miércoles, 28 de agosto de 2013
Nunca se fíen de un político que en agosto trata de meter la zorra en el gallinero
Si como trabajador alguna vez ha estado enfermo y no ha podido ir a trabajar seguramente haya necesitado una baja médica. ¿Qué situación le ofrece más confianza, la actual en la que su médico de cabecera habitual le gestiona la misma o que se encargue una mutua (asociaciones de empresarios) de darle el alta con un médico que no conoce?
Pues se lo puede imaginar, la propuesta de nuestros ilustres próceres (hecha en pleno mes de agosto, no podía ser de otra manera) es permitir que las mutuas puedan dar altas de forma sencilla si la inspección médica no responde a sus requerimientos en seis días, cosa casi imposible al depender a su vez de un informe de los médicos de familia, ya de por sí muy sobrecargados, para elaborar otro papel que justifique el mantenimiento de la baja.
Esta decisión supondrá una merma de los derechos de los pacientes, no les quepa duda que en las mutuas no quieren bajas de larga duración, he trabajado en ellas y sé que sus médicos trabajan bajo un clima de tensión más o menos velada.
Decisiones gubernamentales como esta hacen que los trabajadores parezcan pertener al subtipo de vagos y maleantes, gente perezosa que se escaquea contínuamente y hace todo tipo de trampas para faltar al trabajo. Es lo que se puede deducir de la actitud de nuestros políticos, lo que muestra a las claras la categoría moral de la que gozan.
Es un gran error. Medidas como esta no aportan ventaja social y si menoscabo evidente de la calidad de la atención sanitaria cuando más hace falta, al estar enfermo. El supuesto ahorro que esgrimen, como panacea universal, no justifica permitir que sea el empresario el que custodie algo tan sensible como las bajas de sus trabajadores. Es técnica y éticamente más correcto que la responsabilidad recaiga en el profesional sanitario que más información médica tiene de dicho trabajador, su médico de cabecera. No les quepa duda que este planteará el alta en el momento apropiado, sin presiones de ningún tipo, ni del paciente ni de la organización sanitaria.
¿Quedará algo de sentido común en el horizonte sanitario? por si acaso es bueno que usted conozca lo que se cuece, su opinión es más importante de lo que se imagina.
martes, 27 de agosto de 2013
Relatos de verano: los congresos sanitarios y el valle de Ellah
Había una vez un enorme gigante llamado Goliath, temible en tamaño. Congregaba a más de 3.000 médicos, en ocasiones dicen que reunió 5.000. Dado que las inscripciones costaban 500 euros la cosa salía por una pasta. Grandes expertos, grandes ponencias y un mar de stands publicitarios que daban a entender quien costeaba la fiesta.
Al otro lado del valle un joven pastor llamado David miraba al horizonte, no tenía media torta pero había comprendido que hay otra forma de hacer las cosas. Congregó a unas 90 personas, pero usando internet llegó a cientos, de hecho a más de 400.000. Con un equipo de voluntarios organizó una jornada teórico práctica de alto nivel, con 26 ponentes y un networking intensivo que hizo que los asistentes se llevaran conceptos, aprendizaje pero sobre todo los nombres y apellidos de otros profesionales inspiradores. La inscripción era gratuita, no hubo patrocinador industrial.
David y Goliath no tuvieron que luchar, no hizo falta. La bella ciudad de Granada, testiga de otras cuitas no hubo de añadir sangre en esta ocasión. Pero David sabía que el tiempo de los gigantes terminaba. Esa noche pudo festejar con sus amigos la grandeza de lo pequeño, sabiendo que sin armas habían ganado algo muy grande.
lunes, 26 de agosto de 2013
¿Qué significa que Tiago Villanueva marche a Londres?
Porquê Tiago Villanueva mudou-se para Londres?
Tiago Villanueva é um jovem médico de família Português, com pouco tempo de exercício. Eu conheço pessoalmente há três anos, depois de trabalhar com ele no Innovation Seminários Atenção Básica coordenado pelo dr. Juan Gérvas, eu sei que é um capaz e intelignete jovem médico. Ele desfrutava de uma posição permanente em um centro de saúde em Lisboa, que contrasta muito bem com seu companheiro espanhol passando insegurança no trabalho brutal. Embora isso tenha acabado de se mudar para Londres para trabalhar como editor do British Medical Journal, que foi ano de trabalho. Ele explica suas razões em um artigo nesta publicação, pelo agravamento das suas condições de trabalho, com queda de salário para um terço do que ele ganhou há dois anos e muitos problemas no atendimento diário. Sul da Europa são condenados a ficar sem os seus melhores médicos? Que não haja dúvida de que, se continuar a agravar as condições de trabalho muitos vão. A parte mais complicada do sistema de saúde são os seus recursos humanos, nem todos os profissionais são iguais, isto é claro, mas não cuidado para que a saúde vai voltar décadas, ao nível dos nossos avós e isso é uma perda social de grande impacto. Especialmente considerando que a pirâmide populacional do tempo dos nossos avós não tem nada a ver com o atual e com isso vem à tona: as sociedades idosos com muitas doenças e tratamentos complexos. Quem vai cuidar dessas pessoas?
(Tradução automática)
Tiago Villanueva es un joven médico de familia portugués con poco tiempo de ejercicio. Le conozco personalmente desde hace tres años tras colaborar con él en los Seminarios de Innovación en Atención Primaria que coordina el dr. Juan Gérvas, me consta que es un médico joven capaz e intelignete. Disfrutaba de una plaza fija en un centro de salud en Lisboa, lo que constrasta con sus compañeros españoles sometidos a una brutal precariedad laboral. Pese a esto se acaba de mudar a Londres para trabajar como editor de la revista British Medical Journal donde lleva colaborando años. Él mismo explica sus razones en un artículo en dicha publicación, principalmente empeoramiento de sus condiciones laborales con bajada de sueldo a un tercio de lo que ganaba hace dos años y múltiples problemas en la asistencia diaria. ¿Está el sur de europa condenado a quedarse sin sus mejores médicos? No les quepa duda de que si siguen empeorando las condiciones laborales muchos se irán. La parte más delicada del sistema sanitario son sus recursos humanos, no todos los profesionales son iguales, eso está claro, pero no cuidarlos hará que la asistencia sanitaria retroceda décadas, al nivel de nuestros abuelos y esto es una pérdida social de gran impacto. Sobre todo teniendo en cuenta que la pirámide poblacional de la época de nuestros abuelos no tiene nada que ver con la actual ni con la que se nos viene encima: sociedades ancianas con personas con muchas enfermedades y tratamientos complejos. ¿Quién va a cuidar a esas personas?
domingo, 25 de agosto de 2013
¿Es posible tener hoy una buena muerte?
