domingo, 12 de octubre de 2014

Ante la epidemia de miedo una buena dosis de confianza







Estoy un poco harto de la sobrecarga mediática de estos días y del clima ceniciento que se ha ido creando entre todos. Han saltado demasidas alarmas, y hemos reaccionado conectando las sirenas del miedo personal. Si consiguiéramos mirarlas desde lejos veríamos que seguramente no haya sido para tanto, pero lo cierto es que hay cosas que siguen causándonos pánico, una serpiente en el camino, una araña subiendo nuestro brazo, la posibilidad de contagiarnos...

El miedo dispara las alertas, nos prepara para la acción o la huida. Pero no es posible mantenerlo activado mucho tiempo sin padecer las consecuencias de su peso. Si abusamos de él nos termina aplastando. Por eso viene bien exorcisarlo. Hemos pasado miles de años haciéndolo alrededor de un fuego, contándonos historias, haciéndonos reír, bailando y cantando... estando juntos. Cuando varias personas están juntas se hacen fuertes. Cuando uno en soledad se permite mirar a la cara a sus miedos también.

La levedad humana nos recuerda a menudo que todos vamos a morir, reflexionarlo nos viene bien para no perder demasiado el tiempo. Para no agobiarnos en exceso, para no darnos más importancia de la necesaria. Mirar a la vida con confianza y no con suspicacia es una forma de impedir que el miedo campe por doquier. Desconfiar permanentemente de los demás, de las circunstancias, del gobierno, de lo ajeno no hace más que añadir incertidumbre a nuestras realidades. Y no hay incertidumbre que no termine engendrando miedos al crecer.

Me gustaría ser capaz de transmitir confianza a los demás. Desde mi consulta trato de hacerlo a diario con las personas en tiempo de enfermar o que viven situaciones que les desbordan y sobrepasan. Me gustaría ayudar a manejar mejor los miedos, a navegar con su potente viento que pese acometernos de frente es susceptible de ser usado para avanzar en nuestras vidas. No tengo recetas milagrosas pero sé de buena tinta que cuando mis pacientes confían en mí el miedo disminuye. Cuando nos sostenemos mutuamente podemos ser casi invulnerables.

Estos días tal vez acaben tan hartos de la sobrecarga mediática como yo, de tanto ruido de fondo. No olviden que una de las cosas más inteligentes que pueden hacer es apagarlo todo. Conéctense a los suyos, a aquellos en los que confíen, conéctense a la naturaleza, a esa fuente auténtica y profunda que cada cual lleva dentro. Y dejen que sean otros los que se entretengan con tertulias y titulares grises.


sábado, 11 de octubre de 2014

El hermoso camino de acompañar a los que se despiden

Lienzo de Borja Bonafuente Gonzalo




Hace muchos años tuve la oportunidad de acompañar como voluntario a personas con enfermedades avanzadas y limitado pronóstico de vida. Aprendí más que en muchos años de carrera. Es una experiencia que ha supuesto mucho para mí y que recomiendo a toda persona que tenga inquietudes para ayudar a los demás y de paso conocerse. Igual que un bebé al nacer es un maestro de vida, una persona al acercarse a su final es otro gran maestro, siempre tiene algo que decir, algo que enseñar. Asomarnos al final de la vida de la mano de una persona que atraviese esta tesitura es un enorme regalo. Nos permite contemplar con otra perspectiva nuestra propia vida y nuestra propia muerte, algo que si no se hace más pronto tocará hacer más tarde.

Desde aquí animo a todos los voluntarios que trabajen en esta línea. Hay que seguir haciéndolo, hay que seguir contándolo.






Recursos:

Programa de voluntariado Claver
Programa de voluntariado de la Obra social la Caixa

viernes, 10 de octubre de 2014

La esperanza como medicina






 "Allá, asomando entre las nubes por encima de un peñasco sombrío en lo alto de los montes, Sam vio de pronto una estrella blanca que titilaba. Tanta belleza, contemplada desde aquella tierra desolada e inhóspita, le llegó al corazón, y la esperanza renació en él. Porque frío y nítido como una saeta lo traspasó el pensamiento de que la Sombra era al fin y al cabo una cosa pequeña y transitoria, y que había algo que ella nunca alcanzaría: la luz, y una belleza muy alta. Más que una esperanza, la canción que había improvisado en la Torre era un reto pues en aquel momento pensaba en sí mismo. Ahora, por un momento, su propio destino, y aun el de su amo, lo tuvieron sin cuidado. Se escabulló otra vez entre las zarzas y se acostó junto a Frodo, y olvidando todos los temores se entregó a un sueño profundo y apacible."

 JRR Tolkien



En medicina hay un viejo adagio que dice "curar a veces, aliviar a menudo y confortar siembre". Para muchos será muy discutible. En cinco minutos de consulta como tenemos ahora es complicado confortar. El aumento de la esperanza de vida y los hábitos de alimentación excesiva y gran sedentarización están complejizando la situación vital de muchas personas mayores que se ven aquejadas de un gran número de patologías para las que toman muchísimos medicamentos. El cielo de muchas personas en tiempo de enfermar está permanentemente encapotado. No se ve la luz.


Y el ser humano necesita esa luz. La necesita como el aire que respira. Sin esperanza no puede vivir, el ser se marchita pronto y se deteriora sin remedio.

Los médicos modernos dependemos mucho de la ciencia. Esto está bien, la ciencia nos ha permitido avanzar mucho y encontrar mejores remedios y formas de aliviar. Pero no todo es ciencia en medicina y aliviar y confortar son verbos que precisan de algo más para ser conjugados.

Las dimensiones humanista y creativa de la medicina han sido relegadas a un rincón. En las empresas sanitarias con ánimo de lucro o centradas en resultados medibles han dejado de tener importancia. Pero las personas en tiempo de enfermar siguen anhelando profundamente ese tipo de aproximación, de ayuda.

Es necesario que tras salir de la consulta la persona enferma lleve algo más que una receta en la mano. Es necesario ayudar a que estas personas y sus cuidadores sean capaces de rescatar el brillo de alguna estrella por muy negro que esté el cielo en las circunstancias que vivan.

Por eso me parece tan importante que todo profesional sanitario cuide su camino personal de contacto consigo mismo. La única manera de saber que "hay mil soles encima de las nubes" es atreverse a subir la montaña para enfrentarse a esas nubes. Solo tras atravesarlas se ve el sol. Solo entonces podremos bajar al valle a contárselo a otros.


jueves, 9 de octubre de 2014

La violencia en nuestras vidas





“La prisa y la presión de la vida
moderna son formas de violencia.
Dejarse arrastrar por una multitud de
preocupaciones contradictorias,
entregarse a demasiadas exigencias,
querer ayudar a todo el mundo en todo,
es sucumbir a la violencia.
El frenesí neutraliza nuestro quehacer por la paz.
Destruye nuestra propia capacidad
interna para la paz porque
destruye la raiz de la sabiduría interna que hace que
el trabajo sea provechoso."


Thomas Merton



Estamos agitados. Eso nos hace ser violentos con nosotros mismos. Nos exigimos mucho, usamos la fusta, queremos ir más deprisa, llegar antes a un hipotético futuro que no existe pero ante el que nos sentimos poderosamente impelidos. También nos portamos así con nuestro entorno. Machacamos el planeta y a los que nos rodean con la misma violencia que usamos con nosotros.

Como todo el mundo a nuestro alrededor va igual de deprisa no nos damos cuenta de la locura. Como todo el mundo a nuestro alrededor está igual de fastidiado no apercibimos nuestro propio fastidio... hasta que el agua colma el vaso y aparece la crisis nerviosa o la enfermedad. Hasta que algo fuerte nos para totalmente.


