Mostrando entradas con la etiqueta medicina de familia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta medicina de familia. Mostrar todas las entradas

miércoles, 2 de septiembre de 2020

Maltrato y abandono institucional: diario de un médico de familia.





Hace unos días Eva Legido me propuso hacer una colaboración para su serie de vídeos de Yout
ube sobre colapso sanitario. Aquí comparto el resultado que cuenta con las impactantes imágenes de Sergio Ingravalle.

La situación actual de muchos centros de salud es tan desfavorable que no tenemos más remedio que usar toda la creatividad que podamos para visibilizarla y tratar de mejorarla.



—————————————————————————-


Diario de un médico de familia.

Hoy tendré de nuevo 60 pacientes en mi agenda. Son las ocho menos cinco y ya hay muchos citados, mi compañero el doctor Blázquez no está hoy y la directora de centro empieza su consulta a media mañana. Será un día malo, como ya llevamos muchos este año. Calculo que uno de cada tres. Antes no era así pero ha ido empeorando poco a poco a lo largo de los años con recortes de presupuesto, empeoramiento de contratos y aumento de la precariedad laboral de los médicos jóvenes. A la hora de elegir especialidad las plazas de medicina de familia se eligen las últimas y muchos empezarán la formación pero se cambiarán a otra cuando puedan. Esto unido a que en unos años nos jubilaremos la mitad de los médicos actuales no pinta nada bien.

He pasado mucho tiempo reflexionando, tratando de entender qué está pasando. Me venía a la cabeza la imagen del enorme trasatlántico sanitario hundiéndose en las aguas, pero la he terminado desechando. Es verdad que en los hospitales tan poco lo están pasando bien, pero allí nadie ve los 60 pacientes al día que veré yo hoy, ni mucho menos. Nadie pasa su consulta y la del compañero ausente, en ese caso se llama a los pacientes y se les cita otro día. Los centros de salud son más bien como esas pateras cargadas hasta los topes que intentan llegar a puerto seguro jugándose la piel. Algunos días se llega, otros se naufraga.

Al final me he dado cuenta de que una institución que nos obliga a atender a los enfermos como si estuviéramos en una cadena de producción acelerada no cumple criterios de calidad, ni seguridad del paciente ni siquiera de dignidad. No es posible escuchar en condiciones en días con la agenda duplicada. Y qué haré con el paciente que se desmorona y empieza a llorar en la consulta. Y con el que hay que dar una mala noticia. Qué haremos con esos casos difíciles que precisan de reflexión y estudio.

Navegar en estas condiciones maltrata la tripulación y al pasaje. No es fácil de reconocer ni de decir, pero es así. ¿Cómo exigir un trato humano a unos profesionales sanitarios sobrecargados, agobiados, agotados y ninguneados? ¿Cómo esperar que los ciudadanos vean respondidos correctamente sus problemas de salud cuando el sistema sanitario cuece a fuego lento a los que se suponen tienen que cuidar a los demás?

Y por si fuera poco, además de la impotencia de no poder dar una asistencia de calidad llueve el enfado y los malos modos de quienes lo padecen que no dudan en disparar al pianista, a veces con violencia. La incomprensión de la ciudadanía y su gran frustración al comprobar que un servicio esencial les ha sido escamoteado delante de sus narices, se vierte en los sanitarios que tienen delante y no en los responsables de la situación cómodamente protegidos en lejanos despachos y que no pueden ver. Tristemente se vuelve a cumplir el refrán “a perro flaco todo son pulgas”.

En mi experiencia como médico he tenido que atender muchos casos de maltrato. Niños, jóvenes, ancianos y adultos, mujeres y hombres en diversas circunstancias, cada caso con sus peculiaridades pero la mayoría con una gran dificultad en aceptar y poner nombre a lo que estaba pasando, aunque fuera evidente para los demás. A nosotros los sanitarios nos pasa igual. Es muy doloroso reconocer que el sistema y la sociedad te maltratan y que a nadie le importe tu dolor y tus gritos mientras se cumpla el expediente y te vayas a casa tras pasar consulta a tus 60 citados. 

El caso viene de lejos. Los médicos desde que empezamos la residencia somos los únicos pringados de la sociedad obligados a trabajar 24 horas sin descanso en las guardias de puerta hospitalaria, y hay que hacer muchas para mejorar el sueldo mileurista de rigor. Luego suele ser normal atravesar un desierto de años de precariedad laboral, para terminar (como en mi caso) de interino en un turno de tarde en un centro de salud, alto terriblemente duro que te escamotea la crianza de los hijos y la vida familiar. Cuando con cincuenta tacos terminas con un contrato estable de mañana, la perspectiva de aguantar otros 15 años aguantado este nivel de sobrecarga hace que muchos terminemos quemados, enfermos o desesperanzados. No es casualidad que los médicos encabecemos las estadísticas de suicidios, adicciones y desgaste profesional. 

Algunos estamos empezando a mostrar nuestras heridas y a decir que eso de la vocación es una mentira piadosa cuando trata de justificar una injusticia estructural. Nos sentimos vapuleados e ignorados por nuestros jefes y responsables que conocen los datos y llevan consintiendo esta situación durante demasiado tiempo. Nos sentimos engañados y frustrados por no poder ejercer la medicina con la conciencia, compasión y delicadeza que requiere, obligados como estamos a ir a toda velocidad para que pase el siguiente. Nos sentimos fatal cuando acabamos la jornada y fatal cuando en casa nos acordamos que mañana hay que volver. 

Porque este año es el peor de todos con una pandemia que ha sobrecargado la sanidad hasta lo indecible obligándonos a trabajar sin medidas de protección durante meses, a ciegas por no tener ni datos claros, ni evidencia científica, ni liderazgo, ni siquiera a nuestros pacientes delante. Hemos tenido que aprender a pasar consulta por teléfono y a solucionar problemas sin ver la cara de la gente, asumiendo unos niveles de incertidumbre muy superiores a los normales. Hemos caído enfermos, algunos han muerto trabajando. Estamos agotados y encima comprobando que ante la potencia de la segunda ola todo ese trabajo ha servido de poco, volvemos a empezar. 

