domingo, 23 de agosto de 2020

Navegar la incertidumbre. Navigating uncertainty. 應對不確定性


Los emperadores Augusto y Cayo Julio Vero Maximino. Por Daniel Voshart.



La verdadera pandemia se llama incertidumbre y tiene que ver con la falta de seguridad ante la posibilidad de enfermar, de insuficiente confianza en las instituciones y responsables y de poca certeza ante un futuro impredecible que provoca gran inquietud. 

Es una situación de crisis social similar a las de otras épocas con la peculiaridad de que en esta ocasión es global y audiovisual, lo que aumenta la sincronía y el contagio emocional. Muchos de los que la vivimos la experimentamos como algo novedoso, intenso e inédito, lo que aumenta más la percepción de gravedad y agobio.

Las circunstancias de las pandemias epidémicas suelen hacer que estas sean muy difícilmente controlables. Normalmente se requiere mucho tiempo para que las aguas vuelvan a su cauce. Esto es muy difícil de asumir para una sociedad infantilizada acostumbrada a conseguir lo que desea con inmediatez. En esta ocasión el problema no se va a poder arreglar únicamente poniendo dinero encima de la mesa. Nos las estamos viendo con un fenómeno natural y a la naturaleza le importan un bledo nuestras finanzas.

Si observamos el nivel de gobernanza de los distintos territorios veremos que pese a las consabidas excepciones se ha generalizado el malestar ante una evidente falta de liderazgo. Lo habitual es que los gestores políticos señalen a otros como culpables de la situación y nadie asuma responsabilidad alguna ni actúe en consecuencia. Esto suele enfadar a la ciudadanía que termina irritada tanto si se toman medidas, que suelen ser impopulares, como si no se toman, lo que se percibe como dejadez. 

Los cursos de acción que puede tomar el político son principalmente coercitivos: limitación de derechos, movilidad, escolarización... Y muy limitados a la hora de promover la responsabilidad del ciudadano y las conductas cívicas, que lógicamente dependen de cada cual. Tampoco hay gran capacidad de trasvasar recursos de una institución a otra como por ejemplo reforzar la sobrecargada sanidad con recursos de protección civil, ayuntamientos u otros trabajadores cuando estos estuvieron confinados. 

La complejidad de la situación obliga a rescatar a nivel personal y comunitario dos importantes valores como son la creatividad y la flexibilidad. Será necesarios hacer cambios y ajustes en nuestra conducta personal y familiar a la hora de relacionarnos con los espacios públicos y con los demás. Variar costumbres, evitando algunas y rescatando o reforzando otras. Aprender modos sociales seguros y adaptarnos a tener menos interacción social presencial. 

A nivel comunitario será fundamental potenciar las redes de cuidado y protección social así como la sanitaria. Toda asociación de personas formal o informal puede  aportar valor, desde ONGs, parroquias/Cáritas, asociaciones de vecinos, clubes deportivos, grupos culturales, etc... poniendo el foco en los más vulnerables, excluidos, mayores y enfermos. La coordinación de estos agentes con los Servicios Sociales de zona sería muy deseable, lo que implicará mejorar los puentes de comunicación.

Será necesario dar respuestas a la formación académica de los niños que tal vez no pueda ser del todo escolarizada y deba manejarse familiarmente o en pequeños grupos de clases particulares. También a la asistencia sanitaria que claramente no podrá recaer únicamente en los recursos limitados del barrio o pueblo que tal vez puedan verse reforzados por algún tipo de voluntariado, o medios del ayuntamiento, protección civil u otros recursos. Y sobre todo tomando conciencia de que lo correcto es solicitar asistencia sanitaria únicamente cuando sea imprescindible. 

Todos estos cambios requerirán la implicación de grandes mayorías, lo que no será fácil sin la participación de los líderes naturales de los distintos ámbitos y territorios. Un liderazgo basado en el ejemplo y el servicio. De poco nos van a servir ahora la queja y la protesta cuando estamos navegando dentro de la tormenta. Es necesario cambiar la actitud y recordar que precisamente ahora es cuando más necesidad tiene la sociedad de sus servidores públicos sean estos limpiadores, profesores, agentes de seguridad, sanitarios, funcionarios, gestores o políticos. Incluyendo también a todos los que desde el ámbito privado pueden aportar valor social, poniendo temporalmente este por encima del beneficio económico.

