viernes, 17 de junio de 2011

Dolor con sentido



Estos días acompaño a un amigo que vive un tiempo de dolor. Caminar por desiertos es una experiencia única y personal. Cada cual se mueve de una forma distinta bajo el peso del sol abrasador y la sed, de la limitación.

Quizá lo que marque la mayor diferencia en esa situación es el hecho de que el dolor tenga o no sentido.

Cuando no lo tiene nos adentramos en el pozo del sufrimiento incomprensible, de la falta de razones, de la nada donde no es posible hacer pie. El libro de Job ilustra a la perfección esta vivencia, no hablamos de nada nuevo.

Es quizá una de las razones por las que nuestra sociedad se hipermedica.

No puedo evitar hacerme una pregunta. ¿Tienen los profesionales sanitarios algún papel para ayudar al paciente a encontrar sentido a su dolor?
Cada cual tendrá una opinión. Yo aventuro la propia.

Intuyo que si. Por nuestras manos han pasado muchos dolores, propios y ajenos. Los médicos tenemos la potestad de aliviar el dolor. Si dotarlo de sentido ayuda habrá que hacer lo posible por aportar soporte al paciente. Por ayudarle a encontrar sus propias respuestas, su propio sentido.
Esto precisa que el médico se descalce, se quite los zapatos de sus propias creencias, ideas, conocimientos y se abra al misterio del ser sufriente que tiene delante.

El ser humano demuestra humanidad al enfrentarse a pruebas y desiertos. Somos capaces de atravesar enormes arideces. Qué bueno cuando nos encontramos a alguien en esas planicies que mirándonos a los ojos nos diga que todo es posible.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Si ni siquiera se trata bien el dolor físico, que parece que a más de uno le escuece pautar un tramadol de vez en cuando.
Si encontramos depresiones de meses de evolución tratadas con fluoxetina 20 mgr/día y alguna BZD a demanda. ¿Tanto cuesta una interconsulta a salud mental si uno no sabe?
NO se afrontan lso problemas, se les da un capotazo con recomendaciones tipo "cambie Vd la forma de vida? ¿como? trabajo 8 horas diarias, los niños, los mayores, el marido y/o los hijos sin trabajo... ¿como se cambia el estilo de vida?
Hay que quitar el dolor, en la medida de nuestras posibilidades, con el arsenal terapéutico del que disponemos. Cuando haces eso con el dolor físico, obtienes confianza y credibilidad para lecciones morales. De lo contrario, el paciente - por lo menos el mío - lo interpreta como falta de sensibilidad.
Un saludo

Anónimo dijo...

Te remito querido amigo un enlace donde reflexiono sobre el tema tan interesante que tratas. Espero que te sirva:
http://max-trujillo.blogspot.com/2011/05/dolor-y-sufrimiento-humanos.html

Joseantonio Trujillo

rubengp dijo...

Lo plasmó excelentemente Viktor Frankl en "El hombre en busca de sentido", donde transmite la experiencia vivida en primera persona de cómo los más aptos físicamente no eran quienes más posibilidades tenían de sobrevivir a los compos de concentración nazis. Recomiendo encarecidamente su lectura a quien se interese por el tema del dolor, el sufrimiento y la capacidad de superación...