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martes, 17 de enero de 2023

Diga treinta y tres. Say thirty-three. 说三十三。




En este tiempo no es fácil leer poesía. Vamos demasiado deprisa y la lírica tiene ritmos que rompen la lógica de un sistema hiperproductivista como el nuestro. Por eso es preciso reconocer que el asomarse a un libro de poemas es una actividad de riesgo. Y digo libro con pleno sentido. Los versos piden papel y abominan pantallas. Su levedad precisa de un poquito de materia a la que acariciar, susurrar, subrayar o pintar. Y de esa interacción entre el poeta, su mensaje escrito y el lector hay una posibilidad de que surja algo que con la prosa es casi imposible: el milagro. Leyendo 33, la última propuesta de Juan Manuel Casado Buendía, he de reconocer que me ha pasado. Quizá con mayor fuerza que en obras anteriores dado que en esta ocasión el título es fundamental. Un número natural, el epítome de lo concreto, nos abre la puerta a un espacio poético, el cenit de lo indeterminado. Y lo hace con 33 (35) poemas, un formato que se puede leer de una sentada y que de esta forma produce un efecto semejante a la degustación de una copa de vino a pequeños sorbos pero apurándola hasta el fin. El caldo es de calidad, no hablamos de un artista joven, hablamos de barricas de roble. El sabor es generoso y mezcla tonos de añoranza con regustos de futuro y un profundo matiz de clarividencia serena. Se abre en el paladar de forma progresiva dejando un regusto a melodía de Chopin, que llega suave desde el otro lado de la casa, con algún tono azul y otros naranjas. Espero lo disfruten. 





Say thirty-three. 


In this day and age it is not easy to read poetry. We go too fast and poetry has rhythms that break the logic of a hyper-productive system like ours. That is why it is necessary to recognise that looking at a book of poems is a risky activity. And I say book in the truest sense of the word. The verses demand paper and abominate screens. Their lightness requires a little bit of matter to caress, whisper, underline or paint. And from this interaction between the poet, his written message and the reader there is a possibility of something that is almost impossible with prose: the miracle. Reading 33, the latest work by Juan Manuel Casado Buendía, I have to admit that this has happened to me. Perhaps with greater force than in previous works, given that on this occasion the title is fundamental. A natural number, the epitome of the concrete, opens the door to a poetic space, the zenith of the indeterminate. And it does so with 33 (35) poems, a format that can be read in one sitting and thus produces an effect similar to the tasting of a glass of wine in small sips, but drinking it to the end. The wine is of high quality, we are not talking about a young artist, we are talking about oak barrels. The taste is generous and mixes tones of longing with aftertaste of the future and a deep shade of serene clairvoyance. It opens on the palate in a progressive way leaving an aftertaste of Chopin's melody, which comes softly from the other side of the house, with some blue and some orange tones. I hope you enjoy it. 







说三十三。


机器翻译,抱歉有错误。


在这个时代,阅读诗歌是不容易的。我们走得太快了,诗歌的节奏打破了像我们这样的超生产系统的逻辑。这就是为什么有必要认识到,看一本诗集是一种有风险的活动。我说的书是最真实的意义上的书。这些诗句要求用纸,厌恶屏幕。他们的轻盈需要一点物质来抚摸、低语、划线或描绘。从诗人、他的书面信息和读者之间的这种互动中,有可能出现散文中几乎不可能出现的东西:奇迹。在阅读胡安-曼努埃尔-卡萨多-布恩迪亚的最新作品《33》时,我不得不承认,这种情况已经发生在我身上。也许比以前的作品更有力度,因为在这个场合,标题是根本。一个自然数,具体的缩影,打开了通往诗意空间的大门,那是不确定的顶点。而且它用33(35)首诗做到了这一点,这种形式可以让人一口气读完,从而产生一种类似于小口小口地品尝一杯酒,但喝到最后的效果。酒的质量很高,我们谈论的不是一个年轻的艺术家,我们谈论的是橡木桶。味道是慷慨的,混合了渴望的色调和对未来的回味,以及宁静的千里眼的深色阴影。它在口中逐渐打开,留下了肖邦旋律的回味,它顺利地从房子的另一边走来,有一些蓝色和一些橙色的色调。我希望你喜欢它。

domingo, 1 de mayo de 2022

Hacia una nueva narrativa. Towards a new narrative. 迈向新的叙述方式







El mundo sanitario en general y la medicina de familia, que vivo en primera persona, en particular atraviesan un desierto. Eso implica pasar sed, mucho calor y caminar despacio. Lo peor que te puede pasar en el desierto es vagar perdido. No saber dónde estás y no saber a dónde ir, además de ser un castigo es una condena de muerte. Nadie aguanta mucho tiempo en un desierto. Los que sobreviven en él aprenden a entrar y salir, a atravesarlo saltando de oasis en oasis, pero no es posible caminar 40 años por sus dunas por más que lo diga el Pentateuco. 


Por eso creo necesario descansar un momento de la narrativa distópica y quejosa predominante y adentrarnos en la ciencia ficción utópica capaz de diseñar escenarios de vida y supervivencia. Esto implicará usar la imaginación y nos dará los grados de libertad suficientes como para poder marcarnos una vía de salida sabiendo que hay posibilidades de mejora en algún lugar futuro. Tengo claro que solo alcanzaremos una nueva narrativa profesional si se genera una ebullición de ideas colectivas con esta base que nos ayuden a empezar a caminar hacia horizontes de valores éticos, salud comunitaria, educación para la salud, autonomía del paciente, consultoría longitudinal, trabajo en equipos reales, autonomía de gestión y todos aquellos puntos de luz que queramos poner en nuestros horizontes. 


Y en cuanto al nuevo marco teórico habría que repasar la trinidad de verbos principales para dar un repaso a nuestra identidad. Empezaríamos con el verbo SER que nos devuelve la pregunta clásica ¿Quién soy yo profesionalmente? Y nos obligará a mirar todo lo que se nos ha ido pegando a la piel más allá de una bata. Encontraremos roles profesionales diversos, ejemplos de otros colegas significativos, las consabidas películas y series médicas que pueblan nuestros subconscientes colectivos, las ventajas de un trabajo para siempre… y todo aquello que ustedes descubran. Si somos honrados también descubriremos mucha sangre dado que somos salientes de Pandemia y sin duda nos habrá salpicado o tendremos alguna herida abierta que aportar. Una vez examinado el cuerpo del asunto con visión técnica, propondría una contemplación del mismo en clave compasiva. Somos sanadores heridos y hacer presente nuestro dolor es la clave de bóveda para poder sostener el ajeno, esto se nos olvida con frecuencia porque nos resulta aparentemente más ventajoso esconder lo duro de la vida en el armario, que es precisamente lo que hacen todos nuestros pacientes. Poca ayuda podremos aportar sin salir de nuestro propio armario, sin abrirlo. 