La serenidad y la paz son poderosas medicinas que hay que beber despacio. La prisa las espanta. Cuando en consulta es necesario prescribirlas me obligan a ser muy creativo para no generar susceptibilidades o resistencias. Las personas suelen pedir serenidad en forma de pastilla pero no es posible recetarla de esta forma. Ha de ser la propia persona la que se permita bajar el ritmo y encontrar así, en su propia semana, los necesarios tiempos de tranquilidad que tanta falta nos hacen. Conseguir que los profesionales sanitarios tengan un enfoque amplio de la situación de la persona que tienen delante y ofrezcan respuestas más personalizadas y oportunas es un necesario cambio de paradigma que transcienda la hipermedicalización imperante.

Hay mucho por andar.




El compromiso personal como camino de sanación








La palabra compromiso no tiene buena prensa en las sociedades líquidas que habitamos. Tal vez en los tiempos de nuestros abuelos, ahora claramente no. Todo tiende a mercantilizarse, fluidificarse, cosificarse. En el mundo de la salud veo como cada vez hay menos profesionales vocacionales y más mercenarios. Cada vez más negocio, ánimo de lucro y búsqueda del beneficio personal. Malos tiempos para la lírica y la ética. Pero no es mi intención hacer un alegato oscuro y tenebrista, creo que es mucho más interesante que nos miremos cada cual a sí mismo. ¿Cómo es tu compromiso contigo mismo? 

Todos tenemos obligaciones para atendernos. Nos proveemos alimento, bebida, descanso, actividad, distracciones, ropa, cobijo... Pero si nos miráramos desde fuera, si alguien nos grabara un vídeo de un día de nuestra vida con toda seguridad nos echaríamos las manos a la cabeza. Veríamos a un ser azorado, corriendo sin parar, agobiado, malencarado en ocasiones... un remedo de lo que pensamos deberíamos ser. ¿Cómo vamos a comprometernos con los demás si no somos capaces de hacerlo en condiciones con nosotros?

Cuando llega un tiempo de enfermar la vida nos para. Surge una oportunidad para tomar conciencia de nuestras carencias personales. Es verdad que al que padece un infarto después de haber dedicado los últimos veinte años de su vida a trabajar sin parar, a correr sin parar y a fumar sin parar no le sirve de mucho lamentarse. Pero también es cierto que sólo si toma conciencia de que puede mejorar el compromiso con sigo mismo y cuidarse mejor podrá aspirar a una vida mejor.

Todos sabemos que comer sano nos conviene más que la hamburguesa pero seguimos tomando hamburguesas. Todos sabemos que hacer algo más de ejercicio nos conviene más que tanta televisión pero seguimos viendo demasiada televisión.

¿Cómo pasar del saber al hacer?  

Tal vez por el sentir. 

Yo puedo saber que es hora de comer pero hasta que no lo sienta no iré a prepararme la comida.
Yo puedo saber que me vendría bien ir a dar un paseo pero hasta que lo sienta no saldré.
Yo puedo saber que es sano ir al servicio todos los días pero sólo iré si siento el impulso.


Contactar con nosotros mismos para sentirnos.

Cada vez me doy más cuenta de lo importante que es algo tan aparentemente simple.
Cada vez me doy más cuenta de lo desconectados que estamos de nosotros mismos, de nuestro cuerpo, de nuestras emociones, de nuestros sentimientos.

Comprometernos con nosotros mismos para estar más conectados con nosotros, para sentirnos más, para respetar lo que sentimos es un camino seguro de sanación, de crecimiento, de superación. Esto no te lo van a contar en ninguna consulta, en ningún contacto con el sistema sanitario. Deberían, sin ello muchas pruebas, pastillas y recomendaciones no servirán absolutamente de nada.





miércoles, 8 de octubre de 2014

Comodidad tóxica




Estamos hartos de tanta corrupción, del gobierno, de los políticos. Hartos de noticias aciagas, de impuestos mal gestionados, del ruido, la contaminación... Pasamos muchas horas de la semana quejándonos... de los demás.

Paradójicamente tomamos poca conciencia del derrotero de nuestras vidas. Cómodas, sedentarias, rutinarias. Nos sentamos, comemos, dormimos. Nos sentamos, comemos, dormimos. El ser humano es animal de costumbres, repetimos los mismos caminos una y mil veces. Esa repetición, esa falta de conciencia termina ahogando y produciendo sufrimiento.

Médicas y enfermeras se ufanan a la hora de dar consejos a sus pacientes, consejos que estos conocen de sobra pero no son capaces de llevar a la práctica. Comer menos, moverse más, prescindir de comida basura, alcohol y otros tóxicos... como si fuera tan fácil. La gente prefiere una pastilla que le exima de salir de su comodidad. "Prefiero la pastilla del colesterol antes que hacer dieta" dice ufana una paciente. Es el sentir general, ¿para qué cambiar con lo que cuesta? Hay otros que se dan cuenta de esto y hacen su agosto.

La comodidad suele ser venenosa, como todo en exceso y nuestros tiempos (en la zona rica del planeta) son de muchos excesos.

Todo el mundo revisa anualmente su caldera de calefacción y pasa la inspección técnica de vehículos, tal vez deberíamos mirarnos de paso cómo andamos de comodidad.



Gnossienne No. 3 by Karen Marie Garrett on Grooveshark


martes, 7 de octubre de 2014

Ébola y Calma #ÉbolayCalma





La lamentable infección por el virus del Ébola de una profesional de la salud de Madrid nos permite reflexionar y sacar algunas conclusiones:



1. Los profesionales sanitarios estamos al lado del paciente y somos personal de riesgo, este caso lo ilustra.

2. Las enfermedades infecciosas con alta contagiosidad y sin cura conocida han de ser manejadas con mucha prudencia. Traer a dos personas infectadas desde otro continente ha puesto de manifiesto las debilidades del gobierno en materia de cooperación y salud pública. Los recortes se notan. La expatriación de estas dos personas ha costado más que montar un hospital completo en África y no ha servido de nada más que para complicar las cosas. El tratamiento que iban a recibir allí es el mismo que aquí. La historia de la medicina nos recuerda la importancia de las cuarentenas. Ante una amenaza de epidemia es fundamental proteger el bien común y no andar cambiando de sitio a los pacientes. 

3. Los protocolos no son infalibles. Cuando los riesgos son altos la seguridad ha de serlo más.

4. Las estructuras de salud pública de Madrid han sufrido una enorme desmantelación, tan solo persiste un mínimo armazón. Lo mismo ocurre con el hospital Carlos III.

5. La gestión de casos complejos no debe dejarse al albur del político de turno sino de los máximos expertos en las disciplinas afectadas.

6. La población debe saber que sus profesionales sanitarios y el sistema al completo seguirá trabajando para ellos como hemos hecho siempre.

7. No nos enfrentamos a una situación de catástrofe, tan solo a una amenaza. El riesgo de epidemia en España es mínimo debido a las condiciones de vida y al potente sistema sanitario.

8. Sé que quizá tenga sus razones para no creer el mensaje de tranquilidad de la ministra Mato. No voy a hablar de ella. Pero sí le diré que en este momento no hay nada que temer. Si se detectasen más casos serían convenientemente aislados y tratados con las mejores medidas de soporte disponibles.

9. No hay ninguna duda de que las políticas de exclusión del sistema sanitario del gobierno actual (RD16/2012) afectarán más que cualquier infección la salud y la vida de muchos cientos de miles de personas en España. Esto conviene subrayarlo.

10. La mejor información disponible se la facilitarán sus profesionales sanitarios de referencia. 









Información del Ministerio de Sanidad

Información Unión Europea

 Información del CDC  (Centro de control de Enfermedades de EEUU)

Wikidanidad   Ébola y Calma

Twitter  #Ébolaycalma

Equipos de protección y protocolos, por Miguel Ángel Mañez

Uso de vídeo por profesionales de la salud







La iniciativa #videosysalud sigue moviendo ideas. El equipo promotor de la jornada te da sus razones para que los profesionales de la salud usen este lenguaje con sus pacientes,

No es necesario esperar a que te lo mande tu jefe.
No es necesario esperar a que lo hagan otros por tí.



