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viernes, 18 de junio de 2021

La búsqueda de una nueva narrativa sanitaria. The search for a new health narrative. 寻找一种新的健康叙事。

 




En el mundo sanitario se nos quebró la narrativa. Han sido muchos años abusando de palabras, documentos, reuniones y powerpoint. Es cierto que políticos, profesionales y ciudadanos hicimos valer nuestros derechos, gritamos y defendimos nuestra propia verdad en un diálogo de besugos en los que faltó muchísima escucha. También que no quisimos aceptar un naufragio evidente pese a las evidencias.

Tantos golpes recibió la sanidad que la misión, visión y los valores de la organización se rompieron, llevándose por delante a muchos sanitarios que acabaron quemados y otros muchos pacientes que murieron por covid o patologías no suficientemente atendidas. 

Pese a todo el reto está pendiente: convertir una sanidad sólida, de vieja escuela y gran inercia, en una líquida, flexible y adaptada a los tiempos que corren. 

El problema es que el mercado quiere a los pacientes como meros consumidores de recursos sanitarios y a los sanitarios como industriosos proveedores,  lo que convierte a los sistemas sanitarios en cadenas de montaje donde al final unos y otros somos simples peones movidos cada vez más velozmente. Sin embargo el sistema público no puede aguantar una demanda de servicios que tiende al infinito con unos recursos cada vez más menguados. Recursos humanos que se deshumanizan por la sobrecarga creciente fundiéndose lentamente como un bloque de hielo que alguien sacó del frigorífico. 

En esas estábamos cuando la pandemia hizo saltar por los aires los goznes sanitarios al someter a una presión imposible unos recursos ya bastante dañados. 

Y ahora ¿cómo reconstruimos la narrativa sanitaria? 


La desesperanza y las heridas causadas en los profesionales no facilitarán que estos lideren el proceso. Los políticos seguirán a los suyo con vistas al corto plazo de las siguientes elecciones. Y con la ciudadanía será difícil contar, mareada como está con tanto frente abierto y engañada por desaprensivos que anuncian zanahorias cuando lo que de verdad ofrecen son los palos de la desfinanciación. Unas pocas manifestaciones de protesta no moverán el agua del molino.

Serán necesarias muchas voces, mucha escucha y mucha entereza. Precisaremos de silencio para poder reflexionar y aportar creatividad e ideas. 

Por mi parte, como médico de familia (descalzo), me gustaría aportar que el sistema debería focalizarse en lo más importante que a mi juicio es la relación sanitario-paciente. Algo delicado y sutil pero con la suficiente fuerza como para servir de punto de apoyo de cualquier palanca estructural y tecnológica que gusten usar. 

Y a la hora de aportar valor tener claro que el paciente no puede ser convertido en mero consumidor pasivo de recursos. La salud no es un producto, por mucho que al mercado le interese. También pediría que los profesionales no fuéramos meros productores de servicios sanitarios, lo que nos convierte en piezas de cadenas de montaje infinitas que deshumanizan tanto al clínico como a los que pasan por sus manos. Es fundamental que ayudemos a aportar sentido a la narrativa del paciente, para que este pueda integrar su tiempo de enfermar, su catástrofe vital y sus emociones en su autobiografía sin tener que delegarla en productos y servicios sanitarios que no tendrán jamás la potestad de hacerlo en su lugar. 

Este rescate de la dimensión narrativa de la salud y la enfermedad del paciente por un lado y del rol facilitador del sanitario por otro puede ser la semilla desde la que pueda generarse una nueva narrativa institucional que en este momento está en ruinas.

No es todo una cuestión de recursos. Estos son importantes, no lo voy a negar, pero no nos podemos quedar solo ahí. Hay que mirar más lejos y recordar que las palabras y las narrativas tienen mucho poder. Si fueron capaces de levantar pirámides en medio del desierto o de llevar al hombre a la luna lo serán también ahora si decidimos usarlas para renovar nuestras zozobrantes instituciones. 






The search for a new health narrative. 


In the National Health system, the narrative has broken down. We have spent many years abusing words, documents, meetings and powerpoints. It is true that politicians, professionals and citizens asserted our rights, we shouted and defended our own truth in a separe dialogue in which there was a great lack of listening. It is also true that we did not want to accept an obvious shipwreck despite the evidence.

So many blows were dealt to healthcare that the mission, vision and values of the organisation were shattered, taking with them many health workers who ended up burned and many other patients who died from covid or pathologies that were not sufficiently attended to. 

Despite all this, the challenge remains: to convert a solid, old-school, inertial healthcare system into one that is liquid, flexible and adapted to the times. 

The problem is that the market wants patients to be mere consumers of healthcare resources and healthcare providers to be industrious suppliers, which turns healthcare systems into assembly lines where in the end we are all just pawns moved at ever increasing speed. However, the public system cannot withstand a demand for services that tends to infinity with ever-diminishing resources. Human resources that are dehumanised by the growing overload, slowly melting like a block of ice that someone took out of the fridge. 

That's where we were when the pandemic blew the health hinges off the hinges by putting impossible pressure on already stretched resources. 

And now how do we reconstruct the health narrative? 