Pero antes de contar cómo conseguirlo será acertado detenernos en el verbo ESTAR que es profundamente revolucionario. Permanecer en el puesto realizando la misión encomendada es hoy casi una heroicidad, sobre todo cuando hay cuatro compañeros de baja y la sobrecarga de pacientes es mayúscula, ustedes ya me entienden. Estar significa no irse, no escapar. En muchos momentos se nos antoja casi imposible. Cada semana vemos más compañeros que se van, que no aguantan más, que lo dejan. Y notamos con miedo como hay otros muchos que se lo piensan, un miedo intenso a que nos dejen solos, con lo que eso significa. Pero pese a todo, sigue habiendo profesionales que deciden estar, permanecer, seguir estando. Quiero manifestarles mi admiración y agradecimiento porque sin quererlo son faros para muchos que vagamos perdidos. Comparten una luz que ayuda a situarse, a saber dónde empieza la tierra y dónde el mar, que nos recuerdan que es posible seguir navegando. Y los pacientes y comunidades agradecen cada vez más que también ellos tengan estos faros que alumbran en la noche, una noche cada vez más llena de luces de colores que no ofrecen verdadera respuesta a sus problemas. 


Y terminaremos el viaje con el tercer verbo elegido: HACER. Y me dirán que nos pasamos el día haciendo y es verdad, hacemos mucho, hacemos de más, hacemos demasiado. Eso nos condena a un permanente agotamiento que compartimos con el resto de una ciudadanía obligada a producir cada vez más deprisa. Por eso se tolera cada vez peor todo aquello que nos resta velocidad. Un pequeño catarro, una pequeña molestia, nos hace menos competitivos, nos frena, nos limita. Entramos en pánico cuando un niño amanece con fiebre pensando en el operativo que nos tocará montar los siguientes días. O cuando amanecemos con dolor de cabeza o con una molestia en la espalda tras jugar al Pádel en mala forma física. Los médicos sabemos dónde terminan muchas de estas situaciones que antiguamente se solucionaba cada cual dándose tan solo un poco de tiempo, tiempo que hoy vale mucho dinero. En lo que significa ser médico en esta época diremos que el hacer se ha multiplicado hasta el límite. No nos es posible ver más pacientes, diagnosticar más cuestiones, aplicar más tratamientos. Los gerentes sanitarios nos azuzan para aumentar la producción pero no es posible. El sistema no da más de sí por pura limitación de sus profesionales. Quizá se podría mejorar la eficiencia con una gestión basada en valores humanos, pero con la actual basada en resultados no conseguirán más. Ahora bien, ¿dónde poner la palanca del cambio para levantar la situación?. ¿Dónde apostar para HACER lo verdaderamente importante? Si tuviéramos solo una palanca yo propondría apoyarla en la relación médico paciente, el corazón del sistema sanitario. Esto nos obligaría a modificar el hacer para centrarlo en lo que ayude a potenciar esa relación, en lo que aporte tiempo y energía para que sea esa relación la que favorezca que el paciente pueda lidiar con sus problemas tanto de salud como de la vida ordinaria, a la vez que favorezca que el profesional pueda detectar la enfermedad y sea operativo en las cuestiones solucionables. 


Me dirán que en la teoría queda bonito pero faltan claves para implementarlo y aceptaré la crítica. No esperen que nadie les dé esas claves, por muy dulce que sea el discurso o por mucho que utilicen la palabra innovación, les estarán vendiendo humo. Les va a tocar hacer un viaje personal por los tres verbos y ser ustedes quienes los conjuguen con lo que vean que son, con lo que sean capaces de estar, o con lo que puedan hacer o dejar de hacer. Les invito a mirarse en profundidad, deteniéndose especialmente en sus armarios y heridas. Dense el tiempo necesario para ello, pueden llegar a necesitar meses. Luego, más tarde, ya podrán empezar a mirar a otros, que los hay. Gente buena que es faro y emite luz de forma generosa. Abran los ojos y atrévanse a mirar a otras categorías profesionales, incluso fuera de lo estrictamente sanitario. Hay pacientes, grupos, asociaciones, profesionales que trabajan en las comunidades, voluntarios… haciendo cosas maravillosas. 


Como ven es posible generar una narrativa sanitaria distinta, y lo que es mejor, dar un primer paso. Efectivamente seguiremos visibilizando cómo está la situación y reconociendo las cosas como son, pero nadie nos puede quitar la opción de imaginar futuros más brillantes o de imaginar las primaveras por venir. 






Towards a new narrative



The world of healthcare in general and family medicine, which I experience first-hand, in particular, is a desert. That means being thirsty, very hot and walking slowly. The worst thing that can happen in the desert is to wander around lost. Not knowing where you are and not knowing where to go is not only a punishment but also a death sentence. No one can last long in a desert. Those who survive in it learn to get in and out, to cross it by jumping from oasis to oasis, but it is not possible to walk 40 years in its dunes, no matter how much the Pentateuch says so. 


This is why I believe it is necessary to take a break from the predominant dystopian and complaining narrative and enter into utopian science fiction capable of designing scenarios of life and survival. This will involve using our imagination and will give us sufficient degrees of freedom to be able to chart a way out knowing that there are possibilities for improvement somewhere in the future. It is clear to me that we will only reach a new professional narrative if we generate a boiling up of collective ideas with this base that will help us to start walking towards horizons of ethical values, community health, health education, patient autonomy, longitudinal consultancy, work in real teams, management autonomy and all those points of light that we want to put on our horizons. 


As for the new theoretical framework, we should review the trinity of main verbs in order to review our identity. We would start with the verb TO BE, which brings us back to the classic question: Who am I professionally? And it will force us to look at everything that has become attached to our skin beyond a dressing gown. We will find diverse professional roles, examples of other significant colleagues, the well-known films and medical series that populate our collective subconscious, the advantages of a job forever... and whatever else you discover. If we are honest, we will also discover a lot of blood, as we are Pandemic's progenitors and will no doubt have been splashed or have some open wounds to contribute. Having examined the body of the issue with a technical vision, I would propose to contemplate it in a compassionate way. We are wounded healers and making our own pain present is the key to being able to sustain the pain of others. We often forget this because it is apparently more advantageous to hide the harshness of life in the wardrobe, which is precisely what all our patients do. We can do little to help without coming out of our own cupboard, without opening it. 


