viernes, 23 de agosto de 2013
Relatos de verano: doctor VIP
Le gustaba afeitarse con la ventana abierta. La calma del jardín por la mañana, la luz y el canto de los mirlos le hacían sentir bien. Ese jueves estaba especialmente contento, en parte por su proeza deportiva del día anterior, en parte por que en pocas horas tendría que revisar la cadera del rey. Pocos compañeros podrían igualar esos dos buenos temas de conversación en la partida de golf de la tarde. Escogió la camisa de rayas rosas y cuello blanco, la corbata de Hermes que le regaló Pitita, y los pasadores de oro estilo yate. Se perfumó con su colonia Loewe preferida y sin desayunar se despidió de los niños y de la interna mientras se metía en el descapotable poniéndose las gafas de sol. Amaba el momento en el que la puerta del garaje le dejaba paso franco, tenía toda la jornada por delante para comerse el mundo.
jueves, 22 de agosto de 2013
Relatos de verano: la enfermera Blanca
Foto: 'Sky symphony'
http://www.flickr.com/photos/12836528@N00/5192063662
http://www.flickr.com/photos/12836528@N00/5192063662
Me gusta la nueva enfermera suplente, es joven y tiene buen humor, da gusto charlar con ella. Como me toca limpiar la parte de abajo del centro me la encuentro a la hora del primer café, siempre contando cosas divertidas. Da gusto, no como las otras enfermeras que son más secas que Matusalén, es verdad que son muy mayores, pero eso no debería ser inconveniente para sonreír más. En la última oposición vinieron unas que para qué, más quemadas del hospital que la oreja de Niki Lauda... en fin. En el café de la merienda también me la suelo encontrar, no me extraña, siempre que me enseña su lista no tiene más de 10 o 20 pacientes, así está ella de tranquila. Pero me parece bien, ya tendrá tiempo de quemarse como esos doctores de la mañana que no paran de atender pacientes, esos no bajan nunca a por café y así les va, siempre tan serios.
Me gusta la enfermera Blanca, ayer trajo un bizcocho que hizo ella y nos pasamos una hora hablando de las fiestas de su pueblo. Como es verano hay que tomarlo con calma.
miércoles, 21 de agosto de 2013
Relatos de verano: la directora general de sistemas
Disfrutaba de uno de los puestos claves de la consejería. Una buena posición en el escalafón, buenos contactos, un despacho con vistas. Sus jefes la apreciaban. Ella les daba información, se dedicaba a ello. Pese a la crisis su departamento contaba con un presupuesto generoso con el que atender montones de proyectos. Era casi imposible cumplir los plazos, lo urgente se comía literalmente lo importante. Ese talón de Aquiles la hacía sufrir, sabía que los asistenciales la criticaban duramente, sabía que con toda la razón. Afortunadamente no tenía mucho trato con ellos, tan solo algún grupo de trabajo con profesionales debidamente filtrados y de perfil no beligerante.
Esa tarde tenía el cumpleaños de Cuquita. Le pediría al chofer que la dejara en Serrano quería comprar un regalo y tenía clara la tienda. Luego iría andando, el ático de su amiga no quedaba lejos, para un café con pastas siempre hay tiempo, especialmente si son de Viena Capellanes.
martes, 20 de agosto de 2013
Relatos de verano: el peor escenario posible
Vuelvo a repasar los datos. Caen gotas de sudor por mi frente, los informes que tengo delante no están equivocados, no lo pueden estar. Tras seguir hace unas semanas la pista de ese viejo libro que me recomendó Robinson empecé a hacer cábalas y encontrar evidencias irrefutables. Tomé de nuevo entre mis manos el viejo manual, "Sano y salvo y libre de intervenciones médicas", Juan Gérvas y Mercedes Pérez... Estaba todo en el índice... Y luego los informes de la OMS, datos fehacientes que ilustraban con gráficos escalofriantes las cifras de obesidad, diabetes, hipertensión, colesterol... También disponía de datos de las nuevas enfermedades, un altísimo número de niños padecía déficit de atención e hiperactividad, otros catarros múltiples, moquitis perenne o tranquilidad excesiva. Los adolescentes sufrían, trastorno de timidez aguda, pabitis prolongada o sofafilia televisiva. Las mujeres se llevaban la peor parte como siempre, los embarazos eran en un 90% seguidos en unidades de alto riesgo, a partir de los 20 años se las sometía a un seguimiento intensivo bimensual en unidades de mama especializadas y a partir de la menopausia se las trataba a todas frente a la cascada de enfermedades que esa edad producía, desde los huesos a la piel, el ánimo o los terribles sofocos.
No había duda, los datos lo mostraban a las claras, los individuos saludables eran menos del 5%. Se cumplía así la terrible predicción del profesor Zurita que sostenía que la humanidad sigue una curváis de Gauss de patología creciente orientada a la enfermedad máxima y a la muerte. La paradoja es que nunca antes habíamos vivido con estándares tan altos, tecnología sanitaria hiperdesarrollada, alimentación bioecológica, protección social completa... Que los extranjeros más allá de las vallas padeciesen miserias era comprensible, pero nosotros, en nuestra posición...
Estaba claro que algo iba mal, algo importante.
lunes, 19 de agosto de 2013
Relatos de verano: la anestesista
La conocí en su viaje de novios. Tuve una conversación casual con ella, estaba de buen humor. Llevaba años en un hospital de una capital importante. Su trabajo de anestesista era cómodo. La habían bajado el sueldo pero aun así no estaba mal, dos a cuatro cirugías al dia, pocas guardias, mucho tiempo para leer. Ahora con el ipad mucho mejor. Su marido no era sanitario y tenía una posición desahogada, con los dos sueldos vivían de forma bastante confortable. Cuando le dije que era médico de cabecera respondió con un seco "ya". No le comenté que ese mes me habían hecho tres entrevistas para distintos medios, me habían posicionado excelentemente en un estudio de redes sociales, mis artículos habían llegado a decenas de miles de personas y que estaba enamorado de mi trabajo. Sencillamente no surgió en la conversación. Dejé que se marcharan abrazados, un viaje de novios no se hace todos los días. Afortunadamente con los años uno va descubriendo que hay cosas mejores, a menudo muy sencillas, por ejemplo no abrir la boca y sonreír.
domingo, 18 de agosto de 2013
Ecosistemas sanitarios
Los ecosistemas se apoyan unos en otros formando sistemas complejos. Su capacidad de adaptación es grande dado que todos colaboran para flexibilizar los impactos y adaptarse mejor a ellos. Aun así hay un componente de fragilidad que aumenta según se complejizan.
