisticated clothes of technology that help us feel safe in a world where we are still almost naked in terms of understanding. Anyone who looks deeply into the state of things will come to the conclusion of our deep ignorance. We still do not know.

It is true that narratives help us; we tie ourselves to them when we notice the swell of life rocking the boat that transports us. But if they are not grounded in a recognition of the mystery that surrounds us and the fragility that our great ignorance and lightness brings us, we will continue to be submerged in the deception of the official discourse that grants us a charter of sovereignty when we continue to be naked monkeys that walk in the sun.

Let us cover ourselves with the thin fabric of consciousness and wear the straw hat of recognition of our finitude. Only in this way will we avoid being burned by fear and uncertainty. And we will stop following so many interested people who want to take us along the path of the cliff, that so fashionable one that enriches a few.





不知道。


自動翻譯,對錯誤感到抱歉。

得出結論,我們不知道令人不安。我們比以往任何時候都擁有更多的數字,我們在數據的海洋中暢遊,我們擁有強大的計算機和算法……但是,展望未來仍然是不可能的。這使我們變得不確定和不安,使許多人無法安然入睡,並迫使許多其他人處於壓力狀態下度過生活。

所有這些都不是新鮮事物,無論他們試圖說服我們多少,只要他們通過購買產品或服務使我們最終成為這種忘恩負義的人,生活的固有不確定性。

面對未來,我們只能低頭,承認我們的無助。剩下的就是專注於目前我們手中擁有的東西,然後從那裡走出去。可以看到我們到達的地方,對於我們在每個步驟中標記出方向,樣式和行進方式就足夠了。

我收到了在馬德里王宮院子裡舉行的國葬的消息。紀念死於Covid19的人的行為。而且我意識到,我們人類仍在努力締結未來的條約和陷阱。不管我們為某件事進行多少驅魔,我們都不會擺脫它,而且即使沒有人喜歡承認它,我們也可以預期在未來幾個月會有新的死亡。未來仍然無法控制。

擁有一種知覺是一回事,知道一些事情則是另一回事。如今,我們身著精巧的技術服裝,可以幫助我們在一個仍然幾乎一無所知的世界中感到安全。任何深入研究事物狀態的人都會得出我們深知的無知。我們仍然不知道。

的確,敘事可以幫助我們。當我們注意到生命的洶湧搖晃著運送我們的船時,我們便將自己與他們聯繫在一起。但是,如果它們不是基於對我們周圍的奧秘以及我們極大的無知和輕率帶給我們的脆弱性的認可,那麼我們將繼續被對官方話語的欺騙所淹沒,這種話語在我們繼續前進時會授予我們主權成為在陽光下行走的裸猴。

讓我們用薄薄的意識遮蓋自己,戴上承認我們有限的草帽。只有這樣,我們才能避免被恐懼和不確定性所燒毀。而且,我們將停止追隨許多有興趣的人,他們想要帶我們沿著懸崖的小路走,那那麼時尚的人豐富了一些人。



lunes, 20 de julio de 2020

Sanidad zombi. Zombie health system. 殭屍衛生系統。





Sanidad zombi

Un zombi es un ente medio muerto y medio vivo, un ser que pese a presentar evidentes signos de descomposición sigue moviéndose en busca de sustento. Esta figura del imaginario colectivo es uno de los signos de nuestra época y explica su popularidad por su relevancia social y su progresiva capacidad de materialización. Ha pasado de ser una entelequia a algo real cada vez más presente en nuestras sociedades. 

En muchos países nos jactamos de tener esperanzas de vida nunca vistas, es cierto que esto es una buena noticia pero, como todo, tiene su lado oscuro. Un porcentaje de los más mayores se convierte de alguna manera en zombi, perdiendo sus capacidades físicas y cognitivas y exibiendo enormes niveles de deterioro. Hacer una visita a una residencia de ancianos suele ser doloroso cuando se pasa a la sala de “no válidos”, o nos atrevemos a subir a la planta de encamados. 

Pero no solo el estado zombi tiene capacidad de afectar individuos, lo más tenebroso es que puede transformar organizaciones e instituciones, incluso sociedades enteras. ¿Cómo lo hace? La respuesta es simple, favoreciendo que el deterioro se extienda más allá de lo que la muerte permite, aplicando medidas de soporte vital sobredimensionadas. 

Elijamos al azar un par de instituciones, por ejemplo los partidos políticos y la sanidad. La podredumbre de los primeros es evidente y tras sus candidatos perfectamente trajeados se esconde el terrible hedor de una descomposición avanzada de sus idearios políticos y de la ética del bien común. Prima el beneficio personal y el “sálvese quien pueda”, aderezado con mordiscos dialécticos y bronca continua persiguiendo al rival. Un espectáculo que al ser permanentemente televisado nos invita a la nausea y a apagar el canal. 