The despair and the wounds inflicted on professionals will not make it easy for them to lead the process. Politicians will continue to do their own thing with a view to the short term of the next elections. And it will be difficult to count on the public, dizzy as they are with so many open fronts and deceived by unscrupulous politicians who announce candy when what they are really offering are the sticks of defunding. A few protest demonstrations will not move the windmill.

It will take many voices, a lot of listening and a lot of fortitude. We will need silence in order to be able to reflect and contribute creativity and ideas. 

For my part, as a family doctor (barefoot), I would like to say that the system should focus on the most important thing, which in my opinion is the patient-healthcare relationship. Something delicate and subtle but with enough strength to serve as a fulcrum for any structural and technological lever that they want to use. 

And when it comes to adding value, it must be clear that the patient cannot be turned into a mere passive consumer of resources. Health is not a product, however much the market may be interested in it. I would also ask that we professionals should not be mere producers of health services, which turns us into parts of endless assembly lines that dehumanise both the clinician and those who pass through their hands. It is essential that we help to give meaning to the patient's narrative, so that they can integrate their time of illness, their life catastrophe and their emotions into their autobiography without having to delegate it to health products and services that will never have the power to do so in their place. 

This rescue of the narrative dimension of the patient's health and illness on the one hand, and of the facilitating role of the health worker on the other, may be the seed from which a new institutional narrative can be generated, which is currently in ruins.

It is not all a question of resources. These are important, I will not deny it, but we cannot stop there. We have to look further afield and remember that words and narratives have a lot of power. If they were able to build pyramids in the middle of the desert or put man on the moon, they will be able to do so now if we decide to use them to renew our crumbling institutions. 





寻找一种新的健康叙事。


机器翻译,抱歉有错误。


在医疗保健领域,我们的叙述已经崩溃了。滥用文字、文件、会议和Powerpoint已经很多年了。诚然,政治家、专业人士和公民主张我们的权利,我们在缺乏大量倾听的对话中喊出并捍卫自己的真理。还有,尽管有证据,我们也不想接受一个明显的沉船事件。


卫生部门受到如此多的打击,以至于该组织的使命、愿景和价值观被打破,带走了许多最终被烧死的卫生工作者和许多其他死于ovid或病症而没有得到充分照顾的病人。


尽管所有的挑战都悬而未决:将坚实的健康、老式的和巨大的惯性转换为流动的、灵活的和适应时代的。


问题是,市场希望病人仅仅是健康资源的消费者,而健康则是勤劳的供应商,这使得卫生系统处于流水线上,最终我们只是被越搬越快的小卒。然而,在资源日益减少的情况下,公共系统无法承受趋于无限大的服务需求。越来越多的超载使人力资源失去人性,像一块被人从冰箱里取出的冰块一样慢慢融化。


这就是当大流行病通过给已经受损的资源施加不可能的压力而炸毁健康铰链时我们的处境。


而现在,我们该如何重构健康叙事?


绝望和对专业人士造成的创伤不会使他们更容易领导这一进程。政治家们将继续做他们自己的事情,着眼于下一次选举的短期。而且很难指望公民权,因为它被这么多公开的幌子弄得晕头转向,并被那些宣布胡萝卜的无良人士欺骗,而他们真正提供的是解约的大棒。几次抗议示威并不能将水从工厂移走。


这将需要许多声音,大量的倾听和大量的毅力。我们将需要沉默,以便能够反思并贡献出创造力和想法。


就我而言,作为一名家庭医生(赤脚),我想做出贡献,该系统应该关注最重要的事情,在我看来,这就是健康与病人的关系。一些精致而微妙的东西,但有足够的力量作为他们想要使用的任何结构和技术杠杆的支点。


而当涉及到增加价值时,必须明确的是,不能把病人变成一个单纯的被动的资源消费者。健康不是一种产品,无论市场对它多么感兴趣。我还想问,专业人员不应仅仅是健康服务的生产者,这将我们变成无尽的流水线的一部分,使临床医生和那些经过他们手的人都失去了人性。至关重要的是,我们要帮助赋予病人的叙述以意义,使他们能够将他们的患病时间、生活灾难和情感融入他们的自传中,而不必将其委托给那些永远没有权力代替他们的健康产品和服务。


这种对病人的健康和疾病的叙事层面的拯救,以及对卫生工作者的促进作用的拯救,可能是一颗种子,从中可以产生一种新的机构叙事,而目前这种叙事正处于废墟之中。


这不全是一个资源问题。这些都很重要,我不否认,但我们不能止步于此。我们必须看得更远,并记住文字和叙述有很大的力量。如果他们能够在沙漠中建造金字塔或将人类带入月球,如果我们决定利用他们来更新我们摇摇欲坠的机构,他们现在也能做到。



miércoles, 12 de febrero de 2020

Presentación en Madrid del libro Arconte Enfurecido






Hoy a las 19 horas tendrá lugar la presentación del poemario Arconte Enfurecido en el Colegio de Médicos de Madrid sito en la calle Santa Isabel 51.

Se leerán poemas, se abordarán los temas tratados en la obra, se dialogará con los asistentes y se firmarán libros. Si nos dejan brindaremos por el feliz acontecimiento de dar a luz un libro en los tiempos que corren.

Están todos invitados.