Si quieres puedes.


lunes, 6 de octubre de 2014

Turbulencias vitales













Foto Wikipedia






Hay problemas que irrumpen en nuestra vida como un comprimido efervescente en un vaso de agua. Donde antes había quietud y claridad ahora hay turbulencias y burbujas, todo se agita y no hay forma de ver nada a su través. El agua parece entrar en pánico, nuestras vidas también. Nos retorcemos, tratamos de escapar pero todo es inútil. Allá donde vayamos nos acompaña esa desagradable efervescencia. En el trabajo no conseguimos concentrarnos, en casa estallamos cada dos por tres y estamos inaguantables. No conseguimos paz ni a solas ni con otros. Todo está lleno de infinitas burbujas que nos recuerdan nuestra permanente desazón.


¿Hay alguna forma de recuperar la tranquilidad?

Si, basta con dejar el vaso quieto en la mesa y contemplarlo en silencio hasta que las burbujas terminen por marchar. Esto puede tardar de minutos a días según la circunstancia, pero al final el vaso quedará de nuevo en calma, transparente y sereno.

Algo aparentemente tan sencillo nos resulta dificilísimo y tratamos en vano de buscar atajos por doquier. Distracciones, alcohol, drogas, somnolencia, ocupaciones, tranquilizantes, antidepresivos y un largo etcétera.

Cuando estas turbulencias llevan a una persona a la consulta de un médico hay muchas posibilidades de que salga de ella con alguna receta en la mano. En cinco minutos no se puede hacer mucho. Mi prioridad es personalizar al máximo la pequeña intervención que puedo realizar en consulta. Tratar de explicar lo que está pasando, detectar patología y si no la hay normalizar la situación. Fortalecer los recursos de la persona para adaptarse a la situación que le sobrepasa, orientar ante las opciones existentes y dejar la puerta abierta para una futura visita.


Y si no es posible hacer nada de lo anterior por lo menos dar una imagen que dé algo de luz a la persona. La que ilustra este post es una posibilidad.



 

domingo, 5 de octubre de 2014

Relato: La desesperanza





Desde que la conocía sabía que su principal problema de salud se llamaba desesperanza. Era joven pero su cara traslucía una profunda desazón, un velo de contínua infelicidad. Acudía cada cierto tiempo a consulta por problemas físicos, dolores de espalda, insomnio, cefaleas, cansancio crónico... Pura desesperanza, un mal ante el que la medicina moderna es del todo ineficaz. Años después fue diagnosticada de un problema digestivo que requirió una operación. No llevaba bien lo de la bolsa de colectomía, de hecho la confinaba en casa. Sentía pánico tener que evacuar heces estando en la calle y que el adhesivo se despegase.

Escucharla con la máxima atención, comprender nítidamente lo que la estaba pasando no era suficiente. Ella necesitaba cambiar algo para lo que los antidepresivos, tranquilizantes y quimioterapias no servían. La dejó hablar veinte minutos y desgranar uno a uno todos los problemas que sitiaban su alma en un cuadro que semejaba el infierno de Brueghel. Cuando hubo terminado decidió hacerle una pregunta que había surgido con fuerza mientras escuchaba. No acertó, no era la pregunta adecuada. Añadió entonces unas recomendaciones realmente pertinentes que mejoraban mucho su calidad de vida. Fueron bien recibidas. Empatizó, trató de reforzar las capacidades de desahogo y curación de la propia paciente. Terminó con un comentario agradable y una sincera sonrisa. Ella se la devolvió al darle la mano para salir, incluso le miró a los ojos, cosa que le costaba mucho hacer.

En el silencio posterior se sentía inquieto. Tuvo que salir del despacho y caminar despacio en soledad por la parte posterior del ambulatorio. Había fallado. No había conseguido pulsar la cuerda adecuada. La paciente había perdido diecinueve kilos, las cosas no iban bien. Respiró hondo. Lo volvería a intentar.


sábado, 4 de octubre de 2014

Relato: Todo me da igual





Cuando llegó a su casa la encontró como siempre en la cama. Las cortinas echadas, el dormitorio oscuro. Saludó con un buenos días y un apretón suave en su antebrazo. Mientras abría conversación rodeó la cama para descorrer las cortinas. La luz inundó la estancia. Ella protestó pero se dejó hacer, sabía que el médico tenía razón, tenía el ritmo de sueño cambiado y el sol era su única oportunidad de reajustarse. Hablaron de lo divino y de lo humano, ella comentó que ya todo la daba igual. El asintió, sabía que tenía delante una de las personas más fuertes que había conocido jamás, había muerto y resucitado innumerables veces, si ahora se sentía así tendría sus poderosas razones. Como ya había pasado un tiempo prudencial para una visita que tenía más de cortesía que de clínica hizo ademán de marchar dando un paso hacia la puerta, pero lo volvió a desandar para contar la historia de la joven mujer descorazonada que había atendido esa mañana cuyo pronóstico era a todas luces peor que el de la anciana que tenía delante. Ella escuchó en silencio y no hizo comentarios por educación. Le daba todo igual, aquella historia incluida. El doctor justificó la confidencia para señalar que pasara lo que pasara siempre había algo rescatable en el día, algún fleco de belleza, alguna brizna de paz. Esta vez se despidió en firme con una sonrisa y otro apretón de brazo. "Disfruten el día" fueron las últimas palabras para todos los presentes. Mientras bajaba la escalera se dio de nuevo cuenta de que la enfermedad crónica es una prueba pesada. Una oportunidad de fuego para rescatar el valor del agradecimiento. Cuando a uno le tienen que asear, vestir y dar de comer o elige maldecir o elige agradecer. Lo primero suele ser más frecuente. Al salir a la calle respiró hondo sintiendo que la temperatura era perfecta, sabía que en esa ocasión estaba siendo consecuente con sus palabras, disfrutaba profundamente del momento.

viernes, 3 de octubre de 2014

¿Es la comedia una buena terapia?




 
 Patricia García Quirós y Verónica Pérez

Antes de los tiempos de la televisión la gente gustaba de ir al teatro y ver comedia. Era una manera de dejar un momento de lado los problemas, reírse un poco y recordar que las cosas serias de la vida tal vez no lo sean tanto. Hace unos días tuve la ocasión de ver una comedia de Carlos De Matteis , una obra divertida con un buen trabajo de Patricia García Quirós y Verónica Pérez que al finalizar compartieron una copa de cava con el público.
Casi todos ustedes habrán experimentado alguna vez el poder liberador de la risa, cuando la causante de la misma es una obra de teatro en directo seguramente habrán paladeado el valor añadido de algo tan antiguo y eficaz.
Sigo creyendo que es bueno reírse y es bueno ir al teatro. Merece la pena contemplar esta opción para sus momentos de ocio. Y no pongan de pega los elevados precios, hay opción hasta de ir por la gorra.

jueves, 2 de octubre de 2014

Lo peor de la soledad es la desconexión





La desconexión profunda con uno mismo y los demás es lo que convierte en tóxica la soledad



La soledad suele asustar. Tenemos poca tolerancia a su presencia. Tratamos de exorcisarla con música y ruido de fondo, con conversaciones superficiales, horas de televisión, navegando sin rumbo en internet y otras mil formas. Se cuentan con los dedos las personas capaces de estar en silencio, solas, largos periodos de tiempo siguiendo manteniendo la sonrisa. ¿Qué es lo que nos da miedo?

