miércoles, 4 de septiembre de 2013
Relatos de verano: el proyecto Fresneda
- No es posible, un proyecto así no puede ser posible. Promocionar la salud comunitaria sin gastar un euro del contribuyente. No es posible.
- Sí señor consejero, llevan ya dos años y la cobertura es extensa, llegan a miles de pacientes.
- Pero eso no puede ser Pelaez. He recibido quejas de los sindicatos, de los profesionales del centro de salud, de la junta de limpiadoras. Todos están en contra.
- Me temo que la población está encantada. Los servicios son gratuitos y cubren un gran espectro de actividades de promoción de la salud. Incluso hay yoga, gimnasia, talleres, banco de tiempo....
- Ni hablar. Que se vayan al centro cultural o a la biblioteca. No quiero fiestas en el centro de salud. ¿Qué dirán en Génova? No me puedo jugar el puesto con florituras como esta. Si la gente quiere servicios de promoción de la salud que los pague.
- Pero señor Consejero, si no nos cuesta absolutamente nada.
- Ahí está el problema. Recuerde a Cifuentes, el cuñado de doña Esperanza. El tenía una empresa multiservicio que sí daría el perfil. Además en las últimas elecciones fue muy generoso con la alcaldesa. Ese es el camino adecuado y no esta chapuza que usa nuestras instalaciones sin dejarnos ningún rédito, tan solo problemas. Ya ve que hasta los sindicatos protestan. Incluso la asociación de limpiadoras; deben dejar el centro hecho unos zorros.
- Señor Consejero, permítame recordarle que el proyecto Fresneda es conocido fuera de nuestra Comunidad Autónoma. El doctor Giráldez tiene muchos aliados.
- Nada, nada. Mañana me lo convoca y le echo yo personalmente la bronca. ¿Qué se habrá creído ese Giráldez? Sólo en Londres existe un proyecto parecido a nivel mundial y el tiene las ínfulas de montar uno a 5 km de Oviedo. ¡Ni hablar!
- Como quiera Señor Consejero, pero en mi opinión un enfrentamiento directo no puede traernos nada bueno.
- No hay más remedio Pelaez, en este país las cosas se solucionan a ostias o no se solucionan. Cítemelo para mañana a las doce, y ahora haga el favor de avisar a la señorita Rupérez voy a dictarla dos cartas en la cafetería. ¿Se habrá fijado como ha venido hoy la señorita Rupérez?.
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