La infección por Sarscov2 ha condicionado la vida de millones de personas. Un porcentaje sufre sintomatología durante más de un mes. Dado el impacto de este fenómeno y el gran volumen de pacientes hemos creído necesario ayudar a mejorar la formación al respecto a estudiantes de ciencias de la salud y profesionales sanitarios.
El objetivo general del curso Covid-19 persistente y secuelas post-Covid es proporcionar una formación sólida que permita realizar un diagnóstico, tratamiento y acompañamiento adecuado para profesionales sanitarios de cualquier ámbito que tengan que atender a personas con dicha patología.
Objetivos específicos:
Facilitar conocimientos, habilidades y actitudes adecuadas para implementar una atención integral a
la persona con síntomas persistentes o secuelas por Covid-19.
Mejorar la asistencia sanitaria de este tipo de pacientes, así como la visibilización y la educación
para la salud de esta afección.
MÓDULO 1. SEMIOLOGÍA COVID PROLONGADO.
MÓDULO 2. PRIMERA VISITA DE LA PERSONA CON SÍNTOMAS PERSISTENTES POR
COVID-19.
MÓDULO 3. FATIGA Y DOLOR PERSISTENTE.
MÓDULO 4. SÍNTOMAS RESPIRATORIOS Y NEUROLÓGICOS PERSISTENTES.
MÓDULO 5. SÍNTOMAS DIGESTIVOS, OTROS SÍNTOMAS FÍSICOS PERSISTENTES Y DE
SALUD MENTAL.
MÓDULO 6. SECUELAS POST-COVID.
MÓDULO 7. SEGUIMIENTO DE LA PERSONA POST-COVID-19.
Estamos viviendo los tiempos más duros para la profesión médica española que se han visto jamás. Lo peor no ha sido la pandemia, me temo que lo peor está por llegar. ¿Y qué puede ser más grave que el impacto que el Covid tuvo en nuestra Sanidad?, la respuesta es simple, el hundimiento de la misma.
De igual modo que una casa se construye ladrillo a ladrillo y con tiempo y esfuerzo acaba terminada, en ciertos casos pasa lo contrario. Un edificio se empieza a deteriorar, a perder tejas, a ver vigas torcidas en el techo, a acumular tuberías estropeadas… y al final se derrumba. En esas estamos, con un colapso enfrente de los ojos que nos negamos a ver tratando de fijar la mirada en las paredes que permanecen en pie, que siguen siendo sólidas, mientras la cubierta se ha hecho añicos y en poco tiempo la lluvia y la intemperie terminarán arrasando lo que queda.
¿Qué ha pasado? Sencillamente que no se ha sabido implementar un mantenimiento mínimo. La Ley Nacional de Sanidad de 1986 nos entregó un chalecito nuevo, con algunas carencias eso sí, pero nuevo al fin y al cabo. Una casita moderna que precisaba reformas y refuerzos que nunca llegaron, una estructura que por el servicio que daba sufría una erosión que requería ajustes y flexibilidad. Nadie hizo nada, salvo quizá alguna mano de pintura aquí y allá. Era muy caro a nivel de rentabilidad política y presupuestaria, y no existen políticos que miren más allá de los 4 años vista de rigor. Los profesionales sanitarios que siendo conocedores del sistema lo avisaron no fueron escuchados, ni siquiera cuando con audacia llegaron incluso al despacho del Consejero de Sanidad a lanzar su SOS. No pasó nada. Hasta ahora.
