lunes, 14 de marzo de 2011
El valor de la toma de conciencia de los errores
Se aprende más de un error que de cien aciertos. Ayer lo pude volver a comprobar. Una falta de ortografía hizo caer sobre mi una manta de merecidas collejas. Y menos mal.
Nos cuesta reconocer el valor de los errores. O mejor dicho, el valor de la toma de conciencia de los errores. Solo podemos superarnos si nos damos cuenta de qué hacemos mal. Y para ello necesitamos dos cosas, exponernos y contar con alguien que nos ayude poniendo nuestros errores de relieve.
El dr. Rafael Bravo comentaba hace unos días en Fuenlabrada lo mala que es la evaluación que la consejería de Sanidad de Madrid hace de sus profesionales sanitarios en centros de salud. Donde se evalúa la limpieza del centro en la ficha del profesional, por ejemplo. En el debate posterior quedó claro que a los médicos no nos gusta que nos evalúen. Lo cierto es que para mejorar necestiamos una evaluación continua, personal y por colegas.
Les puedo asegurar que tras el desliz ortográfico de ayer seré mucho más cuidadoso, que no infalible. Pero en esto estamos, quien escribe se equivoca, quien calla no. Hemos optado por lo primero.
En la práctica asistencial pasa lo mismo. Un médico de familia toma miles de decisiones todos los días. Pero la situación es diferente según los sitios. Mi amigo el dr. Azcárate lo hace con 15-20 minutos por paciente en Francia, el dr. Cubí con 10 minutos en Girona, yo con 5-6 minutos en Madrid. Comprenderán que no es lo mismo.
Se cometen más faltas de ortografía cuando se escribe deprisa y no se pasa ningún corrector. En muchos centros de salud de Madrid, esta es la situación. Es responsabilidad del consejero de sanidad modificar el sistema de prescripción actual que llena de burocracia y satura las consultas. ¿Será capaz de hacerlo? ¿Seguieremos con errores de racord? (porque cada vez que un médico hace algo que no debería hacer, como un cupón descuento para un medicamento, hace algo mal).
Foto de JauladeArdilla
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4 comentarios:
Como uno de los "collejeros" de ayer, lo primero disculparme, quería hacerlo en privado, pero alguna otra vez lo intenté vía tw y no me aclaro con los "mutual follow".
Excepcional en todo caso la oportunidad creada para hablar de las consecuencias de los errores, y la evidencia empírica de que como mejor se corrigen (¿es con "j" o con "g"? ¡he tenido que consultarlo! todos podemos dudar ;) en nuestro gremio, es entre pares
'Errare humanum est' que dirían lois clásicos. Y además en medicina, pacientes y profesionales debemos aprender a convivir con la incertidumbre inherente a nuestro trabajao. Eso evitaría esperanzas vanas a pacientes y estress, ansiedad o dependencia a sustancias ansiolíticas o de otro tipo a profesionales. Salu2.0
En un libro que seguro conoces ("La consulta interior")definen la Atención Primaria como el arte de manejar la incertidumbre. Y con el poco tiempo del que disponemos para atender a los usuarios o clientes (antes conocidos como pacientes)esa incertidumbre aumenta.En cuanto a los errores hay una frase que me gusta mucho:"uan persona inteligente se recupera pronto de un fracaso ( o error)pero un necio jamás se recupera de un éxito ( o acierto).
Y no tan sólo en Girona... puedo afirmar que los 10 minutos por consulta en los equipos de AP catalanes es la norma.
Pero entiendo que con presión asistencial y escaso tiempo es más fácil cometer errores.
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