miércoles, 15 de julio de 2020

Sanidad rural. Guía para alcaldes desesperados. Rural health. Guide for desperate mayors. 農村衛生。絕望的市長指南。






El mundo rural sufre multitud de amenazas y carencias. A nivel sanitario padece una anemia crónica de profesionales dado lo difícil que es cubrir las plazas más alejadas o complejas y a décadas de desfinanciación sanitaria.

En verano es siempre mucho peor. El personal de salud marcha de vacaciones y cada vez hay menos suplentes. Esto implica que muchas consultas permanecerán cerradas, lo que se suma a las que ya llevan tiempo sin servicio. 

Este problema afecta a los países vecinos que luchan contra él con incentivos que terminan atrayendo profesionales españoles cuyas condiciones son mucho peores. 

En el momento actual la situación es delicada por la acumulación de años de recortes sanitarios y el hartazgo de los profesionales que prefieren emigrar a lugares más ventajosos. 



¿Porqué es tan difícil encontrar profesionales sanitarios para zonas rurales?

1. Por que están más alejadas de los lugares de residencia de los profesionales y estos han de gastar más tiempo y gasolina en llegar. 

2. Por que con frecuencia son dispositivos pequeños donde hay que trabajar solo o con pocos apoyos.

3. Por la mayor dificultad técnica al tener que atender urgencias vitales y todo tipo de patología compleja.



¿Cómo incentivar que las zonas rurales cuenten con una asistencia sanitaria correcta?

1. Dimensionando correctamente las plantillas. 

2. Incentivando el tiempo trabajado con algún suplemento de puntuación de cara a oposiciones o traslados.

3. Con incentivos económicos de parte de la Consejería de Salud de la Comunidad Autónoma.

4. Con incentivos del ayuntamiento. Antiguamente los ayuntamientos ofrecían vivienda gratuita y otras ventajas a docentes y sanitarios. Hoy tal vez podrían ofrecer vehículo, dietas de transporte, bonos de gasolina, carga eléctrica de coches u otros servicios. 

5. Abriendo y potenciando procesos de participación comunitaria. El consultorio local no debería ser el centro de la salud de la comunidad, sino un apoyo más. Las dinámicas de salud comunitaria lideradas por la propia comunidad pueden potenciar la red de apoyos y favorecer los autocuidados. 

Por otra parte redimensionar el contrato sociedad-medicina puede ser una opción interesante para que no todo malestar acabe en una consulta sanitaria. 


¿Qué más se puede hacer?

Actualmente España no cuenta con un plan de incentivación del mundo rural más allá de lo bien que queda en los discursos. Mientras no haya políticas y presupuestos todo seguirá igual. 

Los ayuntamientos podrían:

1. Asociarse para presionar a sus representantes en la Comunidad Autónoma y Consejería de Sanidad y visitarles con periodicidad para recordar la necesidad de cumplir los compromisos dados.

2. Pedir inspecciones ante la magistratura de trabajo (especialmente en verano).

3. Visibilizar en redes sociales y en prensa local y nacional su situación de indefensión.

4. Presentar las quejas que se consideren necesarias en los organismos públicos nacionales, internacionales y ONGs.



También parece necesario abrir un debate social local y general. Por un lado cada pueblo y territorio necesita repensar cómo adaptarse a una situación de déficit estructural de recursos y por otro la ciudadanía en general debería plantearse la inviabilidad de un contrato sociedad-medicina tipo supermercado y en su lugar buscar otros basado en las necesidades reales de salud. No solo se trata de pedir más recursos sino de plantearnos en profundidad cómo manejarnos con los que tenemos e incluso con menos. 









Rural health. Guide for desperate mayors.



The rural world suffers from a multitude of threats and shortcomings. At the health level, it suffers from chronic anemia of professionals due to the difficulty of covering the most remote or complex places. 


In summer it is always much worse. Health personnel go on holiday and there are fewer and fewer substitutes. This means that many clinics will remain closed, which adds to those that have already been out of service for some time. 


This problem affects neighbouring countries that fight against it with incentives that end up attracting Spanish professionals whose conditions are much worse. 


At present the situation is delicate due to the accumulation of years of health cuts and the fed up of professionals who prefer to emigrate to more advantageous places. 



Why is it so difficult to find health professionals for rural areas?


1. Because they are farther away from the professionals' places of residence and they have to spend more time and gasoline to get there. 

2. Because they are often small devices where it is necessary to work alone or with few supports.

3. Because of the greater technical difficulty in attending to vital emergencies and all types of complex pathology.




How can we encourage rural areas to have correct health care?


1. By correctly sizing the templates. 

2. By encouraging the time worked with some supplemental score for competitions or transfers.

3. With economic incentives from the Regional Health Systems of the Autonomous Community.

4. With incentives from the city council. In the past, the city council offered free housing to teachers and health workers. Today it could offer vehicle, transport allowances, petrol bonuses, electric vehicle charging or other services. 

5. With processes of community participation. The local office should not be the center of community health, but rather a support for it. Community health dynamics led by the community itself can strengthen the support network and encourage self-care. 

On the other hand, redimensioning the society- medicine contract can be an interesting option so that not all discomfort ends up in a health consultation. 


What else can be done?

Currently Spain does not have a plan to encourage the rural world beyond good words in the political speeches. As long as there are no policies or budgets, everything will remain the same. 

The city councils could join forces to put pressure on their representatives in the Autonomous Community. It also seems necessary to open a local and general social debate. On the one hand, each town and territory needs to rethink how to adapt to a situation of structural deficit in resources, and on the other hand, citizens in general should consider the viability of a society-medicine contract like a supermarket instead of one based on real health needs. 








農村衛生。絕望的市長指南。


自動翻譯,對錯誤感到抱歉。

農村世界遭受著許多威脅和缺點。在健康方面,由於難以覆蓋最偏遠或最複雜的地方,它患有專業人員的慢性貧血。





在夏天,情況總是更糟。衛生人員去度假,替代品越來越少。這意味著許多診所將保持關閉狀態,這增加了已經停產一段時間的診所。





這個問題影響到與之作鬥爭的鄰國,其激勵措施最終吸引了情況更糟的西班牙專業人員。





目前,由於多年的健康削減積累以及偏愛移民到更有利的地方的專業人士的厭倦,情況變得微妙。







為什麼在農村地區找到衛生專業人員如此困難?