Nos asusta la sombra. Lo oscuro, la noche interna. Aquella zona donde no tenemos control, el mar de discomfort emocional que como una tormenta zarandea nuestro barco. Encerramos esos tifones con cuatro candados, esperando inútilmente que nos dejen en paz. Nunca lo hacen. No es posible someter mucho tiempo las emociones, no existe nada más fluido, siempre encuentran un resquicio para volver a la conciencia de la que han sido barridas. Si tratamos de huir, la sombra nos encuentra por mucho que corramos. Si tratamos de reprimirla encendiendo todas las luces de la casa tal vez la reduzcamos un instante pero en cuanto salgamos a otro lugar allí estará.

¿Hay otra forma de manejar las emociones desagradables?

Lo expertos dicen que hay muchas: negación, proyección, racionalización, represión, disociación, desplazamiento... pero podemos resumirlas en lo ya dicho: salir corriendo.

Freud se dio cuenta de otro mecanismo que permitía canalizar el impulso hacia un destino más aceptable como la actividad artística o intelectual, lo denominó sublimación. Esta vía es mucho más sana.

Pero sin entrar en profundidades psicoanalíticas, que no es el caso de este blog, apuntaré una opción mucho más antigua y sencilla. El poder del darse cuenta. La conciencia humana es una propiedad emergente maravillosa. Tiene la facultad de hacernos presentes y de esta forma transformar por sí misma lo concienciado. Los investigadores de la física de partículas se asombraron en su día al comprobar cómo la presencia del propio investigador modificaba los resultados de las observaciones. Si observamos nuestro torrente emocional conseguimos cuatro cosas.

1. Nos damos cuenta de lo que sentimos.
2. Aceptamos que lo que sentimos emana de nosotros mismos, somos nosotros mismos.
3. Permanecemos en presencia de lo que nos disgusta contemplándolo, lo que sitúa lo contemplado a cierta distancia y empieza a "quemar" menos.
4. Aprendemos a ver cómo debajo de cada emoción hay una necesidad o pulsión no satisfecha.


Esto es radicalmente distinto a la conducta habitual reactiva de salir corriendo o enredarse a martillazos con las emociones que nos disgustan. Al dejarlas estar, favoreciendolas de alguna manera con nuestra conciencia, permitimos que éstas cumplan su misión de expresión, fluyan y desaparezcan. No hacerlo es como empeñarse en mantener en el intestino un exceso de gas o residuos que nos están molestando. Sólo si nos damos cuenta de la necesidad de evacuar y nos permitimos sentirla se producirá la misma con el consiguiente alivio. De echo la causa del molesto estreñimiento es la pérdida de esta sensibilidad.

La desconexión con nuestros propios sentimientos nos termina envenenado y hace intolerable la soledad. Ese desierto solo se puede cruzar llevándose bien consigo mismo, por eso este tema es de vital importancia para nuestra salud y nuestra enfermedad. La enfermedad a la que no se encuentra sentido o que nos sorprende con un pobre nivel de conciencia interna se vive mal.

No descubrimos nada nuevo. Esta situación afecta a la totalidad de la especie humana desde el paleolítico, y ha llovido desde entonces. Lo increíble es que seguimos casi en el punto de partida. Por muchos adelantos que tengamos seguimos siendo tan novatos en este arte como nuestros antecesores. La maravilla es que todos tenemos al alcance de la mano la forma de hacer las cosas de otra manera. Sólo quien se atreva a probarlo verá cómo su vida es realmente transformable.






miércoles, 1 de octubre de 2014

Los avatares sanitarios que vienen




Nurse avatar de la empresa  Sense.ly






Los sistemas sanitarios actuales han agotado su modelo. El problema de fondo es la espiral de gasto que producen 4 factores:

1. Envejecimiento poblacional
2. Aumento de la complejidad.
3. Mala priorización de recursos (mucho hospital y poca atención primaria).
4. Tecnología, medicamentos y tratamientos más caros.

Una de las ideas que se están barajando es usar avatares sanitarios. Aplicaciones informáticas que remeden a una enfermera o un médico a la hora de realizar el seguimiento del paciente. Obviamente no será una enfermera o un médico real, ni siquiera se acercará a su rol. Pero la aproximación merece ser tenida en cuenta. Todo lo que sea automatizable de los roles sanitarios se automatizará. No lo duden.

Los profesionales sanitarios reales tendrán que valerse de sus avatares para prolongar su actuación fuera de la consulta. El horizonte cercano exige cuidados 24 horas 7 días a la semana. Hay que cubrir los huecos y los profesionales humanos no dan a basto, además de ser muy caros.

Muchos sanitarios se llevarán las manos a la cabeza, dará igual. Pez que no nada se lo lleva la corriente. Quien pueda pagar tendrá su consulta presencial cuando lo desee, para los demás: avatares, aplicaciones y demás gadgets que en estos momentos están en capilla.






martes, 30 de septiembre de 2014

¿Qué harías si no tuvieras miedo?


















Alejandro Jadad nos propone hoy esta pregunta.

Es impresionante el poder que permitimos tenga el miedo en nuestras vidas.
Nunca vivimos con más seguridad que en esta época (en el lado del mundo privilegiado).
Podemos salir a la calle sin esperar que un tigre nos devore ni nos caiga una bomba. Podemos beber agua de grifo con tranquilidad. Podeos irnos a dormir sin dejar a nadie de guardia...

Aun así nos sentimos inseguros, tenemos miedo a muchas cosas.

Y el miedo paraliza.


Cuando atravesamos tiempos de enfermar el miedo crece. Se hace casi un gigante, ahogando nuestros días, llenando de zozobra nuestras noches.

La única manera que conozco de enfrentarse al miedo es la de los niños: dándose la vuelta y mirandolo a la cara. El miedo lo tenemos siempre detrás, en nuestra sombra. Mientras menos miremos más larga y amenzazante es. Basta con darse la vuelta y mirarla un instate para ver que no tiene poder, que está arrastrada por el suelo, que forma parte de nosotros pero no nos domina. De esa forma el niño entiende que puede seguir jugando sin problemas.

¿Qué harías si no tuvieras miedo?





Was würden Sie tun, wenn Sie nicht Angst hatten?



 Alejandro Jadad diese Frage heute vorschlagen.

Es ist erstaunlich, die Macht, die wir ermöglichen Angst in unserem Leben haben.
Wir leben nicht mehr sicher in dieser Zeit (auf der Seite der privilegierten Welt).
Wir können gehen, ohne zu warten ein Tiger fressen uns oder Drop eine Bombe. Wir können Leitungswasser mit Leichtigkeit zu trinken. Podeos schlafen gehen, ohne jemand im Dienst ...

Doch wir fühlen uns unsicher, fürchten wir, viele Dinge.

Und Angst lähmt.


Wenn wir durch Zeiten der Angst gehen wächst krank. Es wird fast ein Riese, erstickt unsere Tage, unsere Nächte mit Angst gefüllt.

Der einzige Weg, ich weiß, der Umgang mit Angst ist die Kinder: Drehen und sah ihn im Gesicht. Die Angst haben wir immer hinter in unserem Schatten. Je weniger Sie mehr zu schauen und amenzazante ist. Einfach umdrehen und schauen, was man instate hat keine Macht, die über den Boden gezogen wird, ein Teil von uns, aber uns nicht dominieren. So kann das Kind versteht, dass er weiterhin ohne Probleme zu spielen.

Was würden Sie tun, wenn Sie nicht Angst hatten? (Maschinelle Übersetzung, sorry für die Fehler)



lunes, 29 de septiembre de 2014

A vueltas con el Colegio de Médicos de Madrid




Me publican en la Razón una entrevista sobre el Colegio de Médicos de Madrid, una institución decimonónica que se encuentra paralizada y amenaza ruina. He manifestado en múltiples ocasiones mi opinión al respecto. Es necesario una renovación que pasa a mi juicio por tres indispensables pasos:

1. Convocar elecciones.
2. Alejar de los órganos ejecutivos del Colegio la correduría de seguros que lleva bloqueando la institución ya demasiado tiempo.
3. Presentar opciones de revitalización basadas en la transparencia, la participación y la oferta de servicios y funciones de mayor valor.

