Foto: Pablo Martín Caminero
La música es vida, es pura terapia, es imprescindible para todos. El lenguaje musical llega al centro del alma aunque no se sepa solfeo. Una guitarra o un piano pueden producir más catarsis que años de psicoanálisis. Como médico no puedo dejar de recomendar música a mis pacientes, pero eso sí, de calidad. ¿Qué significa calidad? pues igual que con los alimentos, si puede permitírselo consuma alimentos frescos, música en directo. No es tan caro como se imagina, una sesión de jazz en uno de los clubs de moda en Madrid vale poco más que un cine. Y tendrá ante usted a un grupo que le transmitirá algo más que sabor enlatado. El poder de los instrumentos musicales es enorme. Someternos a esta inmersión en fuego y agua que es la música nos arreglará flecos que todos llevamos colgando por el alma.
De vez en cuando es bueno apagar la televisión y darse una vuelta por ahí.
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