Hoy se presenta digitalmente un libro que condensa mi visión de la salud, la muerte y el sufrimiento humano. Tras décadas de trabajo en consulta creo que hablo con conocimiento de causa. Por otra parte necesitaba resarcir una deuda con muchos: maestros, amigos, compañeros, profesionales de la salud, pacientes, personas... que han pasado por mi vida enseñándome y compartiendo conmigo sus conocimientos, confidencias, heridas e intimidades.
Está disponible gratuitamente las 24 horas del día de hoy para los lectores de este blog. Sirva de regalo para los que tienen la gentileza de acompañarme en estas páginas.
Si lo deseas en papel puedes conseguirlo en Createspace, pronto en Amazon.
Te doy mis ojos,
Todo lo que contienen,
Para que veas
Siempre me ha gustado comunicar.
Sin embargo mis recuerdos infantiles acuden mezclados con esa impotencia que surge cuando uno no pude expresar lo que verdaderamente necesita.
Me di por vencido hasta que mucho más tarde tomé conciencia de que era bueno escuchando a los demás.
El siguiente paso fue escucharme a mi mismo.
Cuando lo conseguí todo cambió. Empezar a conocerme me llevó de nuevo a los que tenía cerca, ahora con una nueva claridad.
Cuando escribo me siento especialmente bien. Amo el silencio y la tranquilidad de pasar un rato atento a las ideas y sentimientos que acuden a la pluma. Me encanta compartirlo luego, dejando libres las palabras que llevan aromas de esos paisajes interiores.
Por eso ha sido un placer escribir Diario de un Médico Descalzo, un tributo para los que en la vida buscan serenidad, belleza y sentido. Y también para los que trabajan ayudando a personas que, por enfermedad o circunstancias, pierden pie.
Es un texto arriesgado por ser personal. Quiere transmitir el panorama que veo desde el promontorio al que me han aupado muchísimas manos. Pienso que esa visión puede ayudar. Y si no lo consigue no pasará gran cosa, yo seguiré caminando descalzo acompañando a aquellos que me lo pidan.
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