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lunes, 24 de noviembre de 2014

El desierto y el jardín













La enfermedad es un desierto. Nos obliga a salir a la intemperie de nosotros mismos, a exponernos a lo no deseado, a dejar por un momento nuestras armaduras y protecciones.

Por otro lado toda dificultad vital encierra la posibilidad de adquirir una nueva manera de ver las cosas. La única forma de dejar de sufrir pasa por superar la identificación con el contenido de la conciencia que nos produce desazón. Una sola respiración separa el cielo del infierno, una sola respiración nos permite volver a nuestro jardín siempre que lo deseemos. Ese jardín lo han cantado místicos y poetas, sabios y locos, aquellos que se han atrevido a salirse de la tiranía del ego que nos obliga a circular una y otra vez alrededor de las enormes piedras que en la vida nos hacen tropezar.

 Recordar que todo desierto encierra su jardín, toda sequedad su oasis de agua, es una manera de sanar. Hay cosas que no podemos cambiar, pero rescatar la posibilidad de conectarnos con nuestra propia y profunda paz es una certeza. En el hospital o el centro de salud no le hablarán de esto, por eso me tomo la libertad de escribirlo aquí.




Mandalas de Keith Allen Kay, recomiendo su página web

sábado, 8 de noviembre de 2014

¿Quiénes son los navegadores de la salud?




“Caronte cruzando la laguna Estigia”,  Joachim Patinir (1480-1524).




Un navegador de la salud es toda persona que haya atravesado la laguna Estigia de una enfermedad grave y vuelve para contarlo. Sus cuidadores cercanos y los profesionales sanitarios también pueden serlo.

Todo el mundo ha navegado alguna vez sus propios tiempos de enfermar. La mayoría de las veces son travesías breves de procesos habituales que no producen una ruptura en la biografía del sujeto. En  estas experiencias personales encontramos las claves para entender o acompañar a otros, para ayudar a navegar a los que tenemos cerca.

Cuando la experiencia ha sido de navegación de altura, y la persona se ha acercado al límite, la biografía se suele romper. Hay un antes y un después. Se atraviesa el umbral de una verdadera crisis. La sabiduría y la comprensión que surgen en el viaje de vuelta pueden ser valiosísimas para otros.

Por eso es tan importante visibilizar y compartir esta conciencia.

Por eso es tan importante ayudar a la persona en tiempo de enfermar a encontrar sus propias respuestas, su propio sentido. 

Y resistir la tentación de imponer las nuestras.






 誰是健康的瀏覽器?


生瀏覽器是誰的人已經從一場大病越過冥河回來講的故事。他的親密和照顧者的健康專業人士也可以。

每個人都曾經駕駛自己生病的時候。大多數遊船簡短倍,不產生在主題的傳記中斷正常過程。這些個人經歷的關鍵是理解或陪同他人以幫助您瀏覽接近的人。

當瀏覽體驗一直居高不下,而該人已接近極限,傳記往往打破。之前和之後有。超過閾值時真正的危機。出現在回程的智慧和理解,可以是有價值的人。

因此,這是非常重要的,可視化和共享此認識。

因此,這是非常重要的幫助的人生病的時候找到自己的答案,自己的感覺。

和抵制誘惑,我們強加給自己的。

(機器翻譯,遺憾的錯誤)


domingo, 26 de octubre de 2014

¿Qué harías si te quedaran seis meses de vida?






No solemos contemplar el escenario de una muerte próxima. Consideramos una tragedia la noticia de un pronóstico vital breve, tanto para nuestros seres queridos como para nosotros mismos. Pero obviar este hecho nos hace más vulnerables cuando llega. Y la muerte nos alcanza siempre.

Comparto seis preguntas que merece la pena responder. Al hacerlo estamos dignificando la vida, al reconocer su enorme valor y su limitación, toda vida es cambio permanente. Al hacerlo estamos dignificándonos nosotros, como seres humanos que saben de su final y tienen la libertad de vivir la vida con la intensidad que decidamos.



¿Has pensado alguna vez en tu muerte?

¿Qué te asusta más?

¿Cómo te gustaría ser cuidada en la etapa final?

¿A qué estarías dispuesto y a qué no?

¿Lo has hablado con alguien?

¿Sabes lo que  son las voluntades anticipadas y el testamento vital?



Brittany Maynard es una mujer norteamericana de 29 años con un pronóstico vital breve. En el siguiente vídeo comparte su historia. Ha decido viajar y aprovechar al máximo cada momento que le quede. Vivir con intensidad es el mejor mensaje que nos puede compartir.

A la hora de morir quiere ser ella la que elija el momento cuando lo considere, levantando la consiguiente polémica. En mi valoración la muerte es un momento delicado y privado, tal y como lo es el nacimiento. No se ustedes, pero a un servidor no se le ocurrió meter una cámara en el paritorio de sus hijos y no lo piensa hacer en ningún velatorio. Pero para gustos los colores. Quédense con la reflexión que subyace tras las imágenes.











domingo, 12 de octubre de 2014

Ante la epidemia de miedo una buena dosis de confianza







Estoy un poco harto de la sobrecarga mediática de estos días y del clima ceniciento que se ha ido creando entre todos. Han saltado demasidas alarmas, y hemos reaccionado conectando las sirenas del miedo personal. Si consiguiéramos mirarlas desde lejos veríamos que seguramente no haya sido para tanto, pero lo cierto es que hay cosas que siguen causándonos pánico, una serpiente en el camino, una araña subiendo nuestro brazo, la posibilidad de contagiarnos...

El miedo dispara las alertas, nos prepara para la acción o la huida. Pero no es posible mantenerlo activado mucho tiempo sin padecer las consecuencias de su peso. Si abusamos de él nos termina aplastando. Por eso viene bien exorcisarlo. Hemos pasado miles de años haciéndolo alrededor de un fuego, contándonos historias, haciéndonos reír, bailando y cantando... estando juntos. Cuando varias personas están juntas se hacen fuertes. Cuando uno en soledad se permite mirar a la cara a sus miedos también.

La levedad humana nos recuerda a menudo que todos vamos a morir, reflexionarlo nos viene bien para no perder demasiado el tiempo. Para no agobiarnos en exceso, para no darnos más importancia de la necesaria. Mirar a la vida con confianza y no con suspicacia es una forma de impedir que el miedo campe por doquier. Desconfiar permanentemente de los demás, de las circunstancias, del gobierno, de lo ajeno no hace más que añadir incertidumbre a nuestras realidades. Y no hay incertidumbre que no termine engendrando miedos al crecer.

Me gustaría ser capaz de transmitir confianza a los demás. Desde mi consulta trato de hacerlo a diario con las personas en tiempo de enfermar o que viven situaciones que les desbordan y sobrepasan. Me gustaría ayudar a manejar mejor los miedos, a navegar con su potente viento que pese acometernos de frente es susceptible de ser usado para avanzar en nuestras vidas. No tengo recetas milagrosas pero sé de buena tinta que cuando mis pacientes confían en mí el miedo disminuye. Cuando nos sostenemos mutuamente podemos ser casi invulnerables.

