Encarar un auditorio de 350 personas no es sencillo, sobre todo si son profesionales de la salud multiperfil y les vas a hablar de espiritualidad en clínica. El tema es resbaladizo por cuanto toca la dimensión cualitativa del ser humano y ahí la ciencia lo tiene complicado a la hora de medir.
En Granada quedó claro que el tema interesa y que los sanitarios son conscientes de que el dolor humano de sus pacientes tiene componentes que tocan la dimensión de valores, sentido de la vida, conexión, transcendencia... No todo es biológico ni psicológico, hay aspectos sociales y también enteramente personales que nos hacen sufrir, sea que los llamemos espirituales, existenciales, éticos o filosóficos.
Pero no es sencillo emplear narrativas ni taxonomías que tengan esto en cuenta. Seguimos etiquetando de depresión y ansiedad situaciones de soledad, desesperanza, tristeza, estrés, falta de sentido o angustia existencial. Y en consecuencia a este sobrediagnóstico seguimos sobretratando sufrimiento causado por la vida sin que, bien mirado, haya en todos los casos patología o enfermedad.
Empezar a reflexionar y a hablar en público del tema es un paso. Habrá que dar más. José Luis Bimbela y Joan Carles March han sido valientes al plantear una jornada de este tipo, les reconozco la audacia y se la agradezco.
7 comentarios:
Muy cierto, tuve la suerte de estar ahí, y creo que este encuentro supone un punto de inflexión en sanidad, descubrir tantos profesionales anhelando la necesidad de cuidar el alma ha sido revelador.
Gracias por tu gran aportación a la jornada y gracias a la Escuela Andaluza de Salud Pública por apostar por la espiritualidad.
Gracias Victoria por haber participado en la jornada y por tus amables palabras.
Es verdad, hay muchos profesionales de la salud con sensibilidad suficiente como para entender que las personas en tiempo de enfermar sufren por causas físicas, psicológicas, sociales y también existenciales, éticas, transcendentes, íntimas, de sentido...
Tendremos que reformular cómo queremos ejercer el rol y llamar a las cosas por su nombre.
El ámbito espiritual o personal encierra muchas ''no enfermedades''. Como dice Victoria, es revelador comenzar a tratarlas como tal, en su campo, con su código y con su lenguaje. La importancia de la palabra y la narrativa en la práctica clínica, así como otros items pertenecientes a la esfera de las humanidades son poco señalados habitualmente por los ponentes.
Felicidades por hacerlo y dar visibilidad a estos aspectos de la medicina que tanto identifican la Medicina de Familia. Durante el tiempo que tuve que descalzarme en tu consulta pude comprobar como el cultivo de esta narrativa tiene repercusiones en la práctica diaria. Para mí eres mi referente de Médico Literato. Estoy deseando empezar a leer Diario de un médico descalzo, un abrazo.
Son los valores de los seres humanos.
Las virtudes profesionales.
El alma y los fines de la medicina.
Son los valores de los seres humanos.
Las virtudes profesionales.
El alma y los fines de la medicina.
Para mí ha sido verdaderamente esperanzador e inspirador comprobar ese interés y curiosidad que se respiraba en el salón de actos de la EASP.
Estoy convencida de que ha marcado el punto de partida de una nueva trayectoria en la que deberíamos de trabajar codo a codo desarrollando primero en nosotros mismos esa cuarta dimensión espiritual, para poder aplicarla en nuestra práctica asistencial.
Mil gracias por tu gran aportación, por compartir tus experiencias con tanta honestidad y brillantez. Una intervención fantástica!!
Trabajo este tema y la evidencia es aplastante en cuanto se pone en relación la espiritualidad (y/o la religiosidad) y la salud.
Gracias por visibilizar está otra parte de la atención sanitaria.
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