(Quien no pueda venir tiene el libro disponible en Amazon o en edición VIP firmada contactando con el autor info@doctorcasado.es)

http://bit.ly/ArconteEnfurecido





Presentation in Madrid of the book Angry Archon

Today at 7pm, the presentation of the book of poems Arconte Enfurecido (Angry Archon) will take place at the Colegio de Médicos de Madrid (Madrid Medical Association), located at 51 Santa Isabel Street. 

Poems will be read by the author, the topics covered in the book will be discussed, a dialogue will take place with the attendees and books will be signed. If the circumstances allow us, we will toast to the happy event of giving birth to a book in these times.


You are all invited.


(Those who cannot come have the book available at Amazon or in a signed VIP edition by contacting the author info@doctorcasado.es)


http://bit.ly/ArconteEnfurecido







在馬德里展示《憤怒的執政官》一書



這段文字是自動翻譯的,對於錯誤我感到抱歉。

今天晚上7點,詩集Arconte Enfurecido(憤怒的執政官)的演講將在位於馬德里聖伊莎貝爾街51號的馬德里醫學中心(馬德里醫學會)舉行。



作者將朗讀詩歌,討論書籍中涉及的主題,與參加者進行對話,並簽署書籍。 如果情況允許,我們將舉杯慶祝在這時候誕生一本書的快樂事件。



大家都被邀請了。







(那些無法來的人可以通過聯繫作者info@doctorcasado.es在亞馬遜上或通過簽名的VIP版本獲得該書)



http://bit.ly/ArconteEnfurecido



miércoles, 28 de noviembre de 2018

La disrupción tecnológica en el mundo de la salud. Technological disruption in health. 卫生技术中断




We all talk about the technological revolution being witness about how it is transforming our environment. First there were the travel agencies, then the taxis , later the tourist apartments rental, o online shopping, online education...


However, one question remains to be answered: how will health disruption affect health systems and their professionals and users?


From my point of view we can know something: the change will be progressive and will come from the successive implementation of technologies that provide advances in different aspects of clinical practice, management and organization of resources. We also know that health systems are huge organisations with high inertia and that health professionals tend to have a conservative profile when it comes to incorporating new technologies. Before we adopt them we need to have scientific evidence that is both useful and beneficial to the patient and society. The problem is that scientific evidence is costly and very slow. The average time for a new molecule to become an accepted drug is about ten years, which is unreasonable for products and services in the digital sphere.


Perhaps it can be said that the disruption of healthcare technology began a few decades ago with the introduction of electronic medical record systems that allowed health services to begin to be digitised. The growing volumes of data favoured the creation of information and management systems with which to get to know what was being done and establish roadmaps towards the organisation's objectives.


 At present, there is a lot of recorded information that is not yielded and a lot of free text that remains qualitative and unusable. What will happen when there are semantic algorithms that can quantify both the information written in history and the information spoken in consultation?


Another advance front will come from the 5G mobile telephony technology that will generalize immersive virtual reality scenarios that will allow health professionals and patients to interact remotely in high quality teleconsultations. It will also be possible to interact with bots or artificial avatars that will allow increasingly purified degrees of conversation.


The advances in wereables will also allow an increasing number of variables to be recorded: temperature, heart rate, blood pressure, arterial oxygen saturation, physical activity, sleep... which, when added to the facial analyses, can make inferences in emotional states, quantification of pain and functional impotence and many other possibilities.


With this amount of information it will be necessary to create personal artificial intelligence units to guard, analyse and manage all the biometric data that each individual produces, connected in turn to those of their responsible health professionals who will look after them. Just as the progressive introduction of autonomous cars will completely modify mobility as we now know it, the implementation of personal health assistants will do the same with the provision of health services.


The revolution will be led by the citizens themselves by having better technological services that will progressively generate more biometric information. They will know how they sleep, how they move and how they should move, they will know their degrees of cardiovascular risk, they will detect early arrhythmias, hypertensions and diabetes, they will have alerts of possible incipient pathology... all of which will produce a foreseeable exponential increase in the need for health services to check or act on the data presented. Against all odds it will not be the chronically and complex patients who end up dismantling the current health systems, it will be the healthy citizens eager to enjoy better health.


The hypothesis presented here attempts to help generate a global reflection in health professionals and at the social level. Given that it is the advances and proposals of the market, led by the increasingly powerful technological companies, that seem to be taking the initiative to develop knowledge societies, what role should professionals play with technical knowledge?, what courses of action would produce more social benefit?, will they coincide with those that produce more personal benefit?

It would seem clever for health professionals to play an active role in the design and development of the new tools and the new digital architectures that will be built. The conversation with computer engineers, developers and designers should include healthcare professionals, patients and managers. In order to be able to create social value, it is intelligent for us to add to the strength of the market itself a plus of collective intelligence based on the best possible scientific evidence and on values such as justice and social solidarity. It is true that everything in health is going to change, but it is also possible to work together so that this change would be oriented towards an scenario that benefits us most as a society.



 Avatar creado digitalmente





Todos hablamos de la revolución tecnológica y somos testigos de cómo está transformando nuestro entorno. Primero fueron las agencias de viaje, luego los taxis y el alquiler de pisos turísticos, las compras online, la educación a distancia...