En el fondo siento pena por toda esa gente que verdaderamente va a enfermar sin que podamos atenderla como se merece. A todos los que van a morir sin que haya un médico que pueda prestarles el suficiente tiempo. A todos los que van a llorar sus crisis vitales sin que podamos escucharles en condiciones. Siento pena por una sociedad que no se está dando cuenta de que no siempre será joven y espléndida, que llegará el momento en que necesitará quien la cuide y atienda. Siento pena por todos esos mayores abandonados en residencias de ancianos que he visto morir de covid en la más dura soledad.  Y pongo encima de la mesa mi propio dolor profesional, que aunque es poca cosa aumenta la terrible cifra de maltrato que nuestro tiempo padece. 



martes, 1 de septiembre de 2020

Desesperanza. Hopelessness. 絕望







Cuando uno pierde la esperanza comienza a andar por el infierno. Dante lo sabía porque lo había vivido, no hace falta morir para conocer bien el inframundo. 

Desde mi posición en la primera línea de un centro de salud veo muchas cosas, entre otras las llamas de otros centros hermanos que llevan ardiendo largo tiempo asediados por múltiples problemas. Pese a la magnitud de la pandemia NO LLEGARON REFUERZOS. Trajeron (tarde) mascarillas y batas, algún centro recibió un mes o así un residente novato sin capacidad aun de atender pacientes y nada más. Bueno varias docenas de protocolos y documentos variados que abarrotan las bandejas de entrada de correo electrónico no deseado y un montón de teleconferencias con la gerencia de turno que aportaron poco más.

He hablado anteriormente de lo que ha pasado este año en el centro de salud de la localidad del Álamo, en el sur de Madrid. Esta semana damos un pasito más hacia el infierno. Solo queda una pediatra. El resto de facultativas está fuera de combate, se fueron quemando como velas agotadas. No es para menos han tenido que tragar estopa a paladas. 

Pero no se preocupen, NO PASA NADA. El centro continuará probablemente con sus puertas abiertas atendiendo amablemente a todo el que lo solicite, no faltaría más. 


COMUNICADO (EXTRA)OFICIAL


La Consejería de Sanidad seguirá velando para que los indicadores de calidad, seguridad del paciente y cartera de servicios se cumplan a rajatabla. Lo que no va a ser posible, de momento, es mantener la medida estrella de la libre elección de facultativo. Pero no se preocupen, ya volverán, si vienen. 

De lo humanizar la asistencia si acaso hablamos otro día, de momento tenemos al personal algo deshumanizado por las circunstancias.

Y por último sigan nuestro consejo de no ponerse malos, es lo mejor para todos. 


Gracias por su comprensión (y por permitir sin protestar que les escamoteemos un servició esencial sin que pase nada). 





Hopelessness

When one loses hope, one begins to walk through hell. Dante knew this because he had lived it; you don't have to die to know the underworld well. 

From my position in the front line of a health center I see many things, among others the flames of other sister centers that have been burning for a long time besieged by multiple problems. Despite the magnitude of the pandemic, NO REINFORCEMENT ARRIVED. They brought (late) masks and gowns, some center received a month or so of a novice resident with no capacity yet to care for patients and nothing else. Well, several dozens of varied protocols and documents cluttering up the spam inboxes and a bunch of teleconferences with on-call management that brought little else.

I spoke earlier about what happened this year at the health center in the town of El Álamo in southern Madrid. This week we take another little step towards hell. There is only one pediatrician left. The rest of the doctors are out of action; they burned out like candles. It's no wonder they had to swallow burlap. 

But don't worry, NOTHING HAPPENS. The center will probably continue with its doors open, kindly attending to everyone who requests it, of course. 


(EXTRA)OFFICIAL STATEMENT


The Regional Ministry of Health will continue to ensure that quality, patient safety and service portfolio indicators are strictly adhered to. What will not be possible, for the moment, is to maintain the star measure of free choice of doctor. But don't worry, they will be back, if they come. 

The humanizing assistance if we talk about another day, for now we have the staff somewhat dehumanized by the circumstances.

And finally, follow our advice not to get sick, it's the best for everyone. 


Thank you for your understanding (and for allowing us to hide an essential service without anything happening). 





絕望


自動翻譯,對錯誤感到抱歉。

當一個人失去希望時,就會開始穿越地獄。但丁之所以知道這一點,是因為他曾經生活過。您不必為了解黑社會而死。

從我在醫療中心一線的位置,我可以看到許多事情,其中​​有許多問題長期困擾著其他姐妹中心,這些火焰長期以來一直在燃燒。儘管疫情規模很大,但仍未採取任何補強措施。他們帶來了(較晚的)口罩和禮服,一些中心收到了一個月左右的新手住院醫師,他們沒有能力照顧病人,僅此而已。好吧,數十種不同的協議和文檔雜亂了垃圾郵件收件箱,還有大量的電話會議以及按需管理的電話會議帶來了其他好處。

我剛才談到了今年在馬德里南部ElÁlamo鎮的醫療中心發生的情況。本週,我們向地獄又邁出了一步。只剩下一名兒科醫生。其餘的醫生都沒有行動。他們像蠟燭一樣燃燒。難怪他們不得不吞下粗麻布。

但是不用擔心,什麼都不會發生。該中心很可能會繼續敞開大門,歡迎所有要求的人參加。


(特別)官方聲明


區域衛生部將繼續確保嚴格遵守質量,患者安全和服務組合指標。目前,將不可能維持醫生自由選擇的星級標準。但是不用擔心,如果他們回來了,他們會回來的。

如果我們談論另一天的人性化援助,那麼現在我們的工作人員因情況而有些失落。

最後,遵循我們的建議,不要生病,這對每個人都是最好的。


感謝您的理解(並感謝我們讓我們隱藏了一項重要的服務而沒有發生任何事情)。


jueves, 20 de agosto de 2020

Decálogo de supervivencia para profesionales sanitarios de Atención Primaria en emergencia sanitaria. Decalogue of survival for health professionals of Primary Care in Covid19 emergency.