But before telling how to achieve this, it would be wise to dwell on the verb STAY, which is profoundly revolutionary. Staying on the job and carrying out the mission entrusted to us is today almost a heroic deed, especially when there are four colleagues on sick leave and the overload of patients is enormous, if you know what I mean. Being there means not leaving, not escaping. At many times it seems almost impossible. Every week we see more and more colleagues who leave, who can't take it any more, who quit. And we notice with fear how many others are thinking about it, an intense fear of being left alone, with what that means. But in spite of everything, there are still professionals who decide to stay, to remain, to continue to be. I want to express my admiration and gratitude to them because they are unwittingly beacons for many of us who are wandering around lost. They share a light that helps us to find our bearings, to know where the land begins and where the sea begins, that remind us that it is possible to continue sailing. And patients and communities are increasingly grateful that they too have these beacons to shine in the night, a night increasingly filled with coloured lights that offer no real answers to their problems.  


And we will end our journey with the third verb chosen: DOING. And they will tell me that we spend the day doing, and it is true, we do a lot, we do too much, we do too much. This condemns us to a permanent exhaustion that we share with the rest of a citizenry forced to produce faster and faster. That is why everything that slows us down is tolerated more and more. A little cold, a little discomfort, makes us less competitive, slows us down, limits us. We panic when a child wakes up with a fever, thinking about the operation we will have to mount the following days. Or when we wake up with a headache or a sore back after playing padel in bad physical shape. As doctors we know where many of these situations end up, which in the past could be solved with a little time, time that today is worth a lot of money. In terms of what it means to be a doctor in this day and age, we would say that the workload has multiplied to the limit. We can no longer see more patients, diagnose more issues, apply more treatments. Health managers encourage us to increase production, but it is not possible. The system can only cope with so much because of the limitations of its professionals. Perhaps efficiency could be improved with a management based on human values, but with the current one based on results they will not achieve more. But where to put the lever of change to lift the situation, where to bet on DOING what is really important? If we had only one lever, I would suggest supporting it in the doctor-patient relationship, the heart of the health system. This would force us to modify what we do to focus on what helps to strengthen this relationship, on what provides time and energy so that it is this relationship that helps the patient to deal with their health problems as well as ordinary life problems, while at the same time helping the professional to detect illness and be operative in resolvable issues. 


You will tell me that in theory it looks nice but there are no keys to implement it and I will accept the criticism. Don't expect anyone to give you those keys, no matter how sweet the discourse or how much they use the word innovation, they will be selling you smoke. You will have to make a personal journey through the three verbs and be the ones to conjugate them with what you see you are, with what you are capable of being, or with what you can do or not do. I invite you to take a deep look at yourself, looking especially at your wardrobes and wounds. Give yourselves time to do this, it may take months. Then, later on, you can start looking at others, and there are others. Good people who are lighthouses and give off light in a generous way. Open your eyes and dare to look at other professional categories, even outside the strictly health sector. There are patients, groups, associations, professionals working in communities, volunteers... doing wonderful things. 


As you can see, it is possible to generate a different health narrative, and even better, to take a first step. Indeed, we will continue to make the situation visible and recognise things as they are, but no one can take away the option of imagining brighter futures or imagining the springs to come. 











迈向新的叙述方式


机器翻译,抱歉有错误。


一般来说,医疗保健的世界,特别是我亲身经历的家庭医学,是一个沙漠。这意味着口渴,非常热,走路很慢。在沙漠中可能发生的最糟糕的事情是迷失方向的徘徊。不知道自己在哪里,不知道去哪里,不仅是一种惩罚,也是一种死刑。没有人能够在沙漠中坚持很长时间。在其中生存的人学会了进出,通过从绿洲跳到绿洲来穿越它,但不可能在它的沙丘上走40年,无论摩西五经怎么说都是如此。


这就是为什么我认为有必要从占主导地位的歇斯底里和抱怨的叙述中抽身出来,进入能够设计生活和生存场景的乌托邦式的科幻小说。这将涉及到发挥我们的想象力,并将给我们足够的自由度,使我们能够在知道未来某个地方有改进的可能性的情况下规划出一条出路。我很清楚,只有当我们在这个基础上产生了沸腾的集体想法,帮助我们开始走向道德价值、社区卫生、健康教育、病人自主、纵向咨询、真正的团队工作、管理自主和所有我们想放在视野中的光点,我们才能达到一个新的专业叙述。


至于新的理论框架,我们应该回顾三位一体的主要动词,以审查我们的身份。我们会从动词TO BE开始,这让我们回到经典的问题:我在职业上是谁?而且,它将迫使我们审视已经附着在我们的皮肤上的一切,而不仅仅是一件睡衣。我们会发现多样化的职业角色,其他重要同事的例子,充斥着我们集体潜意识的知名电影和医疗系列,永远的工作优势......以及其他你发现的东西。如果我们是诚实的,我们也会发现很多血,因为我们是大流行的祖先,无疑会被溅到,或者有一些开放的伤口贡献。在以技术眼光审视了这个问题的主体之后,我建议以一种同情的方式来思考它。我们是受伤的治疗者,让我们自己的痛苦呈现出来是能够维持他人痛苦的关键。 我们经常忘记这一点,因为把生活的严酷性隐藏在衣柜里显然更有利,这正是我们所有病人的做法。如果不从我们自己的柜子里出来,不打开柜子,我们能做的帮助很少。


但在讲述如何实现这一目标之前,最好先说说STAY这个动词,它具有深刻的革命性意义。今天,坚守工作岗位,执行委托给我们的任务几乎是英雄式的,尤其是在有四位同事请病假,病人超负荷工作的情况下,如果你明白我的意思。在那里意味着不离开,不逃避。在许多时候,这似乎几乎是不可能的。每周我们都会看到越来越多的同事离开,他们不能再忍受了,他们辞职了。我们恐惧地注意到有多少人在思考这个问题,一种强烈的恐惧,害怕被抛弃,害怕这意味着什么。但尽管如此,仍有专业人员决定留下来,继续留在那里,继续存在。我想向他们表示钦佩和感谢,因为他们在不知不觉中成为我们许多迷茫徘徊的人的灯塔。他们共享一束光,帮助我们找到方向,知道陆地从哪里开始,海洋从哪里开始,提醒我们有可能继续航行。病人和社区越来越感激他们也有这些灯塔在黑夜中闪耀,这个黑夜中越来越多的彩色灯光,没有为他们的问题提供真正的答案。


 