1.因為他們離專業人士的居住地較遠,他們必須花費更多的時間和汽油才能到達那裡。



2.因為它們通常是小型設備,需要單獨工作或幾乎不需要支撐。



3.由於在應對重大緊急情況和各種複雜病理學方面存在較大的技術難度。



我們如何鼓勵農村地區提供正確的醫療服務?



1.通過正確調整模板大小。



2.通過鼓勵在比賽或轉會中獲得一些補充成績的時間。



3.在自治區區域衛生系統的經濟刺激下。



4.受到市議會的鼓勵。過去,市議會為教師和衛生工作者提供免費住房。今天,它可以提供車輛,運輸津貼,汽油獎金,電動汽車充電或其他服務。



5.具有社區參與的過程。地方辦事處不應成為社區衛生的中心,而應是對此的支持。由社區本身領導的社區健康動態可以加強支持網絡並鼓勵自我保健。



另一方面,重新定義社會醫學合同可能是一個有趣的選擇,這樣,並非所有不適都會在健康諮詢中結束。



還有什麼可以做的?


目前,西班牙還沒有計劃在政治演說中用好話鼓勵農村世界。只要沒有政策或預算,一切都將保持不變。




市議會可以合力向自治社區的代表施加壓力。似乎也有必要展開本地和一般性的社會辯論。一方面,每個城鎮和地區都需要重新考慮如何適應資源結構性短缺的狀況,另一方面,市民通常應該考慮像超市那樣的社會醫療合同的可行性,而不是基於真正的健康需求。








domingo, 12 de julio de 2020

Carta a los nuevos residentes: los dos curriculum. Letter to new residents: the two curricula. 給新居民的信:兩個課程。





Queridos compañeros y compañeras,

A mi no me lo contaron pero de alguna forma lo intuía, lo más difícil en medicina no es entrar sino aguantar. Todos sabéis que la puerta es estrecha y se requiere mucha nota y mucha suerte para terminar ejerciendo la especialidad deseada. Pero es extraño que ante el panorama de complejidad profesional y los altos niveles de desgaste y burnout nadie te hable del contracurrilum.

Te dirán que estudies y publiques, que hagas mil cursos, que leas y hagas rotaciones externas. Te volverán a decir que investigues y publiques. Pero todo dentro de la lógica lineal de la medicina académica bajo los auspicios de la ciencia y de la tecnología. Con esos mimbres es posible llegar lejos pero si no añades otros llegarás chamuscado. Es necesario recordar que durante miles de años la medicina era circular, lenta, centrada en lo humano, poco resolutiva en lo funcional y muy útil en lo relacional y existencial. Hoy hemos olvidado esta aproximación en beneficio de otras más productivas y rentables en términos de indicadores de salud y en indicadores económicos. Hemos convertido la salud en un bien de consumo y los sistemas sanitarios en cadenas de montaje. Hemos pasado de profesionales artesanos a técnicos hiperespecializados. Hemos deshumanizado la asistencia. 

Pese a todo la medicina sigue siendo una oportunidad hermosa para llegar a ser humano. Ayudar a otros en tiempo de enfermar, acercarse a la dificultad, la discapacidad y la muerte, es una tarea fundamental en el viaje arquetípico del héroe de todas las culturas. Sin bajar al infierno no es posible encontrar el camino hacia el cielo. Por eso no te has equivocado, estás en el lugar correcto. Lo único que quizá necesites es recordar que al curriculum de oro que vas fraguando con esfuerzo has de añadirle otro mucho más contracultural con los toques hippie, punk, naturista, existencialista o hedonista que tu elijas. Un modo de estar en el mundo, una aproximación a la creatividad, a tu creatividad, donde te des permiso para amar desaforadamente, hacer locuras, dar a luz hijos u otras obras de arte y aprender a disfrutar y a agradecer cada momento de esta vida que es a la vez misteriosa y milagro.

Busca referentes curriculares y contracurriculares, profesionales sanitarios de una pieza por un lado y por el otro camareros, músicos callejeros o profesionales, poetas, actrices, sabios no reconocidos, escritores nóveles, abuelas entrañables y toda persona que te inspire. Habla con ellos, sácalos a pasear, si es preciso baila y si lo consideras sueña. Llena tus sueños de la gente maravillosa que irás encontrando y permite que sus historias den sentido a la tuya. Esa es quizá la mayor gratificación que obtendrás de la vida y no la nómina que te paguen cada mes. 

Somos narrativa, por eso es vital que te alimentes de historias frescas de buena calidad y no de las enlatadas que te proporcionará el pensamiento único globalizado con sus series y demás. Aún no te puedes imaginar lo importante que es esto, pero te queda poco para empezar a oírlas de las bocas de tus pacientes y si lo permites del resto de personas que te encuentres. Tan solo añadiré que seas prudentes con los pantanos de la queja y la desesperación, hoy tan de moda. Crúzalos con cuidado por que sus arenas son pegajosas y traicioneras, además de malolientes. Elige mejor páramos más abiertos a la esperanza y la creatividad, por que si algo potente puede llenar tus velas son estos vientos. 

No me enrollo más. Tan solo desearte lo mejor en tu travesía y agradecerte que me recuerdes que yo también soy R0 como tu, hermanados como principiantes. Cada día que llego a la consulta me quito el calzado para recordar que sigo siento un médico descalzo, pero eso es otra historia que te contaré otro día. 

Un fuerte abrazo de un amigo que te quiere feliz. 





Letter to new residents: the two curricula.


Dear colleagues,

I wasn't told about it but somehow I sensed that the hardest thing in medicine is not getting in but holding on. You all know that the door is narrow and it takes a lot of note and a lot of luck to end up practicing the desired specialty. But it is strange that in the face of the panorama of professional complexity and the high levels of wear and tear and professional burnout no one talks to you about the countercurrilum.

