El espacio y el tiempo no condicionan. Nuestros sentidos crean para nosotros una realidad mutante y diversa, cada vez más líquida, cada vez más rápida.
La música social nos impele a bailar muy deprisa, en condiciones en las que es fácil tropezar, perder el paso.
Nos perdemos constantemente. Ora solos, ora acompañados. Incluso en ocasiones junto a masas sociales enormes. Navegamos sin faros en una noche oscura que las bombillas de los comercios o las pantallas que nos rodean no llegan a alumbrar.
Habrá que pensar en recuperar la antigua costumbre de mirar el cielo y sus estrellas. Buscar un punto de referencia fuera de nosotros mismos. Recordar la humildad y el asombro que se siente al mirar el cielo nocturno cualquier clara noche de verano.
4 comentarios:
Creo que alguna vez lo has dicho tu, necesitamos espacios de silencio y de soledad .... espacios de desconexión de "fuera" y de conexión de "dentro" .... se deben y se pueden encontrar, en cualquier lugar, en cualquier rincón ....
LA MEJOR FORMA DE NO PERDERME ES NAVEGAR HACIA DENTRO Y ALLI ENCONTARME
Por fin, Carmen! Tú y tu hijo sois de un cristal especial. Como los cuencos de cuarzo, el sonido de bondad y paz reverbera desde vuestros corazones y llega muy,muy lejos...
un abrazo desde el sur
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Un saludo
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