Sin embargo una pregunta queda por responder: ¿cómo afectará la disrupción sanitaria a los sistemas sanitarios y a sus profesionales y usuarios?

Desde mi punto de vista algo podemos saber, por ejemplo que el cambio será progresivo y vendrá de la mano de la sucesiva implementación de tecnologías que provean avances en distintos aspecto de la práctica clínica, la gestión y la organización de recursos. También sabemos que los sistemas sanitarios son enormes organizaciones con grades inercias y que los profesionales sanitarios solemos tener un perfil conservador a la hora de incorporar nuevas tecnologías. Antes de adoptarlas necesitamos disponer de  pruebas científicas que sean útiles a la par que beneficiosas para el paciente y la sociedad. El problema reside en que la evidencia científica es costosa y muy lenta. El tiempo medio para que una nueva molécula se constituya en fármaco aceptado es de diez años, plazo inasumible para los productos y servicios de la esfera digital.

Quizá se pueda decir que la disrupción tecnológica sanitaria comenzó hace unas décadas con la instauración de los sistemas de historia clínica electrónica que permitieron empezar a digitalizar la prestación de servicios. Los crecientes volúmenes de datos favorecieron la creación de sistemas de información y de gestión con los que conseguir saber qué se estaba haciendo y establecer hojas de rutas hacia objetivos de la organización.

 En el momento actual hay mucha información registrada a la que no se saca un rendimiento y otra mucha en texto libre que sigue siendo cualitativa y no es susceptible de utilizar. ¿Qué pasará cuando haya algoritmos semánticos que puedan cuantificar tanto la información escrita en la historia como la hablada en consulta?

Otro frente de avance vendrá de la mano de la tecnología 5G de telefonía movil que generalizarán los escenarios de realidad virtual inmersiva que permitirán interactuar a profesionales sanitarios y pacientes a distancia en teleconsultas de alta calidad. Así mismo será posible interactuar con bots o avatares artificiales que permitirán grados cada vez más depurados de conversación.

Los avances en wereables permitirán a su vez registrar un número creciente de variables: temperatura, ritmo cardiaco, tensión arterial, saturación arterial de oxígeno, actividad física, sueño... que cuando añadan los análisis faciales podrán hacer inferencias en estados emocionales, cuantificación de dolor e impotencia funcional y otras muchas posibilidades.

Con tal cantidad de información será necesario crear unidades de inteligencia artificial personales que custodien, analicen y gestionen todos los datos biométricos que cada individuo produzca conectadas a su vez a las de sus profesionales de salud responsables que velarán por ellas. Así como la progresiva instauración de los coches autónomos modificará completamente la movilidad tal y como ahora la conocemos, la implementación de asistentes personales de salud harán lo mismo con la prestación de servicios sanitarios.

La revolución será liderada por los propios ciudadanos al disponer de mejores servicios tecnológicos que progresivamente irán generando más información biométrica. Sabrán cómo duermen, cómo se mueven y cómo deberían moverse, sabrán sus grados de riesgo cardiovascular, detectarán de forma precoz arritmias, hipertensiones y diabetes, tendrán alertas de posible patología incipiente... todo lo cual producirá un previsible aumento exponencial de la necesidad de servicios sanitarios que chequeen, comprueben o actúen ante los datos presentados. Contra todo pronóstico no serán los enfermos crónicos y complejos los que terminen desmontando los actuales sistemas sanitarios, serán los ciudadanos sanos deseosos de disfrutar de una mejor salud.

La hipótesis presentada trata de servir de ayuda para generar en un primer momento una reflexión global en los profesionales de la salud y en un segundo a nivel social. Dado que son los avances y propuestas del mercado, liderado por las cada vez más poderosas compañías tecnológicas, las que parece que están llevando la iniciativa de desarrollo de las sociedades del conocimiento, ¿qué papel deberían jugar los profesionales con conocimiento técnico?, ¿qué cursos de acción producirían más beneficio social?, ¿coincidirán con los que produzcan más beneficio personal?

Parecería sensato que los profesionales de la salud tuvieran un rol activo en el diseño y desarrollo de las nuevas herramientas y en las nuevas arquitecturas digitales que se irán construyendo. La conversación con ingenieros informáticos, desarrolladores y diseñadores debería incluir a sanitarios, pacientes y gestores. Para poder crear valor social es inteligente que a la propia fuerza del mercado le añadamos un plus de inteligencia colectiva basada en la mejor evidencia científica posible y en valores como la justicia y la solidaridad social. Es verdad que todo en salud va a cambiar pero también lo es que es posible trabajar juntos para que dicho cambio se oriente hacia el escenario que como sociedad más nos beneficie.





卫生技术中断



我们都在谈论技术革命是如何改变我们环境的见证。首先是旅行社,然后是出租车,后来是旅游公寓出租,网上购物,网上教育……


然而,还有一个问题有待回答:健康破坏将如何影响卫生系统及其专业人员和用户?


