viernes, 23 de agosto de 2013
Relatos de verano: doctor VIP
Le gustaba afeitarse con la ventana abierta. La calma del jardín por la mañana, la luz y el canto de los mirlos le hacían sentir bien. Ese jueves estaba especialmente contento, en parte por su proeza deportiva del día anterior, en parte por que en pocas horas tendría que revisar la cadera del rey. Pocos compañeros podrían igualar esos dos buenos temas de conversación en la partida de golf de la tarde. Escogió la camisa de rayas rosas y cuello blanco, la corbata de Hermes que le regaló Pitita, y los pasadores de oro estilo yate. Se perfumó con su colonia Loewe preferida y sin desayunar se despidió de los niños y de la interna mientras se metía en el descapotable poniéndose las gafas de sol. Amaba el momento en el que la puerta del garaje le dejaba paso franco, tenía toda la jornada por delante para comerse el mundo.
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2 comentarios:
Es la primera que te visito y la verdad me ha encantado el blog que has conformado, aquí me seguirás notando.
La labor de un medico, de un enfermero, de un auxiliar, siempre sera admirable y digna.Bella profesión esta de la salud.
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