Externalizar la gestión de la sanidad privada significa venderla. Traspasar el poder de gestión de la misma a empresas con ánimo de lucro.
¿A quién beneficia esto? Responder a esta pregunta no es fácil. Los responsables de la consejería de sanidad sostienen que a todos. Pero si miramos con un poquito de criterio nos damos cuenta de que no es del todo cierto. Sergio Minué lo analiza de forma lúcida aportando potentes argumentos: al ciudadano no le interesa que vendan la sanidad. Recomiendo encarecídamente su lectura.
La marea blanca sigue, muchos profesionales sanitarios de Madrid y otros lugares siguen elevando su voz para que prevalezca el sentido común. Cada vez más ciudadanos toman conciencia de lo que está pasando. El desgaste y desprestigio político subsiguientes a estas maniobras es altísimo. Con mucha probabilidad los actuales políticos sean recordados como malos gestores si no son capaces de escuchar los argumentos que la sociedad les presenta.
Foto: Bernardo Diaz
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