我们将以选择的第三个动词来结束这段旅程:行动。他们会告诉我,我们整天都在做,这是真的,我们做了很多,我们做了太多,我们做了太多。这使我们陷入一种永久的疲惫,我们与其他被迫生产得越来越快的公民一样。这就是为什么一切使我们慢下来的东西都被越来越多的人容忍。一点点的寒冷,一点点的不适,使我们的竞争力下降,使我们的速度减慢,限制了我们。当孩子发烧醒来时,我们会惊慌失措,想到接下来的日子里我们必须进行的手术。或者,当我们在身体状况不佳的情况下打完堡垒球后,醒来时头疼或腰酸背痛。作为医生,我们知道许多这种情况的结局,在过去,只要有一点时间就可以解决,而今天的时间是很值钱的。就在这个时代成为一名医生的意义而言,我们会说,工作量已经倍增到了极限。我们不再能够看更多的病人,诊断更多的问题,应用更多的治疗方法。卫生管理人员鼓励我们增加产量,但这是不可能的。由于其专业人员的限制,该系统只能应付这么多。也许以人的价值为基础的管理可以提高效率,但以目前基于结果的管理,他们不会取得更多的成绩。但是,要把改变现状的杠杆放在哪里,把赌注押在做真正重要的事情上呢?如果我们只有一个杠杆,我会提议在医生和病人的关系中支持它,这是卫生系统的核心。这将迫使我们修改我们的工作,把重点放在有助于加强这种关系上,放在提供时间和精力上,以便正是这种关系帮助病人处理他们的健康问题以及普通的生活问题,同时帮助专业人员发现疾病并对可解决的问题进行操作。

你会告诉我,理论上它看起来很好,但没有钥匙来实现它,我将接受批评。不要指望任何人会给你这些钥匙,无论他们的论述多么动听,或者他们多么使用创新这个词,他们都会向你推销烟。你将不得不通过这三个动词进行个人的旅行,并成为将它们与你所看到的你是什么、你能够成为什么、或你能够做什么或不做什么联系起来的人。我邀请你深入审视自己,特别是看看你的衣柜和伤口。给自己一点时间来做这件事,可能需要几个月。然后,后来,你可以开始看其他的,还有其他的。好人是灯塔,以慷慨的方式散发出光芒。睁开你的眼睛,敢于看看其他专业类别,甚至是严格意义上的卫生部门以外的专业。有病人、团体、协会、在社区工作的专业人员、志愿者......在做精彩的事情。

正如你所看到的,有可能产生一个不同的健康叙事,甚至更好的是,迈出第一步。的确,我们将继续让人们看到情况,认识到事情的现状,但没有人可以剥夺想象更美好的未来或想象未来的春天的选择。






lunes, 3 de enero de 2022

La banalización del mal

 


Madonna con Niño (c. 1480) de Carlo Crivelli.




"Nos acostumbramos a la violencia, y esto no es bueno para nuestra sociedad. Una población insensible es una población peligrosa". 

Isaac Asimov




La construcción de sociedades del bienestar sigue una cuidada estrategia que lentamente, y con la máxima suavidad, convierte al ciudadano en consumidor. Esta transformación es la obra maestra del sistema de libre mercado y de sus dioses, Beneficio, Desarrollo y Prosperidad. Cambian pues las religiones, filosofías y dinámicas sociales quedando la ciudadanía abandonada a su suerte sin referentes útiles que la ayuden a orientarse en un entorno de complejidad creciente que se transforma cada vez más deprisa. Corremos sin parar avanzando a trompicones hacia ninguna parte en medio de un griterío ensordecedor donde cada cual opina y nadie guía. 


Todo parece valer y los valores se funden como cera en un relativismo moral en el que cabe todo. Mezclamos creencias a la carta en nuestras religiones privadas con las que tratamos de construirnos un modelo que nos explique el mundo y nos defienda de la desgracia. Pero solo conseguimos construir castillos de arena que las olas devoran fácilmente. Hoy es común terminar arrasado por la catástrofe vital o por el deterioro físico y mental de los que se quedaron viendo la televisión y se olvidaron de andar y de pensar. 


Por otro lado las instituciones sociales y los servicios públicos tradicionalmente sólidos también parecen disolverse en este mundo líquido que todo lo engulle. Basta con limitarles el presupuesto durante años para que terminen convirtiéndose en organizaciones zombi, ni muertas ni vivas, incapaces de desarrollar una labor de calidad. ¿Quién ayudará al enfermo, al agobiado, al moribundo, si los pobres sanitarios, que sufren de sobrecarga crónica y son obligados a trabajar en una cadena de montaje, terminan deviniendo en profesionales zombi?


El mal se ha banalizado y pasa a formar parte de nuestras vidas como un aditamento más que colocamos en una esquina para que no moleste mucho pero desde la que termina enredando más de lo que pensamos. Si dejamos entrar moscas en casa terminaremos sufriendo su pesada presencia. Ahora las moscas son edulcoradas y parecen molestar menos, o al menos nos damos menos cuenta desde que vamos por la vida con pantallas delante, gafas de realidad virtual, auriculares y demás complementos.


El hundimiento de las religiones tradicionales ha alejado de nosotros a los guardianes de la ortodoxia especializados en señalar las moscas, que en la pintura renacentista significaban al maligno. Sufrimos plagas de estos insectos sin que nada ni nadie parezca poder hacer algo al respecto. De hecho en las redes sociales muchos se acompañan de gordos y hermosos ejemplares con los que comparten exabruptos, maledicencias y todo tipo de mentiras. Hoy el que grita más es candidato a triunfador y muchos lo consiguen subidos en enormes y grasientos insectos alados. 


Con los grandes males no solemos tener problema, los vemos desde lejos y tratamos de aportarnos. Lo más difícil desde el principio de los tiempos ha tenido que ver con los males pequeños, esos que dejamos acercarse y que no tiene un aspecto peligroso. Por eso el símbolo de la mosca es tan acertado. Hoy seguimos enfrentando el mismo reto y como nos señaló Hanna Harent y el experimento de Milgram, la mayoría somos subsidiarios de convertirnos en poderosos agentes del mal si se dan las circunstancias adecuadas. 


Hoy el mal es que nuestro equipo de fútbol pierda o que ganen las elecciones los del partido que nos disgusta. Nadie habla del mal moral, de valores o de redención. La filosofía y la teología tradicionales quedaron circunscritas a ámbitos académicos especializados que no llegan ya a la plaza del pueblo. Allí imperan las imágenes de deportistas, actores y famosos que se pavonean mostrando sus fantásticas vidas. Y sin conversación posible no crecerá la semilla de la reflexión o el discernimiento. Seguirán vendiéndonos la moto, cada vez de forma más personalizada.







viernes, 22 de octubre de 2021

Haikus como signos de revolución. Haikus as signs of revolution. 俳句是革命的标志。





La poesía es un recurso narrativo de primer orden para recordar que no todo es prosa. Más allá de nuestra prosaica realidad hay posibilidades de visión poética. Rescatarlas es sinónimo de esperanza y belleza, ingredientes fundamentales para encontrar sentido en nuestro caminar. Muchas personas penan por no encontrarlo pese a nadar en la abundancia de objetos, informaciones y ruidos. 


