La historia se repite, eso lo sabemos. Sin embargo es duro asumir que lo haga tan rápido. Vamos a terminar enero como en los peores momentos de la primera ola del año pasado y eso va a pesar a muchos, en especial a los sanitarios de primera línea como buenos costaleros que somos de esta Semana Santa nacional que estamos viviendo. No es plato de gusto ver como las cifras empeoran cada semana, como en los centros de salud no paramos de diagnosticar nuevos casos, como los hospitales se van llenando de enfermos y las UCIs también.
El año pasado nos pilló desprevenidos, no teníamos ni siquiera mascarillas ni equipos de protección. Este vamos regular dado que la vacunación sigue un ritmo más lento que un virus al que el invierno da alas. Al final tendremos confinamiento duro, llevo tiempo diciéndolo. Mientras tanto la ciudadanía se echa las manos a la cabeza por lo que significa esa posibilidad que no quiere ver ni en pintura y los sanitarios también por ver retrasado lo que para nosotros es evidente. No hay sanidad que pueda soportar una pandemia desbocada mientras no se limite drásticamente la movilidad. Los políticos tendrán que plantear límites para evitar las llamas tal y como pasa en el Reino Unido donde el confinamiento es ya un hecho.
A mi nivel de centro de salud voy viendo que el grado de mosqueo general sigue aumentando al no verse correspondidos los esfuerzos que llevamos meses desarrollando con una carga de trabajo descomunal y un nivel de estrés y preocupación extraordinario con el comportamiento social de nuestros conciudadanos y mucho menos con el de nuestros dirigentes y responsables directos. Es verdad que mucha gente es responsable e incluso se pasa de frenada con un autoconfinamiento que ya lleva meses. Pero también lo es que otros hacen de su capa un sayo y no atienden razones. Conductas de riesgo en hostelería, reuniones caseras multitudinarias, fiestas a go go, discotecas, encuentros varios, fumeteo grupal sin mascarilla, mal uso de las mismas y una larga lista de funestas posibilidades. Quizá la peor no confinarse ante síntomas catarrales o ante un contacto estrecho. “Total a mí no me va a tocar” piensan muchos. Pues al final toca, claro que toca. Y le toca a los más mayores, los más débiles, los más vulnerables. Toca también a los adolescentes y jóvenes, toca a los niños y niñas, a trabajadores, a estudiantes, a ricos y pobres. Miles cada semana con premio seguro, miren los datos y gráficas que tienen delante. Toca.
Por eso me viene a la cabeza aquel enfado de Fernando Fernán Gómez que más de uno se habrá quedado con ganas de verbalizar alguna vez. Que una sociedad permita que sus sanitarios acaben odiando lo que hacen y a sus pacientes no es inteligente. En el Reino Unido lo saben, ¿y aquí?.
Estas historias desesperantes se van acumulando en nuestras mochilas desde hace 11 meses. Hoy una sanitaria para mi intachable me ha confesado “estoy empezando a coger odio a la gente”, y eso es terrible (y espero que no incurable)
— Raul Calvo Rico (@RaulCalvoRico) January 22, 2021
"To hell with it"
History repeats itself, we know that. However, it is hard to assume that it will do so so quickly. We are going to end January as in the worst moments of the first wave of last year and that is going to weigh on many, especially the frontline health workers as good costaleros that we are of this national Holy Week that we are living. It is no pleasure to see how the figures are getting worse every week, how the health centres are constantly diagnosing new cases, how the hospitals are filling up with patients and the ICUs too.
Last year we were caught unawares, we didn't even have masks or protective equipment. This year we are doing slightly better because vaccination is going at a slower pace than a virus that has been given wings by the winter. In the end, we will have hard confinement, I have been saying that for a long time. In the meantime, the public is throwing its hands up in the air because of what this possibility means, which it does not want to see in the slightest, and so are the health workers because they are seeing what is obvious to us being delayed. There is no healthcare system that can withstand a runaway pandemic until mobility is drastically limited. Politicians will have to set limits to avoid the flames as is happening in the UK where confinement is already a fact of life.