Foto promocional película Amor (2012)
¿Qué hacer cuando se convive con un enfermo de Alzheimer cada vez más deteriorado, cuando cada vez este parece sufrir más?, ¿hasta cuándo seguir cuidando?. Estas preguntas son la base de la película Amor (2012) de Michael Haneke. Pero también son la base del desgraciado incidente en Asturias esta semana, en el que un anciano apuñala a su mujer, enferma de Alzheimer avanzado, y luego se tira por la ventana. ¿Hay otra forma de hacer las cosas?
El doctor Juan Gérvas nos dice que sí, que es posible tener una buena muerte en el propio domicilio asistido por nuestros familiares y con la ayuda del médico de familia y la enfermera. Este no suele ser el escenario habitual, es más común morir en el hospital, habitualmente de malas maneras, en urgencias atestadas, solos en una habitación, o rodeados de tubos tras una larga agonía en la que se nos somete a toda clase de técnicas.
En nuestra sociedad no hablamos de estos temas, ni de la propia muerte ni de cómo nos gustaría morir. El tema tiene su importancia pero es un tabú social, incluso en medios sanitarios. Los propios profesionales pocas veces sacamos el tema y hablamos a los pacientes y sus familias sobre el concepto de voluntades anticipadas y testamento vital. Algo importantísimo para evitar los terribles desenlaces de la historia de ficcción y la real que comienzan este post.
Pablo Simón, profesor de ética de la EASP, tiene un estupendo libro para profesionales y nos comparte este breve vídeo de divulgación que merece la pena para entender mejor el tema. Atrévanse a hablar de cómo les gustaría morir con sus amigos y familiares, atrévanse a mirar a la muerte a la cara, es la mejor manera de aceptar que forma parte de la vida y permitir que cuando aparezca en nuestra familia no lo haga como un desastre sino como algo perféctamente natural, doloroso pero natural.
sábado, 24 de agosto de 2013
Relatos de verano: Gambia versus Moraleja
Abrió sus ojos lentamente, su cuerpo no se quería mover. La sensación de agotamiento persistía pese a las seis horas de sueño. Y el calor, ese calor permanente y asfixiante, ese nunca se marchaba. El día anterior tuvo que desplazarse a comunidades del norte, cuatro horas por carreteras desvencijadas en vehículos desvencijados. Allí atendió niños con malaria, heridas supurantes crónicas, cegueras causadas por enfermedades reversibles, enormes hernias abdominales no operadas, insuficiencias cardíacas avanzadas sin ningún tratamiento... La gente seguía adelante con todo aquello, y lo más increíble, sin perder la sonrisa, una sonrisa franca que traslucía alegría. Se acordó de su último día de consulta en el ambulatorio de la Moraleja, a penas diez pacientes, en julio se iba mucha gente de vacaciones. Tres partes de baja, dos tratamientos crónicos, un informe de inspección, una colonoscopia recibida, dos faringitis leves y una urgencia. La auxiliar le llamó con la voz angustiada "doctor, una urgencia en la sala de curas, baje deprisa". Cuando llegó un grupo de seis adolescentes esperaba con cara preocupada, dentro un chico yacía en la camilla rodeado de otros dos amigos y dos enfermeras que le tomaban las constantes. "¿Qué le pasa?" Preguntó de inmediato. Fue uno de los amigos el que respondió, " le ha salido esto, tiene muy mala pinta" y señaló el antebrazo izquierdo, una lesión de 5 milímetros ligeramente elevada y enrojecida... un grano.
Dedicado al doctor Vicente Baos.
viernes, 23 de agosto de 2013
Relatos de verano: doctor VIP
Le gustaba afeitarse con la ventana abierta. La calma del jardín por la mañana, la luz y el canto de los mirlos le hacían sentir bien. Ese jueves estaba especialmente contento, en parte por su proeza deportiva del día anterior, en parte por que en pocas horas tendría que revisar la cadera del rey. Pocos compañeros podrían igualar esos dos buenos temas de conversación en la partida de golf de la tarde. Escogió la camisa de rayas rosas y cuello blanco, la corbata de Hermes que le regaló Pitita, y los pasadores de oro estilo yate. Se perfumó con su colonia Loewe preferida y sin desayunar se despidió de los niños y de la interna mientras se metía en el descapotable poniéndose las gafas de sol. Amaba el momento en el que la puerta del garaje le dejaba paso franco, tenía toda la jornada por delante para comerse el mundo.
jueves, 22 de agosto de 2013
Relatos de verano: la enfermera Blanca
Foto: 'Sky symphony'
http://www.flickr.com/photos/12836528@N00/5192063662
http://www.flickr.com/photos/12836528@N00/5192063662
Me gusta la nueva enfermera suplente, es joven y tiene buen humor, da gusto charlar con ella. Como me toca limpiar la parte de abajo del centro me la encuentro a la hora del primer café, siempre contando cosas divertidas. Da gusto, no como las otras enfermeras que son más secas que Matusalén, es verdad que son muy mayores, pero eso no debería ser inconveniente para sonreír más. En la última oposición vinieron unas que para qué, más quemadas del hospital que la oreja de Niki Lauda... en fin. En el café de la merienda también me la suelo encontrar, no me extraña, siempre que me enseña su lista no tiene más de 10 o 20 pacientes, así está ella de tranquila. Pero me parece bien, ya tendrá tiempo de quemarse como esos doctores de la mañana que no paran de atender pacientes, esos no bajan nunca a por café y así les va, siempre tan serios.
Me gusta la enfermera Blanca, ayer trajo un bizcocho que hizo ella y nos pasamos una hora hablando de las fiestas de su pueblo. Como es verano hay que tomarlo con calma.
miércoles, 21 de agosto de 2013
Relatos de verano: la directora general de sistemas
Disfrutaba de uno de los puestos claves de la consejería. Una buena posición en el escalafón, buenos contactos, un despacho con vistas. Sus jefes la apreciaban. Ella les daba información, se dedicaba a ello. Pese a la crisis su departamento contaba con un presupuesto generoso con el que atender montones de proyectos. Era casi imposible cumplir los plazos, lo urgente se comía literalmente lo importante. Ese talón de Aquiles la hacía sufrir, sabía que los asistenciales la criticaban duramente, sabía que con toda la razón. Afortunadamente no tenía mucho trato con ellos, tan solo algún grupo de trabajo con profesionales debidamente filtrados y de perfil no beligerante.