从我的观点来看,我们可以知道一些事情:这种变化将是渐进的,并且将来自于技术的连续实施,这些技术在临床实践、资源管理和组织资源的不同方面提供了进展。我们还知道,卫生系统是具有高惯性的大型组织,并且卫生专业人员在纳入新技术时往往具有保守的姿态。在我们采用它们之前,我们需要有科学证据,这些证据既有益又有益于患者和社会。问题在于科学证据昂贵而且非常缓慢。新分子成为公认药物的平均时间约为十年,这对于数字领域的产品和服务是不合理的。


也许可以说,几十年前,随着允许医疗服务开始数字化的电子病历系统的引入,医疗技术的中断开始了。日益增长的数据量有利于建立信息和管理系统,以便了解正在做什么,并建立实现本组织目标的路线图。


目前,有许多记录信息未被生成,还有许多免费文本仍旧是定性的和不可用的。如果有语义算法可以量化历史记录中的信息和咨询中所说的信息,会发生什么?


另一个前沿将来自5G移动电话技术,它将推广沉浸式虚拟现实场景,允许卫生专业人员和患者在高质量远程咨询中远程交互。它也可能与机器人或人造化身互动,这将允许越来越纯洁的对话程度。


这些技术的发展也将允许记录越来越多的变量:温度、心率、血压、动脉血氧饱和度、身体活动、睡眠……当添加到面部分析中时,它可以在情绪状态、疼痛和功能性阳萎的量化以及许多其他可能性中进行推断。


有了这些大量的信息,就有必要建立个人人工智能单元,以便保护、分析和管理每个个体产生的所有生物特征数据,这些数据又与负责照顾他们的卫生专业人员的数据相联系。正如我们现在所知道的,自主汽车的逐步引入将完全改变机动性,个人健康助理的实施也将在提供健康服务方面起到同样的作用。


这场革命将由公民自己领导,通过提供更好的技术服务,逐步产生更多的生物特征信息。他们会知道他们如何睡觉,如何移动以及应该如何移动,他们会知道他们的心血管危险程度,他们会发现早期心律失常,高血压和糖尿病,他们会有可能的早期病理学警报……所有这些都将产生可预见的指数增长,需要卫生服务来检查或对所呈现的数据采取行动。尽管存在种种可能性,但最终摧毁现有卫生系统的不是慢性和复杂的患者,而是渴望享有更好健康的健康公民。


这里提出的假设试图帮助卫生专业人员和社会层面产生全球性反映。鉴于由日益强大的技术公司领导的市场的进步和建议似乎正在主动发展知识社会,专业人员应该在技术知识方面发挥什么作用?什么样的行动课程会产生更多的社会效益?他们会与那些产生更多个人利益的人重合吗?

对于卫生专业人员来说,在设计和开发将要建立的新工具和新的数字体系结构方面发挥积极作用似乎是明智的。与计算机工程师、开发人员和设计人员的对话应该包括医疗专业人员、患者和管理人员。为了能够创造社会价值,我们明智的做法是,根据尽可能好的科学证据和诸如正义和社会团结的价值观,为市场本身的力量加上集体智慧。的确,一切健康的事物都会改变,但也有可能一起努力,使这种改变朝着正确的方向发展。





Este artículo se publica simultáneamente en el blog:   gestionclinicavarela.blogspot.com

viernes, 10 de agosto de 2018

El aburrido lenguaje de los médicos






Mucho se ha escrito sobre la forma en que los médicos se comunican con sus pacientes. Los problemas que los profesionales de la salud enfrentan cada día para entender las necesidades e historias de las personas que acuden a ellos son proporcionales a los que estos tienen a la hora de entender las recomendaciones que les dan los primeros. A resultas de esto muchos encuentros clínicos se dirimen malamente y devienen en desencuentro.

La gente se queja del lenguaje técnico que usan los facultativos, de la centralización de estos en el ordenador y de lo poco que les miran o sonríen, entre otras cosas. Y, por si fuera poco, fuera de las consultas pasa lo mismo. Cuando un galeno sale por televisión suele trufar su discurso de tecnicismos y recomendaciones frías emitidas desde una óptica especializada que no suele incluir la visión del ciudadano de a pie.

¿Por qué somos tan aburridos los médicos? En parte por la elevada exigencia curricular que se nos exige, lo que obliga a estudiar miles de horas (lectura) confinándonos en bibliotecas o salas de estudio durante años en los que nuestros compañeros de edad suelen estar confraternizando o disfrutando de más ocio (hablando). Por otro lado pese a que la preparación dura de diez a doce años no se incluyen ayudas para favorecer la comunicación y la gestión de emociones, habilidades imprescindibles para todo aquel que trabaje con personas enfermas.

De esta forma aparecen de tiempo en tiempo propuestas de salud de orígenes diversos que publicitan dietas, pulseras, remedios, hierbas y una enorme lista de cuestiones que pese a no tener base científica alguna son contadas con el garbo y oropel que la mercadotecnia aporta. Sin duda las pseudoterapias y pseudociencias brillan más que la mayoría de las propuestas sanitarias habituales.

Este choque de discursos es común en consulta cuando la paciente confiesa a su doctora que usa tal dieta milagro que vio en televisión o tal hierba para dormir que le recomendó su cuñada. La facultativa no lo tendrá fácil para construir una argumentación sólida que apoye algún curso de acción prudente en un encuentro de seis minutos de media, en el que seguramente le habrán propuesto otros múltiples motivos de consulta.