At my level as a rural health centre, I can see that the degree of general annoyance continues to increase as the efforts we have been making for months with an enormous workload and an extraordinary level of stress and concern about the social behaviour of our fellow citizens, let alone that of our leaders and those directly responsible, are not being reciprocated. It is true that many people are responsible and even go overboard with a self-confinement that has been going on for months. But it is also true that others are making a fool of themselves and are not listening to reason. Risky behaviour in the bars and catering industry, large house gatherings, parties, discos, various meetings, group smoking without masks, misuse of masks and a long list of disastrous possibilities. Perhaps the worst is not to confine oneself when faced with catarrhal symptoms or close contact. Many people think, "It's not going to touch me anyway". Well, of course it does, of course it does. And it is the oldest, the weakest, the most vulnerable. It also touches adolescents and young people, children, workers, students, rich and poor. Thousands every week with a sure prize, look at the data and graphs in front of you. It touches.
That's why Fernando Fernán Gómez's anger comes to mind, something that more than one of you may have wanted to say at some point. For a society to allow its healthcare professionals to end up hating what they do and their patients is not intelligent. In the United Kingdom they know it, but what about here?
“去死吧”
自動翻譯,抱歉。
歷史在重演,我們知道。但是,很難假設它會這麼快地這樣做。我們將在去年第一波最糟糕的時刻結束一月,這將給許多人,特別是一線衛生工作者帶來沉重的負擔,因為他們是我們賴以生存的這個全國聖週的好肋骨。令人討厭的是,每週的數字如何惡化,醫療中心如何不斷診斷新病例,醫院如何為病人和重症監護病房加油。
去年我們沒有意識到,我們甚至沒有口罩或防護設備。今年我們的情況要好一些,因為疫苗接種的速度要慢於冬季已經接種的病毒。最後,我們已經很難說了,我已經說了很長時間了。同時,由於這種可能性的含義,公眾正在舉手示意,這是我們不希望看到的,衛生工作者也是如此,因為他們看到了對我們顯而易見的延遲。在行動能力受到嚴重限制之前,沒有醫療系統可以抵禦大流行。在英國,限制生活已經成為現實,政客們必須設定限制以避免火災。
在我作為農村衛生中心的水平上,我可以看到,由於我們數月來一直在付出巨大努力,承受著巨大壓力和對同胞的社會行為的擔憂的情況下所做的努力,普遍煩惱的程度仍在繼續增加,更不用說我們的領導人和直接負責的人了。的確,許多人都負有責任,甚至以持續數月的自我約束而落伍。但是,也確實是其他人在自欺欺人,不聽理智。酒吧和餐飲業的危險行為,大型集會,聚會,迪斯科舞廳,各種會議,不戴口罩的團體吸煙,誤用口罩和許多災難性的可能性。也許最糟糕的是,當面對卡他性症狀或密切接觸時,不要束手無策。許多人認為,“無論如何也不會碰我”。好吧,當然可以,當然可以。它是最古老,最脆弱,最脆弱的國家。它也觸及青少年和年輕人,兒童,工人,學生,富人和窮人。每週都有成千上萬的肯定獎品,查看您眼前的數據和圖表。感動。
這就是為什麼費爾南多·費爾南·戈麥斯(FernandoFernánGómez)的憤怒浮現在腦海的原因。對於一個社會,讓其醫療保健專業人員最終討厭他們所做的事和他們的病人是不明智的。在英國,他們知道這一點,但是在這裡呢?
1 comentario:
Aprovecho este magnífico blog para subrayar la indignación que produce que aun (a dia de hoy, 1.02.2021) en varios Centros de Salud de Madrid Centro no se haya recibido la 1ª dosis de vacuna covid para sus profesionales (muchos mayores de 60 años), siendo nuestras "autoridades" cómplices por desidia en la búsqueda de los responsables del cumplimiento del Protocolo establecido, la organización y la distribución de vacunas; incluso, en algunos casos, su propio beneficio personal. Salud Laboral se limita a informarnos de que las vacunas llegarán a partir de la 3ª semana de febrero.
A los pies de los caballos, abandonados y despreciados
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