Esa tarde tenía el cumpleaños de Cuquita. Le pediría al chofer que la dejara en Serrano quería comprar un regalo y tenía clara la tienda. Luego iría andando, el ático de su amiga no quedaba lejos, para un café con pastas siempre hay tiempo, especialmente si son de Viena Capellanes.
martes, 20 de agosto de 2013
Relatos de verano: el peor escenario posible
Vuelvo a repasar los datos. Caen gotas de sudor por mi frente, los informes que tengo delante no están equivocados, no lo pueden estar. Tras seguir hace unas semanas la pista de ese viejo libro que me recomendó Robinson empecé a hacer cábalas y encontrar evidencias irrefutables. Tomé de nuevo entre mis manos el viejo manual, "Sano y salvo y libre de intervenciones médicas", Juan Gérvas y Mercedes Pérez... Estaba todo en el índice... Y luego los informes de la OMS, datos fehacientes que ilustraban con gráficos escalofriantes las cifras de obesidad, diabetes, hipertensión, colesterol... También disponía de datos de las nuevas enfermedades, un altísimo número de niños padecía déficit de atención e hiperactividad, otros catarros múltiples, moquitis perenne o tranquilidad excesiva. Los adolescentes sufrían, trastorno de timidez aguda, pabitis prolongada o sofafilia televisiva. Las mujeres se llevaban la peor parte como siempre, los embarazos eran en un 90% seguidos en unidades de alto riesgo, a partir de los 20 años se las sometía a un seguimiento intensivo bimensual en unidades de mama especializadas y a partir de la menopausia se las trataba a todas frente a la cascada de enfermedades que esa edad producía, desde los huesos a la piel, el ánimo o los terribles sofocos.
No había duda, los datos lo mostraban a las claras, los individuos saludables eran menos del 5%. Se cumplía así la terrible predicción del profesor Zurita que sostenía que la humanidad sigue una curváis de Gauss de patología creciente orientada a la enfermedad máxima y a la muerte. La paradoja es que nunca antes habíamos vivido con estándares tan altos, tecnología sanitaria hiperdesarrollada, alimentación bioecológica, protección social completa... Que los extranjeros más allá de las vallas padeciesen miserias era comprensible, pero nosotros, en nuestra posición...
Estaba claro que algo iba mal, algo importante.
lunes, 19 de agosto de 2013
Relatos de verano: la anestesista
La conocí en su viaje de novios. Tuve una conversación casual con ella, estaba de buen humor. Llevaba años en un hospital de una capital importante. Su trabajo de anestesista era cómodo. La habían bajado el sueldo pero aun así no estaba mal, dos a cuatro cirugías al dia, pocas guardias, mucho tiempo para leer. Ahora con el ipad mucho mejor. Su marido no era sanitario y tenía una posición desahogada, con los dos sueldos vivían de forma bastante confortable. Cuando le dije que era médico de cabecera respondió con un seco "ya". No le comenté que ese mes me habían hecho tres entrevistas para distintos medios, me habían posicionado excelentemente en un estudio de redes sociales, mis artículos habían llegado a decenas de miles de personas y que estaba enamorado de mi trabajo. Sencillamente no surgió en la conversación. Dejé que se marcharan abrazados, un viaje de novios no se hace todos los días. Afortunadamente con los años uno va descubriendo que hay cosas mejores, a menudo muy sencillas, por ejemplo no abrir la boca y sonreír.
domingo, 18 de agosto de 2013
Ecosistemas sanitarios
Los ecosistemas se apoyan unos en otros formando sistemas complejos. Su capacidad de adaptación es grande dado que todos colaboran para flexibilizar los impactos y adaptarse mejor a ellos. Aun así hay un componente de fragilidad que aumenta según se complejizan.
El sistema sanitario es una construcción social compleja. Consta de gran número de subsistemas, funciones y servicios, recursos humanos generalistas y especializados, sistemas organizativos multinivel y tecnología avanzada. Organizar algo tan complejo no es fácil. En los últimos años hemos visto que los costes se han elevado más allá de lo que nos podemos permitir. ¿Cómo adecuar los recursos a los costes?
La respuesta a esta pregunta suele ser un sálvese quien pueda, y cada parte del sistema argumentará las razones de su imprescindibilidad. Los cirujanos defenderán sus caros robots quirúrgicos y el sistema de transplantes, los oncólogos sus carísimos tratamientos, los radiólogos sus impresicindibles aparatos que todo lo ven... Al final de la cola aparecerán los médicos de familia arguyendo que son capaces de solucionar el 90% de los problemas de los pacientes con un coste mínimo para el sistema, pero ya nadie escucha... el pescado ya está todo vendido. ¿Se habrá hecho bien? En estos tiempos no todos tienen la misma voz, y dado que quien no llora no mama, está claro que no habrá leche para todos.
sábado, 17 de agosto de 2013
Intemperie sanitaria
Vivir a la intemperie es desabrido. Podemos salir, trabajar, pasear, buscarnos la vida, pero luego nos es necesario volver, guarecernos, apartarnos de ella. Incluso un sabio como Diógenes eligió un tonel como vivienda mínima. Ser un sin techo en una ciudad es una desgracia, serlo en un páramo inhóspito puede ser mortal. La intemperie se rige por reglas estrictas que si son incumplidas se castigan con rigor. Pero hay muchos tipos de intemperie. Jesús Carrasco lo explícita en su novela de éxito. La del llano ardiente, la de los sentimientos, la de la iniquidad... Todas nos condenan al infierno si no se saben manejar. El ser humano siempre ha tratado de escapar de ellas con exiguo éxito. Es el corazón de la tragedia, esta termina atrapando a los héroes. La sociedad occidental trata de levantar enormes muros para protegerse en un esfuerzo inútil. La mayor intemperie la llevamos por dentro, el secarral del alma nos pertenece por entero, como la sombra y nuestros sueños. Pese a las protecciones una de las fuerzas de la vida que nos deja en descampado sigue siendo la enfermedad. Da igual que construyamos enormes hospitales, máquinas de cobalto o resonancias magnéticas para exorcisarla, cuando llega nos deja desnudos frente a nosotros mismos. Una simple gripe irrumpe en nuestra vida como un elefante en una cacharrería, si el diagnóstico es más grave el impacto es terrible. La tecnología no nos salvará, tampoco el orgullo. Sólo cabe esperar salir lo antes posible del embrollo, tal vez encontrando a alguien que conozca el terreno y se sepa manejar. En la dura y excelente obra de Carrasco se describe a un pastor que tiene este rol, en definitiva el mismo de los profesionales sanitarios, acompañar, cuidar, proteger y guiar, verbos de la primera conjugación imprescindibles en tiempo de enfermar. Ya podremos rodearnos de aparatos, chequeos o medicamentos maravillosos, si no nos proveen de esos cuatro verbos estaremos perdidos.
viernes, 16 de agosto de 2013
Relatos de verano: la caída
Caía por un enorme agujero de paredes resbaladizas. Hacía tiempo que había perdido el control y ya no hacía contacto con los bordes, la caída era libre, negra, oscura, angustiosa. Le había pasado antes. Siempre era igual. Se encontraba caminando fatigosamente por el sendero, cansado, agotado. Decidía refrescarse con las manzanas rojas que a cada trecho se podían encontrar al lado del camino, decidía olvidar la prohibición. Su médico se lo había dejado claro, él también lo sabía. Esas manzanas le mataban. Comió de nuevo y al instante se sintió más ligero, más fuerte, más poderoso. A la par comenzó a descender, al principio despacio, luego ya más ligero. El sendero de subida se transformó en una pista resbaladiza, cada vez bajaba más deprisa, más y más deprisa... hasta qué perdió pie y la caída se hizo incontrolable.