Por otro lado son muchas décadas de prohibir, abroncar y castigar al personal por no seguir unos elementales hábitos de salud cuando de todos es sabido que cada cual hace lo que puede con su vida y que las prohibiciones se las salta continuamente todo el respetable a la torera.

De vez en cuando surgen profesionales que marcan otra tendencia razonando, respetando y proponiendo con solidez científica. Valientes que hacen malabares con su agenda para tratar de detenerse un poco en detalles que a otros les pasarían desapercibidos pero que son de gran valor para el paciente.  Grupos que apuestan por una comunicación de calidad y luchan día a día por mejorarla.
A ellos dedico el escrito de hoy sabiendo que son cada vez más y que gracias a su callado trabajo el discurso en salud de la sociedad está gestando nuevas semillas que quizá florezcan y den frutos sorprendentes.

Toda sociedad aspira a la salud. Para construir salud es fundamental apoyarse en buenas narrativas, contar bien las rutas a seguir, los posibles peligros del viaje y las formas de sobreponerse a los naufragios. Los profesionales de la salud debemos dar ejemplo y educar en salud, en cuidados y en la mejora de hábitos de vida. Contar las cosas de una mejor manera. Lo creo posible, además de sentirlo prioritario desde hace ya mucho tiempo.





Este artículo se publico originalmente en el Huffpost.

viernes, 22 de diciembre de 2017

Is it worth creating narratives? Merece la pena crear narrativas




Is it worth creating narratives?
Are they good for anything?


The most advanced technology created by humans is language. No modern invention exceeds its potential. It is true that we can travel to the moon or carry a computer in our pocket, but without language we would still be stuck in caves.

Societies create narrative frameworks that draw on memories, archetypes, heroes and mythologies. On this cultural layer, the individual will grow up incorporating family narratives from which the own ones will emerge. The ideas of the world and of oneself therefore have a common basis.

When adversity touches us, we go to our narrative reservoirs looking for answers, meaning and direction. Vital crises force us to weave new narratives, this time in the first person. It is not an easy task. We are all afraid to face fear, sadness or anger, and also what we think threatens or worries us. We usually defend ourselves by ignoring it and ignoring it, and in cases where it overflows us in a circular fashion.

No one teaches us how to deal with suffering and difficulty, since these are precisely the circumstances that will favour our growth and overcoming.

The first step when a vital crisis catches us is to become aware of it. It is perhaps the most difficult expert as we are in the art of negation, concealment and projection.

The second is to tell it, and as one's self is difficult we usually require the help of a listener. In doing so, we put into words those emotions and thoughts that we keep on our backs without being seen. To narrate is to materialize the formless, to convert into discourse the stinging magma of human suffering in order to share, understand or visualize it.

In the healing processes of all cultures, some dimension is included that favors narrative. Usually the sick person asks for help from his family or community. He begins to verbalize his discomfort or problem. If you don't find the answer, take one more step and go to a health professional. Through a clinical interview and a physical examination, the patient will enter into a dialogue in which the patient's original narrative is developed and enriched. From this point onwards, he or she will arrive at a proposal for diagnosis and treatment that will allow the person in time of illness to mark a course of action that will help him or her to emerge from the whirlwind of their life crisis.

New narrative components will emerge from the clinical encounter. The patient will tell his or her family and community what they have been told and they will give their opinion and advice in a cycle of variable length that may involve successive consultations, conversations and awareness raising.

Narrative can be oral, written or artistic expression such as music, painting or creative arts and crafts, textiles or culinary production. Everyone has their abilities, even those who define themselves as few words.

Narrating is therefore essential to find meaning, relief, rest or relief, elements for which pharmacopoeia and medical treatments do not always have an answer.

The technological explosion we are experiencing should not let us lose sight of something as important as this. When we suffer, we need to deploy the best communicative skills we have. A coffee talk or messages from Whatsapp will not be enough. Healthcare professionals may have to salvage our role in facilitating narratives. We may have to set an example by sharing our own as the humanist doctors of the last century did, combining novel and poetry writing with their sanitary obligations. What is not retractable is to remember that each one of us must form his or her own vital narrative, paying special attention to the dark night phases, which is when we need it the most. We have good examples, it is true that they are not as popular as athletes or fashion artists, but they are there, both in our families and communities and in literature, history and universal art. Let us learn from them so that we can be a help to others.




Merece la pena crear narrativas?
Sirven para algo?


La tecnología más avanzada que ha creado el ser humano es el lenguaje. Ningún invento moderno supera su potencialidad. Es cierto que podemos viajar a la luna o llevar un ordenador en el bolsillo pero sin lenguaje seguiríamos metidos en cavernas.

Las sociedades crean armazones narrativos que se ayudan de memorias, arquetipos, héroes y mitologías. Sobre esa capa cultural el individuo crecerá incorporando narrativas familiares de las que surgirán las propias. Las ideas del mundo y de sí mismo tienen pues una base común.

Cuando la adversidad nos toca acudimos a nuestros reservorios narrativos buscando respuestas, sentido y orientación. Las crisis vitales nos obligan a tejer nuevas narraciones, esta vez en primera persona. No es una tarea sencilla. A todos nos asusta mirar a la cara al miedo, la tristeza o la ira, también a lo que pensamos nos amenaza o nos preocupa. Solemos defendernos ignorándolo y en los casos en los que nos desborda dándole vueltas de manera circular.