Estos días tal vez acaben tan hartos de la sobrecarga mediática como yo, de tanto ruido de fondo. No olviden que una de las cosas más inteligentes que pueden hacer es apagarlo todo. Conéctense a los suyos, a aquellos en los que confíen, conéctense a la naturaleza, a esa fuente auténtica y profunda que cada cual lleva dentro. Y dejen que sean otros los que se entretengan con tertulias y titulares grises.


viernes, 10 de octubre de 2014

La esperanza como medicina






 "Allá, asomando entre las nubes por encima de un peñasco sombrío en lo alto de los montes, Sam vio de pronto una estrella blanca que titilaba. Tanta belleza, contemplada desde aquella tierra desolada e inhóspita, le llegó al corazón, y la esperanza renació en él. Porque frío y nítido como una saeta lo traspasó el pensamiento de que la Sombra era al fin y al cabo una cosa pequeña y transitoria, y que había algo que ella nunca alcanzaría: la luz, y una belleza muy alta. Más que una esperanza, la canción que había improvisado en la Torre era un reto pues en aquel momento pensaba en sí mismo. Ahora, por un momento, su propio destino, y aun el de su amo, lo tuvieron sin cuidado. Se escabulló otra vez entre las zarzas y se acostó junto a Frodo, y olvidando todos los temores se entregó a un sueño profundo y apacible."

 JRR Tolkien



En medicina hay un viejo adagio que dice "curar a veces, aliviar a menudo y confortar siembre". Para muchos será muy discutible. En cinco minutos de consulta como tenemos ahora es complicado confortar. El aumento de la esperanza de vida y los hábitos de alimentación excesiva y gran sedentarización están complejizando la situación vital de muchas personas mayores que se ven aquejadas de un gran número de patologías para las que toman muchísimos medicamentos. El cielo de muchas personas en tiempo de enfermar está permanentemente encapotado. No se ve la luz.


Y el ser humano necesita esa luz. La necesita como el aire que respira. Sin esperanza no puede vivir, el ser se marchita pronto y se deteriora sin remedio.

Los médicos modernos dependemos mucho de la ciencia. Esto está bien, la ciencia nos ha permitido avanzar mucho y encontrar mejores remedios y formas de aliviar. Pero no todo es ciencia en medicina y aliviar y confortar son verbos que precisan de algo más para ser conjugados.

Las dimensiones humanista y creativa de la medicina han sido relegadas a un rincón. En las empresas sanitarias con ánimo de lucro o centradas en resultados medibles han dejado de tener importancia. Pero las personas en tiempo de enfermar siguen anhelando profundamente ese tipo de aproximación, de ayuda.

Es necesario que tras salir de la consulta la persona enferma lleve algo más que una receta en la mano. Es necesario ayudar a que estas personas y sus cuidadores sean capaces de rescatar el brillo de alguna estrella por muy negro que esté el cielo en las circunstancias que vivan.

Por eso me parece tan importante que todo profesional sanitario cuide su camino personal de contacto consigo mismo. La única manera de saber que "hay mil soles encima de las nubes" es atreverse a subir la montaña para enfrentarse a esas nubes. Solo tras atravesarlas se ve el sol. Solo entonces podremos bajar al valle a contárselo a otros.


jueves, 9 de octubre de 2014

La violencia en nuestras vidas





“La prisa y la presión de la vida
moderna son formas de violencia.
Dejarse arrastrar por una multitud de
preocupaciones contradictorias,
entregarse a demasiadas exigencias,
querer ayudar a todo el mundo en todo,
es sucumbir a la violencia.
El frenesí neutraliza nuestro quehacer por la paz.
Destruye nuestra propia capacidad
interna para la paz porque
destruye la raiz de la sabiduría interna que hace que
el trabajo sea provechoso."


Thomas Merton



Estamos agitados. Eso nos hace ser violentos con nosotros mismos. Nos exigimos mucho, usamos la fusta, queremos ir más deprisa, llegar antes a un hipotético futuro que no existe pero ante el que nos sentimos poderosamente impelidos. También nos portamos así con nuestro entorno. Machacamos el planeta y a los que nos rodean con la misma violencia que usamos con nosotros.

Como todo el mundo a nuestro alrededor va igual de deprisa no nos damos cuenta de la locura. Como todo el mundo a nuestro alrededor está igual de fastidiado no apercibimos nuestro propio fastidio... hasta que el agua colma el vaso y aparece la crisis nerviosa o la enfermedad. Hasta que algo fuerte nos para totalmente.


La serenidad y la paz son poderosas medicinas que hay que beber despacio. La prisa las espanta. Cuando en consulta es necesario prescribirlas me obligan a ser muy creativo para no generar susceptibilidades o resistencias. Las personas suelen pedir serenidad en forma de pastilla pero no es posible recetarla de esta forma. Ha de ser la propia persona la que se permita bajar el ritmo y encontrar así, en su propia semana, los necesarios tiempos de tranquilidad que tanta falta nos hacen. Conseguir que los profesionales sanitarios tengan un enfoque amplio de la situación de la persona que tienen delante y ofrezcan respuestas más personalizadas y oportunas es un necesario cambio de paradigma que transcienda la hipermedicalización imperante.

Hay mucho por andar.




El compromiso personal como camino de sanación








La palabra compromiso no tiene buena prensa en las sociedades líquidas que habitamos. Tal vez en los tiempos de nuestros abuelos, ahora claramente no. Todo tiende a mercantilizarse, fluidificarse, cosificarse. En el mundo de la salud veo como cada vez hay menos profesionales vocacionales y más mercenarios. Cada vez más negocio, ánimo de lucro y búsqueda del beneficio personal. Malos tiempos para la lírica y la ética. Pero no es mi intención hacer un alegato oscuro y tenebrista, creo que es mucho más interesante que nos miremos cada cual a sí mismo. ¿Cómo es tu compromiso contigo mismo? 

Todos tenemos obligaciones para atendernos. Nos proveemos alimento, bebida, descanso, actividad, distracciones, ropa, cobijo... Pero si nos miráramos desde fuera, si alguien nos grabara un vídeo de un día de nuestra vida con toda seguridad nos echaríamos las manos a la cabeza. Veríamos a un ser azorado, corriendo sin parar, agobiado, malencarado en ocasiones... un remedo de lo que pensamos deberíamos ser. ¿Cómo vamos a comprometernos con los demás si no somos capaces de hacerlo en condiciones con nosotros?

Cuando llega un tiempo de enfermar la vida nos para. Surge una oportunidad para tomar conciencia de nuestras carencias personales. Es verdad que al que padece un infarto después de haber dedicado los últimos veinte años de su vida a trabajar sin parar, a correr sin parar y a fumar sin parar no le sirve de mucho lamentarse. Pero también es cierto que sólo si toma conciencia de que puede mejorar el compromiso con sigo mismo y cuidarse mejor podrá aspirar a una vida mejor.

Todos sabemos que comer sano nos conviene más que la hamburguesa pero seguimos tomando hamburguesas. Todos sabemos que hacer algo más de ejercicio nos conviene más que tanta televisión pero seguimos viendo demasiada televisión.

¿Cómo pasar del saber al hacer?  

Tal vez por el sentir. 

Yo puedo saber que es hora de comer pero hasta que no lo sienta no iré a prepararme la comida.
Yo puedo saber que me vendría bien ir a dar un paseo pero hasta que lo sienta no saldré.
Yo puedo saber que es sano ir al servicio todos los días pero sólo iré si siento el impulso.


Contactar con nosotros mismos para sentirnos.

Cada vez me doy más cuenta de lo importante que es algo tan aparentemente simple.
Cada vez me doy más cuenta de lo desconectados que estamos de nosotros mismos, de nuestro cuerpo, de nuestras emociones, de nuestros sentimientos.

Comprometernos con nosotros mismos para estar más conectados con nosotros, para sentirnos más, para respetar lo que sentimos es un camino seguro de sanación, de crecimiento, de superación. Esto no te lo van a contar en ninguna consulta, en ningún contacto con el sistema sanitario. Deberían, sin ello muchas pruebas, pastillas y recomendaciones no servirán absolutamente de nada.





viernes, 3 de octubre de 2014

¿Es la comedia una buena terapia?




