viernes, 6 de abril de 2012

Información para pacientes en la revista JAMA

Producir información de calidad sobre salud es cada vez más importante. La prestigiosa revista JAMA tiene un interesante catálogo de folletos para pacientes en español que es muy recomendable.


 


 Las vértebras (huesos de la columna vertebral) están protegidas por bloques o almohadillas de tejido llamados discos. Estos discos son redondos y planos y constan de 2 partes: el anillo (una cápsula o aro exterior duro) y el núcleo (un centro interior esponjoso de un material gelatinoso). Cuando estos discos están saludables, actúan para absorber los impactos de la columna y son esenciales para mantener flexible a la columna vertebral. Las presiones normales y cotidianas sobre la columna obligan a la superficie exterior a abultarse un poco. Cuando estos discos se dañan por una lesión, el desgaste normal o por enfermedad, pueden abultarse de manera anormal o herniarse (romperse). Cuando un disco dañado se abulta o se rompe de manera anormal se le llama disco herniado (desplazado). Los discos herniados pueden ocurrir en cualquier parte de la columna pero con frecuencia afectan la espina dorsal lumbar (parte inferior de la espalda). El material anormal del disco puede presionar la médula espinal adyacente o las raíces de los nervios, lo cual ocasiona dolor, adormecimiento o debilidad en áreas de la espalda baja, glúteos y piernas. El ejemplar de JAMA del 22 y 29 de noviembre del 2006 incluye dos artículos sobre la cirugía de discos herniados.

 • Proceso natural de envejecimiento: pérdida continua de agua y proteínas en el disco
• Predisposición genética (heredada): una degeneración acelerada de los materiales del disco
• Obesidad: el peso corporal excesivo crea más estrés sobre la columna
• Falta de ejercicio: resulta en una pérdida de fuerza muscular del torso y menor soporte en la columna
• Actividades laborales: largos períodos en posición sentada, levantando o jalando objetos pesados, encorvamiento o torceduras frecuentes, esfuerzo excesivo de fuerza física, movimientos repetitivos o exposición a vibración constante
• Tabaquismo: reduce el flujo sanguíneo y los nutrientes necesarios para la reparación de los discos
• Historial de lesiones en la espalda, disco herniado con anterioridad, o cirugía previa en la espalda

CONSÚLTE A SU MÉDICO SI

• Una lesión moderada ocasiona un adormecimiento o debilidad inmediata en una o en ambas piernas
• Tiene dolores punzantes en la pierna al toser, estornudar o hacer esfuerzos
• Dolor de pierna acompañado de debilidad, hormigueo o adormecimiento persistente
• Dolor de espalda persistente o que aumenta en intensidad durante varias semanas
• Dolor de espalda acompañado de dolor al orinar
• Experimenta un dolor muscular severo en la espalda y espasmos musculares
• Tiene pérdida de control intestinal y de la vejiga


DIAGNÓSTICO Y OPCIONES DE TRATAMIENTO

El diagnóstico se basa en un historial médico completo acompañado de un examen físico minucioso realizado por su doctor. Se pueden realizar exámenes que incluyen imágenes de la columna. Los tratamientos pueden incluir medicamentos orales, inyecciones de fármacos y terapia física. La mayoría de dolores de espalda y piernas se resuelven con estas medidas simples. Las personas que tienen dolor crónico y discapacidad pueden considerar las opciones quirúrgicas.



Puede ver el folleto completo aquí.

Vía Rafa Bravo, editor del blog Primum non nocere

jueves, 5 de abril de 2012

Introvertidos

Susan Cain hace un inteligente alegao en pro de los introvertidos. Dado que es imposible que todo el mundo pueda ser el alma de la fiesta parece sensato valorar la introversión y no convertirla en estigma social o enfermedad. 











Vía el blog de Lorenatahur

miércoles, 4 de abril de 2012

Un poco de poesía




Me gustan los haikus, eso ya lo saben. Sin embargo comparado con Kobayashi Issa no soy más que un aprendiz.

Es bueno ser aprendiz, no hay que dar mucha cuenta de lo que haces a nadie.



sonríe el aprendiz
sabe que solo a él 
ha de dar cuenta





Les dejo algunos poemas del maestro:


¡Qué extraño,
Estar tan vivo
Bajo las flores del cerezo!