They will tell you to study and publish, to do a thousand courses, to read and do external rotations. You will be told again to research and publish. But all within the linear logic of academic medicine under the auspices of science and technology. With those wicks it is possible to go far but if you don't add others you will get scorched. It is necessary to remember that for thousands of years medicine was circular, slow, centered on the human, not very decisive in the functional and very useful in the relational and existential. Today we have forgotten this approach in favour of others that are more productive and profitable in terms of health and economic indicators. We have turned health into a consumer good and health systems into assembly lines. We have gone from professional craftsmen to hyper-specialised technicians. We have dehumanized care. 

Yet medicine is still a beautiful opportunity to become human. Helping others in times of illness, approaching difficulty, disability and death, is a fundamental task in the archetypal journey of the hero of all cultures. Without going down to hell it is not possible to find the way to heaven. That is why you have not made a mistake, you are in the right place. The only thing you may need to remember is that to the golden curriculum that you are forging with effort you have to add another one much more counter-cultural with the hippie, punk, naturist, existentialist or hedonist touches that you choose. A way of being in the world, an approach to creativity, to your creativity, where you give yourself permission to love uncontrollably, to do crazy things, to give birth to children or other works of art and to learn to enjoy and be grateful for every moment of this life that is both mysterious and miraculous.

Look for curricular and counter-curricular references, one-piece health professionals on one side and waiters, street musicians or professionals on the other, poets, actresses, unrecognized sages, novel writers, beloved grandmothers and anyone who inspires you. Talk to them, take them for a walk, if necessary dance and if you consider it, dream. Fill your dreams with the wonderful people you will meet and allow their stories to make sense of yours. That is perhaps the greatest reward you will get from life and not the salary you are paid every month. 

We are storytellers, so it's vital that you feed on fresh, quality stories, not the canned ones that will give you the unique global thinking with their series and so on. You can't imagine how important this is yet, but you're about to start hearing them from the mouths of your patients and if you allow it from the rest of the people you meet. I will only add that you should be careful with the swamps of complaint and despair that are so fashionable today. Cross them carefully because their sands are sticky and treacherous, as well as smelly. Choose wilde lands more open to hope and creativity, because if anything powerful can fill your sails, it is these winds. 

I won't add to it. I just wish you the best in your journey and thank you for reminding me that I'm an freshman like you, twinned as beginners. Every day I arrive at the clinic I take off my shoes to remember that I still feel like a barefoot doctor, but that's another story I'll tell you another day. 

A strong hug from a friend who wants you happy. 





給新居民的信:兩個課程。

自動翻譯,對錯誤感到抱歉。


親愛的同事們,

我沒有被告知,但是我感覺到醫學上最困難的事情不是進入而是堅持。大家都知道,門很窄,需要大量的筆記和很多的運氣才能最終達到想要的專業。但是,奇怪的是,面對專業複雜性,高水平的磨損和專業倦怠,沒有人與您談論反curr。

他們會告訴您學習和出版,開設一千門課程,閱讀和進行外部輪換。系統將再次告知您進行研究和發布。但是,所有這些都是在科學技術主持下的學術醫學的線性邏輯範圍內。有了這些燈芯,就可以走得更遠,但是如果您不增加其他燈芯,您將被燒焦。有必要記住,幾千年來,醫學一直是循環的,緩慢的,以人為中心的,在功能上不是很決定性的,在關係和存在方面是非常有用的。今天,我們已經忘記了這種方法,而贊成在健康和經濟指標方面更俱生產力和利潤的其他方法。我們已經將健康變成了消費品,而健康系統變成了裝配線。我們已經從專業的工匠變成了超專業的技術人員。我們有非人道的護理。

然而,醫學仍然是成為人類的絕好機會。在各種疾病,接近困難,殘疾和死亡的時候,幫助他人是所有文化英雄原型之旅的一項基本任務。不下地獄就不可能找到通往天堂的路。這就是為什麼您沒有犯錯,您來對地方了。您可能需要記住的唯一一件事是,在努力打造的黃金課程中,您必須再添加一種與您選擇的嬉皮,朋克,自然主義者,存在主義者或享樂主義者風格相反的文化。一種生活在世界上的方式,一種創造力的方法,一種創造力的方法,您可以讓自己不受控制地去愛,做瘋狂的事情,生下孩子或其他藝術品,並學會享受和感恩,生命中的每一刻都是神秘和奇蹟。

尋找課程和反課程參考資料,一方面尋找衛生保健專業人士,另一方面尋找服務員,街頭音樂家或專業人士,詩人,女演員,無法識別的賢哲,小說作家,心愛的祖母以及任何啟發您的人。與他們交談,帶他們散步,如果需要的話跳舞,如果考慮的話,做夢。與您將遇到的精彩人物一起實現您的夢想,並讓他們的故事對您有意義。這也許是您一生中將獲得的最大回報,而不是每月的薪水。

我們是講故事的人,因此至關重要的是,您要以新鮮,優質的故事為基礎,而不是罐裝的故事,這些故事會帶給您獨特的全球思維及其係列等等。您無法想像這有多麼重要,但是您將開始從患者的口中以及如果您遇到的其他人允許的情況下聽聽他們的聲音。我只會補充說,您應該謹慎對待當今如此流行的抱怨和絕望。小心地穿過它們,因為它們的沙子發粘,詭異,有臭味。選擇更希望和有創造力的王爾德之地,因為如果有任何有力的東西可以填充您的帆,那就是風。

我不會添加。我只希望您旅途中一切順利,並感謝您提醒我,我像您一樣是新生,結成新手。每天到達診所時,我都會脫鞋,以記住自己仍然像赤腳醫生,但這是另一天的故事。

希望您開心的朋友的大力擁抱。

jueves, 9 de julio de 2020

El peligro de que los sanitarios entren en modo supervivencia. The danger of health professionals going into survival mode. 卫生专业人员进入生存模式的危险。





Tratar con el dolor y la enfermedad ajena no es sencillo para nadie. Tampoco para los que tienen formación especializada. El sufrimiento impregna la parte invisible del alma humana, tanto del que lo padece como del que lo acompaña.