 
 Patricia García Quirós y Verónica Pérez

Antes de los tiempos de la televisión la gente gustaba de ir al teatro y ver comedia. Era una manera de dejar un momento de lado los problemas, reírse un poco y recordar que las cosas serias de la vida tal vez no lo sean tanto. Hace unos días tuve la ocasión de ver una comedia de Carlos De Matteis , una obra divertida con un buen trabajo de Patricia García Quirós y Verónica Pérez que al finalizar compartieron una copa de cava con el público.
Casi todos ustedes habrán experimentado alguna vez el poder liberador de la risa, cuando la causante de la misma es una obra de teatro en directo seguramente habrán paladeado el valor añadido de algo tan antiguo y eficaz.
Sigo creyendo que es bueno reírse y es bueno ir al teatro. Merece la pena contemplar esta opción para sus momentos de ocio. Y no pongan de pega los elevados precios, hay opción hasta de ir por la gorra.

martes, 30 de septiembre de 2014

¿Qué harías si no tuvieras miedo?


















Alejandro Jadad nos propone hoy esta pregunta.

Es impresionante el poder que permitimos tenga el miedo en nuestras vidas.
Nunca vivimos con más seguridad que en esta época (en el lado del mundo privilegiado).
Podemos salir a la calle sin esperar que un tigre nos devore ni nos caiga una bomba. Podemos beber agua de grifo con tranquilidad. Podeos irnos a dormir sin dejar a nadie de guardia...

Aun así nos sentimos inseguros, tenemos miedo a muchas cosas.

Y el miedo paraliza.


Cuando atravesamos tiempos de enfermar el miedo crece. Se hace casi un gigante, ahogando nuestros días, llenando de zozobra nuestras noches.

La única manera que conozco de enfrentarse al miedo es la de los niños: dándose la vuelta y mirandolo a la cara. El miedo lo tenemos siempre detrás, en nuestra sombra. Mientras menos miremos más larga y amenzazante es. Basta con darse la vuelta y mirarla un instate para ver que no tiene poder, que está arrastrada por el suelo, que forma parte de nosotros pero no nos domina. De esa forma el niño entiende que puede seguir jugando sin problemas.

¿Qué harías si no tuvieras miedo?





Was würden Sie tun, wenn Sie nicht Angst hatten?



 Alejandro Jadad diese Frage heute vorschlagen.

Es ist erstaunlich, die Macht, die wir ermöglichen Angst in unserem Leben haben.
Wir leben nicht mehr sicher in dieser Zeit (auf der Seite der privilegierten Welt).
Wir können gehen, ohne zu warten ein Tiger fressen uns oder Drop eine Bombe. Wir können Leitungswasser mit Leichtigkeit zu trinken. Podeos schlafen gehen, ohne jemand im Dienst ...

Doch wir fühlen uns unsicher, fürchten wir, viele Dinge.

Und Angst lähmt.


Wenn wir durch Zeiten der Angst gehen wächst krank. Es wird fast ein Riese, erstickt unsere Tage, unsere Nächte mit Angst gefüllt.

Der einzige Weg, ich weiß, der Umgang mit Angst ist die Kinder: Drehen und sah ihn im Gesicht. Die Angst haben wir immer hinter in unserem Schatten. Je weniger Sie mehr zu schauen und amenzazante ist. Einfach umdrehen und schauen, was man instate hat keine Macht, die über den Boden gezogen wird, ein Teil von uns, aber uns nicht dominieren. So kann das Kind versteht, dass er weiterhin ohne Probleme zu spielen.

Was würden Sie tun, wenn Sie nicht Angst hatten? (Maschinelle Übersetzung, sorry für die Fehler)



sábado, 27 de septiembre de 2014

El largo camino hacia la dignidad de género





Como sociedad y como especie es fundamental caminar hacia una misma dignidad de género. Los comportamientos, ideas, costumbres que rompen dicha dignidad terminan afectando de alguna manera a todo el mundo. El vídeo que presento es elocuente, si nos hubiera tocado ser protagonistas ¿qué hubiera pasado? Una gran mayoría habría reaccionado de la misma manera. No hay que flagelarse, hemos recibido una herencia que claramente minusvalora lo femenino.

Darse cuenta es el primer paso.

Actuar en consecuencia el siguiente.






Si eres hombre puedes dar un pequeño paso #HeforShe 
Si luego asumes un poco más las tareas de casa, no arreglarás mucho, pero seguro que algo avanzamos ;)







Vía Alejandro Jadad


miércoles, 17 de septiembre de 2014

Homo Depredator

Sylvester Stallone caracterizado como Rambo




Hay muchos indicadores que parecen decir que el Homo Sapiens es en realidad un Homo Depredator cuya máxima habilidad no es el conocimiento sino el saqueo y el consumo de recursos y especies. Muchos torcerán el gesto con disgusto y harán bien. Es una forma de confirmar lo que digo que de todas formas es evidente. "En el planeta tierra una especie de primates se ha hecho preponderante, dominando con sobrada diferencia al resto, amenzando por su crecimiento poblacional y su consumo exponencial de recursos la totalidad del sistema", este podría ser el resumen que un observador extraterrestre lanzara a su base y que paradójicamente muy pocos humanos son capaces de asumir pese a todos los datos que tenemos encima de la mesa. La desaparición de especies es en estos momentos similar a la que hubo en el cretácico, hace más de 3.5 millones de años y quizá en otros escasos momentos de la larga historia de la Tierra. Y esta vez no es una glaciación o un meteorito, somos nosotros... La tecnificación e industrialización progresiva están produciendo un impacto medioambiental con consecuencias en el clima, la orografía y el medio ambiente. Lo peor con diferencia es el poco nivel de conciencia imperante sobre el que surgen como malas hierbas la avidez, el egoísmo y el afán de tener más, plagas antiguas que se extienden cada vez con más virulencia.

El paradigma de la globalización y la hipertecnificación progresiva hacen que el panorama sea muy inestable. Pequeñas fluctuaciones pueden hundir completamente el status quo. Tampoco esto parece interesar a nadie. Si utilizáramos términos médicos nos encontraríamos con un enfermo delicado con una enfermedad subclínica avanzada y diseminada que ha producido daños en numerosos órganos sin manifestarse claramente. El paciente lleva tiempo notando ciertas molestias mínimas pero llevaderas. Hace algún tiempo que precisa estimulantes diarios para movilizar su astenia, potentes calmantes para aliviar ciertas molestias y gran cantidad de somníferos para poder desconectar por la noche. Con todo y con eso sigue levantándose cada mañana y persiste en su trabajo de esquilmar al máximo la naturaleza. La mala noticia es que todos formamos parte de este enfermo terminal y va a hacer falta que seamos muchos los que unamos nuestras pequeñas voces para avisar al resto del cuerpo de lo que está pasando y hagamos algo lo antes posible. 

La historia nos recuerda que socialmente la manera tradicional de dirimir las crisis es mediante el uso de la guerra. Los enfrentamientos armados han sido la forma en que se ha modelado el avance de la especie por lo que denominamos progreso y lo que ha condicionado la aceleración progresiva de la producción de tecnología. Lamentablemente la guerra tradicional es solo tolerable a escala local y sin cruzar la línea roja del uso de energía nuclear, armas químicas o bacteriológicas. Las dos guerras mundiales pusieron de manifiesto la inutilidad de este recurso y el enorme coste humano, económico y medio ambiental de las mismas. No solucionaron los problemas de base y el status quo de tensión se mantuvo aunque es cierto que se fue modificando por la aparición en escena de otros actores influyentes que cambiaron el horizonte de amenazas.

