El autor de este blog dando la cara.
La salud nos interesa a todos. Por eso es un tema que aparece en las conversaciones habituales, medios de comunicación y cualquier tipo de tertulia. Cada cual da su opinión sobre cualquier cuestión al respecto y aconseja los remedios y soluciones que le parece. En este batiburrillo abundan los ignorantes, los estafadores y las consabidas diatribas de cuñados, dependientas y contertulios. Siempre me ha llamado la atención de que la participación en el debate público de profesionales de la salud ha venido de la mano de expertos renombrados del ámbito hospitalario por una parte o de personajes alternativos que claramente querían vender su libro.
Hecho de menos la visión de fisioterapeutas, psicólogos, enfermeras y médicos de familia. La sociedad necesita escuchar un nuevo discurso de salud que salga de la líneas del actual que promete bienestar a raudales, anuncia parabienes infinitos y nos ciega con sus avances tecnológicos. Cuidar la salud precisa, hoy más que nunca, que cada cual se haga más caso. Comemos de más y caminamos de menos, consumimos demasiadas pantallas y descansamos demasiado poco. Nos movemos como un pequeño hamster en su rueda... y terminamos agotados.
El problema es que la gran mayoría de los profesionales sanitarios públicos no ganan gran cosa al meterse en la arena pública. No venden motos, no tienen consulta privada (generalmente) y no sacan nada de una participación en medios de comunicación. Como mucho se meten en alguna red social, pero son pocos los que participan, la mayoría observa. Cosa que entiendo porque a la mínima es común que algún descerebrado te salte a la yugular.
Llevo más de una década usando Internet para comunicarme con pacientes y producir contenidos de salud que favorezcan la toma de conciencia y la reflexión. En este tiempo he visto como han florecido cientos de blogs y páginas personales para luego marchitarse y desaparecer. He seguido con atención la participación de muchos sanitarios en redes sociales, sus idas y venidas, sus éxitos y sus defenestraciones. Lo cierto es que la blogosfera sanitaria española se ha desinflado bastante y es difícil encontrar blogs o páginas de calidad que persistan en el tiempo. No hay retorno de la inversión, o si lo hay no parece suficiente.
Sin embargo cada vez estamos más medicalizados, sobrediagnosticados y sobretratados. Toleramos menos cualquier malestar físico, psicológico o existencial. Estamos más agitados y sobreestimulados. Estamos más solos.
Muchos problemas de la vida se llevarían mejor con acompañamiento, cariño, escucha y atención. Pero esto no mueve el mercado y no parece estar de moda, seguimos yendo al médico a por pastillas. Hacen falta voces que rescaten la posibilidad que tiene cada cual de cuidarse y cuidar a los demás y lo repitan una y otra vez. Por que aunque el estruendo de la plaza del mercado es enorme, una pequeña voz puede aportar mucha luz a quien se siente al borde del naufragio.
1 comentario:
Pronto aportaré mi granito de arena en este sentido que comentas. Enhorabuena por la gran labor que realizas en pro de mejorar la salud de las personas :-)
Publicar un comentario