lunes, 19 de agosto de 2013

Relatos de verano: la anestesista



La conocí en su viaje de novios. Tuve una conversación casual con ella, estaba de buen humor. Llevaba años en un hospital de una capital importante. Su trabajo de anestesista era cómodo. La habían bajado el sueldo pero aun así no estaba mal, dos a cuatro cirugías al dia, pocas guardias, mucho tiempo para leer. Ahora con el ipad mucho mejor. Su marido no era sanitario y tenía una posición desahogada, con los dos sueldos vivían de forma bastante confortable. Cuando le dije que era médico de cabecera respondió con un seco "ya".  No le comenté que ese mes me habían hecho tres entrevistas para distintos medios, me habían posicionado excelentemente en un estudio de redes sociales, mis artículos habían llegado a decenas de miles de personas y que estaba enamorado de mi trabajo. Sencillamente no surgió en la conversación. Dejé que se marcharan abrazados, un viaje de novios no se hace todos los días. Afortunadamente con los años uno va descubriendo que hay cosas mejores, a menudo muy sencillas,  por ejemplo no abrir la boca y sonreír.



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