Decálogo de supervivencia para profesionales sanitarios de Atención Primaria en emergencia sanitaria. 


Entramos en Emergencia Sanitaria, eso implica fuerte marejada con aumento de presión asistencial clínica y burocrática en entorno epidémico con plantillas en muchos casos mermadas y agotadas. 

No es esperable recibir ni refuerzos ni ayuda significativa de la superioridad lo que implica la necesidad de autogestionarse y coordinarse lo mejor posible dentro del equipo y con la comunidad. La flexibilidad y la creatividad serán imprescindibles para poder adaptarnos a las circunstancias cambiantes.

Es verdad que la incertidumbre no hace fácil el trabajo para nadie pero también lo es que nuestra formación y el conocimiento de nuestras comunidades nos hacen referencia y servicio esencial para estas.

En momentos de crisis viene bien recordar que añadir un toque de esperanza y buen humor hacen la vida más fácil y que cosas sencillas como una sonrisa o un gesto amable tienen mucha fuerza. 




1. Lo peor de la epidemia ha pasado. Paradójicamente son esperables rebrotes con más bajas laborales tanto de población como de sanitarios por la mayor capacidad actual de hacer pruebas diagnósticas. Si tu equipo y tu comunidad entra de nuevo en emergencia sanitaria va a ser fundamental volver a adaptar el servicio, como ya se ha hecho antes, preveyendo contar con menos sanitarios.  

2. No estás solo, trabajas en equipo. Apóyate en tus compañeros, comunidad y resto de niveles asistenciales para dar la mejor respuesta dentro de lo posible pero no más. 

3. Si te sientes sobrepasado tienes el derecho y la obligación de decirlo y visibilizarlo. Desahogarte con tu círculo personal no está reñido con pedir ayuda a tus compañeros de trabajo y responsables sanitarios.

4. Cuídate. Eso implica trabajo seguro a un ritmo que no te sea extenuante y respetar horario siempre que sea posible. Estamos en una carrera de fondo, los descansos son fundamentales y durante los mismos es básico desconectar. Dosifica las malas noticias y la presencia en redes sociales.

5. Cuando sea necesario hay que decir que NO. A gestores que solicitan burocracia o cursos de acción no prioritarios y a pacientes que solicitan cuestiones no esenciales. También a uno mismo, no te exijas más de lo prudente. 

6. No será posible atender todas las peticiones de servicio que nos hagan, será imprescindible priorizar atendiendo a criterios clínicos y éticos. Primero los pacientes y luego la burocracia.

7. Mientras sea posible hay que atender a todo paciente que llega por la puerta discriminando si su petición es administrativa o clínica y demorable o no.

8. Por mucho que uno lo desee nadie tiene superpoderes. Es inviable atender de forma continua listas de pacientes mayores de 50 al día. Si tu lista de pacientes es muy superior a lo normal, o a la de otros compañeros, y no puedes con ella pide ayuda. 

9. En estado de emergencia sanitaria es fundamental mantener abierta la comunicación con la comunidad (ayuntamiento, farmacias comunitarias, servicios sociales, residencias o colectividades, colegios, asociaciones, policía local...). Esa responsabilidad puede delegarse en alguien del equipo o mejor ser asumida por todos. 

10. En condiciones extraordinarias, si las ausencias de personal no permiten un servicio normal cada director de centro de salud debería tener la potestad de modificar el horario de asistencia presencial (cerrando en horario de tarde por ejemplo) o si la situación es insostenible transfiriendo el servicio presencial o total a otro centro cercano. Es necesario recordar que la responsabilidad de dimensionar correctamente la plantilla y reforzarla si corresponde es de la Consejería de Sanidad.







5 Propuestas prácticas para gestores sanitarios


1. Reducir la burocracia (declaración jurada de enfermedad para procesos menores de 14 días, no necesidad de imprimir partes de confirmación, prorroga de renovación de medicación hasta superar emergencia sanitaria...).

2. Favorecer teleasistencia. Uso de correo electrónico con pacientes y Whatsapp (usando teléfonos móviles del centro de salud, pidiendo consentimiento verbal al paciente, introduciendo teléfono del paciente en el móvil, sin nombre, compartiendo imagen, vídeoconferencia, radiografías…). 
Potenciar líneas telefónicas y número de administrativos que atienden teléfono. 
Permitir teletrabajo (acceso remoto al propio ordenador de consulta para los profesionales que no puedan hacer asistencia directa por enfermedad o factores de riesgo así como para los que tengan que hacer cuarentena domiciliaria estando asintomáticos y quieran trabajar voluntariamente).

3. Seguridad jurídica.

Administrativos. Permitir que puedan preguntar si la consulta es administrativa (partes de baja, recetas...) o no, y si es demorable o no. Preguntar  qué motivo de consulta desea el paciente que le figure al profesional sanitario en su ordenador. 

Enfermería. Permitir el triaje enfermero a la puerta del centro. Permitir gestión de la demanda de problemas de salud sencillos tratables con autocuidados y medicación OTC. 

Médicos. Permitir teleasistencia. Permitir priorizar asistencia antes que burocracia.

4. Realización de PCR por circuitos externos a la plantilla de Atención Primaria (carpas, acceso de pacientes en coche, envío telemático de resultado al paciente).

5. Plan de contingencia ante el posible aumento de infecciones en sanitarios y aumento de bajas laborales. 







Decalogue of survival for health professionals of Primary Care in Covid19 emergency. 


We are entering a Healthcare Emergency, which implies a strong swell with increased clinical and bureaucratic care pressure in an epidemic environment, with reduced and exhausted templates in many cases. 

It is not expected to receive either reinforcements or significant help from the superiority which implies the need to self-manage and coordinate as best as possible within the team and with the community. Flexibility and creativity will be essential in order to adapt to changing circumstances.

It is true that uncertainty does not make the work easy for anyone, but it is also true that our formation and the knowledge of our communities make us a reference and an essential service for them.

