jueves, 19 de febrero de 2015

La globalización y la forma de ejercer la medicina










Me llegan unos simpátios tuits desde Miami de unos estudiantes que me dicen que en sus libros de texto me nombran como referente y médico tuitero. Esto me da pie a una pequeña reflexión sobre la globalización.

Una de las ideas que suelo defender en los foros y congresos donde participo es la del necesario cambio tanto en el modo de aprender y enseñar la medicina como en el de comunicar información sanitaria entre profesionales y con la sociedad. Un cambio que choca con la inercia de profesionales con largas experiencias formativas como son los médicos.

El reto es elegir entre seguir haciendo lo de siempre, o buscar nuevas formas de hacer las cosas. Tengo claro que nuevo no es necesariamente mejor. Por eso es imprescindible la prudencia y el proceso crítico constante que evalúe y nos permita saber si pisamos firme o no.

La prudencia e inercia de los médicos a la hora de participar en la plaza pública que es internet ha hecho que su voz esté ausente de las conversaciones. Cuando alguien busca información sobre salud y enfermedad en la red encontrará toneladas de datos y muy pocos gramos de calidad. Los profesionales sanitarios, salvo excepciones, no participan. Tal vez esto deba cambiar. El rol de los profesionales sanitarios incluye la educación para la salud y eso hay que hacerlo tanto en la consulta como fuera de ella. 

A modo de ejemplo les contaré que este invierno me he ayudado de un sencillo recurso, un pequeño texto y un vídeo sobre cuidado del catarro que publiqué en este blog. Para acceder a ese material basta poner en Google: doctor Casado catarro. Lo he recomendado a cientos de pacientes como complemento a mis explicaciones en consulta. De rebote ha sido visitado por miles de ciudadanos que no son pacientes míos.  Ese material tuvo un coste de ejecución de quince minutos y ha servido para orientar a un gran número de personas ahorrando tiempo de consulta y potenciando el bienestar de mucha gente. Imaginen que hiciéramos lo mismo un porcentaje de los profesionales sanitarios, el impacto en salud sería cuantificable. Estaríamos favoreciendo el autocuidado, el uso adecuado de los sistemas sanitarios y aportando información de calidad para quien la necesite.

Seguro que se pueden implementarse acciones mucho más potentes y mejor diseñadas pero está claro que no deberíamos esperar a que otros lo hagan por nosotros. A riesgo de equivocarme un servidor está tratando de ayudar a otros usando las herramientas que la vida le pone en las manos. Y de paso alguien se da cuenta y lo cuenta en un libro de texto de Miami...










2 comentarios:

Guillermo dijo...

MOVE: HOY ES EL DÍA
Las redes sociales pueden y deben servir para algo más que para coleccionar pulgares hacia arriba o para difundir fotos de nuestros gatitos. Pueden ser la herramienta que permita coordinar en sintonía un discurso elaborado y apoyado por los millones de ciudadanos inteligentes que se comunican a través de dichas redes sociales.

120 millones de personas precozmente fallecidas o gravemente enfermas cada año. Es una hecatombe sanitaria mundial. Los datos dicen que con los cambios de legislación y los tratamientos disponibles, el tabaco no va a desaparecer en las próximas décadas. Pero podemos acabar con él... http://www.e-volutas.com/2014/02/move-hoy-es-el-dia.html

Guillermo dijo...

"De rebote ha sido visitado por miles de ciudadanos que no son pacientes míos. Ese material tuvo un coste de ejecución de quince minutos y ha servido para orientar a un gran número de personas ahorrando tiempo de consulta y potenciando el bienestar de mucha gente."

Imagino que quienes han visto ese video, tenían otra enorme cantidad de recursos informativos en internet sobre el catarro. El problema es ¿cómo distingue el paciente a quien queremos empoderar cuándo la información es imparcial o interesada?
Imaginemos que un fumador busca en webs de neumología información sobre los cigarrillos electrónicos

http://www.e-volutas.com/2015/01/donde-estan-los-neumologos.html