lunes, 23 de diciembre de 2013

La obsolescencia del paradigma especializado de la asistencia sanitaria









Los problemas complejos no se pueden solucionar desde el paradigma de la especialización. Los sistemas sanitarios modernos se basan en la hiperespecialización del conocimiento y en consecuencia de los servicios. Para ellos se construyen enormes estructuras hospitalarias que dan cabida a multitud de profesionales de distinta capacitación y perfil profesional. La energía del sistema se dedica en su mayor parte a sostener estas pesadas estructuras. Se mantiene otro nivel de atención, mucho más liviano en comparación, con un paradigma generalista. Es la atención primaria que provee servicio en los centros de salud. Desde allí los médicos de familia dan respuesta a la mayor parte de los problemas de los pacientes (hasta un 90%) y tratan de orientar  por el alambicado sistema sanitario  el 10% restante de los casos.

Sin embargo hay dos problemas graves:

1. Menos dinero para el sistema.
2. Pacientes cada vez más complejos (mayores, más patología, más medicaciones, más problemática social, más problemas de la esfera psicológica...)


El primer problema se podría solventar parcialmente dedicando menos dinero al carísimo paradigma hiperespecializado y más a la económica atención primaria, mucho menos costosa. Una mejor gestión también sería imprescindible.

El segundo problema implica más visión generalista en el sistema, tanto desde atención primaria como desde el hospital. En atención primaria con mejor formación, capacitación y disposición para emplear una verdadera visión socio-psico-biológica, así como recursos suficientes. Si atendemos un paciente cada 5 minutos no hay visión holísitca que valga, se medicará al paciente, se le derivará a otro recurso y se seguirá perpetuando el actual sistema insostenible. En el hospital para recuperar el papel preponderante de la medicina interna como gestor de casos y responsable del mayor peso asistencial de dicho nivel.


Dolors Reig, una de las mayores expertas en web social del panorama nacional, aboga por el generalismo en internet como mejor forma de navegar la información y generar creatividad y conocimiento. La sociedad precisa de renacentistas digitales, la sanidad también. Dado que la sanidad los tiene tal vez sea tiempo de potenciarlos y visibilizarlos, permitiendo que den de sí lo que son capaces. Me atrevo a inferir que de esto dependerá en gran parte la supervivencia de todo el sistema.







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