¿Y ahora qué está pasando? Tras la pandemia la estructura sanitaria ha quedado muy tocada, principalmente en Atención Primaria que ya estaba bajo el nivel de flotación antes del Covid. Pasada la pandemia no ha habido ningún refuerzo estructural. Hay algunos planes de mejora pero son papel mojado, que se acumulan en los anaqueles de libros blancos, proyectos y propuestas de una forma insulsa de hacer gerencia que no aporta ni valor ni mejoras. A los hechos me remito. Una forma de justificar el sillón de unos cuadros gestores que no han sido capaces de defender a sus profesionales de la sobrecarga y el colapso. El mantra que esgrimen es “no hay médicos” pero siguen sin reconocer que no los hay por las malas políticas de décadas de maltrato. Los médicos se van y los jóvenes que deberían venir dejan las plazas de medicina de familia desiertas o no acuden a las convocatorias laborales que las Comunidades les ofrecen. Y por si fuera poco en cinco años se jubila el 25% de la plantilla sin que a nadie se le haya ocurrido alguna medida correctora más allá de lanzar un protocolo de asistencia en centro de salud sin médico. Efectivamente ese es el nivel.
Y como veremos las próximas semanas muchos más centros de salud dejarán de ser funcionales (listas de espera de más de una semana, un gran porcentaje de ausencias médicas sin cubrir, o centros sin médico o cerrados), las urgencias hospitalarias colapsarán y las plantas de hospital se llenarán haciendo que terminen colapsando los hospitales (con menos plantas y personal por el verano). Un sistema sanitario que colapsa intermitentemente fuera de una pandemia es un sistema zombi, medio muerto a temporadas, medio vivo en otras. Como fácilmente comprenderán si te pones malo en temporada mala lo tienes chungo.
En esta coyuntura tan compleja y dolorosa para las profesionales muchos se hacen la pregunta ¿qué podemos hacer? Y la respuesta es fácil: respetar la delgada línea roja y no cruzarla. ¿Qué línea roja preguntarán? Pues aquella que establece el límite de su capacidad profesional, un médico de familia no debería ver más pacientes al día de los que pueda. Si la rebasa de forma continuada estará desarrollando una labor insegura para él y para el paciente, peligrosa en muchos casos, tendente al error o a la omisión de algún curso de acción pertinente, favorecedora de enfermarle o quemarle profesionalmente. Y un médico quemado es algo serio para la sociedad. Si no protegemos a la parte más vulnerable de la Sanidad, esta se acabará para siempre.
Como no hay protección externa dado que en los últimos 40 años nadie ha protegido eficazmente a los mismos (ni sindicatos, ni colegios de médicos, ni sociedades científicas, ni organizaciones profesionales) la única posibilidad es que cada cual trace su propia línea y diga NO la cruzaré. Y qué se atreva la Gerencia, el Ministerio o el Sursum corda a obligarle a que vea a más de 50 pacientes al día… La sociedad tiene que saber lo que está pasando con su sanidad y asumirlo o luchar por ello. Si no lo hace no merece la pena que los que están dejándose la piel lo sigan haciendo a este nivel de presión.
No puedo ofrecerles una solución a este dilema. No tengo las claves para arreglar el sistema, aunque pueda intuirlas. Lo que sí tengo claro es la necesidad de visibilizar esta cuestión para que tanto profesionales como sociedad junto a gestores sanitarios y políticos aceptemos lo que hay aunque no pinte bien. El primer paso para tratar una parada cardiaca es reconocerla y pedir ayuda, si nadie da el paso, el paciente se muere. Está pasando.
The thin red line
We are living through the hardest times for the Spanish medical profession that we have ever seen. The worst has not been the pandemic, I am afraid that the worst is yet to come. And what could be more serious than the impact that Covid had on our healthcare system, the answer is simple, the collapse of the same.
Just as a house is built brick by brick and with time and effort it is finished, in certain cases the opposite happens. A building begins to deteriorate, to lose tiles, to see twisted beams in the roof, to accumulate damaged pipes... and in the end it collapses. That's where we are, with a collapse in front of our eyes that we refuse to see, trying to fix our gaze on the walls that remain standing, that are still solid, while the roof has shattered and in a short time the rain and the weather will end up razing what is left.