Si te interesa el tema puedes leer la entrevista completa aquí.

domingo, 28 de septiembre de 2014

¿Le sirven de algo a un médico las Tecnologías de la Información y el Conocimiento?

Entrevista Salvador Casado from Jesús Garrido García on Vimeo.



Jésus Garrido es uno de los pediatras más reputados de España. Ejerce en Granada y se ha labrado una reputación generando contenidos en Facebook y abriendo su consulta privada a las nuevas tecnologías. Comparto esta entrevista en la que ambos tratamos de reflexionar sobre el modo en que las TICs puestas al servicio de la medicina pueden ayudarnos a mejorar y proveer mejor asistencia.



sábado, 27 de septiembre de 2014

El largo camino hacia la dignidad de género





Como sociedad y como especie es fundamental caminar hacia una misma dignidad de género. Los comportamientos, ideas, costumbres que rompen dicha dignidad terminan afectando de alguna manera a todo el mundo. El vídeo que presento es elocuente, si nos hubiera tocado ser protagonistas ¿qué hubiera pasado? Una gran mayoría habría reaccionado de la misma manera. No hay que flagelarse, hemos recibido una herencia que claramente minusvalora lo femenino.

Darse cuenta es el primer paso.

Actuar en consecuencia el siguiente.






Si eres hombre puedes dar un pequeño paso #HeforShe 
Si luego asumes un poco más las tareas de casa, no arreglarás mucho, pero seguro que algo avanzamos ;)







Vía Alejandro Jadad


viernes, 26 de septiembre de 2014

¿Queremos cambiar?



Lady George Darwin por Cecilia Beaux





- Tras haber consultado su historial médico y haberla escuchado detenidamente creo poder decir que su problema de salud tiene relación con el nivel de tensión y exigencia laboral a la que ha estado sometida en los últimos meses.
- Lo ves hija, ya lo decía yo, necesito urgentemente unas vacaciones.

- Además de la actividad del negocio que dirige, ¿hace usted algún tipo de actividad física o deportiva?
- Huy que va, desde que era niña no hago deporte. De pequeña fui campeona en un montón de cosas pero ahora todo me aburre.
- Mamá podrías usar la bici estática de casa.
- Ni hablar... es un peñazo.

- Veo en su historial que toma tres psicofármacos desde hace años. ¿Se ha planteado alguna otra alternativa para disminuir su estrés?
- Irme de vacaciones, cada vez lo veo más claro. Una semanita y que me lo hagan todo.

- Me parece buena idea, pero tras las vacaciones todo seguirá igual y con seguridad terminará sintiéndose fatal. ¿Habría alguna actividad física que le resulte placentera?
- Que va. Ya le digo que no me gusta hacer nada. Nada de nada. Ni siquiera la piscina. Si yo le contara lo que me pasó... Resulta que de pequeña...

- Si, ya veo. Lo que me gustaría que comprendiera es que si las causas de su malestar siguen presentes algo tendrá que hacer para que no la afecten tanto. No me es posible darla más pastillas. No van a ayudar más de lo poco que lo están haciendo ahora.
- Eso que dice es verdad. Estoy empastillada, ¿a que sí hija? En fin, gracias por escucharme. Trataré de hacerle caso pero me conozco y no voy a hacer nada. ¡Qué cruz la mía! En fin, que tenga usted una buena tarde.
- Y usted también.

jueves, 25 de septiembre de 2014

Relato: Alta contemplación






Alta contemplación; se sabía perfectamente dotada para ella. Desde su más tierna infancia tenía una habilidad fuera de lo común para dedicar largos periodos de tiempo a observar desde hormigas a estrellas pasando por los hombres. Llamaba la atención de sus profesores y familia por su capacidad de abstracción de la que surgían inesperadas intuiciones, fantásticas historias y juegos imposibles. Aquella mañana conducía su coche muy temprano, amanecía. Recién incorporada tras sus vacaciones sus sentidos estaban especialmente despiertos. Empezó a repetir "yo soy la luz" sintiéndose una con la fresca belleza de los primeros rayos dorados del día. Con ese mantra entró poco a poco en el santuario que guardaba aquel tul luminoso. Fue entonces cuando se dio cuenta. Sintió con meridiana precisión como en esa fuente de luz, más allá de la luz, su personalidad, su identidad, su ego, no eran más que una sombra. Una pequeña sombra en la gran catarata de luz universal. Apenas un leve pliegue, mínimo, finito y temporal. Sintió que ella verdaderamente no era esa leve sombra sino la pura luz que lo inundaba todo. Siguió repitiendo la frase unos minutos más pero la revelación había pasado. Al llegar a su destino detuvo el motor y respiró hondo unos instantes. Le gustaban sobremanera esos regalos que la vida le daba.


miércoles, 24 de septiembre de 2014

Estilos de vida

http://ec.europa.eu/regional_policy/sources/docoffic/official/reports/cohesion6/6cr_en.pdf










¿Por qué la mortalidad es peor en Estados Unidos que en Europa?
¿Por qué la mortalidad es menor en España que en los países del este?


Algo tiene que ver el sistema sanitario, pero lo más importante es el estilo de vida.

En los países soleados la gente se mueve más y pasa más tiempo en la calle.
La dieta es distinta, es más fácil comer con otros y no en soledad.



Las respuestas segúramente sean más complejas pero al final, el cuerpo responde a los estilos de vida.

Eso no hay pastilla ni protocolo que lo cambie.





Puedes leer el informe completo Investment for growth and jobs de la Unión Europea

Vía Juan Gérvas

martes, 23 de septiembre de 2014

La importancia del autocuidado






La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), en colaboración con el Grupo de Educación Sanitaria y Promoción de la Salud del PAPPS, impulsó en 2013 la celebración de la "Semana del Autocuidado", que fue muy bien valorada y ha tenido diversos reconocimientos. La semFYC defiende la idea de que los pacientes y la población en general, acudiendo a las fuentes adecuadas, tengan cuidado de su salud a través de la prevención y del autocuidado. Otro objetivo de la semana es concienciar y motivar a los profesionales sanitarios sobre la importancia de las actividades de autocuidado de las personas para mejorar su salud, prevenir la enfermedad y evaluar síntomas y pequeñas dolencias.

Este año el lema es "Razones para vivir mejor"


La información y comunicación estará vehiculizada a través de la web de semFYC en el espacio http://www.semfyc.es/autocuidado/ donde puedes encontrar la encuesta tanto en pdf como on-line. Las encuestas deben ser introducidas en el formulario on-line antes del 6 de octubre.

Entre todos los participantes que completen la encuesta a través de la web, y que indiquen su correo electrónico, se sortearán diez ejemplares de la Guía Práctica de la Salud (libro +CD).