 Simplemente confía:
¿No revolotean así
También los pétalos?




 Para el corazón
que no duda,
las blancas flores del ciruelo.





Tienen más aquí   (no conviene leer muchos de golpe).


Vía @Pfresneda 

Cuando las máquinas dejan de hablar



La sanidad es compleja, mi consulta también. Trabajo con un ordenador que fundamentalmente me ocupa en atender las historias clínicas electrónicas de mis pacientes. En muchas ocasiones mi ordenador tiene que hablar con el del Hospital Puerta de Hierro para transferir datos de pruebas diagnósticas o informes. Antes de ayer tuvo un problema, no fue posible. Llamé al servicio de mantenimiento en dos ocasiones. En la primera el esforzado informático estuvo luchando una hora sin éxito. Como lo hizo a distancia tuve que estar presente sin poder atender otras obligaciones, una hora de mi tiempo a la basura. En la segunda llamada, el informático instaló una versión más reciente del navegador y consiguió arreglar el problema, media hora. Media hora más de mi tiempo a la basura.

El problema es que antes de ayer tuve que atender a 48 pacientes, y como es fácilmente comprensible no ando muy sobrado de tiempo que digamos. Los que acudieron a consulta tuvieron que aguantar demoras y ser atendidos con mayor brevedad.

Las intereracciones humano-máquina, máquina-máquina y humano-humano producen una red de comunicaciones complejas, cada vez más. Mi sensación es que las organizaciones no están a la altura, porque probáblemente los indivíduos tampoco lo estemos.

Habrá que ponerse las pilas.



Foto: 'untitled'
http://www.flickr.com/photos/7241501@N07/3083971962

martes, 3 de abril de 2012

Desconectar



Uno de los mayores lujos del momento es desconectar. Hágase la siguiente pregunta, ¿cuándo fue la última vez que pasó un dia entero sin mirar una pantalla (de ordenador, móvil, tv, cine...)?

La sobredosis de información tiene ciertos efectos deletéreos. Así como el abuso de alimento produce obesidad y su privación enfermedad, el consumo de información requiere su justa medida. Regalarse unos días de ayuno parece saludable.

Como suelo hacer en este blog, predicaré con el ejemplo y me retiraré unos días a un lugar perdido en la naturaleza sin opción a internet, teléfono ni  redes sociales. Saberse prescindible puede ser un verdadero placer.


Foto: 'Magic! between the trees'
http://www.flickr.com/photos/8264376@N03/2984569992

lunes, 2 de abril de 2012

¿Qué es lo más asombroso del universo?


este vídeo me pareció inspirador

salud y enfermedad son dos cuestiones que precisan proporción, si cambiamos el orden de magnitud tal vez encontremos un poco de sentido.

Neil DeGrasse Tyson es un divulgador científico, nos aporta una buena respuesta ayudado de unas hermosas imágenes.




Vía Schuschny

domingo, 1 de abril de 2012

¿Por qué la doctora Margaret McCartney no se hace citologías?



Margaret McCartney es una médica de familia con consulta en Glasgow. Además de colaborar con revistas médicas de prestigio lo hace con la prensa, comparto hoy un artículo en el periódico The Independent. En él explica sus razones por las que se niega a someterse a citologías y pruebas de screening del cancer de mama o el colesterol.

Su tesis es muy potente. Las pruebas de detección precoz de enfermedades (pruebas de screening) tienen ventajas e inconvenientes. El sistema sanitario tiene la obligación de explicar ambas para que el ciudadano pueda elegir con seguridad.

Quien desee profundizar en sus razones puede leer su libro, The patient paradox.


Why I'm saying no to a smear

Dr Margaret McCartney is a GP. Yet she refuses cervical and breast cancer screening and hasn't measured her cholesterol. She explains her reasons


Renew travel card. Book haircut. Go for screening test. Buy cinema tickets. Meet friends." You may have spotted the odd one out – for this is not a list of things to do at the weekend, but the front cover of the NHS Scotland's "Cervical Screening Test" information booklet.


Here's a confession. I am a GP, and I don't go for cervical smears. Nor do I know what my cholesterol level is, and when I reach 50 and am invited to mammography screening, I won't be turning up. I haven't decided about bowel-cancer screening, but at the moment, on the evidence, I'm unconvinced.

