En estos tiempos de ruido, información a destajo y redes sociales que no duermen quizá nos venga bien hablar del silencio. Para ello nada mejor que preguntar a los que más saben.
En nuestra sociedad existen profesionales del silencio. Hay pocos, pero aun quedan. Hace unos días me enviaron el vídeo que hoy comparto. Aunque muchos no lo crean sigue existiendo personas que dedican su vida a la contemplación, a navegar el silencio. Los monasterios son una suerte de cápsula en el tiempo, atreverse a franquear sus muros nos transporta a un lugar regido por otras normas, en las que prima la contemplación frente a la acción desaforada, el silencio frente al feroz ruido de fondo. Y no es que los monjes sean algún tipo de superhombre, no. Tan solo son personas que han elegido una forma de vida sencilla de búsqueda personal y de servicio a otros.
Me ayuda saber que hay otros mundos posibles, que no todo es producir información y consumirla. Todos sabemos que un silencio puede ser elocuente y decir mucho más que largas parrafadas. Cuidar nuestro nivel personal de ruido, tratar de disminuir el ruido ambiente y fomentar espacios de silencio en nuestra semana tal vez puedan ser bálsamos que alivien muchos de nuestros sufrimientos o agobios.
No hace falta tomar una pastillas ni pagar dinero para ello. Las cosas verdaderamente importantes de la vida son gratuitas.
1 comentario:
He tenido la suerte de conocer a dos de esos monjes que aparecen en el vídeo. Compartimos un bonito viaje. ¡Qué calidad humana! ¡Qué capacidad para estar absolutamente al día de lo que ocurre en el mundo estando a en otros mundos". Creo que hacen mucho bien.
MAXI GUTIERREZ
Médico de Familia. Vitoria-Gasteiz.
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