Te agradecemos de antemano tu valiosa aportación.
Recibe un cordial saludo,

Elena Muñoz Seco                                                   
Coordinadora Semana Autocuidado                        
GdT Educación Sanitaria del PAPPS (semFYC)     



Salvador Tranche Iparraguirre
Vicepresidente Semfyc

PAPPS semFYC

lunes, 22 de septiembre de 2014

Relato: el violín bien temperado. Виолина добро нарави






Виолина добро нарави

Наставник Гордан Николић руже срећан тог јутра. Он је сањао о бакине куће у Србији, он се сетио мирис тоста и оних стално на ватру у кухињи. Он је био у доброј хумор. Ношење тридесет девет година свира виолину и имао времена да се бави изазов за коју се припремао све ово време. Током свог живота он је могао да оде све врсте музичких стаза које га је навело да искусе и бројним областима. Свега што је знао најлепшу и најтежи бих дирао тог поподнева. Као први виолиниста од главних европских оркестара могли да приуште да игра у било ком сали, али је изабрао мали и непретенциозан. Изграђен је пре више од два века краљ Карлос ИИИ у Роиал Вилла дел Есцориал, позориште малих, готово познати. Идеално ако ствари није успело. Јер је ризик био висок, он је знао.Резултат који би лице било физички немогуће да игра. Престо Соната сам ин Г минор, Партита на Цорнет минор, драин Соната ИИИ ин Ц мајор опасности ... списак је веома дугачак. Кафа полако узео, имао тајну наду да ће добро урадити, чак и више искрено није брига.Најтеже сам урадио у потписивању уговора који је склопио своју одлуку. Сада сам морао да идем са својим господара, хиљаде сати играња сонате и Партитас оне старе и осетити удаљене али стабилан пулс виолиниста који их је написао. Пре него што делује ћутљиве деветнаест секунди.Пристисимо тишина ушао у просторију у којој је систем за хлађење и престао дизати буку. Када је вратио сећање своје баке, његов поглед, они рукама топлим концентрисани на раменима. Почело је са првим Адагио. Касније два сата и петнаест минута, без паузе, завршио последњу и лепу Гига. Он га је добио, помислио је.Аплауз покрива његов уморни опростио многе грешке које је направио. То не може бити другачије са тим резултатом.Апсолутна лепота није достојан људи. Јоханн Себастиан Бацх, који је знао добро како инструмента и лакоћу људског бића, он је знао. Али то није спречило нам је оставио ову истинску музичку понуду, рођен од Пуре Магиц ужади и рад људских руку.


(Машинско превођење, извини за греске у куцању)






El maestro Gordan Nikolic se levantó contento esa mañana. Había soñado con la casa de su abuela en Serbia, había recordado el olor de aquellas tostadas y de la lumbre permanentemente encendida en la cocina. Estaba de buen humor. Llevaba treinta y nueve años tocando el violín y había llegado el momento de enfrentarse a un reto para el que se había estado preparando todo ese tiempo. Durante su vida pudo recorrer caminos musicales de todo tipo que le llevaron a experiencias y esferas muy diversas. De todo lo que conocía lo más bello y lo más difícil lo tocaría esa tarde. Como primer violín de las principales orquestas europeas se podía permitir el lujo de tocar en cualquier auditorio, había elegido sin embargo uno pequeño y sin pretensiones pero precioso. Fue construido hacía más de doscientos años por el rey Carlos III en la Real Villa de el Escorial, un teatro de pequeñas dimensiones, casi familiar. Ideal si las cosas no salían bien. Porque el riesgo era alto, él lo sabía. La partitura a la que iba a enfrentarse era físicamente imposible de tocar. El presto de la sonata I en sol menor, el cornet de la partita en si menor, la fuga de la sonata III en do mayor... la lista de peligros era muy larga. Se tomó el café con lentitud, tenía la secreta confianza en que lo iba a hacer bien, más aún, sinceramente le daba igual. Lo más difícil ya lo había hecho al firmar el contrato que sellaba su decisión. Ahora sólo tenía que dejarse llevar por su maestría, las miles de horas interpretando aquellas viejas sonatas y sentir el pulso distante pero firme del violinista que las escribió. Antes de comenzar la actuación permaneció en silencio diecinueve segundos. Un silencio pristísimo surgió en la sala en la que incluso el sistema de refrigeración dejó de hacer ruido. Mientras se concentraba le vino de nuevo el recuerdo de su abuela, su mirada, aquellas manos cálidas en sus hombros. Empezó con el primer adagio. Dos horas y cuarto después, sin ningún tipo de pausa, finalizó la última y bellísima giga. Lo había conseguido, pensó. Los aplausos cubrieron su cansancio perdonando los numerosos errores que había cometido. No podía ser de otra manera con aquella partitura. La belleza absoluta no es digna de los hombres. Johann Sebastian Bach, que conocía perfectamente tanto el instrumento como la levedad del ser humano, así lo había reconocido. Pero no fue óbice para que nos legara esta verdadera ofrenda musical, pura magia surgida de unas cuerdas y del trabajo del hombre.







Post dedicado a Vicente Baos, testigo como yo de la música que inspiró este relato.

domingo, 21 de septiembre de 2014

La mejor tecnología médica jamás creada







No se engañen, no existe una tecnología médica que supere la comunicación. Podrán meternos en máquinas que vean las entretelas de nuestros cuerpos, introducirnos catéteres que lleguen a los rincones más insospechados, darnos medicamentos que actúen a nivel ortomolecular... pero si no nos explican bien qué nos está pasando y qué opciones tenemos la actuación médica será técnicamente correcta pero humanamente un desastre.


Lamentablemente la comunicación asistencial es una anécdota de la mayoría de los programas formativos en ciencias de la salud. A los profesionales sanitarios les suelen gustar más las maquinitas que el uso apropiado de la palabra. Es verdad que hay notorias excepciones, menos mal. También lo es que muchos profesionales están sobrepasados con cargas asistenciales desproporcionadas y que no tienen tiempo material para comunicar decentemente.

De momento les puedo decir que trato de mejorar esta faceta de mi práctica asistencial de forma continua. Nunca deja uno de aprender de sus pacientes. También les dijo que no les resultará fácil verme con unas gafas de google ni otras zarandajas. Para conectar con el paciente no necesitamos el nuevo "aifon", lo que sí es importante es recordar que para conectar bien con los demás antes se precisa conectar bien con uno mismo.



viñeta vía @mayorserrano

sábado, 20 de septiembre de 2014

Si la medicina de familia pierde la narrativa perderá su sentido



El doctor Fernando Casado con don Dionisio, foto de Clara Benedicto




Para un médico de familia lo más importante es hablar con sus pacientes. De esta forma los acompaña en sus procesos y vivencias, los orienta por el sistema sanitario, les ayuda a superar sus tiempos de enfermar y trata de promover y mejorar su salud. Para que exista una comunicación de calidad hace falta un mínimo de tiempo. No se trata de hablar sobre las nubes sino de conseguir el pequeño milagro de que una persona enferma o dolorida consiga explicar lo que le pasa y otra, un médico de familia, consiga entenderlo. Este entendimiento requiere mucha pericia, experciencia y conocimiento, habida cuenta de que los problemas verdaderamente serios o importantes no son habitualmente los que el pacientes suele verbalizar por encontrándose menos a la vista. La medicina narrativa hace incapié en valorizar la narración del paciente, su historia personal. Pero para que pueda surgir una narrativa hacen falta varios componentes fundamentales. El primero es la confianza, somos capaces de abrir el corazón cuando nos sentimos seguros y tenemos un interlocutor que consideramos válido. Esto suele requerir cualificación profesional y si es posible conocimiento previo de la persona. Es más fácil sincerarse con un médico que conocemos bien que con un desconocido que es la primera vez que nos recibe. Por otro lado hace falta tiempo para poder hablar. Los pacientes suelen desgranar varios problemas por consulta y el más importante no suele ser el primero. Una vez que se ha verbalizado la preocupación del paciente hay que explorarla y profundizarla para llegar a saber lo que verdaderamente causa malestar, o lo que lo causa con mayor intensidad. Este proceso de comunicación primero y de reflexión después constituye el alma de la medicina y en particular de la medicina de familia que es la que ha recibido la antorcha de una larga historia milenaria de atender a personas sufrientes. Los médicos de familia estamos entrenados para usar la comunicación como nuestra tecnología más valiosa y el conocimiento de nuestro pacientes en el tiempo y nuestras comunidades como la fuente de datos que nos permite aplicar con la mayor eficacia todo el conocimiento y habilidades que muchos años de carrera y especialidad van formatenado la mente del galeno.