El sistema sanitario es una construcción social compleja. Consta de gran número de subsistemas, funciones y servicios, recursos humanos generalistas y especializados, sistemas organizativos multinivel y tecnología avanzada. Organizar algo tan complejo no es fácil. En los últimos años hemos visto que los costes se han elevado más allá de lo que nos podemos permitir. ¿Cómo adecuar los recursos a los costes?
La respuesta a esta pregunta suele ser un sálvese quien pueda, y cada parte del sistema argumentará las razones de su imprescindibilidad. Los cirujanos defenderán sus caros robots quirúrgicos y el sistema de transplantes, los oncólogos sus carísimos tratamientos, los radiólogos sus impresicindibles aparatos que todo lo ven... Al final de la cola aparecerán los médicos de familia arguyendo que son capaces de solucionar el 90% de los problemas de los pacientes con un coste mínimo para el sistema, pero ya nadie escucha... el pescado ya está todo vendido. ¿Se habrá hecho bien? En estos tiempos no todos tienen la misma voz, y dado que quien no llora no mama, está claro que no habrá leche para todos.
sábado, 17 de agosto de 2013
Intemperie sanitaria
Vivir a la intemperie es desabrido. Podemos salir, trabajar, pasear, buscarnos la vida, pero luego nos es necesario volver, guarecernos, apartarnos de ella. Incluso un sabio como Diógenes eligió un tonel como vivienda mínima. Ser un sin techo en una ciudad es una desgracia, serlo en un páramo inhóspito puede ser mortal. La intemperie se rige por reglas estrictas que si son incumplidas se castigan con rigor. Pero hay muchos tipos de intemperie. Jesús Carrasco lo explícita en su novela de éxito. La del llano ardiente, la de los sentimientos, la de la iniquidad... Todas nos condenan al infierno si no se saben manejar. El ser humano siempre ha tratado de escapar de ellas con exiguo éxito. Es el corazón de la tragedia, esta termina atrapando a los héroes. La sociedad occidental trata de levantar enormes muros para protegerse en un esfuerzo inútil. La mayor intemperie la llevamos por dentro, el secarral del alma nos pertenece por entero, como la sombra y nuestros sueños. Pese a las protecciones una de las fuerzas de la vida que nos deja en descampado sigue siendo la enfermedad. Da igual que construyamos enormes hospitales, máquinas de cobalto o resonancias magnéticas para exorcisarla, cuando llega nos deja desnudos frente a nosotros mismos. Una simple gripe irrumpe en nuestra vida como un elefante en una cacharrería, si el diagnóstico es más grave el impacto es terrible. La tecnología no nos salvará, tampoco el orgullo. Sólo cabe esperar salir lo antes posible del embrollo, tal vez encontrando a alguien que conozca el terreno y se sepa manejar. En la dura y excelente obra de Carrasco se describe a un pastor que tiene este rol, en definitiva el mismo de los profesionales sanitarios, acompañar, cuidar, proteger y guiar, verbos de la primera conjugación imprescindibles en tiempo de enfermar. Ya podremos rodearnos de aparatos, chequeos o medicamentos maravillosos, si no nos proveen de esos cuatro verbos estaremos perdidos.
viernes, 16 de agosto de 2013
Relatos de verano: la caída
Caía por un enorme agujero de paredes resbaladizas. Hacía tiempo que había perdido el control y ya no hacía contacto con los bordes, la caída era libre, negra, oscura, angustiosa. Le había pasado antes. Siempre era igual. Se encontraba caminando fatigosamente por el sendero, cansado, agotado. Decidía refrescarse con las manzanas rojas que a cada trecho se podían encontrar al lado del camino, decidía olvidar la prohibición. Su médico se lo había dejado claro, él también lo sabía. Esas manzanas le mataban. Comió de nuevo y al instante se sintió más ligero, más fuerte, más poderoso. A la par comenzó a descender, al principio despacio, luego ya más ligero. El sendero de subida se transformó en una pista resbaladiza, cada vez bajaba más deprisa, más y más deprisa... hasta qué perdió pie y la caída se hizo incontrolable.
Amaneció en el hospital, con veinte kilos menos, muy mala cara y dolor en todo el cuerpo, sobre todo en el alma. Necesitó varias semanas para volver en sí. En esta ocasión el choque había sido monumental. Volvió a poner su resistencia al límite, volvió a inflamar sus maltrechas neuronas. Avanzaba despacio por el pasillo, vistiendo el pijama azul del hospital, arrastrando un poco los pies. Todavía no podía saber si tendría fuerzas de nuevo para volver a pasar consulta.
jueves, 15 de agosto de 2013
La visión de Pissarro
El museo Thyssen de Madrid suele ofrecer exposiones temporales de altísima calidad. La actual se centra en uno de los impresionistas más importantes Camille Pissarro. La muestra incluye varios lienzos de la propia colección, algo esperable al ser uno de los pintores favoritos de la baronesa. Además de invitar a regalarse los ojos con las obras de este genio, me parecía oportuno aprender de la sensibilidad del artista. Pissarro gusta de pintar al aire libre, fundamentalmente escenas campestres, también del barrio de Montmatre con un agradable tono decimonónico en los vestidos y coches de caballos. Pero lo que les llamará la atención es el manejo de la luz y la composición, el milagro de conseguir detalles y delicadeza con pincelada gruesa y trazos largos. Como suele pasar la mayoría de los visitantes pululaban por la sala abducidos por sus audioguías a un metro de las obras. Lo entenderían todo, pero no estaban viendo nada. A los impresionistas hay que contemplarles desde el otro lado de la sala, como mínimo a cinco metros de la obra. Luego pueden jugar y acercarse, pero sin distancia no hay belleza.
Esto días de verano he visto muchos pacientes agobiados, daba la impresión de que miraban la vida demasiado pegados a ella, sin distancia, sin perspecitva. Por otro lado las peripecias de nuestro responsables y gobernantes, que tanta zozobra nos causan a todos, parece que pintan la realidad con un trazo demasiado grueso, casi grotesco. Seguramente nos venga bien alejarnos del cuadro, este tiempo de verano lo favorece. Pero no se confíen, cuando llegue septiembre mas nos vale seguir haciéndolo.
post dedicado a mi amigo Ferando Guzón, él sabe porqué.
miércoles, 14 de agosto de 2013
Salud en el club de jazz
Foto: Pablo Martín Caminero
La música es vida, es pura terapia, es imprescindible para todos. El lenguaje musical llega al centro del alma aunque no se sepa solfeo. Una guitarra o un piano pueden producir más catarsis que años de psicoanálisis. Como médico no puedo dejar de recomendar música a mis pacientes, pero eso sí, de calidad. ¿Qué significa calidad? pues igual que con los alimentos, si puede permitírselo consuma alimentos frescos, música en directo. No es tan caro como se imagina, una sesión de jazz en uno de los clubs de moda en Madrid vale poco más que un cine. Y tendrá ante usted a un grupo que le transmitirá algo más que sabor enlatado. El poder de los instrumentos musicales es enorme. Someternos a esta inmersión en fuego y agua que es la música nos arreglará flecos que todos llevamos colgando por el alma.