¿Qué otro camino queda? La situación nos retrotrae al principio de los tiempos. Fue la misma que enfrentó a los dos hermanos Caín y Abel en la llamada revolución del Neolítico, el paso de la cultura de cazadores recolectores a las sociedades sedentarias de base agraria y ganadera. La nueva posibilidad de concentración de bienes, alimentos y recursos posibilitó la emergencia de la ciudad estado y después la de naciones o imperios, dejando muy atrás aquel hermoso jardín del Edén donde al parecer fuimos felices. El carácter expansionista de la especie hizo que los conflictos  de escala personal o familiar pasaran ahora al plano de la alta política en la que se dirimían de la misma forma, a garrotazos. El problema es que todo garrotazo lleva aparejado un daño, cuando éste lo recibe otro y nos produce un beneficio no es impedimento a la conducta y la refuerza. Si el daño nos salpica y nos afecta negativamente la cosa cambia. En una sociedad globalizada, y por tanto unificada, el daño siempre nos salpica. Si uno destroza el salón del vecino al otro lado de la calle o llena de inmundicias su cocina, poco pasará porque no nos afecta, pero si lo hace en su propia casa ya es otra historia. Hemos llegado a ese punto, por eso toda hambruna consentida, todo vertido incontrolado, toda especie aniquilada nos resulta tan irritante, cada vez los demás están más cerca. Lo que antes era un pueblito de casas separadas es ahora una comunidad de vecinos en un bloque de pisos. Por eso ya no es tolerable el uso de dinamita para solucionar los conflictos, antes se podía echar la casa abajo del vecino, ahora no porque es la misma que la nuestra.

El reto es tomar conciencia de ello. Caín y Abel no pudieron hacerlo porque vivían a cierta distancia en sus planteamientos vitales. El odio que surgió entre ellos los llevó a una situación de "yo contra ti", de "ó quedas tú ó quedo yo". Que es la que siempre ha enfrentado a los grupos de cazadores-recolectores por los recursos, desplazando a unos para que queden otros  y a las sociedades agrarias entre sí por los mismos motivos. Conseguir una "humanidad única", reconocer por fin "una casa común" es al parecer el único camino para evitar el desastre. Sin embargo, dada nuestra naturaleza, los conflictos seguirán, ¿cómo manejarlos sin recurrir al hacha de guerra? me temo que como en toda familia bien avenida, con un prudente uso de la autoridad basado en consecuencias y no en castigos, una cultura del diálogo, la educación y el respeto y un aumento de conciencia que nos permita a todos darnos cuenta de lo que está pasando. Muchos dirán que esto no es nuevo, que sus profetas o sabios favoritos lo dijeron hace ya muchos años. Es verdad, pero no por ello dejaremos de recordar este mensaje que pese a ser casi tan milenario como nuestra historia sigue siendo ferozmente desconocido e inaplicado. Nos queda la posibilidad de que un pequeño tweet, un vídeo o un texto en un blog se viralice y llegue a todos los rincones. Nos queda la posibilidad de alumbrar entre muchos una nueva toma de conciencia. Habrá que seguir intentándolo, cada vez estamos más cerca. 


La humanidad es ya una comunidad que vive en un bloque de pisos, no puedes ponerle una bomba al vecino sin que se derrumbe tu propia vivienda.

Humanity is already a community living in the same building, if you bomb your neighbour you blow up your own house.

L' humanité est une communautée qui vie dans un même bâtiment, vous ne pouvez pas poser une bombe chez votre voisin sans que votre propre demeure explose.


jueves, 11 de septiembre de 2014

Carta de Stephen Fry a una mujer depresiva






Si estás depre o atravesando uno de esos momentos bajos de la vida tal vez esta carta de Stephen Fry te ayude:




“Querida Crystal,

Me apena oír que la vida te está golpeando fuerte en estos momentos. Dios sabe que puede ser muy duro cuando nada parece que encaja y nada nos llena. No estoy seguro de que exista un consejo específico que yo pueda dar que ayude a que vuelva el gusto por la vida. Aunque lo hacen con la mejor intención, duele que nos recuerden cuánto nos aman los demás cuando tú no te amas a ti mismo.

He encontrado que es de ayuda pensar acerca de las emociones y sentimientos propios como similares a los cambios meteorológicos.

He aquí algunos hechos obvios acerca del tiempo:

Es real
No puedes cambiarlo con tus deseos
Si llueve y está oscuro, realmente llueve y está oscuro, y no puedes cambiarlo
Puede estar oscuro y llover 15 días seguidos

PERO

Algún día saldrá el sol
No podemos controlar cuando saldrá el sol, pero saldrá
Algún día

Ocurre lo mismo con nuestros estados de ánimo. El enfoque equivocado es creer que son ilusiones. Son reales. La depresión, la ansiedad, la apatía -son reales como el tiempo- Y DE LA MISMA MANERA, NO ESTÁN BAJO NUESTRO CONTROL. No son culpa nuestra

PERO

Pasarán: algún día lo harán

De la misma manera que uno debe aceptar el tiempo, uno tiene que aceptar cómo se siente acerca de la vida a veces. “Hoy es un día de mierda” es un enfoque perfectamente realista. Se trata de encontrar una especie de paraguas mental. “Hey-ho, está lloviendo dentro de mí: no es culpa mía y no hay nada que pueda hacer más que aceptarlo. Pero el sol podría salir mañana, y cuando lo haga, lo aprovecharé”.

No sé si esto te sirve de algo: podría no serlo y, si es así, lo siento. Simplemente pensé en escribirte algo para desearte buena suerte en tu búsqueda por encontrar un poco más de placer y sentido a la vida.

Mis mejores deseos

jueves, 4 de septiembre de 2014

El Privilegio de escuchar; lo que queda de él.



 Graffiti de Bansky



Tras leer el texto que el crítico literario J. Ernesto Ayala-Dip escribió recientemente en el diario El País me surge una justificada reflexión. Me parece que el señor Ayala-Dip tiene toda la razón. Los médicos cada vez somos más técnicos y menos humanistas, cada día usamos más herramientas tecnológicas y menos narrativas. El mercado y la sociedad han convertido la salud y la enfermedad en negocio y los sistemas sanitarios han derivado en una industria donde se buscan resultados. Hay que ver más pacientes en menos tiempo y proveer más servicios con menos dinero. Lógicamente pierden los pacientes que salen de la consulta sin que el facultativo apenas les mire y los galenos que no tienen tiempo de ejercer bien su oficio ni poder escuchar en condiciones a sus pacientes. Y es que con una lista de 40, 50 o 60 pacientes en una mañana no hay tiempo material para escuchar correctamente a casi nadie. Cuando comento con médicos de otros países que disponen de 15 a 30 minutos por visita que en España la media son 6 minutos y en algunas Comunidades Autónomas menos no dan crédito. Para desarrollar una medicina humanista hacen falta varios factores, unos dependientes del médico, otros de la organización sanitaria, otros de la sociedad y finalmente otros del paciente. Nuestros abuelos iban al médico solo cuando estaban realmente muy enfermos. No iban por catarros o diarreas leves, no iban a contarle al médico que estaban tristes o agobiados. Hoy sí. Hoy vemos mucha gente joven llorando en consulta, gente agobiada que no tiene otro sitio donde contar sus cuitas ni llorarlas. Vemos gente que consulta por motivos peregrinos a la menor tos o décima en el niño, por el menor malestar que ya no es tolerable. Los sistemas informáticos omnímodos y omnipresentes fagocitan cada vez más la atención de los profesionales sanitarios, hay que registrar todo lo registrable para que los gestores hagan sus números, contabilicen, optimicen, rentabilicen...