Mi amigo Francesc Borrell me invita a participar en la revista que coordina con una aproximación al haiku como posible signo de revolución. 


Espero que sea de su agrado. 


https://revista.proeditio.com/foliahumanistica/article/view/4070/4478






Haikus as signs of revolution.

Poetry is a pricipal narrative resource  to remind us that not everything is prose. Beyond our prosaic reality there are possibilities of poetic vision. Rescuing them bring us hope and beauty, fundamental ingredients for finding meaning in our journey. Many people feel existencial discomfort becouse they don't find it despite swimming in an abundance of objects, information and noises. 

My friend Francesc Borrell invites me to participate in the magazine he coordinates with an approach to haiku as a possible sign of revolution. 


I hope you like it. 





俳句是革命的标志。

自动翻译,抱歉有错误。

诗歌是一种第一流的叙事资源,提醒我们不是所有东西都是散文。在我们平淡无奇的现实之外,还有诗意视觉的可能性。拯救它们是希望和美丽的同义词,是在我们的旅程中寻找意义的基本要素。许多人尽管游走在大量的物体、信息和噪音中,却没有找到它,这让人很难过。


我的朋友Francesc Borrell邀请我参加他协调的杂志,以俳句作为革命的可能标志的方法。

我希望你喜欢它。


https://revista.proeditio.com/foliahumanistica/article/view/4070/4478


sábado, 26 de junio de 2021

No es serio este cementerio. This cemetery is not serious. 这个公墓并不严肃。





Desde que recibí mi esquela esta semana estoy dándole vueltas al asunto de la salvación. Algo que no puedo evitar dado mi carácter reflexivo, la generosa educación que me proveyeron mis padres y mis raíces filosóficas y cristianas.


Estar muerto no es tan descansado como imaginaba, la consulta sigue de lo más animada y las malas noticias del cementerio se suceden, menos presupuesto, promesas de avalanchas de médicos jubilados y el verano que ya está aquí dejándonos en cuadro dado que los muertos seguimos teniendo la costumbre de veranear.


Tampoco es tan descorazonador. Cuando se llega a este estado uno comprende que hay pocas cosas importantes, o tal vez solo una: estar sano y salvo. De la salud no hablaré hoy pero sí de lo que puede significar estar a salvo. Y consultados mis teólogos de cabecera me dicen que las instituciones no pueden salvarse, como toda organización viva nacen, crecen y mueren. En el proceso suelen llevarse por delante a todo aquel que se interpone en su camino siguiendo la falacia de que conviene que muera uno para el bien del resto, algo completamente falso y deshumanizado.


Miro a mi alrededor y veo a compañeras y compañeros tratando de salvarse. Unos se inmolan por sus ideales, otros abandonan el barco, algunos se refugian en el pasotismo o el cinismo, otros gritan y lloran. Muchos siguen adelante como pueden, soportando el peso de un trono de Semana Santa con la imagen de algún crucificado sobre sus hombros en carne viva. Yo como estoy completamente muerto me tomo la libertad de elevarme por el aire buscando un poco de frescor y claridad de mente. Termino comprendiendo que eso de la salvación no se puede conseguir del todo de manera individual por muchos paraísos virtuales que unas y otros quieran inventarse. Nadie salvará a la institución y nadie se salvará solo. ¿Pero entonces qué camino nos queda?


Llegados a este punto solo cabe apelar al milagro, entendido no como una transgresión de las leyes naturales sino como una toma de conciencia de un curso de acción que sea a la vez correcto y humano. Y la única manera de resucitar a un muerto es con fe y confianza, algo que como sabemos es difícil cuando el cadáver ha empezado a apestar. “Lázaro, sal fuera” fueron las palabras que recordaron al muerto que la vida no está en la soledad de la fosa sino en la presencia de los vivos. Tal vez tengamos que imitarlo y salir un poco de este cementerio en el que nos han metido políticos, gestores, ciudadanía e incluso nosotros mismos. Salir a la sociedad, a nuestros pueblos y barrios. Contar lo que pasa y organizarnos con la comunidad. Replantearnos los equipos por completo asumiendo una autonomía que no nos deberían haber quitado y reformular por entero los roles profesionales y la asistencia sanitaria teniendo en cuenta los medios y limitaciones. Habrá que aprender a dejar de hacer muchas cosas y a decir no a lo superfluo e innecesario, por incómodo que nos resulte poner límites tanto a los que vengan a nosotros como a nuestros gestores. Habrá que secarse las lágrimas y asumir que nos queda camino por andar, porque mientras haya vida hay esperanza, y esta es precisamente el ingrediente sagrado que nos sacará de la fosa. 







This cemetery is not serious.



Ever since I received my obituary this week I have been pondering the question of salvation. Something I can't help given my reflective nature, the generous upbringing my parents provided and my philosophical and Christian roots.


Being dead is not as restful as I had imagined, the clínicas practice is still as lively as ever and the bad news from the cemetery comes one after the other, less budget, promises of an avalanche of retired doctors and the summer that is already here leaving the staff in half given that we dead people are still in the habit of summering.


It is not so disheartening either. When you get to this stage you realise that there are few things that are important, or perhaps only one: to be safe and sound. I won't talk about health today, but I will talk about what it means to be safe. And my favourite theologians tell me that institutions cannot be saved, like all living organisations they are born, grow and die. In the process they tend to take down anyone who stands in their way, following the fallacy that it is good for one to die for the good of the rest, something completely false and dehumanised.


I look around me and see comrades trying to save themselves. Some immolate themselves for their ideals, others abandon ship, some take refuge in passivity or cynicism, others scream and cry. Many carry on as best they can, bearing the weight of a Holy Week throne with the image of some crucified person on their shoulders in the flesh. I, being completely dead, take the liberty of soaring through the air in search of a bit of freshness and clarity of mind. I end up realising that salvation cannot be achieved entirely on an individual basis, no matter how many virtual paradises one or the other may want to invent. No one will save the institution and no one will save themselves alone, but then what is the way forward?


At this point we can only appeal to the miracle, understood not as a transgression of natural laws but as a realisation of a course of action that is both right and humane. And the only way to raise the dead is with faith and trust, which as we know is difficult when the corpse has begun to stink. "Lazarus, come out" were the words that reminded the dead man that life is not in the solitude of the grave but in the presence of the living. Perhaps we need to imitate him and get out of this cemetery in which politicians, managers, citizens (and even ourselves) have put us. To go out into society, into our towns and neighbourhoods. Tell what is happening and organise ourselves with the community. To completely rethink our teams, assuming an autonomy that should not have been taken away from us, and to completely reformulate our professional roles and healthcare, taking into account our means and limitations. We will have to learn to stop doing many things and to say no to the superfluous and unnecessary, however uncomfortable it may be to set limits both for those who come to us and for our managers. We will have to dry our tears and accept that we still have a long way to go, because as long as there is life there is hope, and this is precisely the sacred ingredient that will pull us out of the pit. 