Por eso es necesario que los profesionales sanitarios tengan una formación técnica y humana completa y trabajen con medios que les permitan ofrecer un servicio de máxima calidad. Lo que vemos habitualmente es que las instituciones sanitarias conciben la calidad desde un punto de vista exclusivamente científico-técnico y se centran en proveer medios técnicos, farmacológicos e informáticos. La parte humana se obvia y, pese a estar presente en el discurso oficial, no se cuidan las condiciones laborales ni de protección de sobrecargas de los profesionales. En ocasiones los profesionales trabajan en clara situación de maltrato, como los residentes que encadenan tres turnos de trabajo seguidos en sus guardias o los médicos de familia obligados a atender a más de 60 pacientes en una jornada.

Es cierto que el entrenamiento de los profesionales permite que estos puedan asumir aumentos puntuales de demanda asistencial, pero no son de piedra. Nadie aguanta una sobrecarga permanente sin entrar en modo supervivencia. Y si sobrevivir se convierte en la prioridad, el paciente, el sistema y todo lo demás será secundario. Esto no beneficia a nadie pero cada vez es más frecuente porque son más los profesionales que se sienten sobrepasados, ninguneados, sobrecargados y abusados. La situación es global, pasa en todos los países, y tiene que ver con la dinámica social que ha convertido la salud en un bien de consumo y los sistemas sanitarios en grandes supermercados de servicios que cada vez han de producir más. Si las necesidades de salud siguen creciendo a la par que lo hacen la edad media y la complejidad de los pacientes, podrán imaginar que si los recursos no aumentan serán los profesionales quienes se carguen sobre sus hombros el aumento progresivo de trabajo.

El problema es que en modo supervivencia cada profesional se quita de encima los problemas lo más rápido que puede. Se prescriben más pruebas diagnósticas y más tratamiento, se deriva más de un profesional a otro. Se mantiene el problema en superficie sin que nadie coja el toro por los cuernos. Esto desencadena cadenas gasto inasumible, pérdidas de tiempo y de recursos, y pocos resultados.
Cuando es la Atención Primaria lo más abusado y menos cuidado el problema aumenta al ser en este nivel donde más información blanda se tiene del paciente y donde se pueden manejar el 90% de sus problemas si se dieran las condiciones adecuadas. Estrangular este nivel asistencial es condenar al fracaso la totalidad del sistema y es lo que estamos viendo año tras año con el asombro de unos, el consentimiento de otros y la dejadez o estulticia de alguno más.

Permitir que un médico de familia tenga que asumir en verano cinco consultas a la vez debería ser delito. Permitir que haya centros de salud cuyos médicos tengan que asumir las consultas no suplidas de compañeros durante meses no debería tolerarse.

Pero es lo que hay, y cada vez más profesionales quemados, con la moral por los suelos o agotados. Entramos en modo supervivencia, no pidan empatía, humanismo ni florituras. No las va a haber.







The danger of health professionals going into survival mode.


Dealing with the pain and illness of others is not easy for anyone. Nor is it easy for those with specialized training. Suffering permeates the invisible part of the human soul, both of the sufferer and of those who accompany him. 

That is why it is necessary for health professionals to have a complete technical and human formation and to work with means that allow them to offer a service of maximum quality. What we usually see is that health institutions conceive of quality from an exclusively scientific-technical point of view and focus on providing technical, pharmacological and IT means. The human side is forgotten, in spite of being present in the official discourse, the working conditions and overload protection of the professionals are not taken care of. Sometimes the professionals work in a clearly abusive situation, such as residents who work three shifts in a row on their guards or family doctors who are forced to attend to more than 60 patients in a day. 

It is true that the training of the professionals allows them to take on occasional increases in the demand for care, but they are not made of stone. No one can withstand a permanent overload without going into survival mode. And if survival becomes the priority, the patient, the system and everything else will be secondary. This does not benefit anyone but it is increasingly frequent because more and more professionals feel overloaded, unaware, overburdened and abused. The situation is global, it happens in all countries, and it has to do with the social dynamics that have turned health into a consumer good and the health systems into large service supermarkets that have to produce more and more. If health needs continue to grow at the same rate as the average age and complexity of patients, you can imagine that if resources do not increase, it will be the professionals who will have to shoulder the progressive increase in work. 

The problem is that in survival mode each professional gets rid of the problems as quickly as possible. More diagnostic tests and more treatment are prescribed, more are referred from one professional to another. The problem is kept on the surface without anyone taking the bull by the horns. This triggers chains of unconscionable expense, loss of time and resources, and poor results. 
When it is the Primary Care that is most abused and least cared for, the problem increases as it is at this level where more soft information is held on the patient and where 90% of their problems can be managed if the right conditions are given. To strangle this level of care is to condemn the whole system to failure and this is what we are seeing year after year with the astonishment of some, the consent of others and the negligence or silliness of some others. 

It should be a crime to allow a family doctor to have to take on five consultations at a time in the summer. Allowing health centres to have doctors take over unsupplied consultations from colleagues for months on end should not be tolerated. 

But there are, and more and more professionals who are burned out, morally bankrupt or exhausted. We're going into survival mode, so don't ask for empathy, humanism or frills. There won't be any. 