Si la medicina de familia pierde la narrativa perderá su sentido. Esto es lo que estamos viendo pasar a medida que se suceden los años. Presupuestos menguantes, mala gestión, sobrecarga de consultas, hiperfrecuentación y otros muchos factores hacen que el tiempo de consulta se reduzca y no haya suficiente para establecer un proceso narrativo resumiendose el encuentro clínico a un mínimo de preguntas y respuestas rápidas que concluye con una receta o con una petición de prueba diagnóstica o derviación hospitalaria. El paciente sale de la consulta con sus papeles pero sin solución a sus problemas, no ha habido tiempo para buscarla. 

En esta situación la ética profesional debería obligarnos a decir basta, pero salvo en las charlas de café las quejas parecen no elevarse ni hacerse nada con ellas. La conciencia de sobrecarga sigue bajando la moral de los médicos sin que estos sean capaces de pasar al como y a la acción. ¿Es posible alguna acción?
Creemos que sí. El primer responsable de la calidad de la atención médica es el propio facultativo, antes incluso que el sistema sanitario que representa. Si un piloto de avión se da cuenta de que el vuelo no cumple con los rigurosos criterios de seguiridad aérea deberá finalizar el mismo y declarar una emergencia. No hacerlo lo convertiría en negligente y responsable del posible accidente. 

Pasar consulta dedicando tres minutos por paciente no cumple los criterios mínimos de seguridad del paciente. Ante agendas de más de 60 o 70 pacientes al dia el facutativo debería plantarse y hacerlo con el apoyo de la evidencia científica, el criterio de los demás médicos, sociedades científicas e incluso de sus jefes. 

Por otro lado mantener unas narrativas mediocres en encuentros de 4-5 minutos terminan haciendo que el profesional no pueda desarrollar la calidad científico técnica que sabe merecen sus pacientes y acabe sintiéndose no solo sobrecargardo sino frustrado por no poder ejercer su profesión de forma virtuosa, al obligarle el sistema a un nivel de "chapuza" por la presión asistencial no controlada. 

Mantener un sistema de atención primaria supersobrecargado terminará dividiendo a la población entre los que puedan costear consultas "privadas" de calidad con tiempo suficiente y los que se contenten con un servicio público gratuito "de mínimos". Lo que sería una vuelta a sistemas del pasado en una sociedad a dos velocidades. Para que unos pocos ganen una gran mayoría saldría perdiendo. 

viernes, 19 de septiembre de 2014

Siguiendo su instinto, anecdotario animal











Una de las formas más interesantes de conversación que existen sigue siendo la lectura. Gracias a ella podemos comunicarnos con personas que de otras forma estarían vedadas para nosotros por múltiples motivos. Hoy les invito a leer el último libro de  Miguel Maury Buendía. En primer lugar confesaré mi conflicto de intereses, este caballero es mi primo. En segundo le presentaré, es arzobismo y nuncio de su Santidad en Kazajstán, Kirguizistán y Tayikistán. Como diplomático de la Santa Sede ha viajado por medio mundo recogiendo miles de experiencias y anécdotas, algunas de las cuales comparte con nosotros en esta obra que subtitula anecdotario animal por centrarse en circunstancias protagonizadas por estos. Miguel es una persona muy despierta e inteligente, con una enorme cultura y gran capacidad de organización, en las páginas de este libro nos regala fragmentos de su vida, en las que aparecen en un discreto segundo plano desde miembros de su familia a personajes ilustres o el mismo Papa, al que tuvo la oportunidad de sostener en un tropiezo. Dado que las páginas están trufadas con un agudo sentido del humor y son realmente entretenidas me permito invitarles a leerlo. Como saben los que siguen este blog la lectura es una de las terapias que más me gusta compartir.



Puedes encontrarlo aquí.

jueves, 18 de septiembre de 2014

¿Para qué sirve la enfermedad?





La enfermedad es una situación temporal por lo que es adecuado acercarse a este término como tiempo de enfermar. Durante este tiempo se manifiestan síntomas y signos que ponen de relieve una mal función, amenaza o problema en uno o varios órganos o sistemas físicos o psicológicos. La enfermedad es siempre señal de mala adaptación y pone de relieve una estrategia primitiva para buscar un nuevo equilibrio. La mayoría de los problemas que amenazan el equilibrio interno o con el medio externo no se manifiestan, son corregidos sin que la persona tome conciencia, de una manera que se denomina subclínica. Solo en unos pocos casos la enfermedad se hace evidente y da lo que los profesionales sanitarios denominan clínica: signos objetivos y síntomas subjetivos.  Salud y enfermedad no son términos dicotómicos excluyentes como el blanco y el negro, si no una continua gama de grises. No existe pues la salud total ni tampoco la enfermedad máxima salvo que la equiparemos con la muerte. 

La enfermedad lleva de la mano alteraciones de la función, dolor y sensaciones displacenteras que son las encargadas de que la persona se dé cuenta de su presencia. En el tiempo de enfermar se desarrollan procesos que vuelven a buscar el equilibrio y que podremos ayudar modificando hábitos como la dieta, el nivel de actividad física, la hidratación, aportando sustancias, vitaminas o medicamentos, terapias manuales, masajes, inmovilizaciones e incluso intervenciones quirúrgicas según los casos. Un gran número de procesos se solucionan de forma espontánea o con modificaciones o intervenciones que la propia persona puede aplicarse a sí misma. Reposo sin apoyar el pie tras torcernos el tobillo, frío local tras un golpe, lavado con agua y jabón de una herida superficial... 

La función principal de la enfermedad es pues la toma de conciencia de un problema de salud por parte de la persona que la padece y la motivación de éste para buscar remedio a la misma por sus propios medios o pidiendo ayuda. 

La edad avanzada es un condicionante de enfermedad como también lo es la falta de cuidados a nivel higiénico, dietético o de hábitos de vida. La cultura nos va proveyendo de información y conocimiento para mejorar estos cuidados y promover de este modo la salud. La desigualdades sociales en todos sus niveles (económico, cultural, sociocomunitario, familiar...) hacen que existan grandes diferencias tanto en la esperanza de vida como en la carga de enfermedad de los distintos estratos sociales. De este modo pobreza, enfermedad orgánica, discapacidad y enfermedad mental tienden a asociarse y multiplicarse unas con otras. El código postal puede llegar a ser más importante que el código genético como condicionante de enfermedad.

La enfermedad nunca es deseada pero es posible rescatar de ella un nivel de crecimiento personal basado en la revisión del sentido de la propia vida que suele traer consigo. Como llamada de conciencia que es puede permitirnos reflexionar y revisar nuestras posiciones y valores personales así como las costumbres y hábitos. Como condicionante de cambio puede favorecer retomar conductas sanas o adquirirlas tanto para superar el actual proceso como para protegerse de enfermedad en el futuro.

Está claro que en el tiempo de salud podemos disfrutar, nos queda reconocer que quizá en el tiempo de enfermar podemos aprender. Nos encontraremos con todo tipo de lecciónes, algunas pequeñas como no acercar demasiado la mano a la lumbre tras quemarnos, otras grandes como atravesar el desierto de un cáncer o enfrentarse a una cirugía. Lo que sí parece universal es que al igual que cuando subimos una montaña nuestro punto de vista cambia y somos capaces de atisbar un mayor horizonte, al escalar una enfermedad nos encontramos con la opción de adquirir perspectiva. Sea cual sea el desenlace, los seres humanos crecemos a medida que aumentamos dicha perspectiva. Los profesionales sanitarios deberíamos ser ajentes facilitadores de la misma, muchas cosas cambiarían si consiguiésemos leer de esta forma el amargo lenguaje de lo que llamamos enfermedad transformando el miedo y la zozobra que nos causa en esperanza y serenidad. 

