Foto: 'liquid fire'
http://www.flickr.com/photos/99771506@N00/2831284691
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¿Por qué nos quema tanto el fuego de la ira?
¿Por qué nos inflamamos de despecho?
Dime, mi estrella, qué origina esa llama,
El pebetero áureo que asola épocas e imperios.
Velado de los ojos, invisible al inicio,
En la contrariedad tiene su origen y sustento
Presto a incendiar el secarral del alma,
Las enormes estepas de soledad y vehemencia.
Después, mucho después, todo serán cenizas.
Devastada la tierra queda un nuevo vacío
Ahora tiznado y con aroma de desastre.
Qué poca cosa seguimos siendo los humanos
Incapaces de sofocar un simple sentimiento...
Seguiremos flotando a merced de las olas.
@doctorcasado
Cuando en verano veo arder el monte no dejo de ver detrás la mano del hombre, y más que la mano su corazón. Este arde cada vez más, en algunos casos sometiendo a gran rigor a su portador. Nadie nos ha enseñado qué hacer cuando el corazón arde, cómo manejar los sentimientos difíciles para que no nos dañen a nosotros y a los que nos rodean, para que esas llamas no se expandan a páramos y bosques.
Estos incendios interiores son causa de todo tipo de adicciones, violencias, abandonos, dejadeces... y al final enfermedad y sufrimiento.
Recurrir a cosas tan sencillas como un paseo o un poco de buena música, a una conversación con alguien de nuestra confianza o la escritura de una carta pueden ser opciones que amainen ese fuego. Hay muchas más, nos pasamos la vida ensayándo alternativas. Es bueno recordar que las más simples suelen ser las más hermosas y potentes.
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