De vez en cuando es bueno apagar la televisión y darse una vuelta por ahí.
martes, 13 de agosto de 2013
¿Ha muerto la blogosfera sanitaria?
Foto: participantes en el 1º congreso de la blogosfera sanitaria, Madrid 2011
Muchos se hacen esta pregunta periódicamente. La respuesta es variable según le haya ido la fiesta a cada cual. Es verdad es que la creación global de contenidos de la primera generación blogosférica sanitaria en español ha podido decaer, pero no nos engañemos, este medio no tiene nada que ver con lo que conocíamos. El tiempo en internet corre deprisa y las evoluciones personales por un lado y el recambio de personas por otro, hacen que todo cambie a gran velocidad.
Si siguen leyendo a Vicente Baos, Miguel Angel Manyez, Rafa Bravo o Amalia Arce (por citar tan solo cuatro de los muchos blogs excelentes que existen) sabrán que todavía hay vida en internet. Por otro lado los blogs no dejan de ser expresión de la voz de cada cual en el modo, frecuencia y tono que cada cual elija. Cada dia miles de nuevos usuarios se suben al carro, lo prueban, lo abandonan... Así es internet. La ventaja que siguen teniendo los blogs es que cada cual publica lo que le apetece compartir. A fin de cuentas ya ven nuestras bandejas de entrada y de salida, nuestros mensajes de Whatsapp y hasta pueden oírnos usando los micrófonos de nuestros móviles y ordenadores...
Se acabó la privacidad, el que no comparta se está perdiendo algo.
lunes, 12 de agosto de 2013
No soy lo que parezco
Foto: 'little face'
http://www.flickr.com/photos/84144593@N00/358600630
http://www.flickr.com/photos/84144593@N00/358600630
Un precioso texto de Charles C. Finn muy apropiado para el verano. ¡Cuánta liberación encontraríamos si fueramos capaces de dejar caer nuestras máscaras!
"No dejes que te engañe. Que no te engañe la cara que llevo porque sólo es una máscara, una de las máscaras
que temo quitarme y ninguna de ellas soy yo. Aparentar es un arte que
domino, pero no te dejes engañar. Te doy la impresión de ser fuerte, de
que dentro y fuera de mí hay un día soleado y apacible, de que mi nombre
es “confianza” y que “control” es mi juego.
De que el mar está sereno y yo sereno al timón, de que no necesito a
nadie, pero no me creas. Mi exterior refleja serenidad, pero sólo es una
máscara, siempre cambiando, siempre ocultando.
Detrás de ella hay confusión, temor y soledad, pero esto lo escondo.
No quiero que nadie lo sepa. Me da pánico que mi debilidad y mi temor
queden expuestos.
Es por eso el afán con que he creado una máscara en dónde ocultarme.
Una fachada indiferente y sofisticada que me ayude a fingir, que me
sirva de escudo ante una mirada conocedora. Pero precisamente, esa
mirada es mi salvación, mi única esperanza, lo sé.
Siempre y cuando venga acompañada de aceptación y de amor. Es lo único
que puede liberarme de mí mismo, de la prisión que yo solo he
construido. Es lo único que puede revelarme lo que yo mismo no me he
podido revelar, que soy alguien que valgo. Pero esto no te lo digo. No
me atrevo. Tengo miedo que tu mirada no venga acompañada de aceptación y
de amor.
Temo rebajarme ante ti, que te rías. Tengo miedo de que me rechaces.
Por eso es que juego mi juego, mí desesperado juego de aparentar, con
una fachada de seguridad por fuera, y un niño temeroso por dentro.
Así empieza el desfile de máscaras, y mi vida se coloca al frente, con
caretas destellantes pero vacías. Inútilmente platico contigo en los
tonos suaves de una plática superficial. Te digo todo acerca de nada, y
nada acerca de lo que es todo para mí.
Así que cuando te hable, no te dejes engañar por lo que te diga. Por
favor escucha cuidadosamente, trata de oír lo que me gustaría decir,
pero que no puedo manifestar abiertamente. No me gusta esconder. No me
gusta jugar al impostor.
Quiero dejar de aparentar.
Quiero ser auténtico, espontáneo, pero tienes que ayudarme. Extiéndeme
tu mano aun cuando parezca ser lo último que necesito. Cada vez que eres
amable, cada vez que tratas de comprenderme, mi corazón hace crecer
unas alas, unas pequeñas alas, unas alas frágiles, ¡pero alas!.
Una arraigada convicción de que valgo poco me ha hecho construir una
muralla a mi alrededor. Mientras más te acerques a mí, con más ímpetu te
rechazaré. Es irracional pero, contrario a lo que dicen los libros
acerca del hombre, frecuentemente soy irracional.
Se me ha dicho que el amor es más fuerte que cualquier barrera y en
ello está mi esperanza. Por favor trata de derrumbar esa muralla con
manos firmes, pero gentiles, ya que mi niño interior es muy sensible.
¿Quién soy yo? te preguntarás… Soy alguien a quien tú conoces muy
bien. Soy cualquier hombre o cualquier mujer que cruza por tu camino."
visto en Denko Mesa vía Amor en el Aire
Please Hear What I'm Not Saying
Don't be fooled by me.
Don't be fooled by the face I wear
for I wear a mask, a thousand masks,
masks that I'm afraid to take off,
and none of them is me.
Pretending is an art that's second nature with me,
but don't be fooled,
for God's sake don't be fooled.
I give you the impression that I'm secure,
that all is sunny and unruffled with me, within as well
as without,
that confidence is my name and coolness my game,
that the water's calm and I'm in command
and that I need no one,
but don't believe me.
My surface may seem smooth but my surface is my mask,
ever-varying and ever-concealing.
Beneath lies no complacence.
Beneath lies confusion, and fear, and aloneness.
But I hide this. I don't want anybody to know it.
I panic at the thought of my weakness exposed.
That's why I frantically create a mask to hide behind,
a nonchalant sophisticated facade,
to help me pretend,
to shield me from the glance that knows.
But such a glance is precisely my salvation, my only hope,
and I know it.
That is, if it's followed by acceptance,
if it's followed by love.
It's the only thing that can liberate me from myself,
from my own self-built prison walls,
from the barriers I so painstakingly erect.
It's the only thing that will assure me
of what I can't assure myself,
that I'm really worth something.
But I don't tell you this. I don't dare to, I'm afraid to.