Amaneció en el hospital, con veinte kilos menos, muy mala cara y dolor en todo el cuerpo, sobre todo en el alma. Necesitó varias semanas para volver en sí. En esta ocasión el choque había sido monumental. Volvió a poner su resistencia al límite, volvió a inflamar sus maltrechas neuronas. Avanzaba despacio por el pasillo, vistiendo el pijama azul del hospital, arrastrando un poco los pies. Todavía no podía saber si tendría fuerzas de nuevo para volver a pasar consulta.
jueves, 15 de agosto de 2013
La visión de Pissarro
El museo Thyssen de Madrid suele ofrecer exposiones temporales de altísima calidad. La actual se centra en uno de los impresionistas más importantes Camille Pissarro. La muestra incluye varios lienzos de la propia colección, algo esperable al ser uno de los pintores favoritos de la baronesa. Además de invitar a regalarse los ojos con las obras de este genio, me parecía oportuno aprender de la sensibilidad del artista. Pissarro gusta de pintar al aire libre, fundamentalmente escenas campestres, también del barrio de Montmatre con un agradable tono decimonónico en los vestidos y coches de caballos. Pero lo que les llamará la atención es el manejo de la luz y la composición, el milagro de conseguir detalles y delicadeza con pincelada gruesa y trazos largos. Como suele pasar la mayoría de los visitantes pululaban por la sala abducidos por sus audioguías a un metro de las obras. Lo entenderían todo, pero no estaban viendo nada. A los impresionistas hay que contemplarles desde el otro lado de la sala, como mínimo a cinco metros de la obra. Luego pueden jugar y acercarse, pero sin distancia no hay belleza.
Esto días de verano he visto muchos pacientes agobiados, daba la impresión de que miraban la vida demasiado pegados a ella, sin distancia, sin perspecitva. Por otro lado las peripecias de nuestro responsables y gobernantes, que tanta zozobra nos causan a todos, parece que pintan la realidad con un trazo demasiado grueso, casi grotesco. Seguramente nos venga bien alejarnos del cuadro, este tiempo de verano lo favorece. Pero no se confíen, cuando llegue septiembre mas nos vale seguir haciéndolo.
post dedicado a mi amigo Ferando Guzón, él sabe porqué.
miércoles, 14 de agosto de 2013
Salud en el club de jazz
Foto: Pablo Martín Caminero
La música es vida, es pura terapia, es imprescindible para todos. El lenguaje musical llega al centro del alma aunque no se sepa solfeo. Una guitarra o un piano pueden producir más catarsis que años de psicoanálisis. Como médico no puedo dejar de recomendar música a mis pacientes, pero eso sí, de calidad. ¿Qué significa calidad? pues igual que con los alimentos, si puede permitírselo consuma alimentos frescos, música en directo. No es tan caro como se imagina, una sesión de jazz en uno de los clubs de moda en Madrid vale poco más que un cine. Y tendrá ante usted a un grupo que le transmitirá algo más que sabor enlatado. El poder de los instrumentos musicales es enorme. Someternos a esta inmersión en fuego y agua que es la música nos arreglará flecos que todos llevamos colgando por el alma.
De vez en cuando es bueno apagar la televisión y darse una vuelta por ahí.
martes, 13 de agosto de 2013
¿Ha muerto la blogosfera sanitaria?
Foto: participantes en el 1º congreso de la blogosfera sanitaria, Madrid 2011
Muchos se hacen esta pregunta periódicamente. La respuesta es variable según le haya ido la fiesta a cada cual. Es verdad es que la creación global de contenidos de la primera generación blogosférica sanitaria en español ha podido decaer, pero no nos engañemos, este medio no tiene nada que ver con lo que conocíamos. El tiempo en internet corre deprisa y las evoluciones personales por un lado y el recambio de personas por otro, hacen que todo cambie a gran velocidad.
Si siguen leyendo a Vicente Baos, Miguel Angel Manyez, Rafa Bravo o Amalia Arce (por citar tan solo cuatro de los muchos blogs excelentes que existen) sabrán que todavía hay vida en internet. Por otro lado los blogs no dejan de ser expresión de la voz de cada cual en el modo, frecuencia y tono que cada cual elija. Cada dia miles de nuevos usuarios se suben al carro, lo prueban, lo abandonan... Así es internet. La ventaja que siguen teniendo los blogs es que cada cual publica lo que le apetece compartir. A fin de cuentas ya ven nuestras bandejas de entrada y de salida, nuestros mensajes de Whatsapp y hasta pueden oírnos usando los micrófonos de nuestros móviles y ordenadores...
Se acabó la privacidad, el que no comparta se está perdiendo algo.
lunes, 12 de agosto de 2013
No soy lo que parezco
Foto: 'little face'
http://www.flickr.com/photos/84144593@N00/358600630
http://www.flickr.com/photos/84144593@N00/358600630
Un precioso texto de Charles C. Finn muy apropiado para el verano. ¡Cuánta liberación encontraríamos si fueramos capaces de dejar caer nuestras máscaras!
"No dejes que te engañe. Que no te engañe la cara que llevo porque sólo es una máscara, una de las máscaras
que temo quitarme y ninguna de ellas soy yo. Aparentar es un arte que
domino, pero no te dejes engañar. Te doy la impresión de ser fuerte, de
que dentro y fuera de mí hay un día soleado y apacible, de que mi nombre
es “confianza” y que “control” es mi juego.
De que el mar está sereno y yo sereno al timón, de que no necesito a
nadie, pero no me creas. Mi exterior refleja serenidad, pero sólo es una
máscara, siempre cambiando, siempre ocultando.
Detrás de ella hay confusión, temor y soledad, pero esto lo escondo.
No quiero que nadie lo sepa. Me da pánico que mi debilidad y mi temor
queden expuestos.
Es por eso el afán con que he creado una máscara en dónde ocultarme.
Una fachada indiferente y sofisticada que me ayude a fingir, que me
sirva de escudo ante una mirada conocedora. Pero precisamente, esa
mirada es mi salvación, mi única esperanza, lo sé.
Siempre y cuando venga acompañada de aceptación y de amor. Es lo único
que puede liberarme de mí mismo, de la prisión que yo solo he
construido. Es lo único que puede revelarme lo que yo mismo no me he
podido revelar, que soy alguien que valgo. Pero esto no te lo digo. No
me atrevo. Tengo miedo que tu mirada no venga acompañada de aceptación y
de amor.
Temo rebajarme ante ti, que te rías. Tengo miedo de que me rechaces.