这个公墓并不严肃。


机器翻译,如有错误,请见谅。


自从本周收到我的讣告后,我就一直在思考救赎的问题。鉴于我的反思天性,我父母提供的慷慨教养,以及我的哲学和基督教根基,有些事情我不能不说。


做死人并不像我想象的那样安逸,实践还是一如既往的热闹,来自墓地的坏消息接踵而至,预算减少,退休医生雪崩的承诺,鉴于我们这些死人还有过夏的习惯,已经到来的夏天把我们留在了画面中。


它也不是那么令人沮丧。当你达到这种状态时,你会意识到没有什么事情是重要的,或许只有一件:健康和安全。我今天不谈健康,但我要谈一谈安全的含义。当我咨询我所选择的神学家时,他们告诉我,机构不能被拯救,就像所有的生物组织一样,他们出生,他们成长,他们死亡。在这个过程中,他们倾向于打倒任何阻挡他们的人,遵循这样的谬论:一个人为了其他人的利益而死是好的,这是完全错误和非人性的东西。


我环顾四周,我看到同志们都在努力自救。有些人为了自己的理想而自焚,有些人弃船而去,有些人在被动或愤世嫉俗中避难,有些人则尖叫和哭泣。许多人尽其所能地进行着,在肉体上肩负着某个被钉死的人的形象,承受着圣周宝座的重量。我,已经完全死了,冒昧地在空中翱翔,寻找一点新鲜感和清醒的头脑。我最终明白,救赎不可能以完全个人的方式实现,无论一个人或另一个人想发明多少个虚拟天堂。没有人会拯救这个机构,也没有人会单独拯救自己,但那样的话,未来的路该怎么走?


在这一点上,我们只能求助于奇迹,它不是被理解为对自然法则的违背,而是被理解为对一种既正确又人道的行动方案的认识。而复活一个死人的唯一方法是用信心和信任,正如我们所知,当尸体开始发臭时,这是很困难的事情。"拉撒路,出来 "这句话提醒了这个死人,生命不在坟墓的孤寂中,而在活人的面前。也许我们必须模仿他,从政治家和经理人把我们放在的这个墓地里走出来一点。走向社会,走进我们的城镇和邻里。告诉大家正在发生的事情,并与社区一起组织自己。重新思考团队,完全承担起不应该被夺走的自主权,重新制定整个职业角色和保健,同时考虑到手段和限制。我们必须学会停止做许多事情,并对多余和不必要的事情说不,无论为那些来找我们的人和我们的管理者设定限制是多么的不舒服。我们将不得不擦干眼泪,假设我们还有很长的路要走,因为只要有生命就有希望,而这恰恰是将我们拉出坑的神圣成分。










viernes, 18 de junio de 2021

La búsqueda de una nueva narrativa sanitaria. The search for a new health narrative. 寻找一种新的健康叙事。

 




En el mundo sanitario se nos quebró la narrativa. Han sido muchos años abusando de palabras, documentos, reuniones y powerpoint. Es cierto que políticos, profesionales y ciudadanos hicimos valer nuestros derechos, gritamos y defendimos nuestra propia verdad en un diálogo de besugos en los que faltó muchísima escucha. También que no quisimos aceptar un naufragio evidente pese a las evidencias.

Tantos golpes recibió la sanidad que la misión, visión y los valores de la organización se rompieron, llevándose por delante a muchos sanitarios que acabaron quemados y otros muchos pacientes que murieron por covid o patologías no suficientemente atendidas. 

Pese a todo el reto está pendiente: convertir una sanidad sólida, de vieja escuela y gran inercia, en una líquida, flexible y adaptada a los tiempos que corren. 

El problema es que el mercado quiere a los pacientes como meros consumidores de recursos sanitarios y a los sanitarios como industriosos proveedores,  lo que convierte a los sistemas sanitarios en cadenas de montaje donde al final unos y otros somos simples peones movidos cada vez más velozmente. Sin embargo el sistema público no puede aguantar una demanda de servicios que tiende al infinito con unos recursos cada vez más menguados. Recursos humanos que se deshumanizan por la sobrecarga creciente fundiéndose lentamente como un bloque de hielo que alguien sacó del frigorífico. 

En esas estábamos cuando la pandemia hizo saltar por los aires los goznes sanitarios al someter a una presión imposible unos recursos ya bastante dañados. 

Y ahora ¿cómo reconstruimos la narrativa sanitaria? 


La desesperanza y las heridas causadas en los profesionales no facilitarán que estos lideren el proceso. Los políticos seguirán a los suyo con vistas al corto plazo de las siguientes elecciones. Y con la ciudadanía será difícil contar, mareada como está con tanto frente abierto y engañada por desaprensivos que anuncian zanahorias cuando lo que de verdad ofrecen son los palos de la desfinanciación. Unas pocas manifestaciones de protesta no moverán el agua del molino.

Serán necesarias muchas voces, mucha escucha y mucha entereza. Precisaremos de silencio para poder reflexionar y aportar creatividad e ideas. 

Por mi parte, como médico de familia (descalzo), me gustaría aportar que el sistema debería focalizarse en lo más importante que a mi juicio es la relación sanitario-paciente. Algo delicado y sutil pero con la suficiente fuerza como para servir de punto de apoyo de cualquier palanca estructural y tecnológica que gusten usar. 

Y a la hora de aportar valor tener claro que el paciente no puede ser convertido en mero consumidor pasivo de recursos. La salud no es un producto, por mucho que al mercado le interese. También pediría que los profesionales no fuéramos meros productores de servicios sanitarios, lo que nos convierte en piezas de cadenas de montaje infinitas que deshumanizan tanto al clínico como a los que pasan por sus manos. Es fundamental que ayudemos a aportar sentido a la narrativa del paciente, para que este pueda integrar su tiempo de enfermar, su catástrofe vital y sus emociones en su autobiografía sin tener que delegarla en productos y servicios sanitarios que no tendrán jamás la potestad de hacerlo en su lugar. 

Este rescate de la dimensión narrativa de la salud y la enfermedad del paciente por un lado y del rol facilitador del sanitario por otro puede ser la semilla desde la que pueda generarse una nueva narrativa institucional que en este momento está en ruinas.

No es todo una cuestión de recursos. Estos son importantes, no lo voy a negar, pero no nos podemos quedar solo ahí. Hay que mirar más lejos y recordar que las palabras y las narrativas tienen mucho poder. Si fueron capaces de levantar pirámides en medio del desierto o de llevar al hombre a la luna lo serán también ahora si decidimos usarlas para renovar nuestras zozobrantes instituciones. 