Aportar servicio y cuidado a los demás es el camino más seguro para disminuir la incertidumbre de este tiempo. Cada cual deberá hacer una reflexión personal que le ayude a situarse en este contexto para que en lugar de permanecer inmóviles dentro de un confinamiento impuesto nos atrevamos a convertirnos en agentes que velan y trabajan por el bien de otros. 

Es fundamental aceptar que de este embrollo no nos va a sacar el estado ni ningún salvador externo, saldremos todos cuando se cumpla el tiempo que la naturaleza imponga. Lo que sí está en nuestra mano es el cómo. Lo podremos hacer incendiados en miedo o en ira ante el naufragio o remangados y con las manos metidas en faena mientras achicamos el agua de las muchas grietas que tiene el casco de nuestras sociedades. 




Navigating uncertainty


The real pandemic is called uncertainty, and it has to do with a lack of security in the face of the possibility of falling ill, insufficient trust in institutions and officials, and little certainty in the face of an unpredictable future that causes great concern. 

It is a situation of social crisis similar to those of other times with the peculiarity that on this occasion it is global and audiovisual, which increases synchrony and emotional contagion. Many of us are feeling it as something new, intense and unprecedented, which further increases the perception of gravity and distress.

The circumstances of epidemic pandemics often make them very difficult to control. It usually takes a long time for the waters to return to their course. This is very difficult to assume for an infantilized society accustomed to getting what it wants immediately. This time the problem will not be solved just by putting money on the table. We are dealing with a natural phenomenon and nature doesn't give a damn about our finances.

If we look at the level of governance of different countries, we see that, despite the well-known exceptions, there is widespread unease about an obvious lack of leadership. It is common for political managers to point to others as the culprits of the situation and no one takes responsibility or acts accordingly. This often angers citizens who end up being irritated whether action is taken, which is often unpopular, or not taken, which is perceived as neglect. 

The courses of action that the politician can take are mainly coercive: limitation of rights, mobility, schooling And very limited when it comes to promoting citizen responsibility and civic behaviour, which logically depend on each individual. Nor is there much capacity to transfer resources from one institution to another, such as reinforcing overburdened health care with resources from civil protection, town councils or other workers when these were confined. 

The complexity of the situation means that two important values, creativity and flexibility, have to be rescued at personal and community level. It will be necessary to make changes and adjustments in our personal and family behaviour when relating to public spaces and others. Varying customs, avoiding some and rescuing or reinforcing others. Learn safe social modes and adapt to having less face-to-face social interaction. 

At the community level it will be fundamental to strengthen the networks of care and social protection as well as health. Any formal or informal association of people can provide value, from NGOs, parishes/charitable organizations, neighborhood associations, sports clubs, cultural groups, etc... focusing on the most vulnerable, excluded, elderly and sick. The coordination of these agents with the Social Services of the area would be very desirable, which will imply improving new bridges of communication.

It will be necessary to respond to the academic training of children which may not be entirely schoolable and must be handled by families or in small groups of private or voluntary classes. Also to health care, which clearly cannot fall solely on the limited resources of the neighbourhood or village, which can perhaps be reinforced by some kind of voluntary work, or means from the town hall, civil protection or other resources. And above all, being aware that the right thing to do is to ask for health care only when it is essential. 

All these changes will require the involvement of large majorities, which will not be easy without the participation of the natural leaders of the different areas and territories. A leadership based on example and service. Complaint and protest will be of little use to us now when we are sailing into the storm. We must change our attitude and remember that it is precisely now that society most needs its public servants, whether they are cleaners, teachers, security agents, health workers, civil servants, managers or politicians. Including also all those who from the private sphere can contribute social value, temporarily putting this above economic profit.

Providing service and care to others is the surest way to reduce the uncertainty of this time. Each one should make a personal reflection that helps him/her to situate him/herself in this context so that instead of remaining immobile within an imposed confinement we dare to become agents that watch over and work for the good of others. 

