Mr. Cameron en un hospital inglés
En muchos países europeos es común que desde el primer ministro al inmigrante sin recursos todos acudan a los servicios de sanidad pública cuando se ponen enfermos. En España es diferente. En primer lugar hay colectivos (funcionarios, militares, periodistas...) que tienen sus servicios públicos diferenciados (Mufaces, Mutuas...). Por otro lado seguimos arrastrando una herencia grabada a fuego en la que las clases sociales más acomodadas se costean sus servicios sanitarios.
No ha servido de mucho que hace décadas se hiciera una profunda reforma de la atención primaria dotando a este país de profesionales bien preparados con alta capacidad resolutiva. No ha servido de mucho que el personal de atención primaria se esfuerce por estar actualizado y prestar la mejor asistencia posible en niveles de calidad iguales ó superiores a países europeos de nuestro entorno. Aquí cuando el rey se rompe una cadera se opera en la privada y cuando un juez tiene catarro va a su médico particular.
Si los políticos y gentes con responsabilidad desconocen lo que es y significan las palabras atención primaria no nos extrañemos que no se invierta en ella ó se potencie lo que sería prudente.
Pero hay más. ¿Los niveles de calidad son de verdad tan altos? Los indicadores cuantitativos así lo dicen pero hay variables importantes a tener en cuenta. En muchos casos hay fastidiosas demoras. A nadie le gusta esperar 45 minutos en una sala de espera, a un alcalde ó a un senador menos. Por otro lado el sistema de historia clínica electrónica que tantas ventajas tiene sigue siendo vulnerable en cuestiones de confidencialidad, y este valor es de suma importancia para personalidades con relevancia social.
¿Qué podemos hacer? El valor de la equidad es fundamental para una sociedad y en Europa sabemos de ello desde la revolución francesa. A los personajes públicos les conviene usar los servicios sanitarios públicos como signo elocuente de equidad y de compromiso social. También existe un factor de interés personal, conozco el percal y puedo decir que el nivel académico y clínico es alto, más que en consultas atendidas por facultativos que no pudieron especializarse via MIR, ó por lo menos igual si sí lo hicieron. Los médicos de familia, enfermeras, pediatras y demás personal saben lo que hacen. Pese a todo parece necesaria cierta adaptación para poder atraer al sistema sanitario público a este segmento social debiendo garantizarse la máxima confidencialidad y eficiencia. Personalmente pienso que es posible aunque reconozco que no he leído mucha reflexión sobre este importantísimo tema.
2 comentarios:
Este tema es fundamental y ha sido objeto de varias publicaciones, si las clases más acomadadas no utilizan la sanidad pública dificilmente las cosas pueden cambiar. Mientras sus señorías no se pasen por un Centro de Salud o un Hospital cuando tengan necesidad de asistencia sanitaria las cosas no pueden cambiar porque se pierde la realidad del día a día de los ciudadanos
Por bajar de la nube : muy posiblemente, si quitaran a los mutualistas el privilegio de uso de su propio talonario de recetas médicas y de bajas e instauraran la e-receta, otro gallo cantaría.
Pero con la iglesia hemos topado, amigo Sancho : todo por la patria ...menos quitarles el talonario de recetas y obligarles a usar la receta electrónica prescrita en el centro de salud ¿dónde si no? (y ello, aunque el talonario acabe en manos de yihadistas dedicados al trapicheo de medicamentos, como publica la prensa de esta semana)
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