viernes, 27 de octubre de 2017
Una invitación a la lectura pausada
Atreverse a contar la propia versión de las cosas es arriesgado en estos tiempos. Pero si queremos ser coherentes con nosotros mismos parece necesario.
Es habitual escuchar las quejas de los profesionales sanitarios. Tienen motivos. Lo que no es tan frecuente es oirles presentar alternativas, plantear visiones, desplegar mapas. Y mucho menos ver como se echan a la mar y ponen en marcha esas misiones.
Un servidor no es ejemplo de absolutamente nada pero una cosa tiene clara desde hace muchos años: o los profesionales de la salud salen de sus consultas o se perderán poco a poco como lágrimas en la lluvia. Por eso he salido a todo tipo de plazas, jornadas y congresos. Por eso he publicado miles de páginas en canales distintos, miles de ideas en redes sociales, miles de fotos y vídeos.
Al publicar Diario de un Médico Descalzo lo cuento de otra forma, invitando al lector a una conversación pausada. Creo que en estos momentos de prisa, fuegos y gritos hace falta. Todos conocemos la bendición y la paz que nos provee un buen rato de lectura, en silencio, con calma.
Me gustaría regalar a todos esta tranquilidad que yo deseo para mí y que trato de sembrar en mis semanas. Conozco de primera mano el bien que la poesía, la belleza, la creatividad y el asombro procuran al que los bebe lentamente.
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