I'm afraid your glance will not be followed by acceptance,
will not be followed by love.
I'm afraid you'll think less of me,
that you'll laugh, and your laugh would kill me.
I'm afraid that deep-down I'm nothing
and that you will see this and reject me.
So I play my game, my desperate pretending game,
with a facade of assurance without
and a trembling child within.
So begins the glittering but empty parade of masks,
and my life becomes a front.
I idly chatter to you in the suave tones of surface talk.
I tell you everything that's really nothing,
and nothing of what's everything,
of what's crying within me.
So when I'm going through my routine
do not be fooled by what I'm saying.
Please listen carefully and try to hear what I'm not saying,
what I'd like to be able to say,
what for survival I need to say,
but what I can't say.
I don't like hiding.
I don't like playing superficial phony games.
I want to stop playing them.
I want to be genuine and spontaneous and me
but you've got to help me.
You've got to hold out your hand
even when that's the last thing I seem to want.
Only you can wipe away from my eyes
the blank stare of the breathing dead.
Only you can call me into aliveness.
Each time you're kind, and gentle, and encouraging,
each time you try to understand because you really care,
my heart begins to grow wings--
very small wings,
very feeble wings,
but wings!
With your power to touch me into feeling
you can breathe life into me.
I want you to know that.
I want you to know how important you are to me,
how you can be a creator--an honest-to-God creator--
of the person that is me
if you choose to.
You alone can break down the wall behind which I tremble,
you alone can remove my mask,
you alone can release me from my shadow-world of panic,
from my lonely prison,
if you choose to.
Please choose to.
Do not pass me by.
It will not be easy for you.
A long conviction of worthlessness builds strong walls.
The nearer you approach to me
the blinder I may strike back.
It's irrational, but despite what the books say about man
often I am irrational.
I fight against the very thing I cry out for.
But I am told that love is stronger than strong walls
and in this lies my hope.
Please try to beat down those walls
with firm hands but with gentle hands
for a child is very sensitive.
Who am I, you may wonder?
I am someone you know very well.
For I am every man you meet
and I am every woman you meet.
Charles C. Finn
September 1966domingo, 11 de agosto de 2013
Fuego en el cuerpo
Foto: 'liquid fire'
http://www.flickr.com/photos/99771506@N00/2831284691
http://www.flickr.com/photos/99771506@N00/2831284691
¿Por qué nos quema tanto el fuego de la ira?
¿Por qué nos inflamamos de despecho?
Dime, mi estrella, qué origina esa llama,
El pebetero áureo que asola épocas e imperios.
Velado de los ojos, invisible al inicio,
En la contrariedad tiene su origen y sustento
Presto a incendiar el secarral del alma,
Las enormes estepas de soledad y vehemencia.
Después, mucho después, todo serán cenizas.
Devastada la tierra queda un nuevo vacío
Ahora tiznado y con aroma de desastre.
Qué poca cosa seguimos siendo los humanos
Incapaces de sofocar un simple sentimiento...
Seguiremos flotando a merced de las olas.
@doctorcasado
Cuando en verano veo arder el monte no dejo de ver detrás la mano del hombre, y más que la mano su corazón. Este arde cada vez más, en algunos casos sometiendo a gran rigor a su portador. Nadie nos ha enseñado qué hacer cuando el corazón arde, cómo manejar los sentimientos difíciles para que no nos dañen a nosotros y a los que nos rodean, para que esas llamas no se expandan a páramos y bosques.
Estos incendios interiores son causa de todo tipo de adicciones, violencias, abandonos, dejadeces... y al final enfermedad y sufrimiento.
Recurrir a cosas tan sencillas como un paseo o un poco de buena música, a una conversación con alguien de nuestra confianza o la escritura de una carta pueden ser opciones que amainen ese fuego. Hay muchas más, nos pasamos la vida ensayándo alternativas. Es bueno recordar que las más simples suelen ser las más hermosas y potentes.
sábado, 10 de agosto de 2013
Relatos de verano: El cazador de rayos
Lo tenía claro, él no era de los que se quedaban en el sillón. A sus treinta años regentaba un negocio que le había catapultado a la celebridad desde que aquella periodista publicó un extenso reportaje con fotos en el dominical de su periódico. Lo más difícil fue convencer a la compañía eléctrica, le pusieron pegas durante un año hasta que consiguió hablar con aquel ingeniero de la peca en la mejilla, ese le comprendió. Le facilitó los algoritmos, para evitar sobrecargar la red, y el estudio de costes. Al final le pagaban cada rayo a seis mil euros, en una buena tormenta podía cazar hasta siete. La compañía, como es natural, ganaba mucho mas y al cederle el uso de lineas de alta tensión, previo aviso, evitaba riesgos innecesarios. Su avioneta actuaba de señuelo tras instalar un filtro de protección eléctrica en el motor y conseguir un cable de hiperlongitud que su compañero conectaba a la red y le lanzaba con un ingenioso sistema de pértigas que permitía a la avioneta pescarlo al vuelo. Las primeras veces se asustó de veras. Al recibir la descarga, el motor se paraba, la carlinga quedaba a oscuras, fuera soplaba de lo lindo... Cuando volvía a casa se lanzaba agotado en el colchón, sonriendo por estar rematadamente loco. Un médico rural ha de tener recursos para todo, le explicaron hacía ya muchos años.
viernes, 9 de agosto de 2013
Relatos de verano: Te amo.
Foto: '⥠The Drongo Love ⥠Happy Valentine's+Day+â¥'
http://www.flickr.com/photos/44345361@N06/6874560581
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—Te amo. —Mira, a mí no me cuentes tus problemas.
— Dama Elegante (@EleganteDama) July 23, 2013
Se amaron, pero habían olvidado conjugar los verbos, solo conseguían articular frases en pasado. Los dos sabían que no era sostenible pero preferían mirar para otro lado, "es mejor así" se decían. Ella seguía acudiendo a su médico de cabecera por recetas para sus migrañas. El seguía yendo al bar. En tantos años de convivencia ambos habían producido y padecido violencia. Ella con sus recriminaciones y su tono desabrido, él con gritos e insultos y algún pescozón. No servía de nada, pero ¿qué iban a hacer si ya no podían comunicarse de otro modo?
Ella seguía acudiendo a su médico de cabecera por recetas. El seguía yendo al bar.
jueves, 8 de agosto de 2013
Relatos de verano: el doctor KO
Foto: decofeelings
Tengo ganas de vacaciones. Estoy hasta las narices del centro de salud. Todos los días 50 pacientes, y eso que estamos en verano y la cosa está tranquila, en invierno es mucho peor. Además no hay forma de bajar la presión, siguen viniendo. Es verdad que soy bueno y ya son muchos años, la gente se fideliza y se acostumbra a venir, con un sistema tan accesible esto es imparable. Por otro lado la burocracia les obliga a acudir por nuevas recetas, partes e informes que no hay forma humana se hagan de otra forma. Los de la Consejería no sé para que están, tantos años y nadie arregla nada. Bueno, más que arreglar empeoran, porque el sistema informático que tenemos es tortura china. Todos los días a las doce se enlentece y los cuelgues y errores son continuos pese a llevar ya años instaurado...
