martes, 29 de marzo de 2016
El buenismo sanitario
La atención primaria española tiene fortalezas y debilidades. De las fortalezas no hablaré hoy, empezaré a reflexionar por la que creemos es la principal debilidad: la sobrecarga.
No es fácil definir qué es sobrecarga para un médico de familia pero para entendernos sería o bien una consulta con más de 40 pacientes con 2-3 motivos de consulta cada uno o una con menos pacientes pero de más complejidad.
Cuando se pasa una consulta sobrecargada el médico suele poner un chip mental de supervivencia. Hay que ir muy rápido. Si el tiempo por paciente baja a 4-5 minutos (recuerden que en Europa va de 15 a 30 minutos por visita) no ha lugar la anamensis completa ni la exploración rigurosa, tampoco la reflexión del caso. Esto hace que las consultas más cortas suelan asociarse con más intervencionismo. El paciente saldrá del cetnro de salud con más pruebas diagnósticas y tratamientos.
Por otro lado si un paciente solicita una prueba o tratamiento inadecuado se necesitará mucho tiempo para explicar por qué. Cuando este tiempo no existe lo normal es ser condescendiente. Este buenismo sanitario es peligrosísimo. Al profesional le ahorra un tiempo que no tiene pero al paciente le carga con efectos indeseables y problemas (sobrediagnóstico y sobretratamiento). También encarece la asistencia de una manera poco eficiente que nos hace perder a todos.
Los profesionales sanitarios tenemos la obligación de decir NO cuando eso es lo correcto. Pero, como todos sabemos, suele ser más sencillo afirmar y conceder que negar. Esto también podemos aplicarlo a los políticos. Decir no a un tratamiento novedoso no es sencillo cuando tienes a una asociación de pacientes y a un lobby farmacéutico poniendo a la opinión pública a su favor. Decir que no a los ciudadanos que abusan del sistema sanitario tampoco es sencillo por semejantes causas y abusos creanme que los hay (los que van a una urgencia hospitalaria con un problema banal, los hiperfrecuentadores, los que piden bajas y justificantes improcedentes, etc..). No me extenderé, ustedes ya me entienden.
Como pasa con la educación de los niños, el buenismo pasa factura. Los padres y madres buenistas lo saben, caen presa de un pequeño ser que terminará extorsionándolos y convirtiéndolos en progenitores escoba. En sanidad pasa igual. Lo malo es que nuestros clientes llevan años recibiendo buenismo a espuertas. Es por esta razón por la que considero el buenismo sanitario uno de los principales factores que ha corrompido el sistema. Ahora a ver quién es el valiente que pone el cascabel al gato.
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14 comentarios:
Buena entrada.
Es importante mantener un equilibrio diario y a lo largo de toda la jornada laboral de asertividad y de complacencia (o condescendencia como tú dices) y no agotarla toda al principio.
Y no sólo en la consulta. También, en las otras cuestiones de la vida del equipo.
Creo que con un 80% de asertividad diaria acabas bien el día.
Buena entrada.
Es importante mantener un equilibrio diario y a lo largo de toda la jornada laboral de asertividad y de complacencia (o condescendencia como tú dices) y no agotarla toda al principio.
Y no sólo en la consulta. También, en las otras cuestiones de la vida del equipo.
Creo que con un 80% de asertividad diaria acabas bien el día.
En otros paises con idéntico modelo sanitario (Italia) el copago modera el sobreuso, liberando al médico de la tarea de portero de la discoteca. Buen tema, sobre todo el de quien pone el cascabel al viejo y caro gato.
Totalmente de acuerdo. Cuando dejemos el complejo de mártir y el "sí a todo", la cosa mejorará.
Uff! Cuanta verdad en la reflexión!. Un vez dicho esto, ¿que alternativas tiene el buenismo?. Se me ocurren muchas ideas para combatirlo: aumentar mis habilidades de comunicación, una mejor gestión del tiempo, una mejor distribución de la agenda, una actitud más positiva mía y de los demás miembros de mi equipo, una mejor organización y distribución de las tareas y las cargas de trabajo para que todo el mundo haga en cada momento lo que mejor sabe y puede hacer, una mayor dedicación a las actividades de educación sanitaria y "empoderamiento" de los pacientes, una política de sustituciones justa, un sistema de incentivación profesional motivador, una apuesta decidida y firme de los políticos y gestores sanitarios que hagan de la Atención Primaria el verdadero eje y centro del sistema...
Se vé que pierdo la perspectiva cuando empiezo a buscar alternativas. La situacion actual es el fruto de un largo camino donde muchos actores han intervenido para dibujar una película casi insostenible.
El buenismo, como el sistema debe corregirse, si, pero con todos los actores siguiendo un libreto común.
Ignacio mil gracias por pensar en soluciones y que no hayas incluido el copago y sí la co-responsabilidad. No creo que pierdas la perspectiva, más bien que la tienes clara.
Ignacio mil gracias por pensar en soluciones y que no hayas incluido el copago y sí la co-responsabilidad. No creo que pierdas la perspectiva, más bien que la tienes clara.
Nos toca a todos proponer soluciones en las esferas de macro, meso y microgestión. Hay que repensar la urdimbre entera y empezar a trabajar con microcambios cada cual en su ámbito personal.