It is fundamental to accept that neither the state nor any external saviour will get us out of this mess; we will all get out when the time that nature imposes is over. What we can do is how. We can do it in fear or in anger at the shipwreck or with our sleeves rolled up and our hands in the water as we shrink the water from the many cracks in the hull of our societies. 








應對不確定性

自動翻譯,對錯誤感到抱歉。

真正的大流行被稱為不確定性,它與生病的可能性,缺乏安全感,對機構和官員的信任不足以及面對不確定的未來而引起不確定性的不確定性有關。

這種社會危機的情況與以往類似,其特殊之處是這次是全球性的和視聽性的,這增加了同步性和情感傳染性。我們許多人感覺到它是一種新的,強烈的和前所未有的東西,這進一步增加了人們對重力和苦難的認識。

流行病的流行常常使他們很難控制。水域通常需要很長的時間才能恢復原狀。對於習慣於立即獲得所需東西的嬰兒社會來說,這很難假設。這次,僅將錢放在桌子上並不能解決問題。我們正在處理自然現象,自然不會對我們的財務狀況造成任何傷害。

如果我們看一下不同國家的治理水平,我們會發現,儘管有眾所周知的例外,但人們普遍對明顯缺乏領導能力感到不安。政治管理人員通常將他人指向局勢的罪魁禍首,而沒有人承擔責任或採取相應的行動。這常常激怒了公民,他們最終對是否採取了通常不受歡迎或不採取的行動感到惱怒,而這種行動往往被人們忽視。

政治家可以採取的行動路線主要是強制性的:權利,流動性,教育的限制,在促進公民責任和公民行為方面非常有限,這在邏輯上取決於每個人。將資源從一個機構轉移到另一個機構也沒有太大的能力,例如在局限的情況下,利用民防,鎮議會或其他工人的資源來加強負擔過重的醫療保健。

情況的複雜性意味著必須在個人和社區層面上挽救兩個重要價值,即創造力和靈活性。與公共場所和其他場所相關時,有必要對我們的個人和家庭行為進行更改和調整。改變習俗,避免一些風俗,而挽救或加強其他風俗。學習安全的社交模式並適應減少面對面的社交互動。

在社區一級,加強護理,社會保護以及健康網絡將是至關重要的。任何正式或非正式的人際交往都可以從非政府組織,教區/慈善組織,社區協會,體育俱樂部,文化團體等提供價值,重點關注最弱勢,被排斥,老人和病人。這些代理商與該地區的社會服務機構之間的協調非常可取,這將意味著改善溝通的新橋樑。

有必要對可能不是完全可以上學的兒童的學術培訓做出回應,必須由家庭或成小組的私人或自願班級來處理。同樣,對於醫療保健來說,顯然不能僅僅依靠鄰里或村莊的有限資源,也許可以通過某種志願工作或市政廳提供的手段,民防或其他資源來加強這種保健。最重要的是,要意識到正確的做法是僅在必要時才要求醫療保健。

所有這些變化將需要大多數人的參與,如果沒有不同地區和領土的自然領導人的參與,這將是不容易的。基於榜樣和服務的領導。現在,當我們駛入暴風雨時,投訴和抗議對我們將毫無用處。我們必須改變態度,並記住,正是現在社會最需要其公務員,無論他們是清潔工,教師,安全人員,衛生工作者,公務員,管理人員還是政客。還包括所有來自私人領域的人都可以貢獻社會價值,從而暫時將其置於經濟利益之上。

為他人提供服務和關懷是減少這段時間不確定性的最可靠方法。每個人都應進行個人反思,以幫助他/她在這種情況下處於自己的境地,以使我們敢於成為照顧他人並為他人謀福利的特工,而不是在強加的限制下保持不動。

必須接受的是,國家或任何外部救世主都不會使我們擺脫困境。當自然強加的時間結束時,我們所有人都會離開。我們能做的就是如何做。當我們從社會船體的許多縫隙中抽出水來收縮水時,我們可以在沉船中驚恐或憤怒或袖子捲起,雙手在水中的情況下進行操作。


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