What has happened? Simply that there has been a failure to implement minimum maintenance. The National Health Act of 1986 gave us a new little house, with some shortcomings, but new nonetheless. A modern little house that needed reforms and reinforcements that never arrived, a structure that, due to the service it provided, suffered an erosion that required adjustments and flexibility. Nobody did anything, except maybe a coat of paint here and there. It was very expensive in terms of political and budgetary profitability, and there are no politicians who look beyond the 4 years of rigor. The health professionals who, being knowledgeable about the system, warned about it, were not listened to, not even when they boldly went to the Health Councilor's office to launch their SOS. Nothing happened. Until now.
And now what is happening? After the pandemic, the health structure has been badly damaged, mainly in Primary Care, which was already at a low level before Covid. After the pandemic there has been no structural reinforcement. There are some plans for improvement, but they are a dead letter, accumulating on the shelves of white papers, projects and proposals of a bland way of doing management that brings neither value nor improvements. I refer to the facts. It is a way of justifying the armchair of managers who have not been able to defend their professionals from overload and collapse. The mantra they wield is "there are no doctors" but they still do not recognize that there are none due to the bad policies of decades of mistreatment. Doctors are leaving and the young people who should be coming leave the family medicine positions vacant or do not attend the job calls that the Communities offer them. And as if that were not enough, in five years 25% of the staff is retiring without anyone having thought of any corrective measure beyond launching a protocol for assistance in health centers without a doctor. Indeed, this is the level.
And as we will see in the coming weeks many more health centers will cease to be functional (waiting lists of more than a week, a large percentage of medical absences without covering, or centers without a doctor or closed), hospital emergency rooms will collapse and hospital floors will fill up, causing hospitals to end up collapsing (with fewer floors and staff due to the summer). A healthcare system that collapses intermittently outside of a pandemic is a zombie system, half dead at times, half alive at others. As you can easily understand, if you get sick in a bad season, you're in trouble.
At this complex and painful juncture for professionals, many ask themselves the question: what can we do? And the answer is easy: respect the thin red line and do not cross it. What red line, you may ask? Well, the one that establishes the limit of their professional capacity: a family physician should not see more patients per day than he/she can. If he/she crosses it continuously, he/she will be performing an unsafe task for him/herself and for the patient, dangerous in many cases, prone to error or to the omission of some pertinent course of action, and likely to make him/her sick or to burn him/her professionally. And a burned physician is a serious matter for society. If we do not protect the most vulnerable part of healthcare, it will end forever.
Since there is no external protection, given that in the last 40 years nobody has effectively protected them (neither trade unions, nor medical associations, nor scientific societies, nor professional organizations), the only possibility is for everyone to draw their own line and say I will NOT cross it. And what would the Management, the Ministry or the Sursum corda dare to force him to see more than 50 patients a day... Society has to know what is happening with its healthcare and assume it or fight for it. If it doesn't it's not worth it for those who are working their butts off to keep doing it at this level of pressure.
I cannot offer you a solution to this dilemma. I do not have the keys to fix the system, although I can intuit them. What is clear to me is the need to make this issue visible so that both professionals and society, together with health managers and politicians, accept what is there, even if it does not look good. The first step to treat a cardiac arrest is to recognise it and ask for help, if no one takes the step, the patient dies. It is happening
Los sistemas complejos se someten a diversas leyes, una de ellas es la teoría de la catástrofe. Según la misma es posible la ocurrencia de una línea de discontinuidad en el sistema sin que su ocurrencia sea fácilmente predecible.
En el mundo sanitario español, que remeda situaciones parejas en otros países, estamos asistiendo a la sublimación de la Atención Primaria que está pasando de un estado sólido a otro gaseoso en muy poco tiempo. Al menos en Madrid, que es lo que yo conozco, cada vez son más los centros de salud que no tienen capacidad de citar a sus pacientes en el día o al día siguiente, los que mantienen algún cupo de pacientes permanentemente repartido por disponer de plantilla estable permanente, los que trabajan por encima de sus posibilidades.
Esta semana me han invitado a compartir mi visión como profesional de Atención Primaria en un foro de reflexión económica. He compartido la reflexión de muchos colegas y algunas de las conclusiones del último Seminario de Innovación en Atención Primaria que pueden consultar aquí.
Seguramente este verano asistamos a otro colapso sanitario con multitud de centros de salud bloqueados o cerrados, urgencias hospitalarias ardiendo y hospitales saturados. Tendremos que acostumbrarnos a las imágenes que vivimos en las seis olas del Covid. Nuestro Sistema Sanitario es un zombi, algunas veces vivo otras muerto. Cada vez más muerto si seguimos así.
(Pueden ver mi intervención a partir de la hora y cinco minutos)
The health care slippery slope
Complex systems are subject to various laws, one of which is the catastrophe theory. According to this theory, it is possible for a line of discontinuity to occur in the system without its occurrence being easily predictable.
In the Spanish healthcare world, which mimics similar situations in other countries, we are witnessing the sublimation of primary care, which is going from a solid to a gaseous state in a very short time. At least in Madrid, which is what I know, there are more and more health centres that do not have the capacity to see patients on the same day or the next day, those that keep a quota of patients permanently distributed because they have a permanent stable staff, those that work beyond their means.
This week I was invited to share my vision as a primary care professional in a forum for economic reflection. I have shared the reflections of many colleagues and some of the conclusions of the last Primary Care Innovation Seminar which you can consult here.
This summer we will probably witness another health care collapse with a multitude of blocked or closed health centres, burning hospital emergency rooms and overcrowded hospitals. We will have to get used to the images we experienced in the six waves of Covid. Our health system is a zombie, sometimes alive, sometimes dead. It will become more and more dead if we carry on like this.
Esta semana se armó un mínimo barullo tras hacerse público en Madrid el Procedimiento de Actuación Ante Ausencia de Médico de Familia en Centro de Salud. Y digo mínimo porque ante las consabidas protestas en redes sociales, los artículos en prensa y algún comentario en televisión, no ha pasado absolutamente nada. La Consejería de Sanidad lo sabe, por eso no dudaron en que el documento saliera a la luz, no tiene coste político.
Sin embargo el verdadero drama no es el de los centros de salud cerrados o abiertos sin médico. Como bien señalaba Vicente Baos, el marrón lo tienen los centros en los que un médico tiene que asumir de forma continuada los pacientes de otras consultas de médicos ausentes. Esta situación sí que es frecuente y tiene graves consecuencias, entre ellas:
Problemas de seguridad del paciente.
Tendencia al hipertratamiento y hiperdiagnóstico.
Disminución de la resolubilidad y aumento de derivaciones.
Aumento de la lista de espera en Atención Primaria.
Sobrecarga laboral del profesional, con estrés mantenido y riesgo de burnout.
Desmotivación del profesional y paso a funcionar en modo supervivencia.
Claudicación del profesional (baja laboral, renuncia, cambio de puesto de trabajo...).
El actual Plan de Atención Primaria no implementa medidas de protección del facultativo, con limitación de un número máximo o inasumible de consultas al día. Tampoco medidas de refuerzo o soporte.
¿Qué papel tendrían que tener el personal no facultativo los días que falten 1/3 de los médicos? ¿y si faltan el 50% o más?
¿Podrían los farmacéuticos de Atención Primaria ayudar con las Recetas Electrónicas?
¿Podrían crearse mecanismos de refuerzo de algún tipo? ¿Sería posible el doblaje en modo teletrabajo para asumir llamadas/consultas no presenciales/burocracia?
¿Qué papel deberían tener las gerencias de Atención Primaria?
¿Es posible hacer un "Procedimiento de Actuación Ante Ausencias Prolongadas de Médicos de Familia en Centro de Salud"?
Es momento de hacer preguntas y de exigir respuestas. Si no las encontramos nos quedamos sin piedra angular, y sin ella se nos caerá la bóveda.
Ilustración del libro Arconte Enfurecido
Phantom protocols, lack of doctors and collapse
This week there was a minimum of commotion after the Procedure for Action in the Absence of a Family Doctor in a Health Centre was made public in Madrid. And I say minimal because in the face of the usual protests on social networks, articles in the press and some commentary on television, absolutely nothing has happened. The Regional Ministry of Health knows this, which is why they did not hesitate to bring the document to light, as it has no political cost.
However, the real drama is not that of health centres closed or open without a doctor. As Vicente Baos rightly pointed out, the real problem is in centres where a doctor has to continuously take on patients from other practices of absent doctors. This is a common situation and has serious consequences, including
Patient safety problems.
Tendency to over-treatment and over-diagnosis.
Decrease in resolubility and increase in referrals.
Increased waiting lists in primary care.
Professional work overload, with sustained stress and risk of burnout.
Demotivation of the professional and a shift to survival mode.
Claudication of the professional (sick leave, resignation, change of job...).
The current Primary Care Plan does not implement measures to protect the professional, limiting a maximum or unacceptable number of consultations per day. Nor are there any reinforcement or support measures.
What role should non-physician staff play on days when 1/3 of the doctors are absent, and if 50% or more are absent?
Could Primary Care pharmacists help with Electronic Prescriptions?
Could backup mechanisms of some kind be created? Would teleworking dubbing be possible to take over calls/non-face-to-face consultations/bureaucracy?
What role should Primary Care managers have?
Is it possible to create an "Action Procedure for Prolonged Absences of Family Doctors in Health Centres"?
It is time to ask questions and demand answers. If we do not find them, we will be left without a cornerstone, and without it the vault will fall.
Llevamos mucho tiempo diciendo que la Atención Primaria española es un cadáver, o más bien un zombi, ni muerto del todo, ni vivo del todo. Aparentemente está, pero no está. Podemos ver los centros de salud, incluso entrar y ser recibidos por un administrativo o un profesional sanitario, pero poco a poco sus funciones se van licuando, se van derritiendo por la presión de una situación de sobrecarga crónica que impide que funcione en condiciones.
Ayer pudimos ver la esquela que certifica el deceso. Un protocolo de atención en centros de salud sin médico, una realidad cada vez más frecuente que en verano volverá a ser el pan nuestro de cada día en montones de lugares que no tendrán ni suplentes ni refuerzos. Y claro, una Atención Primaria sin médicos ya no es Atención Primaria, será otra cosa.
Me parece correcto que nuestros gestores sanitarios hayan confeccionado este documento. Con él reconocen la situación de muchos centros y lo escriben negro sobre blanco haciendo los malabares que pueden con los recursos actuales. "No hay médicos" dicen, menos va a haber con la catarata de jubilaciones que se nos viene encima y la de facultativos que se seguirán marchando a urgencias u otros destinos. La gestión de pediatras y médicos de familia ha sido nefasta y la infrafinanciación de un modelo tipo barra libre sanitaria ha terminado por hacer saltar las pocas costuras que quedaban.
Seguirán habiendo centros de salud con algún médico, pero si se le obliga a atender más de 50 pacientes al día, no se le permitirá hacer una labor digna. Parcheará a lo sumo sin posibilidad ni de escuchar en condiciones, ni de solucionar mínimamente. Todo pasará al hospital y a la lista de espera.
Esta situación es de sobra conocida por políticos y gestores sanitarios (que en su mayor parte consumen medicina privada). Nadie se ha atrevido a formular cambios de calado en el sistema, y el sistema ha terminado falleciendo. Descanse en paz.
We have been saying for a long time that Spanish Primary Health Care is a corpse, or rather a zombie, neither fully dead nor fully alive. Apparently it is, but it is not. We can see the primary health centres, we can even go in and be greeted by an administrator or a health professional, but little by little its functions are melting away, melting under the pressure of a situation of chronic overload that prevents it from functioning properly.
Yesterday we were able to see the death certificate. A protocol of care in health centres without a doctor, an increasingly frequent reality that in summer will once again be our daily bread in many places that will have neither substitutes nor reinforcements. And of course, primary care without doctors is no longer primary care, it will be something else.
I think it is right that our health managers have produced this document. They recognise the situation in many centres and write it in black and white, juggling as best they can with the current resources. "There are no doctors", they say, and there will be even fewer with the cataract of retirements that is coming and the number of doctors who will continue to leave for the emergency department or other destinations. The management of paediatricians and family doctors has been disastrous and the underfunding of an open bar healthcare model has ended up bursting the few remaining seams.
There will continue to be health centres with some doctors, but if they are forced to see more than 50 patients a day, they will not be allowed to do a decent job. He or she will patch things up at best, with no chance of even listening properly, or of providing a minimal solution. Everything will go to the hospital and the waiting list.
This situation is well known to politicians and health managers (most of whom consume private medicine). No one has dared to formulate far-reaching changes in the system, and the system has died. May it rest in peace.
Me ha tocado atender cientos de miles de pacientes, millones de situaciones, incontables marrones. Como estudiante, residente, médico joven y consultor. En consultas de extrarradio, ciudad y pueblos. Me ha tocado vivir cambios, cataclismos, injusticias, sobrecargas, atentados, accidentes de coche, emergencias de todo tipo, sufrimiento, dolor. He traído al mundo a alguno y he acompañado a muchos en su muerte. No soy un soplagaitas. Por eso me preocupa que en las actuales circunstancias, aparentemente tranquilas (sin pandemias, huracanes, bombardeos y demás), un servidor esté experimentando miedo en el trabajo.
Mi ambiente laboral es de cierta tensión, no tenemos equipo directivo, la coordinadora, responsable de enfermería y jefa de grupo fueron invitadas a renunciar hace un mes. Tenemos el verano en ciernes y siendo un pueblo con encanto duplicamos o triplicamos población con veraneantes, campamentos y turistas. No hay plan de refuerzo. Y por si fuera poco las médicas de tarde del equipo no han llegado a un acuerdo con la dirección en el número de tardes a cubrir y probablemente abandonen para buscar otros centros más convenientes para ellas.
El miedo que siento tiene que ver con la pregunta ¿es posible aguantar en las actuales circunstancias?, un interrogante que comparto con un buen montón de médicos de familia y pediatras de Atención Primaria. La mezcla de sobrecarga asistencial y mala gestión es muy tóxica para nosotros, sobretodo cuando los gestores de despacho en lugar de proteger al profesional consienten que estos se enfrenten a agendas de trabajo sobredimensionadas. La agenda de calidad se ha convertido en un gran número de centros en instrumento de maltrato profesional. Hay que dar respuesta a una población cada vez más envejecida y demandante con cada vez menos profesionales, lógicamente las cuentas no salen. En la televisión oigo de fondo la cantinela de algunos de bajar impuestos y me parece bien siempre que el ciudadano no caiga enfermo. Porque si enferma y cae tenga claro que hay muchas probabilidades de que aquella red de seguridad que se llamaba sanidad pública tenga tantos agujeros que no le sirva para sostener su caída.
Y en esas estamos, rezando para aguantar una semana más, reconociendo la debilidad del barro con que estamos hechos, asumiendo que la catarata de pacientes aumentará. Mientras el cuerpo aguante.
The fear of being a doctor.
I have had to deal with hundreds of thousands of patients, millions of situations, countless issues. As a student, resident, young doctor and consultant. In surgeries in the suburbs, cities and towns. I have had to live through changes, cataclysms, injustices, overloads, attacks, car accidents, emergencies of all kinds, suffering, pain. I have brought some into the world and I have accompanied many in their death. I'm not a whistle-blower. That is why it worries me that in the present apparently calm circumstances (no pandemics, hurricanes, bombings and so on), I am experiencing fear at work.
My work environment is tense, we have no management team, the coordinator, nursing manager and group leader were asked to resign a month ago. We have summer coming up and being a charming village we are doubling or tripling our population with holidaymakers, camps and tourists. There is no reinforcement plan. And if that wasn't enough, the afternoon doctors on the team have not reached an agreement with the management on the number of afternoons to be covered and will probably leave to look for other centres that are more convenient for them.
The fear I feel has to do with the question: is it possible to hold on under the current circumstances, a question I share with a lot of family doctors and paediatricians in primary care. The mixture of overloaded care and poor management is very toxic for us, especially when office managers, instead of protecting professionals, allow them to face overloaded work schedules. In a large number of centres, the quality agenda has become an instrument of professional mistreatment. We have to respond to an increasingly ageing and demanding population with fewer and fewer professionals, so logically the accounts do not work out. On television I hear some people talking in the background about lowering taxes and I think it is fine as long as the citizen does not fall ill. Because if they do, there is a good chance that the safety net that used to be called public health care will have so many holes in it that it will not be able to sustain their fall.
And that's where we are, praying to hold on for another week, recognising the weakness of the mud we are made of, assuming that the cataract of patients will increase. As long as the body holds out.
Dicen que las hemorroides se sufren en silencio, algo parecido nos pasa a los profesionales sanitarios con nuestros sistemas informáticos. Una lacra de mal funcionamiento, interrupciones de servicio y ralentizaciones frecuentes que llevamos lustros padeciendo. Ocurre en todas las Comunidades, dado que en nuestra gloriosa organización territorial convivimos con decenas de sistemas de información diferentes según hospital, Autonomía, servicio de Atención Primaria y demás divisiones organizativas. Un chorreo de dinero que termina en empresas informáticas privadas y que se podría optimizar invirtiendo en un único sistema multiservicio que tuviera una arquitectura más robusta, mejor diseño y fuera compatible con cualquier servicio de salud del Estado y si me apuran de Europa.
Tal y como están las cosas no es problema baladí dado que produce los siguientes inconvenientes a la par que el derroche de recursos:
1. Problemas de seguridad del paciente, cuando su profesional no puede acceder a su información clínica.
2. Problemas para el profesional a la hora de diagnosticar o tratar.
3. Duplicación de tiempos de consulta, dado que el profesional tendrá que operar el sistema informático, una vez que el paciente se haya ido y se haya restaurado el servicio.
4. Pérdida de información. Los profesionales han de resumir los registros en diferido al ser imposible duplicar el tiempo de atención.
Por estas razones sería aconsejable:
1. Realizar las labores de mantenimiento del servicio fuera del horario de asistencia a pacientes (preferiblemente en noches o fines de semana).
2. Avisar siempre con antelación a los profesionales para que puedan reorganizar la agenda de trabajo.
3. Realizar las labores de mantenimiento evitando los horarios de máxima presión asistencial y en ningún caso más de dos horas por turno laboral.
4. Rediseñar los sistemas de información para que puedan funcionar en una versión mientras se realiza el mantenimiento de otra o bien disponer de versiones locales que puedan funcionar temporalmente sin conexión a red.
Son peticiones razonables que llevamos mucho tiempo pidiendo. Me temo que hasta que alguna asociación de pacientes lo denuncie en juzgado no habrá mejoras.
The problem of information systems in Health Centers
They say that hemorrhoids are suffered in silence; something similar happens to us healthcare professionals with our IT systems. A scourge of malfunctioning, service interruptions and frequent slowdowns that we have been suffering for years. It happens in all the Communities, given that in our glorious territorial organization we coexist with dozens of different information systems according to hospital, Autonomy, Primary Care service and other organizational divisions. A waste of money that ends up in private IT companies and that could be optimized by investing in a single multiservice system that would have a more robust architecture, better design and would be compatible with any health service in Spain and, if I may be so bold, in Europe.
As things stand, this is not a trivial problem given that it produces the following disadvantages as well as wasting resources:
1. Patient safety problems, when their professional cannot access their clinical information.
2. Problems for the professional when diagnosing or treating.
3. Duplication of consultation times, since the professional will have to operate the computer system, once the patient has left and the service has been restored.
