lunes, 27 de enero de 2014

La belleza es sanadora, la música también.



Los que me conocen saben de mi proverbial capacidad para generar ideas. Siendo médico residente se me ocurrió meter un piano dentro de la sala de espera de mi centro de salud. Lamentablemente mis jefes no consideraron que aquel fuera el momento. Pese al desplante sigo sintiendo el enorme potencial de la belleza y la música para sanar. Hoy les puedo traer un ejemplo que lo ilustra. ¿Seríamos capaces de convertir la excepción en norma? ¿Se imaginan aliviar las largas sesiones de dialisis o quimioterapia de esta forma?





A los que les interese, suelo dejar pistas musicales en la etiqueta de twitter #musicoterapia

1 comentario:

MaríaM dijo...

Muy interesante reflexión, Salvador, gracias. A este respecto me parece interesante destacar la labor de la asociación Música en Vena en hospitales y unidades de oncología: http://musicaenvena.com/