In times of crisis it is good to remember that adding a touch of hope and good humour makes life easier and that simple things like a smile or a kind gesture have a lot of strength. 


1. The worst of the epidemic is over. Paradoxically, we can expect a resurgence of the epidemic, with more people and health workers infected  because of the greater capacity to carry out diagnostic tests. If your team and your community enter into a health emergency again, it will be essential to adapt the service, as has been done before, knowing more professionals will be on medical  léase.  

2. You are not alone, you work as a team. Support your colleagues, community and other levels of care to give the best possible response, but no more. 

If you feel overwhelmed, you have the right and the obligation to say so and make it visible. It is not difficult to get rid of your personal circle by asking for help from your colleagues and health managers.

4. Take care of yourself. This means working safely at a pace that is not strenuous and keeping to your schedule whenever possible. We are in a long-distance race, breaks are essential and during these breaks it is essential to disconnect. Dose the bad news and the presence in social networks.

5. Whenever necessary, say NO. To managers who request bureaucracy or non-priority courses of action and to patients who request non-essential issues. Also to oneself, do not demand more of yourself than is prudent. 

6. It will not be possible to attend to all the service requests made to us, it will be essential to prioritise according to clinical and ethical criteria. First the patients and then the bureaucracy.

7. As long as it is possible, we must attend to every patient who arrives through the door, discriminating whether their request is administrative or clinical and whether it can be delayed or not.

8. No matter how much one wants to, no one has super powers. It is unfeasible to attend to lists of patients over 50 a day on a continuous basis. If your patient list is much higher than normal, or that of other colleagues, and you can't handle it, ask for help. 

9. In a state of health emergency, it is essential to maintain open communication with the community (town hall, community pharmacies, social services, residences or communities, schools, associations, local police...). This responsibility can be delegated to someone in the team or better assumed by all. 

10. Under extraordinary conditions, if staff absences do not allow for a normal service, each health centre director should have the power to modify the schedule of attendance (closing in the afternoon, for example) or if the situation is unsustainable, transferring the attendance or total service to another nearby centre. It is necessary to remember that the responsibility for correctly sizing the staff and reinforcing it if necessary belongs to the Regional Ministry of Health.


Practical proposals for health managers


1. Reduce bureaucracy (affidavit of illness for processes of less than 14 days, no need to print confirmation reports, extension of medication renewal until the health emergency is overcome...).

2. Encourage remote assistance. Use of email with patients and Whatsapp (using mobile phones in the health centre, asking for the patient's verbal consent, inserting the patient's phone in the mobile, without name, sharing image, video conference, x-rays...). 
To promote telephone lines and the number of administrative staff who attend to the telephone. 

3. Legal security.

Administrative staff. Allow them to ask if the consultation is administrative (discharge reports, prescriptions...) or not, and if it is delayable or not. Ask what reason to consult the patient wants to write down on the health professional agenda. 

Nursing. Allow the nurse triage at the door of the centre. Allow demand management of simple health problems that can be treated with self-care and OTC medication. 

Physicians. Allow for remote assistance. Allow prioritizing care over bureaucracy.

4. Carrying out of PCR by external circuits to the Primary Care staff (tents, patient access by car, telematic sending of results to the patient).

5. Contingency plan in the event of a possible increase in the number of infections in health care facilities and an increase in the number of sick leaves.








Covid19緊急情況下初級保健醫療專業人員的生存狀況十進制。

自動翻譯,對錯誤感到抱歉。


我們正在進入醫療急診,這意味著在流行環境中,臨床和官僚護理壓力將大大增加,並且在許多情況下模板會減少和精疲力盡。

預計它不會從優勢中得到加強或大量幫助,這意味著需要在團隊內部以及與社區進行盡可能最佳的自我管理和協調。靈活性和創造力對於適應不斷變化的環境至關重要。

的確,不確定性不會使任何人都容易進行工作,但是,我們的組建和對社區的了解也確實使我們成為他們的參考和必要服務。

在危機時期,最好記住一點,就是充滿希望和幽默,可以使生活更輕鬆,而簡單的事情,如微笑或友好的手勢,則具有很大的力量。


流行病的最嚴重的時期已經過去了。自相矛盾的是,由於可以進行診斷測試的能力更大,我們可以預期該流行病會再次流行,感染更多的人和衛生工作者。如果您的團隊和您所在的社區再次陷入緊急醫療狀況,則必須像以往一樣對服務進行調整,因為要知道更多的專業人員將接受醫療租賃。

2.你並不孤單,而是一個團隊。支持您的同事,社區和其他級別的護理,以提供最佳的響應,但僅此而已。

如果您感到不知所措,則您有權利和義務這樣說並使其可見。尋求同事和衛生經理的幫助,擺脫您的個人圈子並不困難。

4.照顧好自己。這意味著以不費勁的速度安全工作,並儘可能遵守您的時間表。我們正在長距離比賽中,休息是必不可少的,在休息期間必須斷開連接。劑量不良消息和在社交網絡中的存在。

5.必要時說不。給要求官僚主義或非優先行動方針的經理以及要求非必要問題的患者。對自己來說,不要要求自己比審慎。

6.不可能滿足我們提出的所有服務要求,因此必鬚根據臨床和道德標準確定優先級。首先是患者,然後是官僚機構。

7.只要有可能,我們必須照顧每一個從門到達的病人,區分他們的要求是行政要求還是臨床要求,以及是否可以延遲。

8.無論多麼想要,沒有人擁有超能力。連續每天查看超過50名患者的清單是不可行的。如果您的病人清單比正常人或其他同事的清單高得多,而您又無法處理,請尋求幫助。

9.在緊急情況下,保持與社區(市政廳,社區藥房,社會服務機構,住宅或社區,學校,協會,當地警察...)的開放溝通至關重要。可以將此責任委託給團隊中的某個人,也可以由所有人更好地承擔。

10.在特殊情況下,如果員工缺勤無法正常服務,則每個醫療中心主任應有權修改出勤時間安排(例如,下午關閉),或者如果情況不可持續,則轉移出勤或到附近另一個中心的整體服務。需要記住的是,正確確定工作人員的規模並在必要時進行增補的責任屬於地區衛生部。