Por eso es que juego mi juego, mí desesperado juego de aparentar, con
una fachada de seguridad por fuera, y un niño temeroso por dentro.
Así empieza el desfile de máscaras, y mi vida se coloca al frente, con
caretas destellantes pero vacías. Inútilmente platico contigo en los
tonos suaves de una plática superficial. Te digo todo acerca de nada, y
nada acerca de lo que es todo para mí.
Así que cuando te hable, no te dejes engañar por lo que te diga. Por
favor escucha cuidadosamente, trata de oír lo que me gustaría decir,
pero que no puedo manifestar abiertamente. No me gusta esconder. No me
gusta jugar al impostor.
Quiero dejar de aparentar.
Quiero ser auténtico, espontáneo, pero tienes que ayudarme. Extiéndeme
tu mano aun cuando parezca ser lo último que necesito. Cada vez que eres
amable, cada vez que tratas de comprenderme, mi corazón hace crecer
unas alas, unas pequeñas alas, unas alas frágiles, ¡pero alas!.
Una arraigada convicción de que valgo poco me ha hecho construir una
muralla a mi alrededor. Mientras más te acerques a mí, con más ímpetu te
rechazaré. Es irracional pero, contrario a lo que dicen los libros
acerca del hombre, frecuentemente soy irracional.
Se me ha dicho que el amor es más fuerte que cualquier barrera y en
ello está mi esperanza. Por favor trata de derrumbar esa muralla con
manos firmes, pero gentiles, ya que mi niño interior es muy sensible.
¿Quién soy yo? te preguntarás… Soy alguien a quien tú conoces muy
bien. Soy cualquier hombre o cualquier mujer que cruza por tu camino."
visto en Denko Mesa vía Amor en el Aire
Please Hear What I'm Not Saying
Don't be fooled by me.
Don't be fooled by the face I wear
for I wear a mask, a thousand masks,
masks that I'm afraid to take off,
and none of them is me.
Pretending is an art that's second nature with me,
but don't be fooled,
for God's sake don't be fooled.
I give you the impression that I'm secure,
that all is sunny and unruffled with me, within as well
as without,
that confidence is my name and coolness my game,
that the water's calm and I'm in command
and that I need no one,
but don't believe me.
My surface may seem smooth but my surface is my mask,
ever-varying and ever-concealing.
Beneath lies no complacence.
Beneath lies confusion, and fear, and aloneness.
But I hide this. I don't want anybody to know it.
I panic at the thought of my weakness exposed.
That's why I frantically create a mask to hide behind,
a nonchalant sophisticated facade,
to help me pretend,
to shield me from the glance that knows.
But such a glance is precisely my salvation, my only hope,
and I know it.
That is, if it's followed by acceptance,
if it's followed by love.
It's the only thing that can liberate me from myself,
from my own self-built prison walls,
from the barriers I so painstakingly erect.
It's the only thing that will assure me
of what I can't assure myself,
that I'm really worth something.
But I don't tell you this. I don't dare to, I'm afraid to.
I'm afraid your glance will not be followed by acceptance,
will not be followed by love.
I'm afraid you'll think less of me,
that you'll laugh, and your laugh would kill me.
I'm afraid that deep-down I'm nothing
and that you will see this and reject me.
So I play my game, my desperate pretending game,
with a facade of assurance without
and a trembling child within.
So begins the glittering but empty parade of masks,
and my life becomes a front.
I idly chatter to you in the suave tones of surface talk.
I tell you everything that's really nothing,
and nothing of what's everything,
of what's crying within me.
So when I'm going through my routine
do not be fooled by what I'm saying.
Please listen carefully and try to hear what I'm not saying,
what I'd like to be able to say,
what for survival I need to say,
but what I can't say.
I don't like hiding.
I don't like playing superficial phony games.
I want to stop playing them.
I want to be genuine and spontaneous and me
but you've got to help me.
You've got to hold out your hand
even when that's the last thing I seem to want.
Only you can wipe away from my eyes
the blank stare of the breathing dead.
Only you can call me into aliveness.
Each time you're kind, and gentle, and encouraging,
each time you try to understand because you really care,
my heart begins to grow wings--
very small wings,
very feeble wings,
but wings!
With your power to touch me into feeling
you can breathe life into me.
I want you to know that.
I want you to know how important you are to me,
how you can be a creator--an honest-to-God creator--
of the person that is me
if you choose to.
You alone can break down the wall behind which I tremble,
you alone can remove my mask,
you alone can release me from my shadow-world of panic,
from my lonely prison,
if you choose to.
Please choose to.
Do not pass me by.
It will not be easy for you.
A long conviction of worthlessness builds strong walls.
The nearer you approach to me
the blinder I may strike back.
It's irrational, but despite what the books say about man
often I am irrational.
I fight against the very thing I cry out for.
But I am told that love is stronger than strong walls
and in this lies my hope.
Please try to beat down those walls
with firm hands but with gentle hands
for a child is very sensitive.
Who am I, you may wonder?
I am someone you know very well.
For I am every man you meet
and I am every woman you meet.
Charles C. Finn
September 1966domingo, 11 de agosto de 2013
Fuego en el cuerpo
Foto: 'liquid fire'
http://www.flickr.com/photos/99771506@N00/2831284691
http://www.flickr.com/photos/99771506@N00/2831284691
¿Por qué nos quema tanto el fuego de la ira?
¿Por qué nos inflamamos de despecho?
Dime, mi estrella, qué origina esa llama,
El pebetero áureo que asola épocas e imperios.
Velado de los ojos, invisible al inicio,
En la contrariedad tiene su origen y sustento
Presto a incendiar el secarral del alma,
Las enormes estepas de soledad y vehemencia.
Después, mucho después, todo serán cenizas.
Devastada la tierra queda un nuevo vacío
Ahora tiznado y con aroma de desastre.
Qué poca cosa seguimos siendo los humanos
Incapaces de sofocar un simple sentimiento...
Seguiremos flotando a merced de las olas.
@doctorcasado
Cuando en verano veo arder el monte no dejo de ver detrás la mano del hombre, y más que la mano su corazón. Este arde cada vez más, en algunos casos sometiendo a gran rigor a su portador. Nadie nos ha enseñado qué hacer cuando el corazón arde, cómo manejar los sentimientos difíciles para que no nos dañen a nosotros y a los que nos rodean, para que esas llamas no se expandan a páramos y bosques.
Estos incendios interiores son causa de todo tipo de adicciones, violencias, abandonos, dejadeces... y al final enfermedad y sufrimiento.