卫生专业人员进入生存模式的危险。


自动翻译,对错误感到抱歉。

对任何人来说,应对他人的痛苦和疾病都不容易。对于那些接受过专门培训的人来说也不容易。痛苦弥漫在人的灵魂的无形部分,无论是受难者还是陪伴他的人。



因此,医疗专业人员必须拥有完整的技术和人员队伍,并采用能够提供最高质量服务的方式进行工作。我们通常看到的是,卫生机构从纯粹的科学技术的角度来看待质量,并专注于提供技术,药理学和信息技术手段。尽管出现在官方话语中,但人的一面被遗忘了,但专业人员的工作条件和过载保护却得不到照顾。有时,专业人员的工作环境非常恶劣,例如居民连续三班轮班看守,或者家庭医生被迫每天照顾60多名患者。



确实,对专业人员的培训允许他们偶尔增加对护理的需求,但他们并非一成不变的。没有进入生存模式,任何人都无法承受永久性的过载。如果生存成为重中之重,则患者,系统和其他所有一切将成为次要的。这不会使任何人受益,但它越来越频繁,因为越来越多的专业人员感到超负荷,不知道,负担过重和被滥用。这种情况是全球性的,在所有国家中都在发生,这与将健康变成了消费品的社会动力以及将卫生系统变成了必须生产越来越多的大型服务超级市场有关。如果健康需求继续以与患者平均年龄和复杂程度相同的速度增长,您可以想象,如果资源没有增加,那么专业人员将不得不承担工作的逐步增加。



问题在于,在生存模式下,每个专业人员都将尽快摆脱这些问题。规定了更多的诊断测试和更多的治疗方法,更多的专业人员被推荐给另一位专业人员。问题一直浮出水面,没有人碰到牛角。这会触发一系列不合理的支出,时间和资源的损失以及不良的结果。

当最容易被滥用和最不关心的是初级保健时,问题就会加剧,因为在此级别上,可以为患者提供更多的软信息,并且如果条件合适的话,可以解决他们90%的问题。扼杀这种关怀,就是要谴责整个系统的失败,这是我们年复一年地看到的,其中有些人感到惊讶,另一些人表示同意,另一些人则过失或愚蠢。



允许家庭医生在夏季每次必须进行五次诊治是一种犯罪。不允许医疗中心让医生连续数月接替未提供的咨询服务。



但是,越来越多的专业人员精疲力尽,道德破产或精疲力尽。我们正在进入生存模式,所以不要要求同理心,人本主义或多余的装饰。不会有。

sábado, 4 de julio de 2020

¿Qué hemos aprendido? What have we learned? 我們學到了什麼?





Las catástrofes vitales suelen traer su correspondiente enseñanza. La forma en que aprendemos y nos humanizamos tiene que ver con la dificultad, el error, la pérdida y el cambio. Por eso tras varios meses de pandemia me permito reflexionar sobre lo aprendido en este tiempo desde mi punto de vista de médico de pueblo. 

1. Somos vulnerables.
2. Vamos a morir todos.
3. Los sistemas sanitarios son los profesionales que los forman.
4. Ante los virus tenemos las manos vacías.
5. La gobernanza es cada día menor.
6. Cada vez pensamos menos.
7. Somos sociedades enfermas.
8. Mercado único, pensamiento único.
9. El mal contrato medicina-sociedad.
10. Hay mucha gente harta.



1.

Somos vulnerables como sociedad, familia e individuo. La enfermedad nos alcanza a todos pero también las consecuencias del cambio climático, la injusticia social, la disminución de los puestos de trabajo, la inestabilidad económica y política, la globalización de la estulticia y el miedo. Las fronteras y los muros protegen cada vez menos. Los ejércitos y las bombas atómicas no pueden gran cosa contra un virus o un meme y cualquiera de ellos puede llevarse por delante la humanidad entera. Nos creíamos a salvo dentro de sociedades desarrolladas pero parece ser que nadie lo está. En este mundo vamos todos en el mismo barco, es verdad que hay camarotes de calidad diversa pero también que si nos hundimos lo haremos todos. 

2. 

Aunque hemos hecho grandes esfuerzos por tratar de olvidarlo, al final de la vida nos espera la muerte. Vamos a morir todos, inevitablemente pese a las promesas de la ciencia y de la medicina de alargar la vida, superar enfermedades y volvernos eternos. Escondemos la muerte de la vista convirtiéndola en una verdad incómoda, en un tabú. Al mercado le interesa convertir lo cotidiano en una fiesta comercial que parezca no acabar nunca. No hablamos de este tema con otros ni reflexionamos ni pensamos sobre el mismo. Ya habrá tiempo, nos decimos, pero resulta que cuando nos sorprende la enfermedad incurable o la proximidad del final nos hacemos un lío y negamos el hecho todo lo que nuestras fuerzas nos permiten. Es frecuente morir mal por no habernos permitido contemplar la propia levedad y darnos la opción de aceptarla.

3. 

Los sistemas sanitarios los forman lugares, tecnologías y personas, pero por muy potentes que sean los dos primeros son los profesionales quienes sostienen la estructura. Y los profesionales están cansados de sostener un peso que excede su capacidad. Los profesionales enferman y mueren como el resto y se exponen quizá más a la enfermedad, el dolor y el sufrimiento humano. Esto hace que cuando llega una pandemia tengan que asumir mayor responsabilidad y que no siempre las instituciones donde trabajan estén a la altura. La mala planificación, el insuficiente liderazgo, la falta de medios de protección y la sobrecarga de tareas han sido una prueba de fuego para muchos. Ver morir a ancianos en residencias o en sus casas, convivir a diario con el peligro y la incertidumbre, sentir la impotencia de no poder hacer todo lo que como sanitarios nos gustaría no ha sido plato de gusto. Ahí quedan las heridas y muchos compañeros magullados. Hemos tenido pérdidas humanas de profesionales conocidos, muchos enfermaron y estuvieron muy graves. Todo esto condiciona un estado de ánimo peculiar que mezcla agotamiento, miedo y enfado pertinaz, una mezcla enormemente tóxica. Quien la consigue metabolizar sobrevive, quien no termina emponzoñado convertido en zombi sanitario, alguien que sigue trabajando pero que perdió de alguna forma la esperanza y el alma. 

4.

Es verdad que existen remedios para casi todo y que la ciencia y la medicina de este tiempo son enormemente ingeniosas pero los virus siguen siendo un reto maravilloso que nos recuerda lo poco que sabemos. El modelo de consumo de carne animal basado en granjas y mercados cada vez más grandes aumenta en gran medida el riesgo de mutación y el salto de virus animales a humanos. Eso sucede desde la revolución neolítica, en la que se instauró la ganadería, pero ahora como pueden comprender la magnitud es muchísimo más grande. Científicos como Jane Goodall advierten que si no cambia el modelo terminaremos extinguidos. Lo cierto es que la posición actual es de una enrome vulnerabilidad para un mundo globalizado con grandes movimientos poblacionales diarios. Las cuarentenas mundiales son increíblemente difíciles de conseguir y frente al virus no hay otro remedio mientras no se disponga de la correspondiente vacuna. Algo para lo que se suele necesitar bastante tiempo. 