Para colmo ahora se empeñan en cambiar el sistema de salud, recortarlo, privatizarlo y vilipendiarlo. Nos han bajado el sueldo y nos han quitado el presupuesto de suplentes, cuando alguien falta toca ver sus pacientes. ¿Por qué no se pasarán algún dia por la consulta a dar una vueltecita? ¿No ven que es imposible ver más pacientes en un dia? Llevo años sin poder ir a una sesión clínica ni ver a penas a mis compañeros de centro ¿cómo, si no salgo de la consulta para nada? En fin, creo que me vendrán bien esas vacaciones, en ocasiones noto mis nervios cansados, muy cansados.
miércoles, 7 de agosto de 2013
Naturaleza sanadora
¿Cuándo fue la última vez que su médico le recomendó ir al campo? estamos acostumbrados a escuchar consejos sobre dieta o actividad física pero no sobre la gestión del tiempo y el espacio, variables mucho más importantes. El ritmo de vida habitual de nuestras sociedades occidentales urbanas nos somete a mucha violencia. La prisa, el ruido, el agobio no nos dejan oportunidad de contactar con nosotros mismos, de descubrir nuestras necesidades, de tomar un respiro.
Sin embargo la naturaleza tiene una enorme capacidad sanadora, nos recuerda quienes somos, nos acerca a la belleza, a la simplicidad, nos abre la mente. En verano tenemos más fácil acercanos a la naturaleza, por el buen tiempo y por los periodos de vacaciones. Un sencillo paseo nos puede reportar una gran alegría, una excursión, una escapada tienen el poder de romper nuestras rutinas y liberarnos de pensamientos apesadumbrados.
A menudo buscamos en las medicinas solución inmediata a nuestros problemas. Tal vez si nos regaláramos más tiempos cerca de la naturaleza no las sentiríamos tan necesarias.
martes, 6 de agosto de 2013
Somos mamíferos, mamar nos hace más inteligentes
Foto: Sanutri
La importancia de la lactancia materna es incuestionable. Mientras más tiempo se pueda dar el pecho más beneficios para el lactante. La revista JAMA publica datos que muestran que los bebés alimentados mucho tiempo al pecho tienen más desarrollo cognitivo, son más listos.
Parece que cada vez hay menos controversia, casi todo el mundo apoya la lactancia materna pero la realidad es otra, los trabajos y la vida moderna en muchas ocasiones dificultan dar el pecho más de los cuatro meses de baja maternal.
Si puede dar el pecho a sus hijos tenga claro que es lo mejor, con diferencia, para ellos.
Infant Feeding and Childhood Cognition at Ages 3 and 7 YearsEffects of Breastfeeding Duration and Exclusivity ONLINE FIRST
Mandy B. Belfort, MD, MPH1;
Sheryl L. Rifas-Shiman, MPH2;
Ken P. Kleinman, ScD2;
Lauren B. Guthrie, MPH2;
David C. Bellinger, PhD3;
Elsie M. Taveras, MD, MPH2;
Matthew W. Gillman, MD, SM2,4;
Emily Oken, MD, MPH2
JAMA Pediatr. 2013;():-. doi:10.1001/jamapediatrics.2013.455.
Importance
Breastfeeding may benefit child cognitive development, but few
studies have quantified breastfeeding duration or exclusivity, nor has
any study to date examined the role of maternal diet during lactation on
child cognition.
Objectives To examine relationships of breastfeeding duration and exclusivity with child cognition at ages 3 and 7 years and to evaluate the extent to which maternal fish intake during lactation modifies associations of infant feeding with later cognition.
Design, Setting, and Participants Prospective cohort study (Project Viva), a US prebirth cohort that enrolled mothers from April 22, 1999, to July 31, 2002, and followed up children to age 7 years, including 1312 Project Viva mothers and children.
Main Exposure Duration of any breastfeeding to age 12 months.
Main Outcomes and Measures Child receptive language assessed with the Peabody Picture Vocabulary Test at age 3 years, Wide Range Assessment of Visual Motor Abilities at ages 3 and 7 years, and Kaufman Brief Intelligence Test and Wide Range Assessment of Memory and Learning at age 7 years.
Results Adjusting for sociodemographics, maternal intelligence, and home environment in linear regression, longer breastfeeding duration was associated with higher Peabody Picture Vocabulary Test score at age 3 years (0.21; 95% CI, 0.03-0.38 points per month breastfed) and with higher intelligence on the Kaufman Brief Intelligence Test at age 7 years (0.35; 0.16-0.53 verbal points per month breastfed; and 0.29; 0.05-0.54 nonverbal points per month breastfed). Breastfeeding duration was not associated with Wide Range Assessment of Memory and Learning scores. Beneficial effects of breastfeeding on the Wide Range Assessment of Visual Motor Abilities at age 3 years seemed greater for women who consumed 2 or more servings of fish per week (0.24; 0.00-0.47 points per month breastfed) compared with less than 2 servings of fish per week (−0.01; −0.22 to 0.20 points per month breastfed) (P = .16 for interaction).
Conclusions and Relevance Our results support a causal relationship of breastfeeding duration with receptive language and verbal and nonverbal intelligence later in life.
Objectives To examine relationships of breastfeeding duration and exclusivity with child cognition at ages 3 and 7 years and to evaluate the extent to which maternal fish intake during lactation modifies associations of infant feeding with later cognition.
Design, Setting, and Participants Prospective cohort study (Project Viva), a US prebirth cohort that enrolled mothers from April 22, 1999, to July 31, 2002, and followed up children to age 7 years, including 1312 Project Viva mothers and children.
Main Exposure Duration of any breastfeeding to age 12 months.
Main Outcomes and Measures Child receptive language assessed with the Peabody Picture Vocabulary Test at age 3 years, Wide Range Assessment of Visual Motor Abilities at ages 3 and 7 years, and Kaufman Brief Intelligence Test and Wide Range Assessment of Memory and Learning at age 7 years.