Recurrir a cosas tan sencillas como un paseo o un poco de buena música, a una conversación con alguien de nuestra confianza o la escritura de una carta pueden ser opciones que amainen ese fuego. Hay muchas más, nos pasamos la vida ensayándo alternativas. Es bueno recordar que las más simples suelen ser las más hermosas y potentes.
sábado, 10 de agosto de 2013
Relatos de verano: El cazador de rayos
Lo tenía claro, él no era de los que se quedaban en el sillón. A sus treinta años regentaba un negocio que le había catapultado a la celebridad desde que aquella periodista publicó un extenso reportaje con fotos en el dominical de su periódico. Lo más difícil fue convencer a la compañía eléctrica, le pusieron pegas durante un año hasta que consiguió hablar con aquel ingeniero de la peca en la mejilla, ese le comprendió. Le facilitó los algoritmos, para evitar sobrecargar la red, y el estudio de costes. Al final le pagaban cada rayo a seis mil euros, en una buena tormenta podía cazar hasta siete. La compañía, como es natural, ganaba mucho mas y al cederle el uso de lineas de alta tensión, previo aviso, evitaba riesgos innecesarios. Su avioneta actuaba de señuelo tras instalar un filtro de protección eléctrica en el motor y conseguir un cable de hiperlongitud que su compañero conectaba a la red y le lanzaba con un ingenioso sistema de pértigas que permitía a la avioneta pescarlo al vuelo. Las primeras veces se asustó de veras. Al recibir la descarga, el motor se paraba, la carlinga quedaba a oscuras, fuera soplaba de lo lindo... Cuando volvía a casa se lanzaba agotado en el colchón, sonriendo por estar rematadamente loco. Un médico rural ha de tener recursos para todo, le explicaron hacía ya muchos años.
viernes, 9 de agosto de 2013
Relatos de verano: Te amo.
Foto: '⥠The Drongo Love ⥠Happy Valentine's+Day+â¥'
http://www.flickr.com/photos/44345361@N06/6874560581
http://www.flickr.com/photos/44345361@N06/6874560581
—Te amo. —Mira, a mí no me cuentes tus problemas.
— Dama Elegante (@EleganteDama) July 23, 2013
Se amaron, pero habían olvidado conjugar los verbos, solo conseguían articular frases en pasado. Los dos sabían que no era sostenible pero preferían mirar para otro lado, "es mejor así" se decían. Ella seguía acudiendo a su médico de cabecera por recetas para sus migrañas. El seguía yendo al bar. En tantos años de convivencia ambos habían producido y padecido violencia. Ella con sus recriminaciones y su tono desabrido, él con gritos e insultos y algún pescozón. No servía de nada, pero ¿qué iban a hacer si ya no podían comunicarse de otro modo?
Ella seguía acudiendo a su médico de cabecera por recetas. El seguía yendo al bar.
jueves, 8 de agosto de 2013
Relatos de verano: el doctor KO
Foto: decofeelings
Tengo ganas de vacaciones. Estoy hasta las narices del centro de salud. Todos los días 50 pacientes, y eso que estamos en verano y la cosa está tranquila, en invierno es mucho peor. Además no hay forma de bajar la presión, siguen viniendo. Es verdad que soy bueno y ya son muchos años, la gente se fideliza y se acostumbra a venir, con un sistema tan accesible esto es imparable. Por otro lado la burocracia les obliga a acudir por nuevas recetas, partes e informes que no hay forma humana se hagan de otra forma. Los de la Consejería no sé para que están, tantos años y nadie arregla nada. Bueno, más que arreglar empeoran, porque el sistema informático que tenemos es tortura china. Todos los días a las doce se enlentece y los cuelgues y errores son continuos pese a llevar ya años instaurado...
Para colmo ahora se empeñan en cambiar el sistema de salud, recortarlo, privatizarlo y vilipendiarlo. Nos han bajado el sueldo y nos han quitado el presupuesto de suplentes, cuando alguien falta toca ver sus pacientes. ¿Por qué no se pasarán algún dia por la consulta a dar una vueltecita? ¿No ven que es imposible ver más pacientes en un dia? Llevo años sin poder ir a una sesión clínica ni ver a penas a mis compañeros de centro ¿cómo, si no salgo de la consulta para nada? En fin, creo que me vendrán bien esas vacaciones, en ocasiones noto mis nervios cansados, muy cansados.
miércoles, 7 de agosto de 2013
Naturaleza sanadora
¿Cuándo fue la última vez que su médico le recomendó ir al campo? estamos acostumbrados a escuchar consejos sobre dieta o actividad física pero no sobre la gestión del tiempo y el espacio, variables mucho más importantes. El ritmo de vida habitual de nuestras sociedades occidentales urbanas nos somete a mucha violencia. La prisa, el ruido, el agobio no nos dejan oportunidad de contactar con nosotros mismos, de descubrir nuestras necesidades, de tomar un respiro.
Sin embargo la naturaleza tiene una enorme capacidad sanadora, nos recuerda quienes somos, nos acerca a la belleza, a la simplicidad, nos abre la mente. En verano tenemos más fácil acercanos a la naturaleza, por el buen tiempo y por los periodos de vacaciones. Un sencillo paseo nos puede reportar una gran alegría, una excursión, una escapada tienen el poder de romper nuestras rutinas y liberarnos de pensamientos apesadumbrados.
A menudo buscamos en las medicinas solución inmediata a nuestros problemas. Tal vez si nos regaláramos más tiempos cerca de la naturaleza no las sentiríamos tan necesarias.
martes, 6 de agosto de 2013
Somos mamíferos, mamar nos hace más inteligentes
Foto: Sanutri
La importancia de la lactancia materna es incuestionable. Mientras más tiempo se pueda dar el pecho más beneficios para el lactante. La revista JAMA publica datos que muestran que los bebés alimentados mucho tiempo al pecho tienen más desarrollo cognitivo, son más listos.
Parece que cada vez hay menos controversia, casi todo el mundo apoya la lactancia materna pero la realidad es otra, los trabajos y la vida moderna en muchas ocasiones dificultan dar el pecho más de los cuatro meses de baja maternal.
Si puede dar el pecho a sus hijos tenga claro que es lo mejor, con diferencia, para ellos.
Infant Feeding and Childhood Cognition at Ages 3 and 7 YearsEffects of Breastfeeding Duration and Exclusivity ONLINE FIRST
Mandy B. Belfort, MD, MPH1;
Sheryl L. Rifas-Shiman, MPH2;
Ken P. Kleinman, ScD2;
Lauren B. Guthrie, MPH2;
David C. Bellinger, PhD3;
Elsie M. Taveras, MD, MPH2;
Matthew W. Gillman, MD, SM2,4;
Emily Oken, MD, MPH2
JAMA Pediatr. 2013;():-. doi:10.1001/jamapediatrics.2013.455.
Importance
Breastfeeding may benefit child cognitive development, but few
studies have quantified breastfeeding duration or exclusivity, nor has
any study to date examined the role of maternal diet during lactation on
child cognition.
Objectives To examine relationships of breastfeeding duration and exclusivity with child cognition at ages 3 and 7 years and to evaluate the extent to which maternal fish intake during lactation modifies associations of infant feeding with later cognition.