Si ponemos el foco en la sanidad veremos que aparentemente guarda las apariencias. Sus instalaciones suelen estar límpias y presentables, también su personal. En este caso es más sutil. El proceso es el mismo, un prolongado deterioro presupuestario fue sometiendo a una presión creciente a sus recursos humanos que se fueron fundiendo como fusibles que se apagan. Se empezó a deteriorar la Atención Primaria, luego cayeron los servicios de urgencia, al final caerán los hospitales. Es verdad que no ocurrió todo al mismo tiempo, coexistían profesionales y servicios que seguían funcionando a pleno rendimiento con otros parcial o totalmente deteriorados. Pero ¿no es la coexistencia de partes en avanzada descomposición con otras medio sanas lo que define a un zombi?

Los profesionales sanitarios zombi siguen trabajando, quizá en exceso. Siguen pasando consulta y haciendo curas, pero lo hacen en modo supervivencia, implicándose lo mínimo y trasladando el problema al siguiente en cuanto pueden, obligados como están a atender a más pacientes de lo que sería prudente. Nadie ha fijado nunca unos mínimos de calidad, más bien se ha obligado desde las gerencias a atender “todo lo que entra por la puerta”, el problema es que cuando entra más de lo que el sistema o humanamente sus trabajadores pueden asumir se obliga a estos a hacer un apaño, un truco, una trampa, en lugar de coger el toro por los cuernos y decir: esta cuestión menor la puede usted solucionar sin movilizar recursos sanitarios. No hay directivo ni político que se haya atrevido jamás a plantearlo. 

Los centros de Atención Primaria llevan sufriendo esta epidemia zombi varias décadas y el estado de descomposición es ya notorio. Este verano hemos cruzado la línea roja de permitir que un médico de familia tenga que asumir cinco consultas a la vez, algo semejante a un zombi sin cabeza caminando por Broadway. No lo verán en los telediarios, pero les aseguro que sería una noticia igual de notable si en lugar de un pueblo humilde de Madrid (el Álamo, 9470 habitantes) ocurriera en un barrio bien. 

El vaciamiento de la zona rural y de tantas instituciones públicas progresa en una macabra danza de la muerte, como la que hizo famoso a Michael Jackson, un baile que terminará beneficiando a los especuladores de siempre a costa de las grandes mayorías.

Frente a tanta desolación cabe preguntarse qué podemos hacer y la respuesta no es sencilla. Será necesario plantear alternativas a nivel personal, local y global, incluyendo en ellas criterios de autocrítica y auto responsabilidad que asuman la actual coyuntura de necesario decrecimiento (económico, ambiental, poblacional, político y existencial). Procesos que son amarga medicina y que no será probable apoyen los responsables políticos ni institucionales centrados en agarrarse a sus correspondientes sillones. Lo malo es que la alternativa a no tomar el desagradable bebedizo es devenir en ignominia. Cada cual elija lo que pueda.






Zombie health system.


A zombie is an entity half dead and half alive, a being that in spite of presenting evident signs of decomposition continues to move in search of sustenance. This figure of the collective imagination is one of the signs of our times and explains its popularity for its social relevance and its progressive capacity of materialization. It has gone from being an entelechy to something real that is increasingly present in our societies. 

In many countries we boast of having never before seen life expectancies, it is true that this is good news but, like everything else, it has its dark side. A percentage of the elderly inevitably become zombies in a certain way, losing their physical and cognitive abilities and exhibiting enormous levels of deterioration. A visit to a nursing home is often painful when you go to the "invalid" ward, or dare to go upstairs to bed. 

But it is not only the zombie state that has the capacity to affect individuals, the most frightening thing is that it can transform organizations and institutions, even entire societies. How does it do this? The answer is simple, by encouraging deterioration to extend beyond what death allows, by applying overdimensioned life support measures. 

Let us choose a couple of institutions at random, for example political parties and health care system. The rottenness of the former is evident and behind their perfectly dressed candidates hides the terrible stench of an advanced decomposition of their political ideals and the ethics of the common good. Personal gain prevails and "every man for himself", seasoned with dialectic bites and anger continues to pursue the rival. A show that, being permanently televised, invites us to nausea and to turn off the channel. 

If we put the focus on healing we will see that it apparently keeps up appearances. Its facilities are usually clean and presentable, as well as its staff. In this case it is more subtle. The process is the same, a prolonged budgetary deterioration put increasing pressure on its human resources that were melting like fuses that go out. Primary care began to deteriorate, then the emergency services fell, and eventually the hospitals fell. It is true that not everything happened at the same time; professionals and services that continued to function at full capacity coexisted with others that were partially or totally deteriorated. But isn't it the coexistence of parts in advanced decomposition with other half healthy ones that defines a zombie?

Zombie health professionals are still working, perhaps in excess. They continue to consult and treat, but they do so in a survival mode, involving themselves as little as possible and transferring the problem to the next as soon as they can, forced as they are to treat more patients than would be prudent. No one has ever set a minimum quality, but rather the management has forced itself to attend to "everything that comes through the door", the problem is that when more comes in than the system or its workers can humanly assume, they are forced to make a deal, a trick, a trap, instead of grasp the nettle and saying: you can solve this minor issue without mobilizing health resources. No manager or politician has ever dared to raise it. 