Nadie nos enseña a manejar el sufrimiento y la dificultad siendo estas precisamente las circunstancias que favorecerán nuestro crecimiento y superación.

El primer paso cuando una crisis vital nos atrapa es tomar consciencia de ello. Es quizá lo más difícil expertos como somos en el arte de la negación, ocultación y la proyección.

El segundo es contarlo y como a uno mismo es difícil solemos requerir la ayuda de un oyente. Al hacerlo ponemos en palabras aquellas emociones y pensamientos que mantenemos a la espalda sin ser vistos. Narrar es materializar lo informe, convertir en discurso el magma urticante del sufrimiento humano para poderlo así compartir, comprender o visualizar.

En los procesos de sanación de todas las culturas se incluye alguna dimensión que favorezca la narrativa. Habitualmente el enfermo pide ayuda a su familia o comunidad. Comienza así a verbalizar su malestar o problema. Si no encuentra suficiente respuesta dará un paso más y acudirá a algún profesional de la salud. Éste, mediante una entrevista clínica y una exploración física, entablará un diálogo en el que la narrativa primigenia del paciente se va desarrollando y enriqueciendo. A partir de ella llegará a una propuesta de diagnóstico y tratamiento que permitirá a la persona en tiempo de enfermar marcar un curso de acción que le ayude a salir del remolino de su crisis vital.

Del encuentro clínico surgirán nuevos componentes narrativos. El paciente contará a su familia y comunidad lo que le dijeron y estos darán su opinión y consejos en un ciclo de longitud variable que puede implicar sucesivas consultas, conversaciones y tomas de consciencia.

La narrativa puede ser oral, escrita o ayudarse de expresión artística como música, pintura o creativa como manualidades, tejidos o producción culinaria. Cada cual tiene sus capacidades, incluso aquellos que se autodefinen como de pocas palabras.

Narrar es pues fundamental para encontrar sentido, alivio, descanso o desahogo, elementos para los que la farmacopea y los tratamientos médicos no siempre tienen respuesta.

La explosión tecnológica que vivimos no nos debería hacer perder de vista algo tan importante como esto. Cuando sufrimos requerimos desplegar las mejores capacidades comunicativas que tengamos. Una charla de café o unos mensajes de Whatsapp no bastarán. Tal vez los profesionales sanitarios tengamos que rescatar nuestro papel a la hora de facilitar las narrativas. Tal vez tengamos que dar ejemplo compartiendo las nuestras como hacían los médicos humanistas del siglo pasado compaginando la escritura de novela y poesía con sus obligaciones sanitarias. Lo que no es escamoteable es recordar que cada cual debe de conformar su propia narración vital cuidando especialmente las fases de noche oscura que es cuando más precisamos de ella. Tenemos buenos ejemplos, es verdad que no son tan populares como los deportistas o artistas de moda pero ahí están, tanto en nuestras familias y comunidades como en la literatura, historia y arte universal. Aprendamos de ellos para poder ser nosotros una ayuda para otros.

viernes, 9 de junio de 2017

¿Deben tener los profesionales sanitarios presencia digital?



"Todo lo que no haya sido construido para una era conectada - política, economía, seguridad nacional, educación- va a petar ante la presión de la misma".
OECD forum. Imagen vía @edans








Una sociedad hiperconectada requiere profesionales conectados. Los tiempos digitales que vivimos no toleran bien lo analógico. Un cambio de pensamiento ha venido para quedarse. Por eso llevo años defendiendo la posición del cambio de rol profesional en entornos sanitarios hacia perfiles que aumenten las conexiones entre profesionales que incluyan también a pacientes y resto de la ciudadanía.

Lo he defendido en todo tipo de foros, desde congresos regionales nacionales, hasta jornadas especializadas. Desde encuentros con Consejeros de Sanidad a reuniones en mi centro de salud.


Lo sigo haciendo esta semana en Córdoba, donde impartiré un taller de social media, con estudio de casos, para el que he preparado la presentación que adjunto.


El nivel de los profesionales de la salud españoles es muy alto. Seguirá mejorando a medida que aprendamos a conectarnos, comunicarnos y escucharnos mejor. La división y la lucha de intereses ha caracterizado este colectivo, ahora tenemos las herramientas que nos permiten aprender de otros y mostrar a su vez lo que nosotros podemos aportar. La ciudadanía necesita que sus profesionales sean más visibles y generen contenidos y conversaciones abiertas que vayan más lejos de los cerrados ámbitos sanitarios.


