No es verdad que acabe nada, ni empiece nada estos días. No es más que un espejismo, la medida del tiempo es una falacia.
En los próximos meses se seguirán recortando derechos sociales, se seguirá mal vendiendo la sanidad pública española, se seguirán reduciendo recursos educativos y sociales. En los próximos meses las cosas irán un poquito peor, si cabe.
Es una aproximación.
Pero no es la única, hay que buscar otras. No nos podemos quedar con solo una.
Me acaban de contar la historia de Magali, una niña de 7 años de Madagascar. Trabaja en una mina de sal, vive con su madre y 6 hermanos en una casa de paja de pocos metros. No está escolarizada, no come todos los días, sus manos y sus piés suelen llagarse con la sal. Magali sonríe. Sus ojos despiden vida, pura vida. Es muy difícil encontrar una sonrisa y una mirada como la suya en mi ciudad. ¿Por qué? ¿qué está pasando?
El mundo es demasiado complejo y sin embargo la vida es aparentemente fácil de vivir.
El dia en que nos demos cuenta de que lo que verdaderamente empieza, lo único que es capaz de hacerlo, es este instante. Tal vez nuestra mirada cambie.
Para recuperar la salud cada vez va a ser más necesario tomar conciencia de cuál es la salud de los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario