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Dejamos de muestra un botón con un tema de gran relevancia estas semanas:
Rinitis alérgica
La rinitis alérgica
es una enfermedad que se caracteriza por una inflamación de la piel
(mucosa) que recubre por dentro la nariz. Se produce por la respiración
de sustancias externas, llamadas alérgenos.
Una de las causas más frecuentes son los pólenes en primavera. Con menos frecuencia también puede producirse por sustancias que no se respiran, como alimentos, medicamentos, picaduras o sustancias que atraviesan la piel a las que somos alérgicos. Cuando ocurre esto, la rinitis aparece junto a otros síntomas alérgicos o formando parte de una reacción alérgica generalizada llamada anafilaxia.
La rinitis alérgica sería el equivalente en la nariz a lo que ocurre en los bronquios en las personas con asma alérgica. De hecho, ambas enfermedades suelen coincidir en la misma persona o bien una aparece antes que la otra, por lo que últimamente los especialistas consideran que se trata de la misma alteración.
Por otra parte, con gran frecuencia se acompaña de inflamación de la conjuntiva de los ojos, por lo que generalmente se habla de rinoconjuntivitis alérgica.
Unas personas manifiestan todos los síntomas y otras sólo uno muy predominante.
Es frecuente que los niños con rinitis alérgica también tengan molestias en los ojos y lagrimeo (conjuntivitis alérgica). Como consecuencia del moco persistente es habitual que, al acostarse el niño por la noche, le caiga el moco hacia la garganta y le produzca tos.
A causa del picor, los niños hacen gestos con la nariz, los labios, la cabeza… lo que a veces se confunde con tics. Además, el taponamiento nasal producido por el moco y la inflamación provoca que el niño tenga que respirar por necesidad con la boca abierta, causando ronquidos, falta de olfato e incluso dolor de cabeza. Otros síntomas que pueden aparecer son el picor de oídos y de paladar y el sangrado frecuente por la nariz.
Hay que tener en cuenta que estos síntomas no son exclusivos de la alergia. Existen rinitis de otros tipos, que dan síntomas muy parecidos.
La rinitis puede ser leve, con síntomas mínimos, o moderada-grave, con síntomas muy molestos. En cuanto a la frecuencia, hablamos de rinitis alérgica intermitente en pacientes que presentan molestias durante poco tiempo, coincidiendo con algún contacto ocasional o breve con la sustancia alérgica y rinitis persistente cuando los síntomas se mantienen durante varios meses, coincidiendo con una estación del año, o incluso durante todo el año.
Es importante empezar el tratamiento cuanto antes para evitar la inflamación que se produce en la nariz y que provoca hiperreactividad nasal. Esta hiperreactividad hará que la mucosa nasal reaccione bruscamente frente a virus, frío, cambios bruscos de temperatura, ejercicio, etc. Hay que tener en cuenta que los niños menores de 4-5 años tienen a menudo catarros que pueden provocar síntomas parecidos. Es en este grupo de edad donde resulta más difícil diferenciar los tipos de rinitis, pues el diagnóstico se basa principalmente en los síntomas. El pediatra valorará si es preciso o no realizar pruebas alérgicas u otros análisis.
Una de las causas más frecuentes son los pólenes en primavera. Con menos frecuencia también puede producirse por sustancias que no se respiran, como alimentos, medicamentos, picaduras o sustancias que atraviesan la piel a las que somos alérgicos. Cuando ocurre esto, la rinitis aparece junto a otros síntomas alérgicos o formando parte de una reacción alérgica generalizada llamada anafilaxia.
La rinitis alérgica sería el equivalente en la nariz a lo que ocurre en los bronquios en las personas con asma alérgica. De hecho, ambas enfermedades suelen coincidir en la misma persona o bien una aparece antes que la otra, por lo que últimamente los especialistas consideran que se trata de la misma alteración.
Por otra parte, con gran frecuencia se acompaña de inflamación de la conjuntiva de los ojos, por lo que generalmente se habla de rinoconjuntivitis alérgica.
¿Cuáles son los síntomas?
La rinitis alérgica suele producir taponamiento nasal con sensación de obstrucción y dificultad de la entrada del aire al respirar, mucosidad continua en forma de goteo clarito (“agüilla”), estornudos, muchas veces de forma repetitiva y picor de nariz con necesidad de frotarla continuamente.Unas personas manifiestan todos los síntomas y otras sólo uno muy predominante.
Es frecuente que los niños con rinitis alérgica también tengan molestias en los ojos y lagrimeo (conjuntivitis alérgica). Como consecuencia del moco persistente es habitual que, al acostarse el niño por la noche, le caiga el moco hacia la garganta y le produzca tos.
A causa del picor, los niños hacen gestos con la nariz, los labios, la cabeza… lo que a veces se confunde con tics. Además, el taponamiento nasal producido por el moco y la inflamación provoca que el niño tenga que respirar por necesidad con la boca abierta, causando ronquidos, falta de olfato e incluso dolor de cabeza. Otros síntomas que pueden aparecer son el picor de oídos y de paladar y el sangrado frecuente por la nariz.
Hay que tener en cuenta que estos síntomas no son exclusivos de la alergia. Existen rinitis de otros tipos, que dan síntomas muy parecidos.
La rinitis puede ser leve, con síntomas mínimos, o moderada-grave, con síntomas muy molestos. En cuanto a la frecuencia, hablamos de rinitis alérgica intermitente en pacientes que presentan molestias durante poco tiempo, coincidiendo con algún contacto ocasional o breve con la sustancia alérgica y rinitis persistente cuando los síntomas se mantienen durante varios meses, coincidiendo con una estación del año, o incluso durante todo el año.
¿Qué puedo hacer?
Los síntomas de la rinitis alérgica pueden llegar a ser muy molestos. En ocasiones la causa alérgica es clara, pero en otras no es tan fácil de interpretar. Manifestaciones muy similares pueden aparecer en resfriados o infecciones respiratorias, normales y frecuentes en los meses de frío o en otras rinitis. Será el pediatra quien valore los síntomas del niño y trate el problema de la manera más adecuada.¿Cuándo debo consultar?
Se debe consultar con el pediatra cuando los síntomas sean muy molestos y hagan incómoda la vida normal del niño en el colegio, el deporte o en el sueño. También si la situación presiste mucho tiempo, se presenta de una forma muy repetitiva o si existe una asociación muy evidente percibida por la familia con alguna sustancia a la que el paciente pudiera ser alérgico.Es importante empezar el tratamiento cuanto antes para evitar la inflamación que se produce en la nariz y que provoca hiperreactividad nasal. Esta hiperreactividad hará que la mucosa nasal reaccione bruscamente frente a virus, frío, cambios bruscos de temperatura, ejercicio, etc. Hay que tener en cuenta que los niños menores de 4-5 años tienen a menudo catarros que pueden provocar síntomas parecidos. Es en este grupo de edad donde resulta más difícil diferenciar los tipos de rinitis, pues el diagnóstico se basa principalmente en los síntomas. El pediatra valorará si es preciso o no realizar pruebas alérgicas u otros análisis.