Tengo la suerte de tener varios médicos-escritores en mi familia. Sé de primera mano que la medicina es pura literatura, yo así me he formado y trato de ejercer. Pero también sé que la cosa está mal. La sociedad cada vez más enferma, la enfermedad más mercantilizada y la medicina más monetizada. El mercado ha invadido también esta esfera social y el ánimo de lucro terminará por malograrla del todo para perjuicio de absolutamente todos los actores. No tienen más que ver el paradigma de medicina estadounidense: por un lado millones de excluidos mendigos de una mínima beneficencia y por otro los que todavía pueden pagar los altísimos seguro,s que por cierto no apuntan buenos resultados en salud.

No tengo las respuestas, sí las ganas de seguir ejerciendo la medicina de la forma más humana posible apoyándome en la tecnología que mi conocimiento y mi criterio estimen más necesaria para cada caso. Sigo pensando que escuchar es un enorme privilegio a la par que una urgencia social. Nos conectamos a televisores y adminículos que nos sirven información diversa pero no nos escuchan. Para ser escuchados con propiedad requerimos de otra persona y eso no tiene visos de poderse tecnificar. Cuando llegue el momento en el que sea claramente imposible escuchar con un mínimo de rigor me enfrentaré con una terrible decisión. Una opción será decir basta y batallar contra la organización sanitaria, otra salirme de ella para ejercer de forma independiente; es la tercera la que me da más miedo. No ser capaz de mover ficha y seguir trabajando como si nada, viendo un paciente cada tres minutos olvidando que una vez fui médico pero terminé como veterinario. Como pueden ver el fondo de la crisis nos lleva a todos al mismo punto, al final cada cual deberá estipular hasta dónde llega su dignidad, si delegamos esta decisión pueden imaginar el desenlace.




 Les comparto el artículo citado:


El Privilegio de escuchar


La llegada de la tecnología a las consultas de la sanidad pública ha perturbado algunos hábitos. En las consultas de atención primaria, el médico que antes nos saludaba mirándonos a los ojos, ahora se ha trocado por una persona que apenas nos mira, apenas nos habla y apenas nos escucha, dada, supongo, la mucha prisa que tiene de suplantarnos por el siguiente paciente.
No es mi intención hacer ninguna crítica a la Seguridad Social, a la eficacia profesional con la que todavía se ocupa de nuestra salud. Podría protestarse ante las listas de espera para ser intervenidos en determinadas cirugías, cada día más ralentizadas en algunas comunidades autonómicas, debido al cierre de quirófanos (impelidos estos cierres por la austeridad presupuestaria); podríamos preguntarnos por el cierre de algunos centros de asistencia primaria en determinadas poblaciones, obligando a los pacientes de los mismos a desplazarse a localidades vecinas. En fin, a lo mejor poniéndonos muy exigentes, hasta podríamos aumentar el número de disfunciones descubiertas en materia logística. Pero, a la larga, dudo mucho que tengamos derecho a quejarnos más allá de lo pertinente. La medicina primaria en nuestro país en general funciona bien. Y en los servicios de tratamientos de patologías más inclementes, la atención y el cuidado altamente especializado es sencillamente impecable.
Lo que quiero hacer notar es algo que no afecta aparentemente a la situación clínica de los pacientes. Algo como más abstracto, pero no por ello menos real y comprobable. Lo que echo en falta cuando visito a un médico de la seguridad social es una mayor empatía, y como esta está tan ostensiblemente ausente, me conformaría con una simulación de esa empatía, una simulación de que nuestro médico conoce nuestro historial. O incluso a veces, que pueden ser muchas, echo en falta que simule que no le molesta mi visita. Ante esta situación, me pregunto: ¿Qué pudo haber pasado para que parte de la clase médica de nuestro país perdiera ante sus pacientes esa aureola de colectivo humano, cultivado e identificado siempre con el trato cordial?
Acabo de leer una novela de un escritor francés del que hasta hace poco no sabía nada de su existencia. Me refiero a Jacques Chauviré, muerto en el 2005 a los 90 años. Pues bien, se da la circunstancia de que Chauviré estudió medicina y comenzó a ejercerla en 1942. Su especialidad fue la pediatría, que ejerció casi toda su vida en la ciudad de Lyon. Con el tiempo, la práctica de la medicina se le hizo cada vez más desazonante, dado el asimétrico balance que establecía entre las vidas que salvaba y las que no. Ello lo llevó a buscar consuelo en la literatura, campo en el cual no tuvo el reconocimiento público que se merecía, salvo casi al final de su vida con el libro que tuve la alta dicha estética de descubrir.

Lo que echo en falta cuando visito a un médico de la seguridad social es una mayor empatía
Junto con el libro, había una nota de prensa que reproducía una entrevista que le habían hecho en 2004, con motivo de la publicación de Élisa, la novela a la que me refiero más arriba. Le preguntaban qué aporta el médico al escritor. Y Chauviré contestó: “Aporta la posibilidad de la observación. La consulta es un lugar privilegiado para conocer al otro y a la sociedad en general. En mi época, la literatura y la medicina eran hermanas porque en ellas todo era observación. Los médicos de los hospitales eran personas cultas. La medicina no era una disciplina científica, sino literaria: era fundamental escuchar, oír, ver”.
Esta familiaridad entre literatura y medicina subrayada por el escritor francés me hizo recordar que leí una vez que en algunas facultades de medicina de Norteamérica se imparten clases de literatura. Estas clases se marcan el objetivo de que la lectura de una novela, un cuento o un poema funcionen como herramientas de enseñanza en la educación médica.
Es en los centros oncológicos donde estas clases se hacen necesarias, según explican algunos directores de curso. A veces la introducción a las artes narrativas puede servir como punto de partida para afrontar como médicos sentimientos límites, como el sufrimiento o la muerte. “Los pacientes tienen algo que contarnos y los médicos somos unos privilegiados al poder escucharlos”, declara uno de estos directores.
Leí que en la facultad de Medicina de Pennsylvania se imparten clases sobre la obra narrativa y poética de William Carlos Williams, para quien el fundamento de la poesía estriba en las cosas y en los seres. Williams, que fue uno de los grandes poetas americanos del siglo XX, fue también médico durante cincuenta años en su ciudad natal, muy cerca de Nueva York. Ayudó a traer al mundo a más de dos mil quinientos niños.
Nuestros médicos no deberían dejar de mirar a los ojos a sus pacientes y escucharlos. Aunque tengan poco tiempo para tantas visitas. Sus relatos, además de servir como información clínica, sirven para que se sientan seres humanos y no simples receptáculos de medicación y hasta otro día.

J. Ernesto Ayala-Dip es crítico literario

@ayaladip


miércoles, 3 de septiembre de 2014

¿Cuando seas mayor te gustaría que te ataran?




Muchos ancianos con deterioro cognitivo en residencias geriátricas son atados de forma mecánica o farmacológica. Debido a los problemas de comportamiento que pueden desarrollar por su enfermedad o deterioro mental y a las habituales alteraciones de convivencia y de manejo en muchas situaciones se opta por aplicar sujeciones mecánicas de distintos tipos que impiden el movimiento de la cadera y/o las extremidades. En otros muchos casos se aplican potentes antipsicóticos que les mantienen en un estado de calma artificial, un duermevela extraño en el que no dan problemas.

¿Es eso lo que queremos para nuestros mayores? ¿Es eso lo que queremos para nosotros dentro de unos años?

¿Cómo definir la dignidad en el cuidado de personas mayores?
¿Cómo se pueden hacer mejor las cosas?