Design, Setting, and Participants Prospective cohort study (Project Viva), a US prebirth cohort that enrolled mothers from April 22, 1999, to July 31, 2002, and followed up children to age 7 years, including 1312 Project Viva mothers and children.
Main Exposure Duration of any breastfeeding to age 12 months.
Main Outcomes and Measures Child receptive language assessed with the Peabody Picture Vocabulary Test at age 3 years, Wide Range Assessment of Visual Motor Abilities at ages 3 and 7 years, and Kaufman Brief Intelligence Test and Wide Range Assessment of Memory and Learning at age 7 years.
Results Adjusting for sociodemographics, maternal intelligence, and home environment in linear regression, longer breastfeeding duration was associated with higher Peabody Picture Vocabulary Test score at age 3 years (0.21; 95% CI, 0.03-0.38 points per month breastfed) and with higher intelligence on the Kaufman Brief Intelligence Test at age 7 years (0.35; 0.16-0.53 verbal points per month breastfed; and 0.29; 0.05-0.54 nonverbal points per month breastfed). Breastfeeding duration was not associated with Wide Range Assessment of Memory and Learning scores. Beneficial effects of breastfeeding on the Wide Range Assessment of Visual Motor Abilities at age 3 years seemed greater for women who consumed 2 or more servings of fish per week (0.24; 0.00-0.47 points per month breastfed) compared with less than 2 servings of fish per week (−0.01; −0.22 to 0.20 points per month breastfed) (P = .16 for interaction).
Conclusions and Relevance Our results support a causal relationship of breastfeeding duration with receptive language and verbal and nonverbal intelligence later in life.
Objectives To examine relationships of breastfeeding duration and exclusivity with child cognition at ages 3 and 7 years and to evaluate the extent to which maternal fish intake during lactation modifies associations of infant feeding with later cognition.
Design, Setting, and Participants Prospective cohort study (Project Viva), a US prebirth cohort that enrolled mothers from April 22, 1999, to July 31, 2002, and followed up children to age 7 years, including 1312 Project Viva mothers and children.
Main Exposure Duration of any breastfeeding to age 12 months.
Main Outcomes and Measures Child receptive language assessed with the Peabody Picture Vocabulary Test at age 3 years, Wide Range Assessment of Visual Motor Abilities at ages 3 and 7 years, and Kaufman Brief Intelligence Test and Wide Range Assessment of Memory and Learning at age 7 years.
Results Adjusting for sociodemographics, maternal intelligence, and home environment in linear regression, longer breastfeeding duration was associated with higher Peabody Picture Vocabulary Test score at age 3 years (0.21; 95% CI, 0.03-0.38 points per month breastfed) and with higher intelligence on the Kaufman Brief Intelligence Test at age 7 years (0.35; 0.16-0.53 verbal points per month breastfed; and 0.29; 0.05-0.54 nonverbal points per month breastfed). Breastfeeding duration was not associated with Wide Range Assessment of Memory and Learning scores. Beneficial effects of breastfeeding on the Wide Range Assessment of Visual Motor Abilities at age 3 years seemed greater for women who consumed 2 or more servings of fish per week (0.24; 0.00-0.47 points per month breastfed) compared with less than 2 servings of fish per week (−0.01; −0.22 to 0.20 points per month breastfed) (P = .16 for interaction).
Conclusions and Relevance Our results support a causal relationship of breastfeeding duration with receptive language and verbal and nonverbal intelligence later in life.
lunes, 5 de agosto de 2013
El duelo complicado
Asumir las pérdidas que la vida nos propone es una de las asignaturas más difíciles para los seres humanos. Nos han enseñado a ganar, a crecer, a tener más (conocimiento, prestigio, propiedades...). Nadie nos ha preparado a perder, a tener menos, a decrecer. Nadie nos prepara para el envejecimiento, la pérdida de seres queridos o de funciones básicas.
Tras una pérdida importante sigue un tiempo de adaptación que denominamos duelo. Se caracteriza por el dolor ante esa pérdida, la recolocación de variables en la psicología de la persona, en sus rutinas, en su cotidianidad. El objeto perdido puede haber sido un trabajo, un animal de compañía, una relación sentimental o una persona muy amada. El impacto variará desde una leve desazón hasta un derrumbe en toda regla.
Me parece importante recordar que este dolor, este duelo, es consustancial a la vida y no debe considerarse enfermedad. Por mucho que duela. Si merecerá cuidados y atención. Si merecerá paciencia y tiempo que permita una nueva adaptación. Los manuales clásicos estipulan en un año aproximádamente el límite en el que considerar que un duelo es patologógico. En mi opinión hay que ser laxo. Las personas somos muy variables.
Lo cierto es que desde el sistema sanitario tenemos un papel en el acompañamiento a la persona en fase de duelo. Hay que escuchar, orientar y permanecer cerca. Ayudar a que la persona vuelva a encontrar un equilibrio que le permita seguir adelante. Animar a que la persona comparta su dolor, de alguna forma esa ha sido la manera en que se han creado maravillas como ciertas cantatas de Bach, la tragedias griegas, el Taj Mahal y una lista incontable.
El sufrimiento no es estéril, es una potente fuerza que nos mueve e impulsa a crecer y adaptarnos. Ayudar a que produzca este efecto sin que se desmorone la persona que lo padece es una tarea importante y delicada. Seguramente la que más sentido dé a la existencia de los profesionales sanitarios.
Simon NM. Treating Complicated Grief. JAMA. 2013;310(4):416-423. doi:10.1001/jama.2013.8614.
domingo, 4 de agosto de 2013
Relatos de verano: El Alquimista Impaciente
Lo que quizá caracterice más nuestras inquietas vidas sea la impaciencia. Lo queremos todo ya y si es a la manera de los iconos que en este tiempo traducen el éxito mejor. Dinero, fama, poder... Buenos coches, grandes mansiones, la mejor compañía, dinero por todas partes. Lorenzo Silva ganó el premio Nadal con el alquimista impaciente hace trece años. Es una novela policiaca, bien escrita tanto en su estructura como en sus personajes. Quien quiera saber el nombre del famoso alquimista tendrá que leerla hasta el final. De momento solo adelantaré que la verdadera alquimia buscaba la transformación del que a ella se acercaba y no tanto la de los materiales de laboratorio. En la vida nos pasa lo mismo pero al revés, buscamos lo evidente, lo visible. Nos definimos por lo que hacemos, especialmente por lo que se supone hacemos bien. Por lo que tenemos. Estamos impacientes de ser más y eso lo traducimos en más acción, más pertenencias. Pero así no conseguimos saciar esa sed, el agua se nos escapa como en una piscina agrietada, por mucha que metamos.
Esa impaciencia nos atraviesa el alma, nos hace sufrir, perder el equilibrio. Muchas veces nos hará enfermar. Perdiendo el sueño, la templanza o el ánimo. Quizá con dolor de cabeza, estomago o espalda.