5.

El espectáculo de la política local, nacional e internacional cada vez es más vomitivo. Salvando las inevitables excepciones pareciera que los líderes son cada día más absurdos, los debates más estériles y las ideas más peregrinas. ¿Pero quién verdaderamente manda en el mundo? Posiblemente las instituciones de poder visible cada vez lo obstenten en menor grado. También es cierto que con la complejidad y la rapidez con la que va todo en las sociedades del conocimiento pedir a la población que expresen su voluntad de voto cada cuatro años parece trasnochado. Muchos se dan cuenta de que votamos más a diario con la cartera que en las urnas pero no es suficiente para poder aguantar a tirios y troyanos en los medios tirándose permanentemente las sillas. Los perfiles prudentes, inteligentes y valiosos que puedan existir en el mundo político están fuera de los focos. Saben bien que quien pone la cara se arriesga mucho a que se la partan. Por eso solo los caraduras se atreven a figurar y aceptar el reto. El nivel es el que es porque las reglas del juego no permiten otra cosa, y como ven es un problema generalizado. Cada vez el político puede hacer menos ante fuerzas que no alcanza a entender ni a manejar. Dentro de las instituciones pasa lo mismo, ante una catástrofe los mandos se encierran en sus despachos y encienden la máquina de escribir protocolos, notas internas o información institucional trasnochada. De liderazgo nada, de escucha de los profesionales de trinchera tampoco. La consigna es no moverse para seguir saliendo en la foto y rezar para que el chaparrón pase pronto sin que nos obligue a tomar medidas que puedan amenazar nuestro sillón. El papel de las consejerías de salud y las gerencias ha sido patético durante la pandemia. No hubo previsión de medios de protección, ni se dialogó con los profesionales para buscar cursos de acción. Se dieron pasos con retraso a rebufo de lo que ya estaba haciéndose en la primera línea. Muchos nos hacemos la pregunta del valor que aportan estos niveles de gestión cuando no hay medios suficientes y el malestar de los profesionales es altísimo.

6.

Cada vez estamos más entretenidos con pantallas permanentes y tecnologías del ocio cada vez más avanzadas. Cada vez vamos más rápido, bregamos con mayor ruido de fondo y distracciones, estamos más ocupados. Cada vez pensamos menos. Solemos suscribirnos a canales de opinión e información en los que hacemos copia y pega. Adquirimos memes que luego defenderemos como propios sin la necesaria digestión que delegamos en los consabidos expertos o periodistas. No es fácil encontrar ejemplos de diálogo y pensamiento reflexivo. Los hay pero quedan ahogados por los gritos de contertulios profesionales y otros diletantes y famosos que atraen la atención a base de ordinariez y palabras soeces. En la sociedad del espectáculo se valora más a la actriz o al deportista que al pensador o al filósofo. Todo el mundo opina, critica y se queja, pocos piensan o aportan ideas propias al debate. 

7. 

Los indicadores de mortalidad y morbilidad han mejorado mucho. Se ha aumentado la esperanza de vida y son muchas las enfermedades para las que existe remedio o solución. Sin embargo como sociedad cada vez nos sentimos más enfermos, toleramos peor cualquier malestar y buscamos ayuda externa ante cualquier inconveniente. Aumenta la desazón ante los signos de descomposición social y podredumbre que surgen a nuestro alrededor.  Aumentan las diferencias económicas, educacionales y sociales. Aumentan la pobreza y la exclusión. Aumentan los muros y fronteras. Aumenta el ruido, los nacionalismos, populismos y la crispación política. Aumenta el paro, la deuda pública, la deslocalización de empresas. Aumenta la obesidad social de los que quieren siempre más, de los que engordan el cuerpo y el deseo, de los que no miran fuera de su interés personal. Aumenta la estulticia y la ignorancia, la posibilidad de darnos cuenta de que que nuestro ritmo de vida no respeta mínimamente el planeta, a los demás ni siquiera a nosotros mismos. Nos tratan de mantener dormidos a base de nuevas recetas de pan y circo convenientemente aderezadas con pantallas y tecnología. Pero las constantes vitales siguen empeorando para quien se detenga un poco a tomar el pulso a una sociedad que cada día que pasa tiene peor color. 

8.

Todo es un gran bazar en el que impera una única idea: más es mejor. Compre más por menos, gane más, mucho más, todo lo que pueda. Busque su beneficio personal, disfrute todo lo posible. Sáciese bien, ya se comerán otros sus migajas. Consuma todo lo que quiera, nos encargaremos de que se lo pueda permitir y que le llegue a casa en breve plazo. Estos cantos de sirena son irresistibles y terminamos tirándonos en plancha a beber en la fuerte cuya agua promete todos los beneficios. Lo malo es cuando comprobamos que seguimos con sed, que ese líquido no calma para nada la avidez que sentimos. Lo malo es cuando no podemos evitar seguir consumiendo compulsivamente bienes y servicios que no necesitamos. Lo malo es cuando nos damos cuenta de que nos hemos convertido en mercancía para otros y hay alguien consumiéndonos. 
Nadie nos contó que quien juega con cadenas termina encadenado. No lo quisimos ver, y ahora ya es tarde. 


9.