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Homo Depredator

Sylvester Stallone caracterizado como Rambo




Hay muchos indicadores que parecen decir que el Homo Sapiens es en realidad un Homo Depredator cuya máxima habilidad no es el conocimiento sino el saqueo y el consumo de recursos y especies. Muchos torcerán el gesto con disgusto y harán bien. Es una forma de confirmar lo que digo que de todas formas es evidente. "En el planeta tierra una especie de primates se ha hecho preponderante, dominando con sobrada diferencia al resto, amenzando por su crecimiento poblacional y su consumo exponencial de recursos la totalidad del sistema", este podría ser el resumen que un observador extraterrestre lanzara a su base y que paradójicamente muy pocos humanos son capaces de asumir pese a todos los datos que tenemos encima de la mesa. La desaparición de especies es en estos momentos similar a la que hubo en el cretácico, hace más de 3.5 millones de años y quizá en otros escasos momentos de la larga historia de la Tierra. Y esta vez no es una glaciación o un meteorito, somos nosotros... La tecnificación e industrialización progresiva están produciendo un impacto medioambiental con consecuencias en el clima, la orografía y el medio ambiente. Lo peor con diferencia es el poco nivel de conciencia imperante sobre el que surgen como malas hierbas la avidez, el egoísmo y el afán de tener más, plagas antiguas que se extienden cada vez con más virulencia.

El paradigma de la globalización y la hipertecnificación progresiva hacen que el panorama sea muy inestable. Pequeñas fluctuaciones pueden hundir completamente el status quo. Tampoco esto parece interesar a nadie. Si utilizáramos términos médicos nos encontraríamos con un enfermo delicado con una enfermedad subclínica avanzada y diseminada que ha producido daños en numerosos órganos sin manifestarse claramente. El paciente lleva tiempo notando ciertas molestias mínimas pero llevaderas. Hace algún tiempo que precisa estimulantes diarios para movilizar su astenia, potentes calmantes para aliviar ciertas molestias y gran cantidad de somníferos para poder desconectar por la noche. Con todo y con eso sigue levantándose cada mañana y persiste en su trabajo de esquilmar al máximo la naturaleza. La mala noticia es que todos formamos parte de este enfermo terminal y va a hacer falta que seamos muchos los que unamos nuestras pequeñas voces para avisar al resto del cuerpo de lo que está pasando y hagamos algo lo antes posible. 

La historia nos recuerda que socialmente la manera tradicional de dirimir las crisis es mediante el uso de la guerra. Los enfrentamientos armados han sido la forma en que se ha modelado el avance de la especie por lo que denominamos progreso y lo que ha condicionado la aceleración progresiva de la producción de tecnología. Lamentablemente la guerra tradicional es solo tolerable a escala local y sin cruzar la línea roja del uso de energía nuclear, armas químicas o bacteriológicas. Las dos guerras mundiales pusieron de manifiesto la inutilidad de este recurso y el enorme coste humano, económico y medio ambiental de las mismas. No solucionaron los problemas de base y el status quo de tensión se mantuvo aunque es cierto que se fue modificando por la aparición en escena de otros actores influyentes que cambiaron el horizonte de amenazas.

¿Qué otro camino queda? La situación nos retrotrae al principio de los tiempos. Fue la misma que enfrentó a los dos hermanos Caín y Abel en la llamada revolución del Neolítico, el paso de la cultura de cazadores recolectores a las sociedades sedentarias de base agraria y ganadera. La nueva posibilidad de concentración de bienes, alimentos y recursos posibilitó la emergencia de la ciudad estado y después la de naciones o imperios, dejando muy atrás aquel hermoso jardín del Edén donde al parecer fuimos felices. El carácter expansionista de la especie hizo que los conflictos  de escala personal o familiar pasaran ahora al plano de la alta política en la que se dirimían de la misma forma, a garrotazos. El problema es que todo garrotazo lleva aparejado un daño, cuando éste lo recibe otro y nos produce un beneficio no es impedimento a la conducta y la refuerza. Si el daño nos salpica y nos afecta negativamente la cosa cambia. En una sociedad globalizada, y por tanto unificada, el daño siempre nos salpica. Si uno destroza el salón del vecino al otro lado de la calle o llena de inmundicias su cocina, poco pasará porque no nos afecta, pero si lo hace en su propia casa ya es otra historia. Hemos llegado a ese punto, por eso toda hambruna consentida, todo vertido incontrolado, toda especie aniquilada nos resulta tan irritante, cada vez los demás están más cerca. Lo que antes era un pueblito de casas separadas es ahora una comunidad de vecinos en un bloque de pisos. Por eso ya no es tolerable el uso de dinamita para solucionar los conflictos, antes se podía echar la casa abajo del vecino, ahora no porque es la misma que la nuestra.

El reto es tomar conciencia de ello. Caín y Abel no pudieron hacerlo porque vivían a cierta distancia en sus planteamientos vitales. El odio que surgió entre ellos los llevó a una situación de "yo contra ti", de "ó quedas tú ó quedo yo". Que es la que siempre ha enfrentado a los grupos de cazadores-recolectores por los recursos, desplazando a unos para que queden otros  y a las sociedades agrarias entre sí por los mismos motivos. Conseguir una "humanidad única", reconocer por fin "una casa común" es al parecer el único camino para evitar el desastre. Sin embargo, dada nuestra naturaleza, los conflictos seguirán, ¿cómo manejarlos sin recurrir al hacha de guerra? me temo que como en toda familia bien avenida, con un prudente uso de la autoridad basado en consecuencias y no en castigos, una cultura del diálogo, la educación y el respeto y un aumento de conciencia que nos permita a todos darnos cuenta de lo que está pasando. Muchos dirán que esto no es nuevo, que sus profetas o sabios favoritos lo dijeron hace ya muchos años. Es verdad, pero no por ello dejaremos de recordar este mensaje que pese a ser casi tan milenario como nuestra historia sigue siendo ferozmente desconocido e inaplicado. Nos queda la posibilidad de que un pequeño tweet, un vídeo o un texto en un blog se viralice y llegue a todos los rincones. Nos queda la posibilidad de alumbrar entre muchos una nueva toma de conciencia. Habrá que seguir intentándolo, cada vez estamos más cerca. 


La humanidad es ya una comunidad que vive en un bloque de pisos, no puedes ponerle una bomba al vecino sin que se derrumbe tu propia vivienda.

Humanity is already a community living in the same building, if you bomb your neighbour you blow up your own house.

L' humanité est une communautée qui vie dans un même bâtiment, vous ne pouvez pas poser une bombe chez votre voisin sans que votre propre demeure explose.


martes, 16 de septiembre de 2014

La nueva librería el Dragón Lector





En Madrid hay dos librerias con ese nombre. Están especializadas en libros para el mundo de la infancia, tanto para los más pequeños como para los más mayores. Una de ellas, la de la calle Fernández de la Hoz 72, abre reformada sus puertas de la mano de Alejandra Camacho, filósofa y antropóloga especializada en todo tipo de dragones. Tengo la suerte de conocerla bien y sé que lidiará perfectamente con los retos que se presentan en el proceloso mundo de la imaginación infantil. Nutrir adecuadamente a nuestros hijos e hijas implica proveerles de alimentos sólidos y de cuentos e historias vaporosas que les permitan construir mundos y entender lo que los adultos hacemos con nuestras vidas; ardua tarea. Afortunádamente tenemos ayudas, algunas en forma encuadernada y primorosamente ilustradas, herramientas delicadas que sin tener la fuerza de la espada ni la resistencia de la armadura proveen a quien se atreve a empuñarlas el valor y la agudeza suficiente para enfrentarse a todo tipo de aventuras.

Anímense y visiten este castillo con murallas de anaqueles y casamatas de libros ilustrados, un oasis literario en el barrio de Chamberí.