Results Adjusting for sociodemographics, maternal intelligence, and home environment in linear regression, longer breastfeeding duration was associated with higher Peabody Picture Vocabulary Test score at age 3 years (0.21; 95% CI, 0.03-0.38 points per month breastfed) and with higher intelligence on the Kaufman Brief Intelligence Test at age 7 years (0.35; 0.16-0.53 verbal points per month breastfed; and 0.29; 0.05-0.54 nonverbal points per month breastfed). Breastfeeding duration was not associated with Wide Range Assessment of Memory and Learning scores. Beneficial effects of breastfeeding on the Wide Range Assessment of Visual Motor Abilities at age 3 years seemed greater for women who consumed 2 or more servings of fish per week (0.24; 0.00-0.47 points per month breastfed) compared with less than 2 servings of fish per week (−0.01; −0.22 to 0.20 points per month breastfed) (P = .16 for interaction).
Conclusions and Relevance Our results support a causal relationship of breastfeeding duration with receptive language and verbal and nonverbal intelligence later in life.
lunes, 5 de agosto de 2013
El duelo complicado
Asumir las pérdidas que la vida nos propone es una de las asignaturas más difíciles para los seres humanos. Nos han enseñado a ganar, a crecer, a tener más (conocimiento, prestigio, propiedades...). Nadie nos ha preparado a perder, a tener menos, a decrecer. Nadie nos prepara para el envejecimiento, la pérdida de seres queridos o de funciones básicas.
Tras una pérdida importante sigue un tiempo de adaptación que denominamos duelo. Se caracteriza por el dolor ante esa pérdida, la recolocación de variables en la psicología de la persona, en sus rutinas, en su cotidianidad. El objeto perdido puede haber sido un trabajo, un animal de compañía, una relación sentimental o una persona muy amada. El impacto variará desde una leve desazón hasta un derrumbe en toda regla.
Me parece importante recordar que este dolor, este duelo, es consustancial a la vida y no debe considerarse enfermedad. Por mucho que duela. Si merecerá cuidados y atención. Si merecerá paciencia y tiempo que permita una nueva adaptación. Los manuales clásicos estipulan en un año aproximádamente el límite en el que considerar que un duelo es patologógico. En mi opinión hay que ser laxo. Las personas somos muy variables.
Lo cierto es que desde el sistema sanitario tenemos un papel en el acompañamiento a la persona en fase de duelo. Hay que escuchar, orientar y permanecer cerca. Ayudar a que la persona vuelva a encontrar un equilibrio que le permita seguir adelante. Animar a que la persona comparta su dolor, de alguna forma esa ha sido la manera en que se han creado maravillas como ciertas cantatas de Bach, la tragedias griegas, el Taj Mahal y una lista incontable.
El sufrimiento no es estéril, es una potente fuerza que nos mueve e impulsa a crecer y adaptarnos. Ayudar a que produzca este efecto sin que se desmorone la persona que lo padece es una tarea importante y delicada. Seguramente la que más sentido dé a la existencia de los profesionales sanitarios.
Simon NM. Treating Complicated Grief. JAMA. 2013;310(4):416-423. doi:10.1001/jama.2013.8614.
domingo, 4 de agosto de 2013
Relatos de verano: El Alquimista Impaciente
Lo que quizá caracterice más nuestras inquietas vidas sea la impaciencia. Lo queremos todo ya y si es a la manera de los iconos que en este tiempo traducen el éxito mejor. Dinero, fama, poder... Buenos coches, grandes mansiones, la mejor compañía, dinero por todas partes. Lorenzo Silva ganó el premio Nadal con el alquimista impaciente hace trece años. Es una novela policiaca, bien escrita tanto en su estructura como en sus personajes. Quien quiera saber el nombre del famoso alquimista tendrá que leerla hasta el final. De momento solo adelantaré que la verdadera alquimia buscaba la transformación del que a ella se acercaba y no tanto la de los materiales de laboratorio. En la vida nos pasa lo mismo pero al revés, buscamos lo evidente, lo visible. Nos definimos por lo que hacemos, especialmente por lo que se supone hacemos bien. Por lo que tenemos. Estamos impacientes de ser más y eso lo traducimos en más acción, más pertenencias. Pero así no conseguimos saciar esa sed, el agua se nos escapa como en una piscina agrietada, por mucha que metamos.
Esa impaciencia nos atraviesa el alma, nos hace sufrir, perder el equilibrio. Muchas veces nos hará enfermar. Perdiendo el sueño, la templanza o el ánimo. Quizá con dolor de cabeza, estomago o espalda.
Cada vez que veo un árbol voy comprendiendo su enseñanza. Crecen despacio, sin prisa, con constancia, alcanzando tamaños sorprendentes y vidas longevas. Guardan celosos el mismo secreto que poetas y alquimistas, para alcanzar la vida es necesario renacer de las pequeñas muertes cotidianas. Los árboles lo hacen cada en primavera, dejando el invierno atrás. Habitualmente los humanos nos olvidamos de vivir tal vez por que hicimos lo mismo con la muerte. Y así nos va, seguimos impacientes.
sábado, 3 de agosto de 2013
¿Por qué es bueno que un médico escriba relatos de verano?
'Donald Keene at home: Tokyo, 2002'
http://www.flickr.com/photos/75008966@N00/323766792
http://www.flickr.com/photos/75008966@N00/323766792
No es casualidad que haya médicos escritores. Así ha sido desde hace mucho tiempo. La medicina es una disciplina que se ha llevado bien con las humanidades. Durante la larga formación de un médico se le entrena para escribir en lenguaje científico. Una forma de equilibrar esta visión sesgada apela a la ayuda de la literatura, poesía y las bellas artes. No es fácil unir ciencia y arte pero si pretendemos una visión completa del ser humano así ha de ser. Encontrar médicos humanistas es cada vez más difícil. Lo que solemos ver son médicos técnicos, buenos profesionales en cuanto al manejo de alguna técnica o herramienta, enfocados a un estrecho margen del saber mediante la especialización. Pero no hay muchos que sean capaces de mirar a las personas con una visión amplia que exceda su campo de conocimiento y se ancle en puntos tan dispares y necesarios como la filosofía, la ética, la psicología, la comunicación profunda, el arte... en una palabra, el humanismo.