No seré yo quien dicte la lista completa, pero favorecer la reflexión y el diálogo (como estamos haciendo) pienso es el camino.
Gracias a todos.
Gracias Salva por compartir de nuevo un tema muy interesante. El buenismo como tal es consustancial a la medicina ya que uno de los objetivos es hacer lo mejor para el paciente. Yo creo que el problema es el "buenismo sin escepticemia" solo con el fin de contentar al paciente.
Los políticos en ocasiones fomentan esta medicina porque es la que da votos, y los profesionales porque es la más cómoda.
Nacho da muchas posible soluciones y de las que están en nuestras manos muchas de ellas nos llaman a salir de nuestra zona de confort y arriesgarnos en una aventura de coparticipación junto al paciente en el seguimiento de sus enfermedades. En ocasiones los pacientes no quieren acompañarnos en esa aventura y prefieren continuar con una relación paternalista en la que no asumen corresponsabilidad en su salud.
Por supuesto que el tiempo y los equipos de profesionales bien dimensionados es la base de un buen trabajo en este sentido.
Me parece muy acertada la reflexión, Salvador, y como comentas, viene de lejos... Ya la "seguridad social" se creó con cupos de 2horas y media...
El problema es que alternativas buscar ( si haces lo de siempre, conseguirás lo mismo de siempre...lo que ya esperamos). Hace falta imaginación, y me encantan las que propone Nacho, y por ahí podríamos empezar...
Hola doctores yo no lo soy en meficina. Felicito a todos por reflecionar y ayudar a ayudarse y a corregir y corregirnos. Mi contribución es una llamada de atención y es que cuidado es malo el buenismo y también es malo el voluntarismo, como también el interbencionismo o dirigismo. Todo lo qie sea hay que....debe contar com la aceptación de los agentes involucrados: facultativos, pacientes y organización danitaria. Cada quien tiene sus funciones objetivos y están sujetas a restricciones ecógenas. Lad soluciones serán sostenibles y equilibradas bajo intercambios voluntarios, no impuestos. No es fácil la gestión de los recursos escasos, pero no imppsible desde que se ponderen no laxas las restricciones ptesupuestarias. Ayudan a pisar suelo. porque no se vende ni sr compra humo. Se comprar y sr vende lo bueno que haya, sabiéndolo escaso siempre. Esto es dejar de ser buenista y voluntarista,.... Disculpen mi entrometimiento. Fdo José Manuel Glez. Dr de Economía. profesor de F.A.E. Ull y UAB.
disculpe, no he hecho ninguna consulta personal. Mi hijo médico me envio este blog y me interesó honesamente contribuir con mi comentario con el mejor de los ánimo.
El problema inicial es que la sanidad es una más de las cosas que se usan como argumento político. Los políticos inauguran hospitales como Franco inauguraba pantanos, hechos sin estudios claros de necesidad y viabilidad y pagados con los impuestos de todos, acusan a los otros de que recortan lo que ellos también hacen... Y colocan en gestión a los de su cuerda, sin cualificación o capacitación, solo por afinidad política. Y eso hace que los parámetros de salud vayan por detrás de los que a ellos les importa, salir en los periódicos contando sus excelencias y lo mal que lo hacen los otros.
De ahí nacen definiciones como que la urgencia es todo lo que el usuario solicita sea considerado como tal (horribles palabrea, usuario, cliente,...), los cribados innecesarios, los plazos de respuesta de cara a la galería (sin arreglar el problema de verdad) y las promesas políticas sobre sanidad.
Deciden que los profesionales somos incapaces de gestionarnos y regularnos y nos apartan de la gestión real de nuestros asuntos, inventándose indicadores inadecuados (la mayoría de proceso) y casi ninguno de resultado o de adecuación.
Y a la falta de tiempo, medio o empoderamiento del profesional nace ese buenismo, ya que si niegas te reclaman y eso perjudica tus objetivos y los de la unidad, y se refleja en incentivos que son otra herramienta perversa.
Quizá tenemos que plantearnos que el paciente es la causa por la que todos estamos aquí, el verdadero centro del sistema, creer en lo que hacemos y hacer bien las cosas bien hechas es la mejor forma de ser realmente asertivos y convincentes y además mejora tanto los resultados como la percepción de los mismos.
Por qué si no, lo otro es lo que ya tenemos, y por lo que parece, tendremos para rato si les dejamos hacer más de lo mismo
Pues sí, la sobrecarga es el principal problema, para la seguridad del paciente, para la salud del médico y para el coste del sistema.
Siguiendo a Europa, sobrecarga sería más de 15 pacientes por día con un único motivo de consulta.
Todos sabemos cómo se previene el abuso en otros sistemas.
Decir no es muchas veces la decisión más sabia, aun a costa de tener que dar respuesta a una injusta reclamación.
El “buenismo” es eso que dices, y ya vamos viendo cuantos corruptos habían sido calificados de “buenistas”.
Algún día se le pondrá cascabel al gato (o un cencerro), y si oteamos el futuro igual exclamamos como don Quijote: “¡Cuán tarde me lo fiais, amigo Sancho!”.
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