給衛生經理的實用建議


1.減少官僚作風(少於14天的疾病宣誓書,無需打印確認報告,延長藥物更新期限,直到克服了健康緊急狀況為止)。

2.鼓勵遠程協助。與患者和Whatsapp一起使用電子郵件(在醫療中心使用手機,徵求患者的口頭同意,將患者的手機插入手機中,不帶姓名,共享圖像,視頻會議,X射線等)。
促進電話線路和參與電話管理的人員數量。

3.法律安全。

行政管理人員。讓他們問諮詢是否是行政性的(出院報告,處方...),以及諮詢是否延遲。問什麼原因諮詢患者要寫下健康專業議程。

護理允許護士在中心門口分診。允許對可以通過自我護理和OTC藥物治療的簡單健康問題進行需求管理。

醫師。允許遠程協助。允許優先考慮官僚主義。

4.通過外部電路對基層醫療人員進行PCR(帳篷,乘車前往患者,通過遠程信息將結果發送給患者)。

5.在衛生保健機構中感染數量可能增加和病假數量增加的情況下的應急計劃。


viernes, 7 de agosto de 2020

Maltrato médico. Abuse of health profesisonals. 濫用健康專業人士






Fotos de @RedondoSonia




Llevo varios meses reflexionando sobre el maltrato a profesionales sanitarios, una realidad que por incómoda suele ser insuficientemente visibilizada. Lo cierto es que está plenamente admitido por la sociedad y las instituciones sanitarias y suele empezar el primer mes que el médico residente pisa la urgencia y se le obliga a concatenar tres o cuatro turnos de trabajo seguidos. Esto no pasa en ninguna otra profesión, va contra las leyes. Paradójicamente nadie termina con esa práctica que obliga a los facultativos a aguantar el tipo demasiadas horas seguidas, por muchas huelgas y protestas que se hagan. 

Puedo decir que cuando uno llega a las 3 o 4 de la madrugada tras haber trabajado 20 horas seguidas, extenuado y todavía con pacientes que atender, entra en un estado físico y mental de sufrimiento en el que se desea terminar con todo. Algo muy parecido al horror. La mala noticia es que esto no acaba con la residencia. Más adelante cuando se pasa una consulta de medicina de familia algo similar ocurre esos días en los que hay que enfrentarse a agendas con más de 50 o 60 citados. A modo de ejemplo les diré que en lo que va de semana he atendido a 68, 54 y 51 pacientes en los últimos tres días, y considero que mi centro de salud es de los más favorecidos. El sistema sanitario se convierte muchos meses al año en una trituradora de picar carne de sus profesionales convertidos en recursos humanos en línea de montaje obligados a atender todo lo que entra por la puerta. Los que trabajamos en Atención Primaria o en cualquier urgencia lo sabemos bien. 

La agenda normal de un médico de familia debería ser de unos 25-35 pacientes al día, lo que excede de ese número se "fuerza" es decir se añade a mayores. Raro es el día que no hay dada forzado, máxime cuando hay que estar permanentemente "asumiendo" los pacientes que deben ser atendidos por ausencia de otros compañeros. Lo normal es trabajar en situación forzada permanente: trabajo forzado.

Dos de mis mejores amigos no aguantaron. El primero tomó la decisión de marchar a otro país comunitario donde está encantado atendiendo a la mitad de pacientes ganando el doble. El segundo terminó encadenando bajas hasta que un tribunal médico le eximió del trabajo por enfermedad grave. Hay muchos más. De hecho lo normal es que pasadas dos o tres décadas de ejercicio profesional un gran porcentaje acabe quemado o convertido en zombi sanitario en modo supervivencia permanente. 

Esto creo que es apropiado llamarlo maltrato. Y como tal comparte algunas características con otras formas similares de relación distópica. Una de ellas es la gran dificultad de reconocer el problema que tiene quien lo padece que suele ser la última persona en darse cuenta. 

Al no reconocerlo nadie hace nada. Ni los afectados, que como mucho expresan su malestar en charlas de café o en otros foros sin que afecte mucho al devenir de las cosas. Ni la institución sanitaria y sus responsables que aducen impotencia para cambiar las cosas. Ni por los ciudadanos que mientras tengan libre acceso a pruebas y tratamientos asumen con paciencia las esperas o inconvenientes que puedan plantearse. De hecho algunos impresentables echan más madera al fuego increpando, amenazando o golpeando su frustración en el primer sanitario que encuentran, habitualmente su médica de cabecera. 

En este estado de cosas cada año el maltrato aumenta la presión, si quieren un ejemplo sigan lo que ha pasado este año en el consultorio de el Álamo en Madrid paradigma de lo que ocurre en tantos otros sitios. Un servidor nunca había visto cosas como esta. Dos médicos de familia con contrato de pediatría llegaron a asumir siete cupos (dos de pediatría y cinco de medicina de familia) y no pasó nada. De hecho la directora del equipo les decía que no se quejen tanto que este verano están estupendamente... y varios administrativos y enfermeras de ese centro se enfrentaron a dos médicas por haberse atrevido a visibilizar una situación de sobrecarga que ya dura cinco meses (no ha habido servicio en turno de tarde en ese tiempo) ante una periodista. 

Me apena ser testigo del derrumbe sanitario y sufrir la impotencia de querer dar un servicio de calidad a mis pacientes pero estar condenado muchos días a hacer una chapuza que no cumple los criterios de seguridad del paciente y calidad mínimamente exigibles. 

Y comparto mi miedo de entrar en ese modo zombi que padecen tantos compañeros y compañeras quemados, algo que cada vez respeto más. Quien padece quemaduras de tercer grado en gran parte de su piel conoce el significado de la palabra sufrimiento, los profesionales sanitarios dañados también. 

Sirvan estas líneas para decirles que no están solos, por mi parte me doy cuenta de esa gran corriente de dolor que va a terminar matando el servicio sanitario que conocíamos para entrar en otra cosa que todavía parece no tener nombre. No puedo añadir más.