Por eso creo importante que un médico escriba otras cosas además de comentarios técnicos o artículos científicos. En mi caso rescato este año un género estival, fresco y liviano. Los "relatos de verano" que hallarán en este blog son tan solo la visión de un médico comprometido con sus pacientes que aporta una perspectiva de la sanidad desde dentro, desde una consulta.
viernes, 2 de agosto de 2013
Relatos de verano: La delegación
Foto: Tercerainformación
No sé porque se habrá armado tanto follón con lo de la delegación... tampoco era para tanto. Es verdad que dijimos que una delegación del sistema nacional de salud del Reino Unido había visitado los hospitales madrileños y que al final el tipo que vino era de una consultora privada, pero bueno, al fin y al cabo era médico e inglés. Nosotros siempre decimos la verdad. Estos periodistas están a la que saltan, ahora en verano hacen noticia de cualquier cosa... todo por enredar.
jueves, 1 de agosto de 2013
Relatos de verano: El acuerdo
Foto: Acta sanitaria
La reunión era del máximo nivel. Altos representantes de la profesión, la ministra y el presidente del gobierno. La foto sería histórica. Como delegado de estudiantes le extraño que le llamaran, nunca antes habían contado con ellos, mucho menos para algo tan importante. Decidió acudir vestido con sus mejores galas, tuvo que pedir el traje a un amigo y comprarse unos zapatos negros, habitualmente usaba deportivos. Por lo menos no le exigían llevar corbata, menudo alivio. Ese día estaba muy nervioso. La cita sería en el ministerio de sanidad. Tenía plena conciencia de que el acuerdo era papel mojado. Se lo dieron a leer dos días antes, sin posibilidad de enmiendas por su parte. Buenas palabras pero ningún compromiso, estaba acostumbrado a ver cosas así por la prensa pero nunca le había tocado a él. Como era previsible hubo discursos, varios, pero no turno de preguntas. Esto también le sonaba, muchos de sus profesores tampoco las permitían. También hubo fotos, muchas fotos: en la gran sala firmando el documento, en los discursos, en las escaleras, con la ministra, con el presidente... Al final ya no aguantó más y terminó bajándose los pantalones y mostrando unos calzoncillos rojos con la inscripción: "ya os vale". Los periodistas no daban crédito.
miércoles, 31 de julio de 2013
Relatos de verano: Ochenta y ocho años
Doña Gertrudis y su marido venían del hospital, se apuntaron sin cita para contarle al médico lo del esguince. Este les escuchó y les pidió el informe para ver en profundidad qué había pasado. Lamentablemente lo habían dejado en el coche, don Eufrasio se prestó a ir por él, el coche estaba cerca. El doctor aprovechó su ausencia para hablar un rato con doña Gertrudis, siempre venían juntos y en los cinco años que llevaba en el puesto nunca había conversado a solas con ella. Se interesó por su ánimo ya que en los últimos meses había acudido con mucha más frecuencia de la habitual al centro por consultas vagas, siendo su semblante sombrío lo que más le había llamado la atención.
-Dígame doña Gertrudis, qué le está pasando qué es lo que la quita el sueño.
- Pues lo de siempre doctor, las preocupaciones.
-Si, ya lo sé, pero ¿qué preocupación es la principal, su hija, su marido, las cuentas?
- Mi hija está bien y las cuentas van tirando.
- Pues entonces debe de ser su marido, ¿estoy en lo cierto?
- Ay doctor, que no se entere, es que últimamente está muy nervioso.
- ¿Ha llegado a sentir miedo por ese motivo, Gertrudis?
- Si, ya lo creo. ¡Tiene un carácter!
- ¿Alguna vez se ha sentido amenazada o le ha gritado? La paciente saca entonces un pañuelo del bolso y se enjuaga los ojos.
- Lo peor no es eso, en Navidades casi me saca un ojo, me dejo media cara morada. Mi hija estuvo a punto de llevarme a su casa, pero yo no quería... luego es mucho peor. El doctor tragó saliva al mirar la pantalla del ordenador, doña Gertrudis tenía ochenta y ocho años.
-Dígame doña Gertrudis, qué le está pasando qué es lo que la quita el sueño.
- Pues lo de siempre doctor, las preocupaciones.
-Si, ya lo sé, pero ¿qué preocupación es la principal, su hija, su marido, las cuentas?
- Mi hija está bien y las cuentas van tirando.
- Pues entonces debe de ser su marido, ¿estoy en lo cierto?
- Ay doctor, que no se entere, es que últimamente está muy nervioso.
- ¿Ha llegado a sentir miedo por ese motivo, Gertrudis?
- Si, ya lo creo. ¡Tiene un carácter!
- ¿Alguna vez se ha sentido amenazada o le ha gritado? La paciente saca entonces un pañuelo del bolso y se enjuaga los ojos.
- Lo peor no es eso, en Navidades casi me saca un ojo, me dejo media cara morada. Mi hija estuvo a punto de llevarme a su casa, pero yo no quería... luego es mucho peor. El doctor tragó saliva al mirar la pantalla del ordenador, doña Gertrudis tenía ochenta y ocho años.
martes, 30 de julio de 2013
Relatos de verano: pacientes emponzoñados
Me gusta el concepto de fragilidad, en mi negocio es básico. Mientras más frágiles se sientan más venderé, mientras más venda mejor me irá. Tantos años de estudio, preparación y esfuerzos merecen ser coronados con el éxito.
De momento seguiremos desarrollando las líneas estratégicas actuales. Dos productos me-too parecidos a los que ya existen en el mercado y cuya mínima aportación de ventajas para un pequeño segmento de pacientes justificará un precio 24 veces superior a la molécula actual. Nuestra potente red de ventas y publicidad nos ayudará, la estrategia intensiva sobre los médicos también y este año ensayaremos nuevas formas para llegar a los pacientes a través de sus asociaciones que financiaremos y con publicidad encubierta en internet. Eso sí me da rabia, deberían dejarnos libres en internet para acceder a los pacientes, ¿acaso no tienen derecho a recibir la mejor información sobre nuestros productos? yo si fuera paciente me gustaría recibirla. Afortunadamente no lo soy, y cuando lo sea ya tengo preparado un buen seguro médico con la clínica de Pamplona, me ofrecen hasta chequeos gratuitos con TAC de cuerpo entero, me encanta esa promoción, mi cuñado se hizo uno el verano pasado y le descubrieron una piedra en la vesícula, figúrense, él sin enterarse.
En fin, dejo mi libreta de notas por hoy. Tan solo apuntar que estaría bien tratar de desarrollar aquel proyecto sobre la pérdida de deseo femenino. Si la molécula funcionase me podría retirar para siempre. Lastima que no haya manera de corregir ese efecto secundario tan molesto que cubre a las mujeres de un espeso vello negro. Hablaré con Fernández, debe de haber una forma de superar ese escollo con publicidad.
Dedicado a los maestros Rafa Bravo y Enrique Gavilán, imprescindibles para el desarrollo de mis funciones como médico.
