Librería Nicolás Moya, calle de Carretas, Madrid. Foto wikicommons.
Go bust
When an old bookstore closes something breaks into that invisible warp that sustains the worlds. I have to confess that I feel a certain pain and an aftertaste of uncertainty before the sinking of an old time that does not resist the speed of the new one. This week closed a well-known bookstore in Madrid that I knew well both for having been there and for having passed by countless times. A medical bookshop full of good science books that hardly compete with digital worlds and multiplatform formats that do not need paper.
I work in a health center in a small town in the mountains of Madrid. It is increasingly difficult to find doctors who want to work in rural areas. It is almost impossible to find substitutes when one of us is absent due to illness or a leave of absence. In these moments I attend my clinic slowly with the box of tissues on the table taking care of patients with my same symptoms. It is not technically correct but I prefer it to leave without service the clinic. So do most of my colleagues in these circumstances, as things have been for too long.
Somehow I sense that many small towns will be left without medical service, will be closed health centers twinned with those bookstores that went bankrupt. And nothing will happen. We will hear complaints that will be covered by the avalanche of shouts, scandals and news that the television and social networks spit without rest. Nothing will happen.
Cuando una vieja librería echa el cierre algo se quiebra en esa invisible urdimbre que sostiene los mundos. He de confesar que noto cierto dolor y un regusto de incertidumbre ante el hundimiento de un tiempo antiguo que no resiste la velocidad del nuevo. Esta semana cerró una conocida librería de Madrid que conocía bien tanto por haber estado en ella como por haber pasado por delante infinidad de veces. Una librería médica llena de buenos libros de ciencia que cada vez lo tienen más difícil al competir con mundos digitales y formatos multiplataforma que no precisan de papel.
Trabajo en un centro de salud de un pequeño pueblo de la sierra madrileña. Cada vez es más difícil encontrar médicos que quieran trabajar en zona rural. Es casi imposible encontrar sustitutos cuando alguno de nosotros faltamos por enfermedad o algún permiso. En estos momentos paso la consulta a medio gas con la caja de pañuelos de papel encima de la mesa atendiendo a pacientes con mis mismos síntomas. No es que sea muy correcto pero lo prefiero a dejar sin servicio a mis paisanos. Lo mismo hacen la mayoría de mis compañeros en estas circunstancias, así están las cosas desde hace ya demasiado tiempo.
De alguna forma intuyo que muchos pueblos se irán quedando sin servicio médico, se irán cerrando centros de salud hermanados con esas librerías que quebraron. Y no pasará nada. Oiremos quejas que quedarán tapadas por el alud de gritos, escándalos y noticias que la televisión y las redes sociales escupen sin descanso. No pasará nada.
破產
當一家舊書店關閉時,某些東西會突破那種維持世界的無形經線。我必須承認,我感到痛苦和舊的時間不應抵制新的速度沉沒前的回味一定的不確定性的。這個星期關閉了馬德里一家著名的書店,我很清楚他們曾經在那裡經歷了無數次。一家醫學書店,裡面裝滿了很好的科學書籍,很難與數字世界和不需要紙張的多平台格式競爭。
我在馬德里山區的一個小鎮的一個保健中心工作。找到想在農村地區工作的醫生越來越難了。當我們其中一人因疾病或請假而缺席時,幾乎不可能找到替代品。在這些時刻,我慢慢地走進我的診所,用桌上的紙巾盒照顧患有同樣症狀的病人。這在技術上是不正確的,但我更喜歡它在沒有診所服務的情況下離開。在這種情況下,我的大多數同事都是如此,因為事情已經持續了太長時間。
不知怎的,我知道許多小城鎮將沒有醫療服務,他們將被關閉,雙胞胎中心和那些破產的書店。什麼都不會發生。我們將聽到有關電視和社交網絡在沒有休息時吐出的大量呼喊,醜聞和新聞的投訴。什麼都不會發生。
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