Sergio Minué coordina una mesa en el congreso de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria que tiene lugar hoy. Es el congreso más importante de España en número de asistentes, un foro complejo donde se debatirán muchos temas, el que hoy les presento de rabiosa actualidad. En la mesa se abordarán otras perspectivas desde varios países de la mano de Tiago Villanueva, Virginia Hernández y un servidor.
Lo importante es la conversación. Las fotos panorámicas requieren perspectiva, alejarse para ver el conjunto. Necesitamos esa perspectiva para entender una realidad tan compleja como la que vivimos. Trataremos de animar un debate lo suficientemente inteligente como para favorecer la toma de conciencia y la generación de ideas.
PANORÁMICA DEL EJERCICIO DEL
MÉDICO DE FAMILIA EN ESPAÑA
Una
panorámica es una visión con la suficiente perspectiva como para ver con
facilidad el conjunto de lo que se quiere contemplar. Es quizá lo que más
necesita la medicina de familia (MF) contemporánea para enfrentarse a los retos
que la amenazan.
¿Qué está pasando con la Medicina de
Familia en España? Al tener menos
plazas MIR, menos presupuesto porcentual y menos visibilidad sigue encogiendo
mientras los hospitales crecen porcentualmente. entre otras cosas por ofrecer
mayor ventajas al nivel político por rentabilidad de votos y por acomodar
intereses de otros potentes Lobbys
El
principal problema al que se enfrentan los médicos de familia españoles es su
propia crisis de identidad y prestigio
que no satisface a los propios MF y hace que los MIR la rehúyan. Con dos
vertientes: para los jóvenes el muro (menos suplencias, más precariedad
laboral, mercado laboral cerrado…), para los seniors el fuego (burn out,
desmotivación, burocracia, sistema que no les incentiva ni escucha…).
Pese
a todo partimos de potentes fortalezas
como una sólida formación de cuatro años que nos permite ofrecer servicios de
salud de calidad a personas de muy diferentes ámbitos y condiciones. La posesión
de información blanda del paciente, su familia y su comunidad nos permite
producir servicios personalizados de alta eficiencia, cerca de donde vive el
ciudadano y de manera accesible. El ciudadano valora esto en gran manera[i],
otorgándonos su confianza. Contar con profesionales con alta vocación y unos
valores centrados en el paciente nos hace muy necesarios para una sociedad en
crisis. Por otro lado la belleza de nuestra área de conocimiento, que nos
constituye en especialistas de personas y no de fragmentos anatómicos, hace de
nosotros profesionales con una visión de la salud y la enfermedad más cercana a
la realidad de la persona y la sociedad.
Las
debilidades comienzan con las
dificultades para reconocer el talento de los médicos de familia jóvenes y
proveerles de una estabilidad laboral que ahora no se da. El bajo nivel de
moral que cunde en los centros de salud favorece la queja de salón y dificulta
el análisis y la producción de propuestas. Hay muchos profesionales quemados y
se extiende una cultura “de mínimos” (llegar tarde, irse pronto, hacer poco)
dado que el sistema de incentivación falla al premiar al que rellena protocolos
y castigar al que desarrolla innovación o servicios no incluidos en cartera. La
distribución de roles en Atención Primaria ha favorecido a otros colectivos que
han sabido delimitar sus ámbitos laborales dejando que los flecos recaigan
sobre el médico que es el que tiene más competencias. El exceso burocrático también
sigue bloqueando el 30% del tiempo de asistencia, sin una implementación de la
receta electrónica ni mejoras en el control de partes de baja y otros informes.
El
horizonte de retos a los que nos
enfrentamos es grande, por eso requerimos hacer una panorámica que los incluya
todos y nos permita ofrecer respuestas. Quizá el primero sea el horizonte de
recortes por la situación de crisis económica[ii]
que se suma a los años previos de presupuestos decrecientes[iii].
