Mucho se ha escrito sobre la forma en que los médicos se comunican con sus pacientes. Los problemas que los profesionales de la salud enfrentan cada día para entender las necesidades e historias de las personas que acuden a ellos son proporcionales a los que estos tienen a la hora de entender las recomendaciones que les dan los primeros. A resultas de esto muchos encuentros clínicos se dirimen malamente y devienen en desencuentro.
La gente se queja del lenguaje técnico que usan los facultativos, de la centralización de estos en el ordenador y de lo poco que les miran o sonríen, entre otras cosas. Y, por si fuera poco, fuera de las consultas pasa lo mismo. Cuando un galeno sale por televisión suele trufar su discurso de tecnicismos y recomendaciones frías emitidas desde una óptica especializada que no suele incluir la visión del ciudadano de a pie.
¿Por qué somos tan aburridos los médicos? En parte por la elevada exigencia curricular que se nos exige, lo que obliga a estudiar miles de horas (lectura) confinándonos en bibliotecas o salas de estudio durante años en los que nuestros compañeros de edad suelen estar confraternizando o disfrutando de más ocio (hablando). Por otro lado pese a que la preparación dura de diez a doce años no se incluyen ayudas para favorecer la comunicación y la gestión de emociones, habilidades imprescindibles para todo aquel que trabaje con personas enfermas.
De esta forma aparecen de tiempo en tiempo propuestas de salud de orígenes diversos que publicitan dietas, pulseras, remedios, hierbas y una enorme lista de cuestiones que pese a no tener base científica alguna son contadas con el garbo y oropel que la mercadotecnia aporta. Sin duda las pseudoterapias y pseudociencias brillan más que la mayoría de las propuestas sanitarias habituales.
Este choque de discursos es común en consulta cuando la paciente confiesa a su doctora que usa tal dieta milagro que vio en televisión o tal hierba para dormir que le recomendó su cuñada. La facultativa no lo tendrá fácil para construir una argumentación sólida que apoye algún curso de acción prudente en un encuentro de seis minutos de media, en el que seguramente le habrán propuesto otros múltiples motivos de consulta.
Por otro lado son muchas décadas de prohibir, abroncar y castigar al personal por no seguir unos elementales hábitos de salud cuando de todos es sabido que cada cual hace lo que puede con su vida y que las prohibiciones se las salta continuamente todo el respetable a la torera.
De vez en cuando surgen profesionales que marcan otra tendencia razonando, respetando y proponiendo con solidez científica. Valientes que hacen malabares con su agenda para tratar de detenerse un poco en detalles que a otros les pasarían desapercibidos pero que son de gran valor para el paciente. Grupos que apuestan por una comunicación de calidad y luchan día a día por mejorarla.
A ellos dedico el escrito de hoy sabiendo que son cada vez más y que gracias a su callado trabajo el discurso en salud de la sociedad está gestando nuevas semillas que quizá florezcan y den frutos sorprendentes.
Toda sociedad aspira a la salud. Para construir salud es fundamental apoyarse en buenas narrativas, contar bien las rutas a seguir, los posibles peligros del viaje y las formas de sobreponerse a los naufragios. Los profesionales de la salud debemos dar ejemplo y educar en salud, en cuidados y en la mejora de hábitos de vida. Contar las cosas de una mejor manera. Lo creo posible, además de sentirlo prioritario desde hace ya mucho tiempo.
Este artículo se publico originalmente en el Huffpost.
4 comentarios:
Vamos a ver....no se puede generalizar...algunos luchamos por dar chispa a una cosa que nos puede ser tedioso y muchas veces frustrante....el arte de escuchar no está contraindicado con el humor y el disfrutar de la relación de los demás. Salir con una sonrisa de la consulta es algo que siempre te lo agradecen los pacientes.....lo aseguro...........
Querido Doctor. Atinadas, como siempre, tus palabras. Digo yo, ¿no hay un poco de egolatría y marcar terreno en la forma Galena de expresion?. Vamos lo de por encima de hombro. Gracias por sus palabras, sanan más que muchos medicamentos
Yo valoro mucho la capacidad de los médicos para "traducir" el lenguaje técnico al de la calle. Saber comunicar es parte del trabajo de los médicos y muchas veces no nos damos cuenta del esfuerzo que hacen.
Creo que no se lo ponen fácil a los sanitarios, hacen lo posible y lo imposible x estar en el nivel de atención al paciente y que Le entienda mayoritariamente. Estar pendiente además del PC, de los indicadores, de que se abran rápidamente los programas para acceder al resultado de esa rx, resonancia o consulta del especialista, no se lo ponen fácil!!!!, además escuchar al paciente y que esté le entienda, es ya todo un problema, hay que facilitarle su trabajo y para ello están las organizaciones, pero los sanitarios y los pacientes tienen una ayuda en el mismo centro sanitario, el profesional administrativ@, donde acude el paciente con todos sus papeles, se los entrega y le dice, "no me he enterado casi de nada en la consulta, me puede ayudar???, y como no, estamos para intentar solucionar, pero pongamoselo más fácil dentro de la consulta, por el bien de tod@s!!!
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