Abuse of health profesisonals

I have been reflecting for several months on the abuse of health professionals, a reality which, however uncomfortable, is often insufficiently visible. The truth is that it is fully accepted by society and health institutions and usually begins the first month that the resident doctor steps on the emergency and is forced to concatenate three or four shifts in a row. This does not happen in any other profession, it is against the law. Paradoxically, no one puts an end to this practice, which forces doctors to put up with it for too many hours in a row, no matter how many strikes and protests are held. 

I can say that when one arrives at 3 or 4 in the morning after having worked 20 hours in a row, exhausted and still with patients to attend to, one enters a physical and mental state of suffering in which one wishes to end everything. Something very similar to horror. The bad news is that this does not end with the residency. Later on, when a family medicine consultation is spent, something similar happens on those days when you have to face agendas with more than 50 or 60 appointments. By way of example, so far this week I have seen 68, 54 and 51 patients in the last three days, and I consider my health centre to be one of the most favoured. Many months of the year the health system becomes a meat grinder of its professionals converted into human resources on the assembly line obliged to attend to everything that comes through the door. Those of us who work in Primary Care or in any emergency know this well. 

The normal schedule of a family doctor should be about 25-35 patients a day, what exceeds that number is "forced" that is to say, added to greater ones. Rare is the day when there is no forced delivery, especially when you have to be permanently "assuming" the patients that must be attended due to the absence of other colleagues. It is normal to work in a permanent forced situation: forced labour.

Two of my best friends didn't make it. In one case he made the decision to go to another EU country where he is happy to take care of half of the patients and earn twice as much. In another he ended up chaining up casualties until a medical court ended up exempting him from work due to serious illness. There are many more. In fact, after two or three decades of work, a large percentage of us are usually burned or turned into health zombies in permanent survival mode. 

I think it's appropriate to call this abuse. And as such it shares some characteristics with other similar forms of dystopic relationship. One of them is the great difficulty of recognizing the problem of the person who suffers it, who is usually the last person to notice it. 

By not recognizing it, nobody does anything. Not even those affected, who at most express their discomfort in coffee talks or other forums without affecting the course of things. Nor the health institution and those in charge who claim powerlessness to change things. Nor by the citizens who, while they have free access to tests and treatments, patiently assume the waits or inconveniences that may arise. In fact, some of the unpresentable throw more wood on the fire by scolding, threatening or beating their frustration at the first health care provider they find, usually their family doctor. 

In this state of things every year the abuse increases the pressure, if you want an example follow what has happened in the health center of the Alamo in Madrid paradigm of what happens in so many other places. Ir had never seen things like this. Two family doctors with a pediatric contract came to assume seven agendas (two in pediatrics and five in family medicine) and nothing happened. In fact, the director of the team told them not to complain so much that this summer they are doing great... and several administrators and nurses of that center confronted two doctors for having dared to make visible a situation of overload that has already lasted five months (in fact there has been no service in the afternoon shift in that time) to a journalist. 

I am sad to witness the collapse of the health system and to suffer the impotence of wanting to provide a quality service to my patients but being condemned for many days to a botched job that does not meet the criteria of patient safety and quality that are minimally required. 

And I share my fear of going into that zombie mode that so many of my colleagues suffer from, something that I respect more and more. Anyone who suffers third-degree burns to a large extent knows the meaning of the word pain, and so do the damaged health professionals. 

These lines serve to tell you that you are not alone, for my part I realize that great current of pain that is going to end up killing the health service that we knew to enter something else that still seems to have no name. I cannot add any more.






濫用健康專業人士

自動翻譯,對錯誤感到抱歉。

我幾個月來一直在反思濫用衛生專業人員的情況,儘管這種情況令人不舒服,但卻常常看不到。事實是,它已被社會和衛生機構完全接受,並且通常從住院醫生踏上緊急情況的第一個月開始,被迫連續三,四班接班。在其他任何行業都不會發生這種情況,這是違法的。矛盾的是,沒有人能終止這種做法,無論醫生舉行了多少次罷工和抗議活動,這種做法都迫使醫生連續數小時忍受這種做法。



我可以說,當一個人連續工作20個小時後,在凌晨3或4時到達,精疲力盡,仍然有病人在照料,人們進入一種身心痛苦的狀態,希望結束一切。非常類似於恐怖的東西。壞消息是,這並沒有以居住權結尾。後來,當進行家庭醫學諮詢時,在那些日子裡,當您不得不面對超過50或60個約會的議程時,也會發生類似的情況。舉例來說,本周到目前為止,我在過去三天裡看過68、54和51位患者,我認為我的健康中心是最受好評的之一。一年中的許多個月,衛生系統成為其專業人員的絞肉機,在流水線上轉換為人力資源,必須負責所有通過門的事情。我們在基層醫療或任何緊急情況中工作的人都知道這一點。



家庭醫生的正常時間表應該是每天約25-35名患者,超過該數字的是“強迫”的,也就是說,增加了更多的患者。罕見的一天是沒有強制分娩的日子,尤其是當您由於其他同事的缺席而不得不永久性地“假設”必須接受治療的患者時。在永久性強迫情況下工作是正常的:強迫勞動。



我的兩個最好的朋友沒有成功。在一個案例中,他決定去另一個歐盟國家,在那裡他很樂意照顧一半的患者,收入是後者的兩倍。在另一起案件中,他最終束縛了人員傷亡,直到醫療法庭最終因嚴重疾病免除了他的工作。還有更多。實際上,經過兩到三十年的工作,我們中的很大一部分人通常以永久生存的方式被燒死或變成健康殭屍。



我認為稱這種濫用為宜。因此,它與其他類似的異常位關係具有某些特徵。其中之一是很難識別遭受痛苦的人的問題,而後者通常是最後一個注意到該問題的人。



通過不認識它,沒人會做任何事情。甚至沒有受影響的人,他們在咖啡對話或其他論壇中最多表示不舒服,卻不影響事情的發展。衛生機構和聲稱無能為力的人也無濟於事。公民也可以自由地接受檢查和治療,但耐心地承擔可能引起的等待或不便。實際上,一些難以形容的人通過向他們找到的第一家醫療服務提供者(通常是家庭醫生)罵,威脅或擊敗他們的挫敗感,向他們扔了更多的柴火。