Esto implica menos personal (se amortizan plazas de médicos que se jubilan),
disminuyen presupuestos de suplentes y aumentan los doblajes y las horas
trabajadas. A este reto sumamos el de la desmotivación del colectivo favorecido
por el escaso diálogo y capacidad de escucha de gestores y políticos (por otro
lado hartos de las numerosas quejas que vamos produciendo), el pésimo sistema
de incentivación (complemento variable) y la rigidez del sistema que no premia
con flexibilidad (gratuita) a sus mejores profesionales.
La
pérdida de credibilidad de las instituciones de representación (colegio de
médicos, sindicatos, sociedades científicas…) basada por un lado en la
diversidad de intereses y la poca capacidad de diálogo por otro, hace que cada
cual haga la guerra por su lado y se pierda la función de lobby[iv]
que necesariamente necesitamos de cara a la sociedad y nuestros gobernantes.
Desde
la reforma de la Atención Primaria hasta hoy hemos generado infinitas charlas
de café pero muy pocas propuestas y muy pocos mensajes que la sociedad o los
políticos entiendan. Recuperar la iniciativa es una necesidad prioritaria desde
el consenso y la inteligencia colectiva, con las instituciones tradicionales y
fuera de ellas. “Cablear la primaria” favorecer el diálogo y las conexiones
pareciera que es una ruta interesante para salir de la inmovilidad. El
potencial argumental de muchos médicos de cabecera, la constitución de think
tanks como los Seminarios de Innovación en Atención Primaria, o de trabajos
colaborativos de gran interés como el Informe Sespas[v],
el blog AP12causas[vi], el
libro la Refundación de la Atención Primaria desde la consulta[vii],
el documental Seis minutos[viii]
y un largo etcétera nos dan confianza para tratar de trasladar conocimiento y
posiciones desde nuestro nivel técnico al social o político.
Nos
jugamos nuestro presente en cosas tan básicas como la profesionalidad, la
comunicación (horizontal con pacientes y profesionales sanitarios; vertical con
gestores, políticos y sociedad en general) y la innovación (tratar de producir
valor añadido a pacientes y sistema).
Esto solo podremos acometerlo con más inteligencia colectiva, sumando
ideas, sumando personas y sumando mensajes.
La
sociedad necesita MF que trabajen por su salud y la protejan de los excesos
(sobremedicalización, disease monguering…). Hacer valer la Medicina de Familia
en tiempos de crisis[ix] será
un reto a acometer por cada médico, dentro de su consulta y fuera de ella. Cada
uno de nosotros somos embajadores de un mismo mensaje, una forma de hacer las
cosas que busca lo mejor para el paciente y su familia. Nosotros solos no
podremos salvar la especialidad, con la sociedad de nuestro lado seguramente
si.
[i]
Evaluación de la satisfacción de los usuarios de los servicios de
asistencia sanitaria pública de la Comunidad
de Madrid.
Servicio Madrileño de Salud,
Año 2012. http://bit.ly/13I7KLl
[ii] Simó
J. Ap21 y esfuerzo previo en inversión en Atención Primaria. En el Blog Salud,
dinero y…atención primaria. 2012. http://saluddineroy.blogspot.com.es/2012/10/ap21-y-esfuerzo-previo-en-inversion-en.html
[iii]
Palomo L. Atención Primaria, salud y crisis, Nuevatribuna.es 2012.
[iv]
Casado S. We need a royal college of General Practitioner in Spain. En el _Blog
La Consulta del doctor Casado. http://www.doctorcasado.es/2011/04/we-need-royal-college-of-general.html
[v] Hernansanz F, Clavería A,
Gérvas J. Informe SESPAS 2012: Atención Primaria:
Evidencias, experiencias y tendencias en clínica, gestión y política sanitaria.
Gaceta Sanitaria, 2012.
[vi]
Benedicto C, Gavilán E, Padilla J, Casado S. http://apxii.wordpress.com/
[vii]
Casajuana J, Gérvas J. La renovación de la Atención Primaria desde la consulta.
Springer Healthcare 2012
[viii]
Sachez R, López-Fando C, Benedicto C, Baos V, Casado S. Documental seis
minutos, 2012. http://www.seisminutos.com/
[ix]
Ortún V. La refundación de la Atención Primaria. Sringer Healthcare 2011