Vía Rincón de Sísifo

martes, 2 de septiembre de 2014

Rescatar a Ortega





Es bastante sorprendente ver lo poco leídos que son los próceres de la humanidad. En un tiempo en el que los estudiantes usan como recurso habitual la página web el rincón del vago para buscar un resumen del Lararillo de Tormes y obviar de esta forma su lectura, ¿cómo le vamos a pedir al ciudadano medio que lea a Ortega y Gasset? Pues aquí me tienen dando ejemplo. De este autor solo había leído algún artículo, reseñas de otros autores y un libro sobre su pensamiento. Bastante poco. Lo cierto es que Ortega fue un faro para la generación de nuestros abuelos y padres en los tiempos convulsos de la república y el herial intelectual de la postguerra. Porque Ortega fue sin duda un intelectual de su época y al leerle uno se da cuenta de lo necesarios que son aquellos capaces de compartir su sabiduría con los demás regalando una pedagogía a la sociedad que los acoge. Cualquiera que tenga estudios superiores sabrá que no son numerosos los profesores universitarios con el don de la buena docencia. La mayoría saben mucho pero sólo una pequeña minoría tiene la habilidad de transmitirlo en condiciones. De Ortega solo rescataré en este diminuto texto dos aproximaciones. Primero su cercanía a la cotidianidad a la hora de filosofar o reflexionar, su pensamiento no se pierde en las nubes, se mantiene cercano tanto en el foco como en el medio, en el lenguaje. En segundo lugar me permitiré compartirles una de las ideas favoritas que rescato de su basto pensamiento, el perspectivismo. Un concepto que define la situación humana de perspectivas múltiples que tiene cada cual según su posición circunstancial en el mundo, recuerden "yo soy yo y mi circunstancia". Estas perspectivas diferentes complementan la visión del paisaje que será obligatoriamente diferente si se contempla desde media ladera, el fondo del valle o desde la cumbre. Los seres humanos solemos tender a la monoperspectiva con una gran dificultad de tolerancia a todas las demás. Nuestra historia reciente con sus desastrosas consecuencias es buen ejemplo. Lamentablemente  a mayor incapacidad de comprender y respetar las otras perspectivas mayor dificultad para compartir la nuestra y buscar el ansiado consenso que solo es posible cuando todas las partes se ponen a mayor distancia de su propia visión. Dirimir los disensos a tiros o bombazos  sigue siendo rabiosamente habitual. Dicen los expertos que menos que antes, pero tristemente las balas son mayores. Esto también es aplicable a nuestra cotidianidad relacional, cada individuo es suma de muchas voces interiores, cada pulsión, deseo o necesidad tiene su voz en el parlamento interno. La forma que tiene nuestra conciencia de poner orden es usando los mecanismos de defensa clásicos que describió Freud, negando, reprimiendo, con formaciones reactivas y sublimando. No me extenderé. Tan solo señalar que desde la primera persona estamos acostumbrados a negarnos y reprimirnos, lo que explica que en la segunda y la tercera nos pase lo mismo. Valorar la importancia de la perspectiva en cada circunstancia personal nos puede aportar comprensión y visión. Cuando una necesidad, deseo o preocupación nos nuble la conciencia y ocupe por entero nuestros pensamientos bastará con recordar que es tan solo una perspectiva de las muchas posibles para empezar a caminar buscando otra y dejar atrás el bloqueo y el consiguiente sufrimiento. Favorecer y entrenar una mayor flexibilidad a este nivel nos permitirá modular el enfoque de nuestra visión y gozar así de una mejor profundidad de campo y un ángulo visual más amplio. La rigidez nos obliga a mantener un determinado enfoque que estrecha la realidad difuminando el resto. Es cierto que los enfoques rígidos dan más seguridad al delimitar con precisión quienes son los buenos y quienes los malos, donde está el blanco y donde el negro. Los nacionalismos o extremismos políticos, los integrismos filosóficos o religiosos son ejemplo. También lo son los efectos que suelen causar los mismos. Esta reflexión no impulsa a mantener un relativismo informe que nos relegue a una comunidad hippie o a la pastosa música de fondo de la new age. Lo que nos dará más valor es darnos cuenta de que a fin de cuentas nos relacionamos con el mundo según lo hagamos con nosotros mismos y que nuestra forma de mirarnos y tomar conciencia es lo que nos permite acercarnos y compreder a los demás. Desempolvar los clásicos siempre es una buena ayuda, es cierto que pasaron pero también lo es que seguimos teniendo la oportunidad de  seguir conversando y reflexionando con ellos. Las preguntas siguen siendo las mismas para todos, son las respuestas las que nos esperan a cada cual en los recodos del camino.





lunes, 1 de septiembre de 2014

La sed de eternidad




Todo el mundo quiere vivir para siempre. Es un deseo universal que en algunas personas se hace vehemente. En todas las épocas encontramos ejemplos que trataron de hacerse con la gloria, unos pocos lo consiguieron, la mayoría fallaron o cayeron en el olvido. Lo cierto es que los vivientes estamos hechos para el presente y no para el futuro. Más que eternidad lo sensato sería perseguir la presencialidad, avanzar en la capacidad de vivir plenamente el presente. Pocos lo consiguen sin embargo. No es nada fácil encontrase con un ser centrado en el ahora. Lo habitual es que cada cual cargue con sus asuntos, oscilando entre un pasado lleno de culpa y remordimientos y un futuro rico en miedo e incertidumbre. Pasamos muy poco tiempo degustando el ahora y de esa forma desperdiciamos las mejores porciones de la breve vida que nos toca vivir.  Por otro lado la conciencia de muerte nos llena de profunda desazón. Saber que tenemos un fin nos condiciona y habitualmente nos llena de miedos. Una de las primeras construcciones culturales del paleolítico fue la explicación de lo que ocurre más allá de la muerte. Los primeros homínidos enterraron a sus muertos con la creencia de que, de alguna forma, seguirían viviendo más allá. La muerte es un mecanismo biológico consecuencia del fallo de sistemas que condiciona la insostenibilidad del equlibrio del sujeto con el medio. La detención del tiempo corporal arrastra las de la conciencia y la identidad. Siempre nos hemos preguntado qué pasa con ellas. A ciencia cierta no lo sabemos pero podemos hacer algunas inferencias más allá de las posiciones más comunes  de la nada y la resurrección de la carne. Si en un sistema complejo atendemos a una parte podremos establecer un inicio y un final, pero nunca si atendemos al sistema completo. En la superficie del mar se forman y destruyen millones de olas cada instante, si observarmos cualquiera veríamos que tiene un tiempo limitado de existencia durante el cual evoluciona y se desplaza para luego desaparecer. Desaparece la forma pero sigue  siendo mar. La visión humana nos condiciona para atender los fenómenos desde una perspectiva, que si bien es variable también es limitada y condicionada. Desde esa perspectiva reflexionamos y ordenamos nuestra explicación del mundo y de la vida. Es cierto que el cuerpo humano al morir desaparece como tal y sus componentes vuelven a incorporarse a los ciclos vitales del planeta. La conciencia y la identidad desaparecen pero durante su existencia emitieron su luz que alimentó, influyó y modificó su entorno de una manera única. No somos capaces de medir ese influjo ni en tiempo presente ni en futuro pero sí deducir que pertenece a este universo y que tal vez lo que consideramos principio y final dependa de nuestra posición de observadores y nuestra circunstacia. 

La reflexión tranquila y la contemplación de la vida y la muerte, de todos los fenómenos que surgen para después marchar es una de las mejores formas que conozco para calmar la desazón que produce la muerte y la enorme sed de eternidad que podemos llegar a desarrollar. Por otro lado tratar de vivir lo más plenamente posible la existencia, teniendo el centro de gravedad en el presente y aceptando aquello que la vida nos vaya proponiendo son también trazas de sabiduría.  Las creencias y la fé pueden ser potentes ayudas pero no suficientes, creánme si les digo que he visto morir desazonados a muchos religiosos profesionales. Y por último un apunte esencial respecto a encarar de la mejor manera un desenlace lo constituyen los arreglos de cuentas y las despedidas. Todos sabemos que liberarnos de deudas produce tranquilidad de ánimo. Las que mas pesan son las deudas personales, las cuestiones pendientes, los desencuentros con la gente más relevante para nosotros. Poder estar en paz con ellos nos ayuda a estar en paz con nosotros. 