Primary care centres have been suffering from this zombie epidemic for several decades and the state of decomposition is already evident. This summer we crossed the red line of allowing a family doctor to take on five consultations at once, something like a headless zombie walking down Broadway. You won't see it on the news, but I assure you that it would be just as remarkable news if instead of a humble village in Madrid (the Alamo, 9470 inhabitants) it happened in a good neighborhood. 

The emptying of the rural area and of so many public institutions is progressing into a macabre dance of death, like the one that made Michael Jackson famous, a dance that will end up benefiting the usual speculators at the expense of the great majorities.

In the face of so much desolation, one might ask what we can do, and the answer is not simple. It will be necessary to propose alternatives at a personal, local and global level, including criteria of self-criticism and self-responsibility that assume the current situation of necessary decrease (economic, environmental, population, political and existential). Processes that are bitter medicine and that are unlikely to be supported by political or institutional leaders focused on clinging to their corresponding chairs. The problem is that the alternative to not taking the unpleasant drink is to become ignominious. Each person should choose what he or she can.  



殭屍衛生系統。

自動翻譯,對錯誤感到抱歉。


殭屍是一個半死半活的實體,儘管存在明顯的分解跡象,但殭屍仍在繼續尋找生命。集體想像力的這一數字是我們時代的標誌之一,並解釋了其因其與社會相關的重要性和其逐步實現的能力而受到歡迎。它已經從一種誘惑變成了在我們社會中越來越普遍的真實事物。

在許多國家,我們誇耀從未有過預期壽命,這確實是個好消息,但與其他所有事物一樣,它也有其陰暗面。一定比例的老年人不可避免地會變成殭屍,失去其身體和認知能力,並表現出極大的惡化。當您去“無效”病房或不敢上樓睡覺時,去養老院通常會很痛苦。

但是,不僅殭屍國家有能力影響個人,最可怕的是,它可以改變組織和機構,甚至整個社會。它是如何做到的?答案很簡單,通過採取超大型的生命維持措施,鼓勵惡化擴大到死亡所允許的範圍之外。

讓我們隨機選擇幾個機構,例如政黨和衛生保健系統。前者的爛攤子很明顯,在他們穿著考究的候選人的身後,隱藏著他們政治理想和共同利益倫理高級分解的可怕惡臭。個人利益佔上風,“每個人都為自己著想”,以辯證性的口吻和憤怒來繼續追求對手。永久播放的節目邀請我們噁心並關閉頻道。

如果我們把重點放在治療上,我們會發現它顯然可以保持外觀。它的設施和工作人員通常都很乾淨整潔。在這種情況下,它更加微妙。流程是一樣的,長期的預算惡化會給其人力資源帶來越來越大的壓力,這些人力資源像熔斷的熔絲一樣在融化。初級保健開始惡化,然後急診服務下降,最終醫院倒閉。確實,並非所有事情都是同時發生的。繼續發揮最大作用的專業人員和服務與部分或全部退化的其他人員並存。但是,難道不是高級分解中的部分與定義了殭屍的其他一半健康部分並存嗎?

殭屍健康專業人員仍在工作,也許工作量過多。他們繼續進行諮詢和治療,但是他們以生存的方式進行諮詢,盡可能少地參與進來,並儘快將問題轉移到下一個患者,因為他們不得不治療比審慎的患者更多的患者。從來沒有人設定過最低的質量,而是管理層強迫自己去處理“一切可能從門進來的事情”,問題是,當進來的數量超出系統或其工作人員可以想像的範圍時,他們就不得不這樣做。達成協議,一個技巧,一個陷阱,而不是抓住蕁麻說:您可以在不動員醫療資源的情況下解決這個小問題。從未有經理或政客敢於提出這一建議。

初級保健中心已經經歷了幾十年的殭屍流行,而且分解狀態已經很明顯。今年夏天,我們越過了允許一名家庭醫生立即進行五次診治的紅線,就像一個無頭殭屍在百老匯上走一樣。您不會在新聞中看到它,但我向您保證,如果它發生在一個好鄰居中,而不是馬德里一個不起眼的村莊(阿拉莫市,有9470名居民),那將是同樣令人矚目的新聞。

農村地區和許多公共機構的排空正在演變成令人震驚的死亡之舞,就像使邁克爾·傑克遜(Michael Jackson)出名的那支舞,最終將使大多數投機者受益,而犧牲了大多數人。

面對如此多的荒涼,人們可能會問我們能做什麼,答案並不簡單。有必要在個人,地方和全球層面上提出替代方案,包括自我批評和自我責任的標準,這些標准假定當前必要的減少情況(經濟,環境,人口,政治和存在)。那些苦澀的過程,不太可能得到專注於緊握其相應主席的政治或機構領導人的支持。問題在於,不喝不愉快的飲料的選擇是變得愚昧無知。每個人都應該選擇自己能做的。