domingo, 13 de julio de 2014
Dar valor
Las situaciones de decrecimiento nos obligan a dar más valor. Siempre ha ocurrido así, cuando vienen mal dadas hay que buscarse la vida. La buena noticia es que estamos muy bien dotados para hacer frente a la adversidad, venga esta en forma de glaciación, sequía, inundaciones, desempleo, corrupción institucional, pareja furibunda o banca caníbal.
Cuando descubrimos la forma para dar más valor a los demás, y por ende a nosotros mismos, nos resulta más fácil adaptarnos a estas situaciones complejas. Lo contrario también se cumple y es causa de muchas de las situaciones de sobrecarga y saturación que padecen muchos de nuestros pacientes en consulta. Salir del "siempre se ha hecho así" no es fácil. Tampoco en el mundo sanitario que es el que mejor conozco por la parte que me toca.
No pretenderé ponerme a sentar cátedra en este tema, no es posible. Lo que sí aporto es reflexión, ideas e inquietudes. Los que sigan este blog lo saben. La toma de conciencia es el primer paso para todo cambio. A la hora de dar valor también. Esto implica por una parte una buena dosis de afinación. Si conseguimos que nuestro hacer esté afinado, la música que emitamos será más fina y agradable. La ética de la virtud sigue estando de rabiosa actualidad y pese a que los medios nos ilustren con contraejemplos, la vida está llena de personas que lo están haciendo lo mejor que pueden. Por otro lado precisamos de más creatividad, de una mirada amplia que nos ayude a ver nuevas posibilidades. Esto suele implicar modificar nuestra posición, movernos, contactar con otras personas, tratar de encontrar puntos de vista distintos. Es lo que hace un niño cuando juega y se inventa su mundo desde cero, creo que casi todos dejamos de jugar así hace ya mucho tiempo.
Desde el punto de vista de un profesional sanitario intuyo que es preceptivo aplicarse también estos aportes y tratar de ayudar a la persona en tiempo de enfermar a conseguir los suyos. Cuando la enfermedad nos alcanza la vida nos invita a acometer cambios. Poder dar más valor a nuestro hacer siempre nos aportará beneficio. Viene bien recordarlo, dado que pertenece a nuestro ámbito de actuación indelegable. Somos nosotros y nadie más quién podrá hacerlo, no valen quejas. Tu música depende de tí.
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