La verdadera gloria se esconde en la contemplación de un amanecer, en el abrazo de la persona que amamos y en la inspiración lenta del que se sabe plenamente presente. Tal vez no nos recuerden o tal vez sí cuando hayamos pasado, que eso no nos limite nuestra capacidad de gozar plenamente el bello río de instantes que llamamos vida. 




viernes, 29 de agosto de 2014

La gente feliz lee y toma café




Una de las cosas que me indica el grado de calidad de unas vacaciones es disponer de tiempo abundante de lectura. Tal vez por eso me gustó el título la novela de Agnès Martìn-Lugard que inspira esta reflexión. En primer lugar, pese a que se hable de la felicidad cada vez más, es extraño encontrarse con gente feliz. Si uno pasea por cualquier ciudad moderna, echa un vistazo dentro de un autobús o tren de cercanías o se sienta tranquilo a ver pasar la gente, lo normal es encontrar rostros adustos, algunos crispados, otros quizá en las nubes. Si pudiéramos por un momento visualizar sus pensamientos aparecerían ante nosotros mil películas. En una saldría su protagonista con el jefe, en otra con la novia, en aquella discutiendo con la familia, en esta de acá saldría el coche de  sus sueños, en la del final la deseada muchacha del quinto... todos caminamos por la vida con nuestros asuntos y se los dejamos ver a muy pocos. La historia de la novela de Martin-Lugard es la historia de un duelo, de una mujer terriblemente herida y su viaje para cruzar ese desierto y mostrar su película a los demás, que como muchos saben es una de las formas más potentes de terminar sanando nuestras heridas. Es un libro de una creadora novel pero solvente, lectura ligera pero no superficial, que nos muestra paisajes humanos creíbles. Tal vez si la gente leyera más y tomara lentamente su café disfrutaría más de la vida, lo que sí es bastante verosímil es que escribir y compartir una novela con el mundo es muy liberador para el que lo hace y en casos como este placentero para el que la lee. Nos hace felices dar lo mejor que tenemos a los demás, hay pocas escusas válidas para inhibirnos. Me gustó saber que este libro fue autoeditado en Amazon en un primer momento tras ser rechazado por las editoriales que solo se interesaron por él cuando empezó a difundirse con rapidez. Habrá que ir pensando en mandar algo a Amazon además de seguir leyendo y tomando café.





jueves, 14 de agosto de 2014

Los brazos de la muerte






En ocasiones la vida nos enfrenta con circunstancias abyectas, con la dificultad, la tormenta o el desierto. Siempre ha sido así. Nuestros predecesores sortearon toda clase de pruebas para que nosotros podamos estar hoy aquí al frente de esta pantalla. Algunos se encararon a osos cavernarios, tigres  de dientes de sable, leones. Otros se enfrentaron al mar montados en barcas hechas de juncos. Sobrevivieron guerras, hambrunas y desastres.

Cuando miró a mi alrededor no puedo evitar preguntarme si mereció la pena. Es verdad que tenemos la música, la poesía y el testimonio de muchas mujeres y hombres que aportaron su grano de arena de sentido. Sin embargo el otro lado es devastador: la opresión y el horror causado por el hombre, la depredación superlativa, la codicia sin límite... aunque el peor de los males sigue siendo la ignorancia. Seguimos sin comprender qué significa estar vivos. Tal vez nos hemos alejado mucho de la muerte. 

Esta semana hablé con un hombre al que acababan de transmitirle un diagnóstico infausto con una muy corta esperanza de vida. No quería tratamiento activo contra la enfermedad, que por otra parte, y por su extensión, no era posible. Tan sólo pedía calmantes si fueran necesarios y que le dejarán morir en paz en su casa. Este tipo de situaciones son sumamente cotidianas pero no se comparten, la muerte es el gran tabú de nuestra época. Al no enfrentarnos a la muerte, al haberla sacado de nuestra cotidianidad la hemos convertido en una sombra aterrorizante que siempre anda pululando a nuestra espalda sin ser capaz de llevar a cabo su misión sanadora de dar sentido a la vida. No es posible entender la luz sin la sombra ni la palabra sin el silencio. Por ello me sorprendo de esta actitud globalizada que al desdeñar lo que más nos asusta nos convierte paradójicamente en criaturas vulnerables, manipulables y aterrorizadas. ¿Seremos capaces de asumir los retos que la vida nos tiene reservados? ¿Seremos capaces de mirar a la cara a la muerte para poder así mirar a la vida de frente?









죽음의 무기


때때로 인생은 어려움, 또는 사막의 폭풍, 비참한 상황으로 우리를 직면. 그것은 항상있다. 우리가이 화면 앞에 여기에 대한 우리의 전임자 증거의 종류를 추첨. 일부는 동굴 곰, 세이버 이빨 호랑이, 사자에 직면하고 있습니다. 다른 사람들은 갈대로 만든 보트에 장착 된 바다에 직면했다. 그들은 전쟁, 기근 재난에서 살아 남았다.

내가 보았을 때 주위에 내가 도울 수 있지만, 그것의 가치가 있었다 궁금 할 수 없습니다. 우리가 음악,시와 그 비트가 의미가 기여 많은 여성과 남성 증거를 가진 것은 사실이다. 남자, 최상급 포식, 무제한 탐욕 ... 악마 최악있을지라도 무지에 의한 억압과 공포 :하지만 다른 측면 파괴입니다. 우리는 여전히 살아 있다는 것이 무엇을 의미하는지 이해하지 않습니다. 아마도 우리는 지금까지 죽음을 벗어나있다.

이번 주에 난 그냥 매우 짧은 수명 치명적인 진단을 전송 남자와 말했다. I 반면에, 질환에 대하여 치료 활성 원하지 않았고, 연장에 의해, 그것이 가능하지 않았다. 그냥 필요한 경우 진통제 묻는 집에서 평화롭게 죽을 수 있도록. 이러한 상황은 매우 일상하지만 공유되지, 죽음은 우리 시대의 위대한 금기이다. 하지 않음으로써 죽음에 직면 우리는 항상 삶에 의미를주는 치유 임무를 수행 할 수없이 우리 뒤에 떠오르게하는 무서운 그림자가되었습니다 우리의 일상 생활에서 제거하는 데. 당신은 침묵없는 그림자 나 워드없이 빛을 이해할 수 없습니다. 대부분의 우리를 놀라게 태만 글로벌 태도는 조작 겁에 질린 생물, 우리가 역설적으로 취약하게 놀란다. 우리는 생명이 우리를 예약 한 것을 과제를 충족 할 수 있습니까? 우리는 죽음의 얼굴을 수있을 것인가 얼굴에 삶을 볼 수 있나요?




(자동 번역, 실수 죄송합니다)

sábado, 9 de agosto de 2014

Somos un universo









Foto de Dennis Kunkel vía @tapasdeciencia




Es frecuente que ciertos problemas tengan la virtud de abducirnos completamente capturando nuestra atención de forma casi parasitaria. De hecho todo pensamiento se basa en una idea, en un meme, que de alguna forma busca perpetuarse en el tiempo. Por ende no dejamos de pensar en ellos. Esto genera mucho parloteo interno y sufrimiento, acabamos las jornadas agotados sin poder quitarnos de la cabeza la idea que tanto nos preocupa.

Nos olvidamos que somos un universo.

Volver a recordarlo es siempre parte de la solución a nuestros problemas que vuelven a recuperar su tamaño original cuando dejamos de mirarlos tan de cerca.