La modernidad nos trajo unos sistemas sanitarios que prometían vencer la enfermedad y mejorar nuestros problemas cotidianos. Para ello se crearon todo tipo de pruebas y tratamientos, incluso enfermedades nuevas que disponían de su correspondiente cura. Los niños inquietos pasaban a llamarse hiperactivos, las personas tímidas fóbicos sociales, los ancianos impotentes trastorno de erección e incluso los que padecían enfermedades antaño mortales como la hepatitis o el sida ahora se llaman enfermos crónicos. Todo parecía tener solución, previo pago directo o de un seguro. Por eso la gente se abalanzó sobre la sanidad como hacía con los centros comerciales al comienzo de rebajas. Todos querían algo y lo querían ya. Pero no siempre funcionaba. Seguía habiendo muchas condiciones que no se podían mejorar. Los sanitarios sudaban con el aumento del número de consultas y la complejidad de estas. Sufrían al ver incrementarse su impotencia y frustración: no era posible solucionar los problemas sociales ni existenciales de la gente. A penas podían proponer remedio para algunos problemas físicos y muy poco para los psicológicos que siempre han exigido un tiempo que ahora no parecía existir. Es una pena que no hallamos aprendido que durante la pandemia no teníamos necesidad de ir al centro de salud y al hospital por cualquier motivo, que la mayoría de las cuestiones de salud se solucionan solas o con remedios caseros y que los establecimientos sanitarios pueden ser peligrosos y conviene usarlos con mucha prudencia. Profesionales y pacientes hemos sido hábilmente engañados al firmar un contrato que produce burnout y malestar en los primeros y sobrediagnóstico y sobretratamiento en los segundos. Lo que los sistemas sanitarios precisan con urgencia no son más fondos ni plantillas sino más consciencia. Solo si se cambia el contrato social habrá posibilidades de salir del atolladero. 

10.

Tras el chaparrón de miedo social que pasamos cuando el coronavirus mataba cientos de personas cada día vino el huracán de enfado colectivo. Estábamos hartos de confinamiento y mala gestión, cansados de noticias infaustas, de la bronca política, del desbarajuste sanitario. Dentro de la sanidad unos lamen las heridas mientras otros maldicen el desastre, pero nadie parece mover ficha. En la calle la gente parece olvidar rápido lo ocurrido y llena terrazas y avenidas con ganas de frecuentar a otros, aunque sean muchedumbres. La distancia se relativiza por momentos y la mascarilla pasa a ser un tema personal, unos creen en ella y otros no. La vida sigue y ante la crisis económica el personal parece decidido a vivir el presente lo mejor que puedan y seguir tirando hacia delante. 




Espero que puedan unir sus reflexiones a las mías para enriquecer tanto la conversación en la mesa de su casa a la hora de comer como el café con los compañeros de trabajo o el debate social. No se imaginan lo importante que es. De quejas no se vive, de ideas tal vez.








What have we learned?

Life-threatening disasters often bring us important lessons. The way we learn and humanize ourselves is linked with difficulty, error, loss and change. That is why after several months of pandemic I allow myself to reflect on what I have learned during this time from my point of view as a country doctor. 

1. We are vulnerable.
2. We are all going to die.
3. The health systems are the professionals that make them up.
4. In the face of viruses, we are empty-handed.
5. Governance is becoming less and less.
6. We think less and less.
7. We are sick societies.
8. Single market, single thinking.
9. The bad medicine-society contract.
10. Many people are fed up.



1.

We are vulnerable as a society, family and individual. We are all affected by disease, but also by the consequences of climate change, social injustice, fewer jobs, economic and political instability, and the globalization of silliness and fear. Borders and walls protect less and less. Armies and atomic bombs cannot do much against a virus or a meme, and any one of them can blow up the entire world . We thought we were safe within developed societies but it seems that no one is. In this world we are all in the same boat, it is true that there are cabins of different quality but also that if we sink we will all sink. 

2. 

Although we have made great efforts to try and forget it, at the end of life, death awaits us. We are all going to die, inevitably despite the promises of science and medicine to prolong life, overcome illness and become eternal. We hide death from view by making it an uncomfortable truth, a taboo. The market is interested in turning the everyday into a commercial party that seems to never end. We do not talk about this subject with others, nor do we reflect or think about it. There will be time, we say to ourselves, but it turns out that when we are surprised by the incurable disease or the approaching end we make a mess of it and deny the fact as much as our strength allows. It is common to die badly because we have not allowed ourselves to contemplate our own lightness and give ourselves the option of accepting it.

3. 

Health systems are made up of places, technologies and people, but however powerful the first two may be, it is the professionals who support the structure. And the professionals are tired of carrying a weight that exceeds their capacity. Professionals get sick and die like everyone else and are perhaps more exposed to disease, pain and human suffering. This means that when a pandemic arrives they have to take on more responsibility and the institutions where they work are not always up to the task. Poor planning, insufficient leadership, lack of means of protection and overload of tasks have been a litmus test for many. Seeing the elderly die in homes or in their homes, living daily with danger and uncertainty, feeling the helplessness of not being able to do everything that we as health care providers would like to do has not been a pleasure. There remain the wounds and many bruised companions. We have had human losses from well-known professionals, many of whom fell ill and were very serious. All this conditions a peculiar state of mind that mixes exhaustion, fear and stubborn anger, an enormously toxic mixture. Whoever manages to metabolize it survives, whoever does not end up poisoned turned into a sanitary zombie, someone who continues to work but somehow lost hope and soul. 

4.

It is true that there are remedies for almost everything and that the science and medicine of this time are enormously ingenious but viruses continue to be a wonderful challenge that reminds us of how little we know. The model of animal meat consumption based on increasingly large farms and markets greatly increases the risk of mutation and leapfrogging from animal to human viruses. This has been happening since the Neolithic revolution when livestock farming was introduced but now, as you can understand, the magnitude is much greater. Scientists like Jane Goodall warn that if we don't change the model we will end up extinct. The truth is that the current position is of a huge vulnerability for a globalized world with large daily population movements. World-wide quarantines are incredibly difficult to achieve and there is no other remedy against the virus as long as the corresponding vaccine is not available. This usually takes quite some time to achieve. 


5.