Why? Part of the problem is the trivialisation of the choices that are offered to us when it comes to screening tests. It's important to be clear – screening tests are for people who are well and who have no symptoms for disease. So if you have bleeding between periods, or a change in your bowel habit, you don't need screening tests – you need diagnostic tests.

Screening tests are different. Because they aim to find disease you don't know about, the trade-off between benefits and harms tends to be more nuanced compared with tests done to investigate symptoms. Cervical screening does prevent deaths from cervical cancer. But to get that reduction, you have to follow up and/or treat all the women who have cell changes on their screening test. However, most cervical-cell changes found at screening will not lead to cervical cancer. The problem is we can't predict which will, so all need further monitoring or treatment. A study from Bristol in 2003 found that 1,000 women have to be screened for 35 years to prevent one death from cervical cancer; and to prevent that death, 80 women have to have further investigation, with 50 women having treatment to their cervices. Four out of five women found at screening to have "high-grade" changes in their cervix did not go on to develop invasive cancer.
Clearly, there is a benefit – but overall, it's small. That potential for good has to be weighed against the risks of treatment. It's known that having a cervical biopsy – which is done to get more information about the degree of abnormality – raises the risk of pre-term birth in later pregnancies. And the worry and anxiety that the results cause shouldn't be underestimated.

I'm not against screening, but I am against unthinking screening. I weighed up my personal risk factors for cervical screening (for example, smoking is a risk factor), threw in my own priorities – and decided not to have it. And here's the problem. The NHS persists in sending me red-ink letters despite my written declaration to opt out. I'm made to feel a risk-taker in not having cervical screening – yet I'd also be taking my chances if I had it done.

This is at the heart of the screening problem. Most information sent to us, as potential participants, doesn't make clear that it's a personal choice, and a balance of pros and cons. We can end up being screened without knowing that it was an option, not a foregone conclusion. This is important because it's apparent from research studies that when people get balanced information about screening tests, fewer people want them. Take the prostate-specific antigen (PSA) blood test for prostate cancer screening. When it's explained that it can't distinguish a killer cancer from a "cancer" that behaves benignly, more men opt out – the treatment can lead to impotence and incontinence, and there is no guarantee that PSA screening saves lives. The same goes for bowel-cancer screening; the better the information people are given about their chances of benefit and risk of side effects from screening, the fewer want it.

Yet the screening establishment tends to think that people who don't have their prescribed screening tests are more likely disorganised, feckless or ignorant. The truth is quite different. I've elected not to know my cholesterol level because it's just one cardiovascular risk factor among many others that I can control better – such as with exercise and diet. For someone without cardiovascular disease, there's around a one-in-60 chance of avoiding a heart attack by taking cholesterol-lowering statins for five years. But there is also a one-in-167 chance of developing diabetes because of the drugs. I'd rather not take tablets for the rest of my life with this balance of risks. As for breast screening, we know that if you screen 2,000 women for 10 years, one will have her life prolonged because of it. But to get this benefit, 10 other women will have treatment for breast cancer unnecessarily – when their cancer would never have affected their lifespan. When I put this in context with my own personal risk factors and preferences, I can't see myself signing up.

Of course, all this pales beside the many screening tests in the private sector – from CT scans of vital organs to ultrasounds of the neck and ECGs of the heart. Within the NHS, the UK National Screening Committee diligently researches the benefits and risks of screening. In the private sector, there's no such quality control. And false positives can mean invasive tests are done to get biopsies, themselves risking harm. Are we even sure what "normal" is? We know that about 10 per cent of well people have abnormalities on their brain scans – including aneurysms and benign tumours. Clearly, most of these "abnormalities" mean very little – 10 per cent of the population don't die of these "problems". Screening can throw up all sorts of unanticipated problems; shouldn't we know this before stepping into a scanner?

Many people who endure side effects from screening tests are willing to put up with them because they believe they have been saved by them. I'd be willing to bet that if more people understood the fine balance of risks screening offers, there would be less screening – and more anger. To me, the failure of medicine to explain the pros and cons, and the need to make a properly informed screening choice, is scandalous and unsustainable. But it's potential patients who need to object loudest of all.

  (bolds are mine, las negritas son mías)






'The Patient Paradox: Why Sexed-up Medicine Is Bad for Your Health', by Margaret McCartney, is published by Pinter & Martin (£9.99)