Cada unidad de comunicación digital emitida tiene un impacto. Aprender a generar valor y no solo ruido es una labor compleja que requiere práctica, conocimiento y arrestos. Creo que es posible que desde el colectivo de enfermeras, psicólogos, fisioterapeutas, médicos y todo aquel que participe en el cuidado y acompañamiento de enfermos, creemos información de calidad y presencia digital.




jueves, 4 de mayo de 2017

El Papa Francisco da una charla TED




Jorge Mario Bergoglio es un anciano de ochenta años con una cabeza muy bien amueblada. Pese a haber nacido y vivido casi toda su vida en Argentina no ha tenido pereza para emigrar a Roma donde trabaja dirigiendo una organización religiosa como todos sabemos. Independientemente de que se compartan o no sus ideas parece innegable que su agenda supera en complejidad, responsabilidad e intensidad la del 99% de los ciudadanos.  Claramente su ritmo de vida no es la de un octagenario tipo. Me fijo en él hoy por la charla TED que ha dado recientemente uniéndose con ella a una gran comunidad de comunicadores e innovadores. Es un discurso muy bien llevado, tanto en el contenido como en su presentación. Escuchar a un señor tan mayor hablar de la revolución de la ternura, de las desigualdades sociales y de la importancia de la compasión para mejorar las relaciones sociales es algo realmente poco habitual.

Dentro del mundo sanitario llevo años defendiendo la necesidad de que los profesionales nos atrevamos a salir de la consulta hacia la comunidad y la sociedad elaborando contenidos, vídeos, conversaciones y encuentros. Hay que aprender de otros que también tienen su correspondiente sombra de inercia pero son capaces de dar pasos buscando ofrecer un valor añadido a la sociedad en la que viven. 

Les animo a ver el vídeo y a investigar otros oradores a los que su edad, condición social o circunstancias no han impedido compartir sus ideas y talento.




domingo, 2 de abril de 2017

El abismo (sanitario)



Caminito del Rey, Málaga






Respuesta de MªPaz (vía Facebook) Sí, y los que más lo tenemos somos los pacientes, porque no hay una comunicación entre Hospitales y Atención Primaria y eso nos hace dar muchas vueltas, y nos genera incomodidad justo cuando nos encontramos enfermos o atendiendo a familiares enfermos. Así que, por favor, pónganse a tender puentes por los que transitar para crear vínculos ambas partes de la Sanidad; puentes por los que podamos transitar los enfermos sin tantas dificultades. ¡Ah... y escuchen a médicos y personal sanitario de Atención Primaria que son los que nos atienden de continuidad y conocen a los enfermos como un todo y no sólo por partes, como pasa en los hospitales!  Y quiero hacer constar que valoro al personal que trabaja para la Sanidad Pública, muy especialmente tras estos años de recortes y política sanitaria nefasta.





En el reino sanitario hay un abismo insondable que separa dos formas de ver el mundo de la salud y en consecuencia de plantear su cuidado. En la vieja orilla está la visión que considera al ser humano una realidad integral compuesta de cuerpo, psicología, circunstancias sociales y ámbito espiritual. En ella trabajan sabios que manejan la mayoría de las cuestiones de salud cotidianas, pequeños procesos que solucionan con pocos medios. En la otra está la visión más moderna que considera a los humanos como máquinas hechas de piezas y aparatos. Cada sabio de aquí se dedica a diagnosticar y tratar una pequeña parte. Son muy buenos en su propia parcela, capaces de solucionar problemas muy complejos.

El abismo es cruzado por estrechas pasarelas por donde van los peregrinos en largas colas de un lado al otro llevando en la mano la carta que mandan los sabios de la orilla vieja o la que responden desde la orilla nueva. Es frecuente que en el largo camino terminen volándose por el viento y el peregrino se pierda en el laberinto de escalas y cuerdas que penden de cada pequeño puente. Esto pasa sobre todo cuando en la orilla nueva comienzan a mandarle de una capilla a otra sin que el peregrino regrese en una buena temporada a la orilla inicial. En esos casos se suele ir generando un ovillo de papeles, tratamientos superpuestos y cascadas de pruebas con indeterminado desenlace.

Salvo excepciones, se sigue usando al peregrino como correo en las comunicaciones entre las dos orillas. Nadie ha pensado que podía ser útil que los sabios se conocieran las caras o que existiera alguna vía más directa para poder hablar. Con el tiempo las cosas se van complicando al disminuirse el tamaño de la vieja orilla con las permanentes obras de reducción del reino y terminar los pacientes en la nueva tras cruzar saltando por urgencias o desde otras capillas de la nueva. Cada día que pasa hay más agobios en la vieja orilla y los cansados sabios escriben menos palabras en las cartas lo que dificulta mucho la labor de la nueva orilla incapaz de diferenciar el trigo de la paja. Por otro lado los peregrinos son ahora más mayores y parecen más enfermos, no habiendo muchos recursos para que algún alma caritativa los pueda cuidar cerca de su casa.

Los niños que tras la escuela se quedan un rato mirando la escena no entienden porqué no se dan cuenta de que el abismo realmente no es tal, de que es posible bajar con una pequeña escalera al fondo y cruzarlo andando como si de una piscina seca se tratara. A veces lo anuncian con todas sus fuerzas, otras se aburren de gritar y terminan marchando al descampado a jugar al fútbol. En una ocasión alguien les vio vociferar desde la orilla nueva y horrorizado cerró la ventanilla, era el Sumo Pontífice Sanitario y no estaba de humor para escuchar pamplinas. Bastante tenía él con mantener tranquilos a la caterva de jefes de servicio que revoloteaban traviesos a su alrededor pidiendo el aguinaldo.






Cuento dedicado a Sergio Minué que gusta de la analogía, la literatura y las viejas imágenes.