Nunca reuniría el valor para acabar con su vida. Lo había pensado cientos de veces, había explorado posibilidades, pero no era suficiente, algo la retenía. Por eso leyó con envidia las noticias del último accidente aéreo y las sospechas de que un copiloto depresivo fuera su causa. Sabía lo que significaba la palabra depresión, la conocía bien. También a sus hermanas desazón, desesperanza y sinsentido. Por no poder encontrar salida y ser incapaz de provocarla había terminado convirtiéndose en una especie de zombi, uno de esos seres muertos pero vivos en avanzado estado de deterioro que pululan sin rumbo por las calles de tantas ciudades. Al día siguiente la esperaba otro día de rutina en su trabajo. Salió de la ducha, se maquilló insuficientemente y montó en su BMW. Ni siquiera saber que tendría que operar en unas horas al presidente del gobierno la animaba. Tanto dolor no merecía la pena.
lunes, 30 de marzo de 2015
Relato: Perdición
Nunca reuniría el valor para acabar con su vida. Lo había pensado cientos de veces, había explorado posibilidades, pero no era suficiente, algo la retenía. Por eso leyó con envidia las noticias del último accidente aéreo y las sospechas de que un copiloto depresivo fuera su causa. Sabía lo que significaba la palabra depresión, la conocía bien. También a sus hermanas desazón, desesperanza y sinsentido. Por no poder encontrar salida y ser incapaz de provocarla había terminado convirtiéndose en una especie de zombi, uno de esos seres muertos pero vivos en avanzado estado de deterioro que pululan sin rumbo por las calles de tantas ciudades. Al día siguiente la esperaba otro día de rutina en su trabajo. Salió de la ducha, se maquilló insuficientemente y montó en su BMW. Ni siquiera saber que tendría que operar en unas horas al presidente del gobierno la animaba. Tanto dolor no merecía la pena.
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