在這種情況下,虐待每年都會增加壓力,如果您想舉一個例子,那就看看馬德里阿拉莫健康中心發生的事情,這是在許多其他地方發生的事的範例。我從未見過這樣的事情。兩位有兒科合同的家庭醫生開始承擔七個議程(兒科兩個,家庭醫學五個),什麼也沒發生。事實上,該團隊的負責人告訴他們不要抱怨太多,以至於他們今年夏天過得不錯……而且該中心的幾名管理人員和護士面對兩位醫生,因為他們敢於發現已經持續的超載情況五個月(實際上是那個下午的輪班時間沒有給記者)。



我很傷心,見證了衛生系統的崩潰,遭受想要提供優質的服務,我的病人,但被譴責多日拙劣的工作並不滿足最低程度患者的安全和質量標準的陽痿需要。



我也擔心進入如此殭屍模式,我的許多同事都為此感到痛苦,我越來越尊重這種東西。任何遭受三度燒傷的人在很大程度上都知道“痛苦”一詞的含義,受損的醫療專業人員也是如此。



這些行告訴您您並不孤單,就我而言,我意識到痛苦的大潮最終將殺死我們知道進入其他似乎還沒有名字的醫療服務。我不能再添加了。



jueves, 23 de julio de 2020

La despedida del espíritu de la medicina. Farewell to the spirit of medicine. 告別醫學精神







Querida amiga, querido amigo,

No quería marchar sin antes dejarte esta carta personal de despedida porque, como sabes, todo en la vida suele tener un fin. Por una parte siento alegría por lo mucho conseguido pero por otra tristeza al contemplar el derrotero por el que va caminando la medicina. 

Desde el comienzo de los tiempos, los primeros sanadores desarrollaron con esfuerzo y sagacidad diversas aproximaciones que ayudaban a los seres humanos a caminar por la senda de la salud. Fue necesario viajar lejos, contemplar y probar, se precisó de gran paciencia y, pese a todo, los resultados nunca fueron excesivamente brillantes. Hasta que llegó la revolución científico-técnica. Hoy disponemos de la medicina más potente de la historia gracias a todos los avances que atesora y a sistemas que amplían enormemente su poder y lo trasladan a incontables territorios y personas. 

Tanto esplendor tiene su lado oscuro. La salud se ha convertido en un bien de consumo y como tal todos la desean. Las expectativas de salud son cada día mayores, lo que disminuye en proporción la tolerancia al malestar. Esto llega por un lado hasta el punto de que algunos crean nuevas enfermedades para poder vender las correspondientes pruebas y tratamientos y por otro a que ante cualquier pequeña incomodidad lo normal sea acudir a una consulta. Esta mercantilización ha transformado los grandes Sistemas Sanitarios en supermercados industriales de servicios de salud y a los profesionales en operarios de los mismos. 

La parte humana de la medicina, su espíritu, va dejando de tener cabida en este orden de cosas dado que para ejercerla hace falta algo de lo que cada vez hay menos: tiempo para hablar. La dimensión de humanidad del profesional de la salud es algo artesanal basado en la confianza, que se construye lentamente según avanza su conocimiento de los pacientes que trata. Hoy los Sistemas Sanitarios se basan en la eficiencia y la productividad como primer valor para alcanzar un beneficio lucrativo en los privados y de sostenibilidad en los públicos. La atención a la salud es un producto caro que hay que amortizar y para conseguirlo no hay más remedio que presionar al profesional que es la parte más flexible y vulnerable del sistema. Tocará ver más pacientes al día, hacerlo más rápido y trabajar más deprisa. 

La sobrecarga sanitaria es un hecho globalizado que ha ido progresivamente en aumento, aliviado en parte por los avances tecnológicos. Pero llega un punto en que al profesional no le es viable seguir siendo humano y entra en modo supervivencia. Es en ese momento cuando el Espíritu de la Medicina tiene que marchar. Queda el aspecto técnico, quedan la ciencia y la tecnología, queda el sistema, pero algo sutil y delicado se va por la ventana, algo que expulsan el maltrato institucional, el abuso, la prisa, el agobio y la desmoralización del personal. 

Un sistema que pierde su alma es un sistema desalmado. Esto bien lo saben los incontables profesionales quemados, agobiados o superados por la presión mantenida del sistema y sus gestores por un lado y las expectativas y necesidades de los pacientes por el otro. Algo que los que aun no se quemaron temen sobremanera al ver a tantos compañeros en llamas. No es posible humanizar un trabajo que maltrata a sus trabajadores porque nadie es capaz de dar lo que no tiene. Por eso, como Espíritu de la Medicina, he de marchar. Lo hago sin acritud sabiendo que dejo atrás mucha buena gente. Lo hago como lo hace el aroma de la rosa que el verano secó, o del fresco rocío que el rigor del sol termina evaporando. 

Si te encuentras con algún profesional que aún no se quemó del todo cuídalo. No hacen falta aplausos, ni nada parecido. Tan solo darse cuenta de que nuestros problemas personales, sociales o existenciales no tienen solución médica y por lo tanto no es posible delegar en los sanitarios todo el malestar inherente a la vida.Y a la hora de votar revisa si al político de turno le importan algo tus profesionales sanitarios. 

Espero que nos podamos encontrar cuando algún día me necesites en tu tiempo de enfermar, tu ancianidad o en la proximidad de tu muerte. No será fácil, prometo hacer todo lo posible por estar pero necesitaré tu ayuda, acuérdate. 

Con cariño.


El Espíritu de la Medicina. 






Farewell to the spirit of medicine


Dear friend,


I didn't want to leave without giving you this personal farewell letter because, as you know, everything in life usually has an end. On the one hand I feel joy for what has been achieved, but on the other hand I feel sadness when I contemplate the path that medicine is taking.

