Cualquier ciudadano que viaje de una Comunidad Autónoma a otra y acuda al sistema sanitario local con frecuencia se habrá encontrado con dificultades. Enrique Dans compartía recientemente su experiencia al tratar de conseguir un medicamento para un problema de salud de su mujer en otra Comunidad y los problemas derivados de la incomunicación entre los respectivos sistemas informáticos. Por otro lado este mismo autor, referente internacional en tecnología e innovación, analiza con tino la situación de obsolescencia digital que viven muchas empresas que basan su transformación a este nivel en cambiar hardware y software sin investigar a fondo cómo son sus necesidades de información y si los procesos y canales que usan son adecuados. Si el Sr. Dans se asomase a la sanidad pública española, no ya como usuario sino como auditor, se quedaría más pasmado de lo que ya probáblemente esté a tenor de lo antes referido. Se encontraría con médicos de familia que no pueden comunicarse con otros médicos de su ámbito ni con los del hospital de referencia, sistemas informáticos que impiden que un centro de salud pueda ver la información del paciente en otros hospitales dentro de la misma Comunidad, por supuesto imposibilidad absoluta con las aledañas aunque se encuentren a pocos kilómetros. Se encontraría con sistemas de historia clínica diseñados a gusto de los gestores sanitarios en lugar de centrados en la relación entre profesionales sanitarios y pacientes. Sistemas que obligan a hacer decenas de clics de ratón para procesos sencillos y repetitivos. Sistemas basados en el navegador explorer 7 con hardware de hace una o dos décadas cuyos ventiladores parecen explotar por la sobrecarga a las qe le somete el sistema. Podría seguir pero no es mi intención aburrirles.
No es este el principal problema que sufre nuestra sanidad, pero a tenor de los resultados no parece que los gestores responsables tengan una estrategia clara más allá de seguir haciendo lo imprescindible para que todo siga igual. Se van consiguiendo tímidas mejoras, eso es innegable, pero el cimiento digital y la estructura de comunicación interna están totalmente obsoletos. Y una organización cuyo principal intangible es la información delicada (de los pacientes) y el conocimiento avanzado (de los profesionales) y cuyo resultado es la salud parece que no se lo puede permitir. Pero es lo que tenemos, y aunque algunos llevamos tiempo tratando que esto cambie de momento no nos hemos conseguido hacer oir.
@SerafinCuidando @manyez @edans @chuslamas espero q pronto podamos hablar de interoperabilidad nacional. Estamos trabajando duro por ello.— Fran Sánchez Laguna (@fransanlag) April 2, 2016
@manyez @SerafinCuidando @edans @chuslamas sé que es la respuesta fácil, pero es la verdad: falta de voluntad política.— Fran Sánchez Laguna (@fransanlag) April 2, 2016
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