4. Loss of information. The professionals have to summarize the deferred records as it is impossible to duplicate the service time.
For these reasons it would be advisable to:
1. Perform the maintenance work of the service outside patient care hours (preferably in evenings or weekends).
2. Always give advance notice to the professionals so that they can reorganize their work schedule.
3. To carry out maintenance work avoiding peak hours of the day.
4. Redesign information systems so that they can operate in one version while another is being maintained, or have local versions that can operate temporarily without a network connection.
These are reasonable requests that we have been asking for a long time. I am afraid that until some patients' association denounces it in court there will be no improvements.
Pese a que fuimos hace poco, la semana pasada terminamos yendo al circo. Uno de dos pistas con números clásicos. La función fue bastante digna y dada la escasa asistencia claramente un esfuerzo poco remunerado. No pude evitar identificarme con aquella troupe, al fin y al cabo yo también vivo de otra actividad circense sanitaria con números de riesgo. Por ejemplo el que me tocará asumir pasado mañana pasando las tres consultas de medicina de familia de mi pueblo en solitario, urgencias incluidas, residencia de ancianos, pacientes terminales… lo del hombre bala se quedará corto si lo comparamos con la agenda que me espera.
Trabajar a diario asumiendo cargas de trabajo que duplican las de mis colegas de otros países es ya temerario, asumir las consultas no suplidas de otros compañeros, no les cuento. Añadan séptima ola Covid (invisible por no cuantificar casos) y aumento de población por ser pueblo de encanto a 40 minutos de Madrid y comprenderán mi desazón.
La cuerda floja en altura desata todos los miedos. Si uno padece vértigo más si cabe. Por eso me vi hermanado a esos equilibristas, trapecistas y demás. Un feriante más en un circo cada vez más precarizado.
The two-ring circus
Although we went there recently, we ended up going to the circus last week. A two-ring circus with classic acts. The show was quite decent and given the low attendance clearly a low paying endeavour. I couldn't help but identify with that troupe, after all I too make my living from another health circus activity with risky acts. For example, the one I will have to take on the day after tomorrow, attending the three family medicine practices in my village alone, including emergencies, old people's home, terminal patients... the bullet man will fall short if we compare him with the agenda that awaits me.
Working on a daily basis, taking on workloads that double those of my colleagues in other countries is already reckless, and taking on the unfulfilled clinics of other colleagues, I can't even tell you. Add the seventh Covid wave (invisible for not quantifying cases) and the increase in population due to being a charming village 40 minutes from Madrid and you will understand my unease.
The tightrope at altitude unleashes all fears. If one suffers from vertigo, even more so. That's why I found myself in the company of those tightrope walkers, trapeze artists and others. Just another carny in an increasingly precarious circus.
Me dicen que en la huelga de médicos de hospital de esta semana los servicios mínimos son del 100%. Me conozco bien el tema. A mi me gustaría que aplicaran ese % en mi centro de salud, en condiciones normales rara vez estamos todos. La norma es que falten profesionales sin cubrir. Por eso las huelgas médicas no suelen funcionar bien, como tampoco cualquier servicio sanitario sobrecargado.
En cualquier caso he presentado una propuesta de innovación a unas jornadas pese a que llevo varios días intentando domar una consulta de más de 40 pacientes diarios (el viernes fueron 53) y algo de desorden acumulado tras un tiempo de ausencia por motivos organizativos del centro. La palabra innovar es de las preferidas para nuestros gestores, reconozco que quizá por ello no me gusta. En Atención Primaria usamos más "salir al paso" pero reconozco que la idea es la misma y nos hermana a los tercios, las tripulaciones de galeones del siglo XVll o a la tribu de Viriato frente a Roma.
Les contaré más próximamente, déjenme unos días.Tan solo adelantaré que es Innovación de supervivencia y que por ello quizá tenga un toque disruptivo.