La foto que ilustra el post muestra una ampliación de una gota de sangre, con cierta licencia artística en cuanto a la coloración de las partículas. En cualquier caso me parece que ilustra bien la belleza y complejidad que nos conforma. Somos pura levedad, y a la vez todo un cosmos hermoso que apenas entendemos.








miércoles, 6 de agosto de 2014

No bombardees a tu hermano טאָן ניט באַמבאַרד דיין ברודער لا قصف أخيك








En España tuvimos hace unos años una guerra que enfrentó a hermanos entre sí. Nuestros abuelos la vivieron, no hace mucho tiempo. En Europa no ha dejado de haber guerras de hermanos contra hermanos. Nadie está en una posición superior a otro para decirle lo que tiene que hacer pero parece sensato defender la postura de no matar a los hermanos.

La humanidad ha conseguido avanzar en muchos aspectos, aún queda camino. Puedo decir que me siento mal cuando alguien bombardea a mis hermanos estén estos donde estén. Mi sueño se resiente, mis ánimos también. Provocar sufrimiento a los demás no es bueno para nadie.

Escribirlo tal vez no tenga sentido o tal vez sí. Si consiguiéramos llenar el mundo de palabras de paz, si fuéramos muchos los que enarboláramos poesías tal vez las cosas serían diferentes.




Dejen de bombardear a mis hermanos
¿no se dan cuenta de que también son suyos?
como siempre lo han sido...
hay una sola humanidad
con una única sangre
en ella reposa la memoria,
la música, las mil viejas historias.

Dejen de disparar a mis hermanos
su sufrimiento es enteramente mío
como también es vuestro
humo transparente que infiltra nuestros sueños,
el corazón, el alma, los íntimos manojos de ilusiones.

Abran su mente como hicieron sus padres
abran el corazón como valientes
y donde antes los monstruos
ahora conseguirán ver otros hermanos
porque cuando uno camina lentamente
los senderos antiguos de la paz
termina siempre llegando
a la fuente primera que regala el sentido
y nos permite ser lo que hay que ser.





Do not bombard your brother


In Spain a few years ago we had a war that pitted brothers together. Our grandparents lived it not long ago. In Europe´s history it´s a continu brother against brother war list. Nobody is in a higuer position to tell others what to do but defend not to kill brothers seems to be sensible.


Mankind has made ​​progress in many respects, but it´s still some way ahead. I can say that I feel bad when someone bombards my brothers whererever they are. My dream is suffering, my emotions too. Cause suffering to others is not good for anyone.

Write it down may not make sense or might. If we could fill the world with words of peace, if we bring together many poems things would be different.





Stop bombarding my brothers,

do not realize that they are also yours?

as they have always been.

There is one humanity

with a single blood

it flows in the memory,

music, thousand old stories.

 

Stop shooting my brothers

their suffering is entirely mine

as is also your

transparent smoke that infiltrates our dreams,

the heart, the soul, the inner bundles of illusions.

 

Open your mind as your parents did

open your hearts as brave

and where before the monsters
 

now you get to see other brothers

because when you walk slowly

the ancient paths of peace

always ends up coming

the first source that gives the sense

and allows us to be what we must be.





لا قصف أخيك  
 

في اسبانيا منذ سنوات قليلة كان لدينا الحرب التي تدور الإخوة معا. أجدادنا عاشوا منذ وقت ليس ببعيد. في أوروبا واصلت لتكون حروب الأخ على أخيه. لا أحد في موقف غير ان اقول لكم ما يجب القيام به ولكن الدفاع عن الموقف يبدو معقولا لا لقتل الأشقاء.



حققت البشرية تقدما في العديد من النواحي، لا يزال بعض الطريق. أستطيع أن أقول أنني أشعر بالضيق عندما يقصف شخص إخواني إذا كانت أين هم. حلمي يعاني، معنوياتي جدا. يسبب معاناة للآخرين ليست جيدة لأحد.

إرسال فإنه قد لا يكون له معنى أو القوة. لو تمكنا من ملء العالم مع كلمات السلام، إذا كنا كتبنا العديد من القصائد ربما الأمور ستكون مختلفة.







وقف قصف إخوتي

لا يدركون أنهم أيضا لك

كما كانت دائما

هناك واحد الإنسانية

مع دم واحدة

انها تقع في الذاكرة،

الموسيقى، آلاف القصص القديمة.

وقف اطلاق النار إخواني

معاناتهم من الألغام كليا

كما هو ايضا على حياتك

الدخان الشفافة التي تتسرب أحلامنا،

القلب، والروح، وحزم الداخلية من الأوهام.

فتح عقلك كما فعل والديهم

فتح قلوبهم الشجعان كما

وحيث قبل وحوش

الآن أنها تحصل على رؤية الإخوة الآخرين

لأن عند المشي ببطء

مسارات القديمة السلام

دائما ينتهي القادمة

المصدر الأول الذي يعطي الإحساس



 
ويسمح لنا أن نكون ما يجب أن نكون.



(الترجمة الآلية، آسف للاخطاء)






טאָן ניט באַמבאַרד דיין ברודער


אין ספּאַין אַ ביסל יאָרן צוריק מיר האבן אַ מלחמה אַז פּיטאַד ברידער צוזאַמען. אונדזער זיידע - באָבע געלעבט ניט לאַנג צוריק. אין אייראָפּע עס האט געצויגן צו זיין מלחמות פון ברודער קעגן ברודער. קיינער איז אין אַ פּאָזיציע אנדערע ווי צו זאָגן איר וואָס צו טאָן אָבער באַשיצן די פּאָזיציע מיינט פיליק ניט צו טייטן די ברידער.



מענטשהייַט האט געמאכט פּראָגרעס אין פילע שייך, איז נאָך עטלעכע וועג. איך קענען זאָגן אַז איך פילן שלעכט ווען עמעצער באָמבאַרדס מיין ברידער אויב זיי זענען ווו זיי זענען. מייַן חלום איז צאָרעס, מיין שטימונג אויך. גרונט צאָרעס צו אנדערע איז ניט גוט פֿאַר ווער עס יז.

שרייב עס קען ניט מאַכן זינען אָדער זאל. אויב מיר קען פּלאָמבירן די וועלט מיט ווערטער פון שלום, אויב מיר זענען מיר געשריבן פילע לידער אפֿשר זאכן וואָלט זיין אַנדערש.







האַלטן באַמבאַרדינג מיין ברידער

טאָן ניט פאַרשטיין אַז זיי זענען אויך דייַן

ווי זיי האָבן שטענדיק געווען

עס איז איינער מענטשהייַט

מיט אַ איין בלוט

עס ליגט אין די זיקאָרן,

מוזיק, טויזנט אַלט מעשיות.

האַלטן שיסערייַ מיין ברידער

זייער צאָרעס איז לעגאַמרע מייַן

ווי איז אויך דיין

טראַנספּעראַנט רויך אַז ינפילטראַטעס אונדזער חלומות,

די האַרץ, די נשמה, די ינער באַנדאַלז פון ילוזשאַנז.

עפענען דיין מיינונג ווי זייער עלטערן האט

עפענען זייער הערצער ווי העלדיש

און ווו איידער די מאָנסטערס

איצט זיי באַקומען צו זען אנדערע ברידער

ווייַל ווען איר גיין סלאָולי

די אלטע פּאַטס פון שלום

שטענדיק ענדס אַרויף קומען

דער ערשטער מקור אַז גיט די געפיל

און אַלאַוז אונדז צו זייַן וואָס מיר מוזן זיין.



(אָטאַמאַטיק איבערזעצונג, נעבעכדיק פֿאַר די מיסטייקס)