martes, 20 de junio de 2017

Confusión




Manual de instrucciones para abanicos de papel de bolsillo.





Si una palabra es capaz de definir nuestro tiempo es confusión. Nunca antes hemos estado tan informados de noticias falsas, vacías o intrascendentes. El exceso de ruido de fondo nos confunde y terminamos escuchando al que más grita. La sociedad está huérfana, no quedan referentes a los que pedir orientación, y si quedan son invisibles a las masas sepultados tras vídeos de gatitos, whatsap con chistes y otros memes que circulan de cuñado a cuñado.


En las últimas semanas nos enteramos de que un millonario ha donado dinero al sistema sanitario, algo tan inusual como sorprendente. Al instante cada cual opina a favor o en contra con mayor o menor criterio, eso da igual. En mi casa me enseñaron de pequeño que dar limosna estaba bien pero era prudente hacerlo de manera discreta. Parece que otros no piensan igual en un mundo donde todo se convierte en mediático. En cualquier caso desprenderse de lo que sobra es de justicia y además produce paz interior, algo difícil de encontrar para muchos. La única cuestión que sugeriría a quien desee financiar la sanidad es que se acuerden de todos esos trabajadores sociales, administrativos, enfermeras y médicos que realizan labores en puestos rurales o en barrios con dificultades sociales. Una unidad hiperespecializada hospitalaria seguro que tiene más glamour y también precisa de ingente financiación pero hay muchos otros frentes que se mantienen en precarias condiciones. Los cuidados sanitarios son muy amplios, si olvidamos a los más mayores, discapacitados, afectados de patología mental severa y desfavorecidos estaremos fallando.



En 4 años recortan gasto 3.8% en AP y suben 4.9% en hospital. La Atención Primaria sigue siendo "Ultimaria"

Fuente: https://t.co/seYKJaA7vd




Por otro lado se da visibilidad a periodistas o famosos que dicen tonterías sobre las vacunas u otros temas o a consejeros de sanidad que animan a superar la ola de calor con abanicos de papel en lugar de dársela a miles de profesionales de la salud que consiguen mantener la cordura pese a soportar cargas de trabajo y responsabilidad claramente sobredimensionadas. En mi humilde opinión creo que es necesario aplicar inteligencia ante lo intrascendente por muchas ganas que nos den de entrar al trapo. Lo mejor que se puede hacer ante una noticia falsa o una cuestión claramente insostenible es aportar razones fundadas que corrijan el error sin hacer incapie en el protagonista del enredo que probablemente busque que hablen de él. 

No me verán por tanto criticando a periodistas, famosos, próceres y demás desde estas páginas, salvo las consabidas excepciones que confirman la regla. Como médico de pueblo me tomo en serio la labor de orientar a mis pacientes y a la sociedad para calmar un poco la confusión que sufren. Por eso animo siempre a mis compañeros sanitarios a salir de las consultas y hacer valer una voz de autoridad labrada tras incontables horas de estudio y práctica. Cosa que no tienen la mayoría de los que copan los medios de comunicación de masas.

También animo a todo ciudadano a reflexionar y ser crítico con la información de salud que llegue a sus manos. Busquen fuentes solventes, sigan a perfiles públicos de reconocida trayectoria y si es posible que conozcan directamente. En su barrio o comunidad seguro que encuentran a algún farmacéutico, enfermera, médico o demás que compartan su punto de vista y a los que pueda seguir por medios electrónicos o con los que pueda hablar en persona. Y si no conoce le dejo aquí unas cuantas pistas.


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