The search for a new health narrative. 


In the National Health system, the narrative has broken down. We have spent many years abusing words, documents, meetings and powerpoints. It is true that politicians, professionals and citizens asserted our rights, we shouted and defended our own truth in a separe dialogue in which there was a great lack of listening. It is also true that we did not want to accept an obvious shipwreck despite the evidence.

So many blows were dealt to healthcare that the mission, vision and values of the organisation were shattered, taking with them many health workers who ended up burned and many other patients who died from covid or pathologies that were not sufficiently attended to. 

Despite all this, the challenge remains: to convert a solid, old-school, inertial healthcare system into one that is liquid, flexible and adapted to the times. 

The problem is that the market wants patients to be mere consumers of healthcare resources and healthcare providers to be industrious suppliers, which turns healthcare systems into assembly lines where in the end we are all just pawns moved at ever increasing speed. However, the public system cannot withstand a demand for services that tends to infinity with ever-diminishing resources. Human resources that are dehumanised by the growing overload, slowly melting like a block of ice that someone took out of the fridge. 

That's where we were when the pandemic blew the health hinges off the hinges by putting impossible pressure on already stretched resources. 

And now how do we reconstruct the health narrative? 

The despair and the wounds inflicted on professionals will not make it easy for them to lead the process. Politicians will continue to do their own thing with a view to the short term of the next elections. And it will be difficult to count on the public, dizzy as they are with so many open fronts and deceived by unscrupulous politicians who announce candy when what they are really offering are the sticks of defunding. A few protest demonstrations will not move the windmill.

It will take many voices, a lot of listening and a lot of fortitude. We will need silence in order to be able to reflect and contribute creativity and ideas. 

For my part, as a family doctor (barefoot), I would like to say that the system should focus on the most important thing, which in my opinion is the patient-healthcare relationship. Something delicate and subtle but with enough strength to serve as a fulcrum for any structural and technological lever that they want to use. 

And when it comes to adding value, it must be clear that the patient cannot be turned into a mere passive consumer of resources. Health is not a product, however much the market may be interested in it. I would also ask that we professionals should not be mere producers of health services, which turns us into parts of endless assembly lines that dehumanise both the clinician and those who pass through their hands. It is essential that we help to give meaning to the patient's narrative, so that they can integrate their time of illness, their life catastrophe and their emotions into their autobiography without having to delegate it to health products and services that will never have the power to do so in their place. 

This rescue of the narrative dimension of the patient's health and illness on the one hand, and of the facilitating role of the health worker on the other, may be the seed from which a new institutional narrative can be generated, which is currently in ruins.

It is not all a question of resources. These are important, I will not deny it, but we cannot stop there. We have to look further afield and remember that words and narratives have a lot of power. If they were able to build pyramids in the middle of the desert or put man on the moon, they will be able to do so now if we decide to use them to renew our crumbling institutions. 





寻找一种新的健康叙事。


机器翻译,抱歉有错误。


在医疗保健领域,我们的叙述已经崩溃了。滥用文字、文件、会议和Powerpoint已经很多年了。诚然,政治家、专业人士和公民主张我们的权利,我们在缺乏大量倾听的对话中喊出并捍卫自己的真理。还有,尽管有证据,我们也不想接受一个明显的沉船事件。


卫生部门受到如此多的打击,以至于该组织的使命、愿景和价值观被打破,带走了许多最终被烧死的卫生工作者和许多其他死于ovid或病症而没有得到充分照顾的病人。


尽管所有的挑战都悬而未决:将坚实的健康、老式的和巨大的惯性转换为流动的、灵活的和适应时代的。


问题是,市场希望病人仅仅是健康资源的消费者,而健康则是勤劳的供应商,这使得卫生系统处于流水线上,最终我们只是被越搬越快的小卒。然而,在资源日益减少的情况下,公共系统无法承受趋于无限大的服务需求。越来越多的超载使人力资源失去人性,像一块被人从冰箱里取出的冰块一样慢慢融化。


这就是当大流行病通过给已经受损的资源施加不可能的压力而炸毁健康铰链时我们的处境。


而现在,我们该如何重构健康叙事?


绝望和对专业人士造成的创伤不会使他们更容易领导这一进程。政治家们将继续做他们自己的事情,着眼于下一次选举的短期。而且很难指望公民权,因为它被这么多公开的幌子弄得晕头转向,并被那些宣布胡萝卜的无良人士欺骗,而他们真正提供的是解约的大棒。几次抗议示威并不能将水从工厂移走。


这将需要许多声音,大量的倾听和大量的毅力。我们将需要沉默,以便能够反思并贡献出创造力和想法。


就我而言,作为一名家庭医生(赤脚),我想做出贡献,该系统应该关注最重要的事情,在我看来,这就是健康与病人的关系。一些精致而微妙的东西,但有足够的力量作为他们想要使用的任何结构和技术杠杆的支点。


而当涉及到增加价值时,必须明确的是,不能把病人变成一个单纯的被动的资源消费者。健康不是一种产品,无论市场对它多么感兴趣。我还想问,专业人员不应仅仅是健康服务的生产者,这将我们变成无尽的流水线的一部分,使临床医生和那些经过他们手的人都失去了人性。至关重要的是,我们要帮助赋予病人的叙述以意义,使他们能够将他们的患病时间、生活灾难和情感融入他们的自传中,而不必将其委托给那些永远没有权力代替他们的健康产品和服务。


这种对病人的健康和疾病的叙事层面的拯救,以及对卫生工作者的促进作用的拯救,可能是一颗种子,从中可以产生一种新的机构叙事,而目前这种叙事正处于废墟之中。


这不全是一个资源问题。这些都很重要,我不否认,但我们不能止步于此。我们必须看得更远,并记住文字和叙述有很大的力量。如果他们能够在沙漠中建造金字塔或将人类带入月球,如果我们决定利用他们来更新我们摇摇欲坠的机构,他们现在也能做到。



viernes, 26 de marzo de 2021

Escribir, cantar, llorar. Writing, singing, crying. 寫作,唱歌,哭泣。





 Ayer acudí a casa de un paciente enfermo, se quejaba de cansancio y ahogo al dar unos pasos. No era capaz de salir de casa. Me olió mal y en seis minutos le estaba explorando. Pedí una ambulancia urgente. Hoy reviso su informe de hospital desde mi ordenador, está ingresado en el Zendal con neumonía bilateral por Covid. 

Y así seguimos, navegando una pandemia que a los sanitarios nos tiene cansaditos. 