The spectacle of local, national and international politics is becoming more and more disgusting. With the inevitable exceptions, it seems that the leaders are becoming more and more absurd, the debates more and more sterile, and the ideas more and more outlandish. But who is really in charge of the world? Possibly the institutions of visible power are weaker. It is also true that with the complexity and speed with which everything goes in knowledge societies, asking people to express their will to vote every four years seems outdated. Many people realize that we vote more daily with our wallets than at the polls, but that is not enough to be able to put up with Tyrians and Trojans in the media permanently throwing out their chairs. The prudent, intelligent and valuable profiles that may exist in the political world are out of the spotlight. They know full well that whoever puts his face on the public arena risks being broken. That is why only the shameless dare to appear and accept the challenge. The level is what it is because the rules of the game do not allow anything else, and as you see it is a widespread problem. The politician can do less and less in the face of forces that he cannot understand or handle. Within the institutions the same thing happens, in the face of a catastrophe, the leaders lock themselves in their offices and turn on the typewriter for protocols, internal notes or outdated institutional information. No leadership, no listening to the professionals in the trenches. The watchword is not to move in order to continue being in the picture and to pray that the downpour passes soon without forcing us to take measures that could threaten our armchair. The role of health departments and management has been pathetic during the pandemic. There was neither enough provision for means of protection, nor was there any dialogue with professionals to seek courses of action. Delayed steps were taken in return for what was already being done on the front line. Many of us wonder what value these levels of management provide when there are not enough means and the discomfort of the professionals is very high.

6.

We are increasingly entertained by permanent screens and increasingly advanced leisure technologies. We are going faster and faster, dealing with more background noise and distractions, we are busier and busier. We think less and less. We often subscribe to opinion and information channels where we copy and paste. We acquire memes that we then defend as our own without the necessary digestion that we delegate to the well-known experts or journalists. It is not easy to find examples of dialogue and reflective thinking. There are some, but they are drowned out by the cries of professional contertulios and other dilettantes and celebrities who attract attention by their vulgarity and foul language. In the society of the spectacle the actress or the sportsman is valued more than the thinker or the philosopher. 

7. 

Mortality and morbidity indicators have improved greatly. Life expectancy has increased and there are many diseases for which there is a remedy or solution. However, as a society we feel increasingly sick, we tolerate any discomfort worse and we seek outside help for any inconvenience. We are increasingly uneasy about the signs of decomposition and decay around us.  Economic, educational and social differences are increasing. Poverty and exclusion increase. Walls and borders increase. Noise, nationalism, populism and political tension are on the increase. Unemployment, public debt and the relocation of companies are on the increase. The social obesity of those who always want more, of those who fatten their bodies and desire, of those who do not look beyond their own personal interest, is increasing. It increases silliness and ignorance, the possibility of realizing that our pace of life does not have the least respect for the planet, for others or even for ourselves. They try to keep us asleep with new bread and circus recipes conveniently seasoned with screens and technology. But our vital signs keep getting worse for anyone who stops to take the pulse of a society that is getting worse every day. 

8.

Everything is a great bazaar in which only one idea prevails: more is better. Buy more for less, earn more, much more, as much as you can. Look for your personal benefit, enjoy it as much as possible. Get enough, others will eat your crumbs. Eat as much as you want, we will make sure you can afford it and that it gets to your home in no time. These mermaid songs are irresistible and we end up throwing ourselves on the pool to drink at the fort whose water promises all the benefits. The bad thing is when we realize that we are still thirsty, that this liquid does not calm down at all the greed we feel. The bad thing is when we can't help but continue to compulsively consume goods and services that we don't need. The bad thing is when we realize that we have become a commodity for others and there is someone consuming us. Nobody told us that those who play with chains end up chained. We didn't want to see it, and now it's too late. 

9.

Modernity brought us health systems that promised to defeat disease and improve our daily problems. To this end, all kinds of tests and treatments were created, including new diseases with corresponding cures. Restless children were now called hyperactive, soy pero le are nos socially phobic, the sexual impotence associated with age, erection disorders, and even those suffering from once deadly diseases such as hepatitis or AIDS are now called chronically ill. Everything seemed to have a solution, after direct payment or insurance. That is why people pounced on health care as they did on shopping malls at the beginning of the sales. Everyone wanted something and they wanted it now. But it didn't always work. There were still many conditions that could not be improved. Health workers are sweating with the increase in the number of consultations and the complexity of these. They suffered from increasing helplessness and frustration: it was not possible to solve people's social and existential problems. They could hardly propose a remedy for some physical problems and very little for the psychological ones that had always demanded a time that did not seem to exist now. It is a pity that we did not learn that during the pandemic we did not need to go to the primar y health centre and hospital for any reason, that most health issues are solved on their own or with home remedies and that health facilities can be dangerous and should be used very prudently. Professionals and patients have been skillfully misled into signing a contract that produces burnout and discomfort in the former and overdiagnosis and overtreatment in the latter. What health systems urgently need is not more funds or staff but more awareness. Only if the social contract is changed will there be a chance of breaking the deadlock. 

10.

After the downpour of social fear we went through when the coronavirus killed hundreds of people every day came the hurricane of collective anger. We were fed up with confinement and mismanagement, tired of the unhappy news, the political ruckus, the health scandal. Within the health system, some lick their wounds while others curse the disaster, but no one seems to move. In the streets people seem to forget quickly what happened and fill terraces and avenues with the desire to frequent others, even if they are crowds. The social distance is relativized at times and the mask becomes a personal issue, some believe in it and others do not. Life goes on and in the face of the economic crisis the staff seems determined to live the present as best they can and keep on pulling forward. 




I hope you can join me with your reflections to enrich both the lunchtime conversation at home and the coffee with colleagues or the social debate. You can't imagine how important this is. Se don't live on complaints, maybe on ideas.








我們學到了什麼?



威脅生命的災難常常給我們帶來重要的教訓。 我們學習和人性化的方式與困難,錯誤,損失和變化聯繫在一起。 這就是為什麼在幾個月的大流行之後,我可以從自己作為鄉村醫生的角度反思這段時間所學到的東西。



1.我們是脆弱的。
2.我們都會死。
3.衛生系統是組成它們的專業人員。
4.面對病毒,我們空手而歸。
5.治理越來越少。
6.我們思考的越來越少。
7.我們是一個病態的社會。
8.單一市場,單一思維。
9.不良藥品-社會契約。
10.許多人受夠了。