miércoles, 8 de octubre de 2014
Comodidad tóxica
Estamos hartos de tanta corrupción, del gobierno, de los políticos. Hartos de noticias aciagas, de impuestos mal gestionados, del ruido, la contaminación... Pasamos muchas horas de la semana quejándonos... de los demás.
Paradójicamente tomamos poca conciencia del derrotero de nuestras vidas. Cómodas, sedentarias, rutinarias. Nos sentamos, comemos, dormimos. Nos sentamos, comemos, dormimos. El ser humano es animal de costumbres, repetimos los mismos caminos una y mil veces. Esa repetición, esa falta de conciencia termina ahogando y produciendo sufrimiento.
Médicas y enfermeras se ufanan a la hora de dar consejos a sus pacientes, consejos que estos conocen de sobra pero no son capaces de llevar a la práctica. Comer menos, moverse más, prescindir de comida basura, alcohol y otros tóxicos... como si fuera tan fácil. La gente prefiere una pastilla que le exima de salir de su comodidad. "Prefiero la pastilla del colesterol antes que hacer dieta" dice ufana una paciente. Es el sentir general, ¿para qué cambiar con lo que cuesta? Hay otros que se dan cuenta de esto y hacen su agosto.
La comodidad suele ser venenosa, como todo en exceso y nuestros tiempos (en la zona rica del planeta) son de muchos excesos.
Todo el mundo revisa anualmente su caldera de calefacción y pasa la inspección técnica de vehículos, tal vez deberíamos mirarnos de paso cómo andamos de comodidad.
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