Por la tarde tuve una conversación con Joan Carles March que desde Granada me propuso varias cuestiones para reflexionar. El arte de preguntar, el arte de convertir el pensamiento en narrativa. Le agradecí mucho la llamada por permitirme darme cuenta de que por mucho que llueva los sanitarios no nos mojamos solos, nos rodea un equipo, nos rodean un montón de compañeras y compañeros en diferentes servicios y ámbitos. Creo que no lo agradezco lo suficiente. 

Por eso me parece importante escribir, para permitirme tomar conciencia de lo que tengo delante. Para tratar de hacer una pausa entre tanta lágrima y tal vez abrir la posibilidad de convertir el día en canción. 





 Writing, singing, crying.


Yesterday I went to a sick patient's house, he was complaining of tiredness and choking when he took a few steps. He was not able to leave the house. I had a bad feeling and in six minutes I was exploring him. I called for an urgent ambulance. Today I check his hospital report from my computer, he is admitted with bilateral Covid pneumonia. 


And so we continue, navigating a pandemic that makes us health workers very tired. 

In the afternon I had a conversation with Joan Carles March who, from Granada, who suggested several questions for me to reflect on. The art of questioning, the art of turning thought into narrative. I thanked him very much for the call and for allowing me to realize that no matter how much it rains, we health workers do not get wet alone, we are surrounded by a team, by a lot of colleagues in different services and areas. I don't think I am grateful enough. 

That is why it seems important to me to write, to allow me to become aware of what I have in front of me. To try to pause between so many tears and maybe open the possibility of turning the day into a song. 



寫作,唱歌,哭泣。


自動翻譯,對錯誤感到抱歉。


昨天我去了一個病人的家,他走了幾步時抱怨疲倦和窒息。他無法離開家。我有一種不好的感覺,六分鐘之內,我正在探索他。我要求緊急救護車。今天,我從電腦上檢查了他的醫院報告,他因雙側Covid肺炎而入院。


因此,我們繼續前進,應對大流行,這使我們的衛生工作者非常疲倦。


下午,我與來自格拉納達的瓊·卡爾斯·馬奇(Joan Carles March)進行了交談,後者提出了幾個問題供我思考。質疑的藝術,將思想變成敘事的藝術。我非常感謝他的電話,並讓我意識到無論下雨多大,我們的衛生工作者都不會一個人被淋濕,我們被一個團隊圍繞著,被許多在不同服務和地區的同事所包圍。我不覺得我很感激。


這就是為什麼對我來說寫作很重要,以便讓我意識到自己的面前。試圖在如此多的眼淚之間停下來,也許打開將一天變成一首歌的可能性。




viernes, 6 de noviembre de 2020

Tormentas. Storms. 暴風雨。

 


Brave the storm. Thierry Mallet.



Dedicado a mis colegas de Somamfyc



En mi vida profesional me ha tocado capear todo tipo de tormentas. De unas salí más airoso que de otras pero he de reconocer que siempre me mojé. Es lo que tiene navegar en embarcaciones pequeñas con tripulación reducida, no hay posibilidad de quitarse de en medio. 

La tormenta que nos zarandea en estos momentos lleva meses sobre nosotros. Algo inusual y muy cansino para todo marino que se precie. De momento no han acudido a mí pensamientos de abandonar el barco, o si lo han hecho los he podido alejar como a esas moscas que sin saber cómo uno se quita de encima. 

Ayer me junté con otros compañeros y compañeras de otros barcos, cada cual compartía su visión, sus nauseas, su terror. Y lo hacían con palabras pero sobre todo sin ellas, eran sus silencios, la posición de sus manos, la forma de mirar, quienes contaban lo que verdaderamente importa. Y lo importante no es otra cosa que la vida, esa facultad invisible y misteriosa a la que nos aferramos con fuerza mientras tengamos un atisbo de conciencia. 

Tormentas ha habido siempre, incluso como la que ahora nos asola. Millones de años de tormentas. Y la vida sigue. Ese pensamiento me ofrece hoy un instante de pausa, miro por la ventana y me fijo en los árboles en este día nublado. Los que tengo a la vista son jóvenes como la urbanización de la zona donde vivo, pero hay otros que tienen más edad y saben de tormentas más que yo. 

No es posible controlar el mal tiempo, tan solo capearlo, aguantar. 


Espero que por lo menos se nos conceda aprender a valorar lo importante y a tener el valor de defenderlo. 





Storms.


In my professional life I have had to weather all kinds of storms. I've scaped some better than others, but I have to admit that I've always been wet. That's the thing about sailing in small boats with small crews, there's no way to get out of the way. 


The storm that is currently hitting us has been going on for months. Something unusual and very tiring for any self-respecting sailor. For the moment they have not come to me thoughts of abandoning the ship, or if they have I have been able to push them away like those flies we can rid of them without knowing how. 


Yesterday I joined other companions from other ships, each sharing their vision, their nausea, their terror. And they did so with words but above all without them, it was their silences, the position of their hands, the way they looked, that told what really mattered. And what matters is nothing other than life, that invisible and mysterious faculty to which we hold on tightly as long as we have a glimmer of consciousness. 


There have always been storms, even like the one that plagues us now. Millions of years of storms. And life goes on. That thought offers me a moment's pause today, as I look out the window and fix my gaze on the trees on this cloudy day. The ones I have in sight are young like the urbanization in the area where I live, but there are others who are older and know more about storms than I do. 


It's not possible to control bad weather, just to weather it, to endure it. 


I hope that at least we are given the opportunity to learn to value what is important and to have the courage to defend it. 



暴風雨。


自動翻譯,對錯誤感到抱歉。


在我的職業生涯中,我不得不度過各種風暴。我比其他人好一些,但我不得不承認我一直很濕。這就是帶著小船員乘著小艇航行的事情,沒有辦法躲開。


當前襲擊我們的風暴已經持續了幾個月。對於任何自重的水手而言,這都是不尋常且非常累人的事情。目前,他們還沒有想到我要放棄這艘船,或者如果他們擁有了我,就能夠將它們像那些蒼蠅一樣推開,我們可以不知如何擺脫它們。


昨天我和其他船隻的同伴一起,分享了他們的視野,噁心和恐怖。他們是用言語來做的,但最重要的是,沒有言語,是他們的沉默,他們的手的位置,他們的表情告訴我們真正重要的是什麼。重要的無非就是生命,只要我們有一絲意識,我們就會緊緊抓住那看不見又神秘的才能。


總是有風暴,甚至就像現在困擾我們的風暴一樣。數百萬年的風暴。生活將會繼續。今天,在多雲的日子裡,當我望著窗外,凝視樹木時,這種想法讓我停了一會兒。我所看到的人像我居住地區的城市化一樣年輕,但還有其他人比我年齡更大,對風暴的了解也更多。


僅僅為了忍受惡劣天氣,就不可能控制惡劣的天氣。


我希望至少我們有機會學會重視重要的事物,並有勇氣捍衛它。