En nuestro país innovar en sanidad es un oximoron.
El centro de salud de la Freneda, Asturias, es uno de los pocos centros de salud españoles que cree que es posible situar al paciente en el centro del sistema y apostar por la promoción de la salud y la salud comunitaria. Parece increíble que sea ninguneado por los gestores sanitarios correspondientes cuando debería ser premiado por hacer lo que todo centro sanitario debe hacer: promover la salud dentro y fuera de las consultas, tejer redes sociales comunitarias que promuevan la salud, poner el centro de la salud fuera del centro de salud.
¿Acaso tienen los responsables políticos de la sanidad asturiana mejores ideas para que los propios pacientes lideren procesos de promoción de la salud de forma voluntaria sin gastar dinero público?
¿Acaso tienen los responsables políticos de la sanidad asturiana alguna forma de fomentar ideas y reconocer el talento y prestigio de los profesionales de su consejería de sanidad que hacen cosas positivas por la salud de sus ciudadanos?
Me consta que el dr. Valentín Pérez, y su equipo de colaboradores sanitarios y no sanitarios del Proyecto Fresneda han dedicado cientos de horas de su tiempo personal para apoyar este proyecto. ¿Tiene algún valor ese esfuerzo para la Consejería de Sanidad del Principado de Asturias?
No es posible esperar que el sistema sanitario público pueda dar respuesta a todos los problemas de salud de la ciudadanía. ¿No sería más inteligente trabajar para que los propios ciudadanos puedan ser más autosuficientes en el cuidado de su salud? Pues va a ser que los políticos y gestores sanitarios no se han hecho esta pregunta, las excepciones son verdaderamente escasas.
No es posible esperar que el sistema sanitario público pueda dar respuesta a todos los problemas de salud de la ciudadanía. ¿No sería más inteligente trabajar para que los propios ciudadanos puedan ser más autosuficientes en el cuidado de su salud? Pues va a ser que los políticos y gestores sanitarios no se han hecho esta pregunta, las excepciones son verdaderamente escasas.
Mientras los políticos y gestores de la sanidad pública no tengan mentes más ágiles y abiertas, el rumbo de la organización seguirá llevándonos al centro de la tormenta.
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