El profesor José Lazaro escribe un interesante artículo en la revista JANO sobre el concepto de salud que discierne el filósofo Fernando Savater.
Habla de pensamiento único y concepto de salud único frente al concepto privado y personal. Habla sobre el "estado sanitario" y la imposición de la salud o la eliminación por decreto de lo perjudicial para la salud. De la importancia de la autonomía de cada cual para vivir su salud y enfermedad.... Un texto estimulante.
LA SALUD DE SAVATER.
Contra lo que suele pensarse, el concepto de salud depende en mayor medida de la libertad individual que de la fisiología. Tal es al menos la idea que se desprende de los escritos de Fernando Savater, mucho más interesantes en este aspecto que en el tan discutido de los argumentos a favor de legalizar las drogas (Rosado, 2011), que, por otra parte, causaron escándalo cuando Savater empezó a defenderlos a mediados de los años ochenta, pero que hoy comparten desde premios Nobel hasta economistas de derechas y expresidentes de gobiernos.
Savater es un pensador que tiene muy poco que ver con modelos filosóficos como los de Platón, Kant o Zubiri: lo suyo es más bien una síntesis de los rasgos más comprometidos y ensayísticos de autores como Voltaire, Russell y Ortega. El concepto de salud que él plantea se encuentra en escritos mucho menos difundidos que los dedicados a las drogas o a la procreación, pero muy sugerentes para el que se interese por los grandes dilemas teóricos de la medicina.
Afirma Savater que “las ideas de salud o de enfermedad están viciadas por una de esas nefastas creencias de nuestra época para la que sólo existe un modelo de salud. Cualquiera puede establecer desde fuera quién es sano y quién enfermo. A mí eso me parece muy discutible. La salud no es una talla única, ni siquiera un prêt-à-porter: la salud es a la medida, una invención de cada cual. Si no existe una invención personal, si uno no sabe hacer nada con su salud, entonces realmente no puede decirse que esté sano. De ahí que esa expresión tan común, la salud pública, me produzca la mayor de las desazones” (Savater, 1991).
Esta tesis, en algunos casos, es fácil de compartir: la cojera puede ser un simple defecto para un escritor, pero es una grave enfermedad para un atleta. La hiperosmia puede causar muchas molestias en la vida cotidiana, pero es una gran ventaja para un enólogo. Lo que uno haya decidido hacer con su vida (da igual que le llamemos vocación, como los clásicos, proyecto, como los existencialistas, o deseo, como los posmodernos) determina que una cierta característica física o mental sea un grave trastorno, un elemento neutro o una ventaja.
Pero la tesis de Savater va mucho más lejos y es entonces cuando resulta estimulante como un noble desafío (además de reflejar perfectamente el núcleo de todo su pensamiento ético). Afirma:
“La vida considerada como funcionamiento se enfrenta a la vida como experimento. Son dos planteamientos diferentes. Si la vida es funcionamiento cualquiera puede decir quién funciona y quién no. Es un rendimiento medido desde fuera sin que le pidan a uno consejo u opinión sobre qué es lo que pretende ha cer. Es lo que normalmente se hace, mientras que el experimento sólo se puede medir desde dentro. El experimento no se mide por el rendimiento sino por otros baremos difíciles de aquilatar como son el placer, el dolor, la satisfacción, el miedo... Y sólo puede aquilatarlos uno mismo. La faceta de experimento que tiene la vida es lo básico, lo irrepetible y único (…). El funcionamiento, en cambio, es la parte intercambiable que tiene la vida. Se determina desde fuera, se mide en caballos de fuerza, producciones, años de vida, número de hijos, cotizaciones a la Seguridad Social...” (Savater, 1991).
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3 comentarios:
Un psicólogo y chamán (a su pesar) peruano con el que he hecho algunos cursos, decía que ellos consideraban el divorcio, una enfermedad, y hacen una clasificación de las plantas que no se parece en nada a cualquiera de las clasificaciones que nosotros hacemos.
La Vida y los seres vivos, no se puede meter en nuestras rígidas estructuras intelectuales, no caben.
Estudiemos, investiguemos, aprendamos, pero dejemos la soberbia del "yo se" a un ladito, porque todo tiene infinidad de caras .... hasta lo más simple.
Fernando Savater tiene la rara habilidad de complicar todo, de decir cosas raras para no decir nada. El concepto de salud está definido antes de que naciera Savater y este ha hecho un encaje para que parezca una reflexión filosófica y que no la entienda nadie. La salud es el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de infecciones o enfermedades ligeras, fuertes o graves, según la definición de la Organización Mundial de la Salud realizada en su constitución de 1946. Sabater, no te columpies.
Tratar de abrir la mente a otras opiniones, reflexiones, culturas... nos impulsa a largos viajes interiores. No siempre somos capaces.
Tratar de definir la salud no es tarea sencilla, no se deja atrapar fácilmente. ¿Qué es salud para un neonato? y ¿para un jubilado?, ¿para una viuda en India, para un millonario en Haway?
Necesitamos de filósofos y poetas, aunque no alcancemos a entenderlos o a compartir sus razones.
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