Since the beginning of time, the first healers developed with effort and sagacity various approaches that helped human beings to walk the path of health. It was necessary to travel far, to contemplate and to try, great patience was required and, in spite of everything, the results were never excessively brilliant. Until the scientific-technical revolution came. Today we have the most powerful medicine in history, thanks to all the advances it has made and systems that greatly increase its power and transfer it to countless territories and people.

Such splendour has its dark side. Health has become a consumer good and as such everyone wants it. The expectations of health are greater every day, which diminishes in proportion the tolerance to the discomfort. This has reached the point where some people create new illnesses in order to sell the corresponding tests and treatments, and where any small discomfort is usually treated in a consultation. This commercialisation has transformed the large National Health Systems into industrial supermarkets of health services and the professionals into operators of the same.

The human part of medicine, its spirit, is no longer able to fit into this order of things, since to practice it, something is needed that is increasingly lacking: time to talk. The human dimension of the health professional is something handmade based on trust, which is slowly built up as his or her knowledge of the patients he or she treats advances. Today, health systems are based on efficiency and productivity as the first value to achieve a profitable gain in the private sector and sustainability in the public sector. Health care is an expensive product that has to be paid for, and to achieve this there is no choice but to put pressure on the professional who is the most flexible and vulnerable part of the system. He or she will have to see more patients a day, do it faster and work longer.

Healthcare overload is a globalised fact that has been progressively increasing, partly relieved by technological advances. But there comes a point when it is no longer viable for the professional to remain human and he or she enters survival mode. It is at this point that the Spirit of Medicine has to go. There is still the technical aspect, there is still science and technology, there is still the system, but something subtle and delicate goes out of the window, something that is expelled by institutional mistreatment, abuse, haste, oppression and demoralization of the staff.

A system that loses its soul is a soulless system. This is well known by the countless professionals who are burned, overwhelmed or overcome by the sustained pressure of the health system and its managers on the one hand and the expectations and needs of the patients on the other. This is something that those who have not yet been burned fear greatly when they see so many colleagues on fire. It is not possible to humanize a job that mistreats its workers because no one is capable of giving what they do not have. That is why, as the Spirit of Medicine, I must leave. I do this without acrimony, knowing that I am leaving behind many good people. I do it as does the aroma of the rose that the summer dried up, or the fresh dew that the rigor of the sun ends up evaporating.

If you come across a professional who hasn't been completely burned, take care of him. No need for applause, or anything like that. Just realize that our personal, social or existential problems have no medical solution and therefore it is not possible to delegate to the health care professionals all the discomfort inherent in life.

I hope that we can meet when you need me one day in your time of illness, your old age or in the proximity of your death. It will not be easy, I promise to do my best to be there but I will need your help, remember.

With love.


The Spirit of Medicine.






告別醫學精神

自動翻譯,對錯誤感到抱歉。

親愛的朋友,


我不想在不給您這份個人告別信的情況下離開,因為正如您所知,生活中的每件事通常都將結束。一方面,我為所取得的成就感到高興,但另一方面,當我考慮藥物正在走的道路時,我感到悲傷。

自從開始以來,第一批治療者就用各種努力和智慧來發展,這些方法幫助人類走上了健康之路。有必要走得更遠,進行思考和嘗試,需要極大的耐心,儘管如此,結果永遠不會過分輝煌。直到科學技術革命來臨。今天,我們擁有歷史上最強大的藥物,這要歸功於它取得的所有進步以及大大增強其功能並將其轉移到無數領土和人民的系統。

這樣的輝煌有其黑暗的一面。健康已經成為一種消費品,因此每個人都想要它。每天對健康的期望越來越高,這相應地降低了對不適的耐受性。這已經達到了這樣的地步:有些人會生出新病以出售相應的測試和治療方法,並且通常會在諮詢中治療任何小不適。這種商業化已將大型的國家衛生系統轉變為健康服務的工業超級市場,而專業人員則轉變為該系統的運營商。

醫學的人為部分,即其精神,不再能夠適應這種事物的順序,因為要實踐它,需要越來越少的東西:說話的時間。衛生專業人員的人文維度是建立在信任基礎上的東西,隨著他或她對所治療患者的了解的提高,這種能力逐漸建立起來。今天,衛生系統以效率和生產力為基礎,這是在私營部門和公共部門實現盈利的第一價值。醫療保健是一種昂貴的產品,必須付費,要實現這一目標,別無選擇,只能給專業人員施加壓力,因為專業人員是系統中最靈活,最脆弱的部分。他或她將不得不每天看更多的病人,做得更快,工作時間更長。

醫療保健超負荷是一個全球化的事實,已經在逐漸增加,但隨著技術的進步而得到部分緩解。但是有一點說明,專業人員不再具有生存能力,而他或她進入生存模式。正是在這一點上,必須要有醫學精神。仍然存在技術方面,仍然存在科學技術,仍然存在系統,但是一些微妙而微妙的事情消失了,這是由於機構的虐待,虐待,匆忙,壓迫和士氣低落而驅散的。

失去靈魂的系統就是沒有靈魂的系統。一方面,無數的專業人員因衛生系統及其管理人員的持續壓力,另一方面又由於患者的期望和需求而被燒傷,不知所措或克服,這是眾所周知的。那些還沒有被燒死的人看到如此多的同事著火時就非常擔心。由於沒有人能夠提供他們所沒有的東西,因此不可能人性化一種會誤傷其工人的工作。因此,作為醫學精神,我必須離開。我知道自己會留下很多好人,所以毫不費力地這樣做。我做的就像夏天干the的玫瑰的香氣,或者是嚴酷的陽光最終蒸發掉的新鮮露水一樣。

如果您遇到沒有被完全燒掉的專業人員,請照顧他。無需掌聲或類似的掌聲。僅僅意識到我們的個人,社會或生存問題沒有醫療解決方案,因此不可能將所有生活中固有的不適感委託給醫療保健專業人員。

希望您有病,年老或臨終時有一天需要我們時,我們可以見面。並非易事,我保證盡我所能,但請記住,我需要您的幫助。

帶著愛。


醫學精神。