Desde hace siglos el ser humano ha acompañado sus días con música. En ella ha buscado sentido, inspiración y comprensión. Con ella ha caminado por desiertos y noches, por calmas y tormentas. Hay pocas cosas que acaricien tan bien el alma. Por eso la recomiendo tanto en tiempo de salud como de enfermedad. La incorporo a mi práctica profesional desde mi práctica personal.
No soy el único. Somos legión los que conocemos este secreto.
Pero nos enfrentamos a poderosos enemigos:
El ruído de fondo.
Nunca fue tan fuerte como en este tiempo. Nunca tuvimos tantas distracciones. Nunca nos fue tan difícil disfrutar del silencio. Y sin silencio no puede haber música. Debemos callar para que la música llegue a nosotros. No vale tenerla de fondo, eso es un sucedaneo valdío.
La prisa.
Cuando corremos por el mundo la música no puede alcanzarnos. Nos llegan retazos, jirones, pero nunca la tersura de la tela.
El ánimo de lucro.
Hay muchos intereses para que escuches solo productos comerciales. Todo se vende y se empaqueta, nadie busca que accedas y disfrutes a la música que te inspire más sino a la que esté de moda o consuman tus amigos o los medios de comunicación que compras.
Ara Malikian y un servidor compartimos contigo el mismo deseo:
La música es salud, la salud es música.
Permítete vivirla.
Compártela con otros.
Y disfruta de este regalo que te hace la vida.
1 comentario:
thanks
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