Cada vez que veo un árbol voy comprendiendo su enseñanza. Crecen despacio, sin prisa, con constancia, alcanzando tamaños sorprendentes y vidas longevas. Guardan celosos el mismo secreto que poetas y alquimistas, para alcanzar la vida es necesario renacer de las pequeñas muertes cotidianas. Los árboles lo hacen cada en primavera, dejando el invierno atrás. Habitualmente los humanos nos olvidamos de vivir tal vez por que hicimos lo mismo con la muerte. Y así nos va, seguimos impacientes.
sábado, 3 de agosto de 2013
¿Por qué es bueno que un médico escriba relatos de verano?
'Donald Keene at home: Tokyo, 2002'
http://www.flickr.com/photos/75008966@N00/323766792
http://www.flickr.com/photos/75008966@N00/323766792
No es casualidad que haya médicos escritores. Así ha sido desde hace mucho tiempo. La medicina es una disciplina que se ha llevado bien con las humanidades. Durante la larga formación de un médico se le entrena para escribir en lenguaje científico. Una forma de equilibrar esta visión sesgada apela a la ayuda de la literatura, poesía y las bellas artes. No es fácil unir ciencia y arte pero si pretendemos una visión completa del ser humano así ha de ser. Encontrar médicos humanistas es cada vez más difícil. Lo que solemos ver son médicos técnicos, buenos profesionales en cuanto al manejo de alguna técnica o herramienta, enfocados a un estrecho margen del saber mediante la especialización. Pero no hay muchos que sean capaces de mirar a las personas con una visión amplia que exceda su campo de conocimiento y se ancle en puntos tan dispares y necesarios como la filosofía, la ética, la psicología, la comunicación profunda, el arte... en una palabra, el humanismo.
Por eso creo importante que un médico escriba otras cosas además de comentarios técnicos o artículos científicos. En mi caso rescato este año un género estival, fresco y liviano. Los "relatos de verano" que hallarán en este blog son tan solo la visión de un médico comprometido con sus pacientes que aporta una perspectiva de la sanidad desde dentro, desde una consulta.
viernes, 2 de agosto de 2013
Relatos de verano: La delegación
Foto: Tercerainformación
No sé porque se habrá armado tanto follón con lo de la delegación... tampoco era para tanto. Es verdad que dijimos que una delegación del sistema nacional de salud del Reino Unido había visitado los hospitales madrileños y que al final el tipo que vino era de una consultora privada, pero bueno, al fin y al cabo era médico e inglés. Nosotros siempre decimos la verdad. Estos periodistas están a la que saltan, ahora en verano hacen noticia de cualquier cosa... todo por enredar.
jueves, 1 de agosto de 2013
Relatos de verano: El acuerdo
Foto: Acta sanitaria
La reunión era del máximo nivel. Altos representantes de la profesión, la ministra y el presidente del gobierno. La foto sería histórica. Como delegado de estudiantes le extraño que le llamaran, nunca antes habían contado con ellos, mucho menos para algo tan importante. Decidió acudir vestido con sus mejores galas, tuvo que pedir el traje a un amigo y comprarse unos zapatos negros, habitualmente usaba deportivos. Por lo menos no le exigían llevar corbata, menudo alivio. Ese día estaba muy nervioso. La cita sería en el ministerio de sanidad. Tenía plena conciencia de que el acuerdo era papel mojado. Se lo dieron a leer dos días antes, sin posibilidad de enmiendas por su parte. Buenas palabras pero ningún compromiso, estaba acostumbrado a ver cosas así por la prensa pero nunca le había tocado a él. Como era previsible hubo discursos, varios, pero no turno de preguntas. Esto también le sonaba, muchos de sus profesores tampoco las permitían. También hubo fotos, muchas fotos: en la gran sala firmando el documento, en los discursos, en las escaleras, con la ministra, con el presidente... Al final ya no aguantó más y terminó bajándose los pantalones y mostrando unos calzoncillos rojos con la inscripción: "ya os vale". Los periodistas no daban crédito.
miércoles, 31 de julio de 2013
Relatos de verano: Ochenta y ocho años
Doña Gertrudis y su marido venían del hospital, se apuntaron sin cita para contarle al médico lo del esguince. Este les escuchó y les pidió el informe para ver en profundidad qué había pasado. Lamentablemente lo habían dejado en el coche, don Eufrasio se prestó a ir por él, el coche estaba cerca. El doctor aprovechó su ausencia para hablar un rato con doña Gertrudis, siempre venían juntos y en los cinco años que llevaba en el puesto nunca había conversado a solas con ella. Se interesó por su ánimo ya que en los últimos meses había acudido con mucha más frecuencia de la habitual al centro por consultas vagas, siendo su semblante sombrío lo que más le había llamado la atención.
-Dígame doña Gertrudis, qué le está pasando qué es lo que la quita el sueño.
- Pues lo de siempre doctor, las preocupaciones.
-Si, ya lo sé, pero ¿qué preocupación es la principal, su hija, su marido, las cuentas?
- Mi hija está bien y las cuentas van tirando.
- Pues entonces debe de ser su marido, ¿estoy en lo cierto?
- Ay doctor, que no se entere, es que últimamente está muy nervioso.
- ¿Ha llegado a sentir miedo por ese motivo, Gertrudis?
- Si, ya lo creo. ¡Tiene un carácter!
- ¿Alguna vez se ha sentido amenazada o le ha gritado? La paciente saca entonces un pañuelo del bolso y se enjuaga los ojos.
- Lo peor no es eso, en Navidades casi me saca un ojo, me dejo media cara morada. Mi hija estuvo a punto de llevarme a su casa, pero yo no quería... luego es mucho peor. El doctor tragó saliva al mirar la pantalla del ordenador, doña Gertrudis tenía ochenta y ocho años.
-Dígame doña Gertrudis, qué le está pasando qué es lo que la quita el sueño.
- Pues lo de siempre doctor, las preocupaciones.
-Si, ya lo sé, pero ¿qué preocupación es la principal, su hija, su marido, las cuentas?
- Mi hija está bien y las cuentas van tirando.
- Pues entonces debe de ser su marido, ¿estoy en lo cierto?
- Ay doctor, que no se entere, es que últimamente está muy nervioso.
- ¿Ha llegado a sentir miedo por ese motivo, Gertrudis?
- Si, ya lo creo. ¡Tiene un carácter!
- ¿Alguna vez se ha sentido amenazada o le ha gritado? La paciente saca entonces un pañuelo del bolso y se enjuaga los ojos.
- Lo peor no es eso, en Navidades casi me saca un ojo, me dejo media cara morada. Mi hija estuvo a punto de llevarme a su casa, pero yo no quería... luego es mucho peor. El doctor tragó saliva al mirar la pantalla del ordenador, doña Gertrudis tenía ochenta y ocho años.
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