De momento seguiremos desarrollando las líneas estratégicas actuales. Dos productos me-too parecidos a los que ya existen en el mercado y cuya mínima aportación de ventajas para un pequeño segmento de pacientes justificará un precio 24 veces superior a la molécula actual. Nuestra potente red de ventas y publicidad nos ayudará, la estrategia intensiva sobre los médicos también y este año ensayaremos nuevas formas para llegar a los pacientes a través de sus asociaciones que financiaremos y con publicidad encubierta en internet. Eso sí me da rabia, deberían dejarnos libres en internet para acceder a los pacientes, ¿acaso no tienen derecho a recibir la mejor información sobre nuestros productos? yo si fuera paciente me gustaría recibirla. Afortunadamente no lo soy, y cuando lo sea ya tengo preparado un buen seguro médico con la clínica de Pamplona, me ofrecen hasta chequeos gratuitos con TAC de cuerpo entero, me encanta esa promoción, mi cuñado se hizo uno el verano pasado y le descubrieron una piedra en la vesícula, figúrense, él sin enterarse.
En fin, dejo mi libreta de notas por hoy. Tan solo apuntar que estaría bien tratar de desarrollar aquel proyecto sobre la pérdida de deseo femenino. Si la molécula funcionase me podría retirar para siempre. Lastima que no haya manera de corregir ese efecto secundario tan molesto que cubre a las mujeres de un espeso vello negro. Hablaré con Fernández, debe de haber una forma de superar ese escollo con publicidad.
Dedicado a los maestros Rafa Bravo y Enrique Gavilán, imprescindibles para el desarrollo de mis funciones como médico.
lunes, 29 de julio de 2013
Relatos de verano: La comisión gestora
Decidieron darle la vuelta a la tortilla. En vez de llorar reirían. En vez de quejarse propondrían nuevas ideas. Se hicieron famosos. Su repercusión tuvo un grandísimo impacto para las vidas de muchas personas. Sin embargo su jefa no se enteró. En su servicio no captaron la idea. Aquello no les frenó. Consiguieron viajar por mil lugares animando a otros que querían seguir sus pasos, que querían ponerse en movimiento, que estaban hartos de tanta queja. Por la noche, mientras tomaban la cervecita con los amigos miraban las estrellas. "Están muy lejos", decía uno, "sí que lo están" respondía el otro.
domingo, 28 de julio de 2013
Relatos de verano: La dermatóloga
Salía bien en televisión. Su rostro proporcionado tenía esa rara cualidad de convertir en suavidad las inclemencias de la vida en lugar de en arrugas, rictus o bloqueos. Era una profesional, alguien capaz convertir lo habitual en excelente. No le bastaba con pasar consulta, disfrutaba en el quirófano, ante cualquier clase de reto. Su especialidad era la piel, la conocía bien, sabía de sus cualidades, de su elasticidad y sensibilidad. Trataba de aplicarlas a su vida. Al igual que los héroes griegos tenía un talón de Aquiles, pero su sabiduría lo mantenía oculto a los ojos curiosos. Lo principal era agradar a los Dioses, ella sabía como hacerlo, se esforzaba a diario con un alto nivel de autoexigencia, la excelencia no era para ella un lujo era necesidad. Su isla no era la más grande de las Cícladas, eso no la impedía desarrollar un reinado prudente y vigilante, con los mares tan revueltos nunca se sabe quién puede ser el siguiente en desembarcar.
sábado, 27 de julio de 2013
Relatos de verano: La receta electrónica
No podía dar crédito a su suerte. La nota de prensa lo ponía bien claro, no había error posible, "Reunión multinivel sobre receta electrónica en la Organización Médica Colegial... Acudirán delegaciones de todas las Comunidades Autónomas... Por Cataluña acudirá el doctor Cubí que...". Nada menos que Cubí, una leyenda. Compaginaba sus labores de médico de familia asistencial con actividades de innovación informática de sistemas, es especial destacaba por su módulo de prescripción con aportes revolucionarios. Se había dado cuenta años atrás que pasar el sistema de receta de papel al ordenador era un gran error. Planteó en su lugar un sistema de prescripción abierto a todo el sistema de salud. Cualquier médico podría prescribir, pero la responsabilidad última del tratamiento del paciente recaería en su médico de cabecera, el que mejor lo conoce, para aumentar la seguridad y la calidad del tratamiento. Las enfermeras también podrían acceder al tratamiento en sus revisiones habituales al paciente crónico, siendo pieza importante para verificar la pertinencia y correcta actualización de los tratamientos. Se incluyeron módulos de seguridad, interacciones, vademecum... Y se empezó a extender por atención primaria y hospitales. Al poco tiempo ya ahorraba dinero, además de las mejoras notables de seguridad y calidad para el paciente que aportaba.
Por estas razones tenía que ir a verlo, necesitaba conocerlo personalmente. Le escribió un correo y quedaron en la OMC un poco antes de la reunión. No podía dar crédito a su suerte.
El doctor Cubí le dedicó hora y media en la que le dio los detalles de sus últimos avances. Acabaron de forma cordial, la reunión oficial empezaba enseguida y no se podía quedar, debía volver a pasar consulta a 50km de allí. "Hablamos esta tarde", se dijeron.
Por la noche intercambiaron correos "¿cómo fue la reunión?, ¿pudiste hablar con los de Madrid?", "imposible, no me recibieron".
viernes, 26 de julio de 2013
Relatos de verano: El jefe de negociado
Estaba harto del despacho, de oir las mismas quejas, de ver las mismas miserias. Siempre lo mismo. Unos se escaqueaban, otros pedían más dinero, aquellos se quejaban de los primeros, los primeros de los últimos, cada vez se gastaba más, cada vez había más necesidades, cada vez se trabajaba menos...
Decidió ser innovador, buscar otras formas de hacer las cosas... y las encontró. Encontró otras formas, encontró otras gentes. Quiso volver y contarlo a los suyos, quiso implantar los cambios. No fue posible. No conseguían entenderle, nadie comprendía lo que trataba de decir.
Se consolaba en las redes sociales, allí siempre había alguien que comprendía su punto de vista. "Tranquilo", le decían, "tómatelo con calma, ya llegará el momento". Lamentablemente el momento se hacía de rogar.
jueves, 25 de julio de 2013
Relatos de verano: A modo del doctor House
Tenía el mismo mal genio que el doctor House, la misma cara larga, la misma mala leche. Era frecuente que despachara a los pacientes con cajas destempladas. Todas las semanas acompañaba a alguno al mostrador de información y les decía a las administrativas que se lo quitaran de su cupo. Suscitaba pasiones, una parte de sus pacientes le amaba incondicionalmente, la otra le odiaba o le temía. No dejaba a nadie indiferente.
Le conocí fugazmente en un cambio de turno, aquel día se acercó al centro a saludar a sus viejos colegas. Yo no llegué a coincidir laboralmente con él, cuando gane la plaza ya había elegido otra vacante en la otra punta de la ciudad. Un trabajo de urgencias, de más batalla. No me pude hacer una opinión, había escuchado demasiadas historias. Saqué en claro que ahora estaba mejor, no tenía que seguir a los mismos pacientes, no se planteaba regresar. Mejor así.
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